❀No fue maldad❀
Nota: ¡Discúlpenme otra vez! Juro que no es intencional, pero no me pude resistir, tenía que escribir un NorEmma de esta corta historia de "terror". Si hay alguien a quien culpar, sería al tío Tri-line por ocasionar este deseo en mí. (╥﹏╥)🌻
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Mañana se cumplía un año, un año desde que no veía a su pequeña de ojitos verdes, a la hermosa niña que iluminaba sus días de alegría, su atesorado rayito de sol que deslumbraba a todos con su sonrisa.
Sí, así era su pequeña Emma, y todo en su mundo simplemente se destrozó desde que ella se fue sin dejar rastro alguno. La comparaba con una estrella fugaz, esas que te cautivaban por poco tiempo (aunque Dina la crió durante 15 años) y desaparecen, veloces pero que dejan en el pecho, recuerdos preciosos y perpetuos, desea mil veces poner aquel ejemplo a un simple "la tierra se la tragó".
Era doloroso, y todos en esa casa lo sabían, su corazón de madre sufría cada que el palpito retumbaba en su ser, pasaron tantos días que Emma ya estaba tomada por...
— No. — susurra bajito, mientras Yūgo para de llorar y se acerca a la mujer de hebras doradas, abrazándola fuertemente porque ya lo saben, ya lo están afrontando.
Pero el dolor arde como el infierno mismo.
— Cariño, ella ya no está con nosotros. — afirma el adulto, trémulo. Hubiese deseado que aquello no acabase así, deseaba tanto ver a su hija saltar nuevamente por la casa, coloreando todo con su calidez.
— ¿Cómo... — ella respira, quiere ser fuerte por una maldita vez, aunque su pecho no se controle y sienta como sus ojos la traicionan, pero aún así, Dina sigue, por Emma, por su lucerito extinto — ¿Cómo se lo diremos a Norman?
Era verdad, todo empeoraba a cada segundo, y Norman... Él quizás sea el que peor se tomó la situación, su pobre niño de hermosos orbes cielo, que se iluminaban únicamente cuando estaba cerca de Emma, ahora en sus memorias, son un triste recuerdo, porque sus orbes están grises, todo en él estaba sumido en colores opacos sin ella. Y claro, la depresión siempre viene sin invitación alguna, pero Norman la acepta con llaneza porque sin Emma está seguro que no es nada.
— Desde que ella no está se la pasa llorando en su cuarto ¿pero sabes? No lo culpo. — admite Yūgo con pena, tratando de estar bien para su esposa, quien no deja de llorar.
— No está bien, nada está bien Yūgo, ¿quién le podría hacer...
Los puños del azabache se cierran fuertemente y su mandíbula se aprieta, el odio recorre por todo su cuerpo y es normal para un padre el pensar que alguien, algún ser repugnante que no merecía si quiera mirar a su niña, podría haberle hecho daño, haberla alejado de su familia.
El hombre respira suavemente, mientras acaricia el rostro de Dina, sus mejillas están teñidas de un fuerte carmín y sus ojitos enrojecidos por el llanto, Yūgo solo le sonríe y deposita un beso en su coronilla, es lo único que puede hacer.
— Cariño, haremos justicia por Emma, pero sería mejor que salgas a tomar un poco de aire fresco, no te hace bien estar aquí. — la fémina asiente, limpia su rostro y se levanta, no mira atrás porque le hará daño ver aquellas paredes de bonito rosa pastel, esas jirafas de peluche tan adorables y las fotos de aquella niña de las estrellas.
Claro que su esposo estaría allí, arrodillado mientras piensa que ella se va y no escucha nada, no oirá sus llantos reprimidos ni los golpes en el pecho que se da en la habitación de su hija, en aquella donde en las noches siempre llora.
Mira la puerta de cristal con melancolía y sonríe inconscientemente al recordar que su hija siempre solía golpearse con ésta, pensando que no había nada, y allí estaría Norman también, acariciando su cabecita naranja la cual fue lastimada con el cristal. Al final todo concluía en bellas risas de niños. Sus ojos tristes se percatan de algo al mirar el piso para no seguir torturándose, es una carta de blanco color, tan limpia y pura...
Y es increíble, pero todo le recuerda a Emma y Norman.
La toma entre sus dedos mientras trata de ver quién la dejó allí, sin duda alguna era extraño no verla en el buzón y Yūgo estaba tan sumido en resolver el caso de su hija que ni tiempo tenía para escribir. Traga pesado al pensar que alguien pudo haber entrado a su casa ¿qué más le querían quitar?¿cuánto daño querían marcar en ella y su familia?
Dina no duda más y abre la carta con rudeza, encontrándose con... Oh, su corazón se sobresalta al ver una foto de Emma, sonriendo dulce de pequeña, además de también poseer contenido escrito con letra prolija. La rubia tiembla por aquello, era imposible que alguien hubiese entrado ¿Pero qué pasaba si eso fue lo que pasó? ¿Qué pasa si es una pista de su hija? La mujer no duda entonces, porque todo lo que tenga que ver con Emma la involucraba a ella, así que acaricia tiernamente la foto y piensa que a Norman le encantaría tenerla, y eso le daría ánimos para salir de la depresión.
Entonces empieza...
«No fue maldad, lo juro por mi amor que no lo fue, ¿cómo podría lastimarla? ¿cómo podría causarte a ti este dolor? Esto no fue algo que yo quisiera, que ella pidiera. Emma era hermosa, lo seguirá siendo para mis memorias marchitas y corrompidas, ella era hermosa e inalcanzable, y no me molestaba, nunca lo hizo ya que eso es el sol, una gran estrella luminosa, pero la luna nunca la podría ver, nunca la podría tener, supongo que ello fue lo más doloroso para ambos.
Recuerdo aún cuando me sonrió, tomó mi mano y caminamos por las calles, ante los ojos de las personas quizás eramos lo que soñábamos los dos y yo me di cuenta tarde, parecíamos una pareja de jóvenes enamorados los cuales deslumbraban felicidad y amor en su mirar, sobre todo en el de ella que era el más bonito, siempre lo consideraría así.
¿Podrías comprenderme, por favor?
Sé que es horrible para ti, como madre, el pensar que su hija había entablado amistad con su "asesino", con alguien que no merece verla ni tocar sus manos, ni ver sus mejillas cuando se sonrojaban de forma tan bonita, tocar con curiosidad sus labios y su cabello naranja; sí, hasta admito que no merecía nada de eso porque ella era demasiada belleza para alguien tan simple como yo.
También creo que eso amaba de Emma, que me pudiera ver de una forma distinta a los demás, ella veía algo en mí que nadie más podía ver, me arrepiento tanto por no haberme dado cuenta de elll, sin embargo, el mismo día que desapareció me lo mostró.
Yo siempre se lo decía en susurros y ella sonreía porque me creía "Emma, yo podría ir contigo donde sea, incluso si el infierno es lo que deseas conocer" recuerdo cómo sonreía, acariciaba mi rostro y depositaba sus labios en mi mejilla, la amaba tanto que nunca dejaría que nada malo le pasara... Pero no fue suficiente.
Repitió mi susurro, dijo que se lo prometí y debía cumplir lo dicho, seguro al ver mis expresiones notó mi inseguridad y confusión, pero no le negaría nada, nunca le negaría nada, y así lo hice.
Vio como aquella cabaña abandonada no me daba miedo al estar con ella, y entonces pasó lo que desde hace años ambos suprimíamos, la diferencia es que yo estaba dispuesto a morir callándolo, pero Emma no, y nuestros labios juntos fue lo que ocurrió, estaba tan mal, era tan incorrecto, era un pecado si deseas decirlo así; pero para ella y para mí era como tocar las estrellas y sucumbir ante el amor, era una adicción y estaba tan mal.
Me separé, lo hice aunque mi corazón se rompiera, la miré y ella lloraba porque al igual que yo, incluso peor, sabía que no se podría, que ese amor nuestro, por más puro que fuese, estaría mal.
Se acercó a mí y me abrazó de tal forma, que sentía que la perdía, que se escapaba de mis manos, "te amo, te amo, te amo, ámame" eso salía de sus labios mientras yo lloraba, la besé una vez más, aunque eso fuera nuestra perdición.
No llegamos a lo prohibido, por respeto a ti y Yūgo, aunque debo admitir que ganas no faltaron. No sé qué pasó, no sé por qué todo se volvió negro y me perdí en mis más terribles pesadillas, pesadillas que salieron de mi mente y se hicieron realidad.
Fue una maldita laguna mental.
Después de eso, recuerdo verla allí, con su respiración agitada. Un ruiseñor agonizante, así la describí cuando la vi, me acerqué, la traté de ayudar, lo juro por mi vida que eso intenté, pero... Ella no me dejó, me decía que me amaba y que sabía que yo lo hacía también, y no se lo negué, se lo dije con todas mis fuerzas y la besé una vez más, como si mi egoísmo lo solucionara, sus consuelos salen y dice que no quiere involucrarme, que me deshaga de ella.
Era un martirio.
De allí no sé lo que pasó, no sé dónde está su cuerpo y dónde lo pude haber ocultado, pero si sé algo, y es que ambos nos amábamos y no merecíamos eso.
Mañana se cumple un año desde que se fue, días tratando de recordar, de matarme sin tener valor... Bueno, supongo que al final ella me estaría esperando con su sonrisa de luna, con una sonrisa que siempre me pertenecería, igual que su color, igual que su corazón.
No te preocupes, el día de su aniversario sabrás quién soy, quién fue el que ocasionó su muerte, quién la amó como nunca, con fervor y me atrevo a decir que supera tu amor, al igual que el de ella. Ese día yo ya habré muerto.
Así que, Dina, lo juramos los dos, no fue maldad, fue amor»
Si aquella carta tenía como objetivo, volverla más loca, lo consiguió, entró en crisis y Yūgo ahora mismo la trataba de calmar al escuchar las cosas siendo tiradas por doquier y sangre de la adulta derramada al lastimarse con los fragmentos del cristal.
Dina el día de mañana se burlaría de esa persona que le dejó la carta, se reiría porque nunca alcanzaría a su hija en un más allá, Emma jamás lo hubiese amado, jamás lo hubiese besado y jamás hubiese visto en ese psicópata algo que no sea un monstruo.
❀
El mañana llega con dolor en pecho y ojos inflamados, con la carta arrugada y ser marchitado. Su hija no había vuelto desde hace un año.
Un disparo la asusta y Yūgo con horror la mira, ambos se levantan de su cama con frenesí y buscan la única habitación en la cual se encontraba su otro hijo.
Ella queda en blanco y Yūgo cae de rodillas, Norman se había suicidado.
En esos momentos, Dina se retracta y piensa que Norman realmente pudo ser un ángel o mucho más ante la visión de Emma, y que probablemente, solo probablemente, sus hijos se amaban de una forma mucho más fuerte que de lo que alguna vez ella o Yūgo lo hicieron.
Al final, cree que sí era amor.
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Holiii, shí, cariñitos míos, yo aquí para dar las aclaraciones. ฅ(•ㅅ•❀)ฅ Es que soy muy complicada.
1- Emma desapareció hace casi un año.
2- La carta es del "asesino" de Emma, el cual explica que él y ella se amaban, pero estaba mal ese amor.
3. El "asesino" explica que él no la mató, Emma se suicidó, pero se culpa de su muerte por el amor que ellos sentían.
4- El "asesino" dice que el día en el que se cumpla un año desde la desaparición de Emma, Dina sabrá quién es ya que él morirá.
5- Norman se suicida, él era el "asesino"
6. Norman era el hermano de Emma, por ello su amor nunca se cumpliría (ya saben...incesto).
🌻¡Muchas gracias por leer, lso quiero mucho!🌻
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