Tegami 10


Un sonoro golpe se escucho al rededor del pasillo. O por lo menos era como se hacía presente en mis tímpanos a través de mis oídos. Mi mano la cual en este momento debe estar roja y mi corazón el cual se encontraba con su palpitar ligeramente alterado al usual ritmo que tenía, eran dos partes de mi anatomía que se encontraban procesando mi impulso de rabia.

Rio. La víbora roja. Se encontraba observándome con una expresión de enfado. Sus ojos abiertos expresando sorpresa, sus cejas erguidas, su postura inclinada, su puño izquierdo cerrado con fuerza y por último su mano la cual se encontraba posada cerca de su pómulo, el cual se podía observar una gran rojez por parte del golpe que le había dado.

Naho la cual se encontraba agarrando la parte superior de mi uniforme, en mi espalda. Emitía un sin fin de temblores, tal vez, o sin ninguna duda por lo que yo había hecho.

—¡¿Como te atreves maldita?!— me grito ella, mientras aún mantenía la mano en su cara.

Todos observaban la situación, posiblemente igual de nerviosos que nosotros. Unos gritos femeninos se escucharon de lejos. Yo no pude distinguirlos bien, estaba demasiado concentrada en el rostro de ogro que creaba esa mujer. Mi senpai, nuestra senpai. La novia de mi hermano. La mujer que hizo daño a mi amiga. No se como se ve mi rostro en este instante pero estoy segura de que no es ni agradable ni lindo. 

Una voz conocida me decía que me detuviese, pero yo la interrumpí con mi frase.

—¿Que sucede? ¿Quieres otra?— me dirigí a Rio. Ella me observo con sorpresa. Tal vez. Solo tal vez no se esperaba una respuesta de esa forma. Ella parecía querer decir algo, como si de un motor se tratase, intento arrancar con su rabia hacia a mi.

—¡¿Quien diablos te crees que eres?! ¡¿Piensas que puedes ir agrediendo a la gente por ahí?! ¡¡Ademas, esta pelea es entre tu amiga y yo!!— chilló intensamente pero con un tono mas ligero que antes. Como si se avergonzara. Yo solo pude reír.

—No importa quien soy. No suelo agredir a la gente que se comporta como una persona educada y respetable. No suelo hacer este tipo de acciones, pero esta vez creo que ha sido lo correcto. Mujeres como tu sobran. Y lo siento por ello senpai. 

Ella parecía arder en rabia.

—Espero que esto te enseñe a no agredir a las personas que ni te han dañado socialmente, mentalmente ni tampoco físicamente. En resumen.— ella me observo con entrecerrando sus ojos.— No te vuelvas a acercar a Naho. Nunca mas.— dije rematando mi frase con frialdad.

Un silencio se mantuvo hasta que ella, la cual había dirigido su vista al suelo me observo con una sonrisa satisfecha. Se acercó a mi velozmente y me agredió con una bofetada. Ella posiblemente queriendo asestar otro golpe en mi rostro se detuvo. Una mano sostuvo la suya, interponiéndose entre nosotras.

—Takako.— pronuncié observándola. Ella miro enfadada y seria a Rio.

—Aléjate de mis amigas. ¿Que tan podrida puedes estar? ¿No tienes orgullo?

Ella enfadada e insatisfecha dirigió su marcha hacia el lado contrario, pero no antes de dedicarme unas palabras.

Te arrepentirás.

— Ya claro.— pensé. Aunque posiblemente...

Note como Naho tiraba ligeramente de mi manga. Dirigí mi vista a ella, dandome la vuelta.

—Lo siento Mia-chan.— pronunció con lágrimas en los ojos. Coloqué mis brazos al rededor de ella, envolviéndola. Intentando, tal vez. Mostrar una fuerte protección y afecto a ella. 

Ella es el futuro de Kakeru, por ello debo proteger su sonrisa. Por ello...— recordé a Suwa, un nudo se hizo presente en mi estomago.

Cuando mi mente mostraba inicios de vacío, Naho me sacó de mis pensamientos.

—Mia-chan.— se alejo.— Lo siento, que tuvieras que hacer eso. Por mi culpa Ueda-senpai se enfadó contigo. Incluso llego amenazarte, si tan solo fuera algo más valiente. 

Yo la observe con detenimiento seriamente. Cuando quise contestarle alguien tiro de mi brazo con fuerza y junto a el un grito.

—¡¿Cuantas veces tendré que decirte que no te entrometas entre mi novia y yo?! ¡¿Acaso eres estúpida?!— el grito provenía de la voz de Kakeru. No sabía que contestar. El nunca me había hablado de esa manera.

—¡¡No quiero verte al rededor de ella!!— me grito y soltó el agarre para alejarse. Y entonces se detuvo de nuevo.— Nunca creí que fueras capaz de algo así. Dañar a la novia de tu hermano... Me has decepcionado Mia.

Mi rostro solo expresaba sorpresa. Todo había sucedido demasiado rápido. ¿Porque Kakeru me había gritado de esa manera? ¿Decepcionado de mi? ¿Que he hecho? Aparte de proteger a nuestra amiga obviamente. ¡¿Que diablos he hecho mal?! 

Entonces mi mente se detuvo en momentos antes. 

No puede ser que sea... ¿La carta?— pensé, entonces mi rostro se puso pálido.

'' No hagas nada.'' 

 —¿Por ayudar a Naho todo ha cambiado?

Mia-chan...escuché pronunciar mi nombre por los labios de Naho. Y entonces de nuevo un brazo me jalo, pero esta vez llevándome fuera del lugar. Era Azusa.

Llegamos a la azotea. En la cual se podía ver un lindo atardecer. Muy parecido al que había visto el día en que Azu, Taka-chan y Hagita me habían confesado que ellos también seguían las instrucciones de las cartas provenientes del futuro. Y junto a el una fuerte brisa que hacía que nuestros cabellos ondearan en el viento. El rostro de Azusa mostraba molestia.

—Miaka. ¿Que hiciste?

—¿A que te refieres?— ella se acerco más a mi y bajo el tono.

—¿Que fue lo que te carta te dijo? ¡Esto no debería haber pasado! ¡Recuerda que sobre todo tu, tienes que tener cuidado!

—Es cierto.— la voz de Hagita se hizo presente.— Se supone que en el otro universo paralelo. Tu nunca estuviste con nosotros en esta época. Eres la que mas responsabilidad tiene de todos nosotros.

Yo asentí con la cabeza. Y comencé a narrar los pasado hechos debido a la pelea con Ueda Rio.

—Esa maldita bruja... ¡Debiste arrancarle el pelo!— yo reí. 

—Si hubiera hecho eso. Kakeru no le hablaría.— baje mi rostro con tristeza, a lo que seguro ellos notaron.

—¿Ha pasado algo con Kakeru Miaka-san?— preguntó Hagita. Yo asentí y de nuevo narre lo que había sucedido con la reacción de Kakeru. Comenzamos a hablar de muchas hipótesis hasta que llegamos a una conclusión. El problema fue la frase de ''◈ No hagas nada.''

—Lo más seguro es que haya sido eso. Pero si tu yo del futuro te dijo eso... ¿Porque no lo cumpliste?— preguntó Hagita.

—¡¿Porque crees que es bakahagita?! ¡¡Es porque no podía quedarse quieta!!

Era todo lo contrario. Me deje llevar por mi propio egoísmo.

—Lo siento. Pero debo pediros ayuda para esto.—ambos sonrieron y asintieron.

Nos reunimos en la cafetería en donde Takako ya se encontraba, ella había acompañado a Naho a su casa. Su estado en este momento no era el mejor por ello era una buena opción. Le contamos todo lo ocurrido con Ueda Rio y Kakeru a lo que ella comprendió en todo momento. Y mostrándome su afecto para tranquilizarme. Taka-chan era una chica muy valiente y cálida. Todos nos habíamos separado excepto Takako y yo. Ella había insistido en acompañarme hasta la siguiente estación. Nos encontrábamos en el autobús. A estas horas no había nadie. 

Ambas no emitíamos palabra alguna. Pero entonces Takako decidió interrumpir el silencio.

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—Miaka.— ella me llamo. Yo dirigí mi atención hacia ella.

—¿Porque ayudaste a Naho, cuando tu carta te pedía no hacer nada?— yo quise hablar pero ella me interrumpió.— No mientas de nuevo. No lo hiciste solo por Naho, ¿cierto?

En ese instante me quede muda. Takako era una chica que parecía ver a través de mis mentiras.

—Soy una chica egoísta, ¿cierto?— dije a lo que ella negó con la cabeza.

—No. En absoluto. Pero me gustaría que nos dijeses la verdad siempre. Se que muchas veces nos negamos a ser sinceros con el resto por miedo a ser rechazados, pero, nosotros siempre aceptaremos lo que sientas si lo dices desde el fondo de tu corazón.

Me quede en silencio observándola.

—Yo te admiro mucho Takako.— ella dirigió su vista a mi sorprendida.

—¿Sabes el porqué?— ella negó con la cabeza, yo sonreí.

—Eres capaz de decir lo que sientes sin temor. Y tienes la fuerza y aptitud suficiente para proteger a tus allegados.— Yo me detuve, ella siguió manteniendo su mirada en mí. Continué hablando.

—En cambio yo... tengo miedo. Nunca tengo la fuerza necesaria. Nunca soy suficiente. — no se cuando pero mi rostro estaba empapado. Eran lágrimas. Sentí como Takako me envolvía en su brazos dando palmadas en mi cabeza.

—Ni siquiera puedo ser capaz de hacer sonreír a Kakeru. De comprender lo que el siente... el me odia.

—El no te odia. Lo salvaremos juntos. Tu eres fuerte, y junto a nosotros eres invencible.— en ese instante rompí en llanto.


Una hora después me encontraba en casa. Cuando llegué no cene, no tenía apetito, salude a la abuela dándole un beso y me dirigí a mi cuarto. Me había dado un baño y ahora estaba hablando por teléfono con Azusa. Hablábamos de tonterías, de la quedada que habíamos organizado para ir de compras juntas, Naho, Azusa, Takako y yo. Con la excusa de animar a Naho y mejorar nuestro propio estado de animo. Me despedí de ella.

—¡Miaka, espera! ¡Antes de colgar quiero decirte algo!— yo me mantuve en silencio.

—Somos amigas. Puedes ser sincera conmigo, yo nunca, pase lo que pase, nunca te odiare. Porque somos amigas, seremos la mejores amigas que habrá jamas.— no pude evitar lagrimear un poco.

—Lo sé.  Gracias. Eres la mejor. Una gran chica. Por eso, me alegro de haberte conocido Azusa.

Ambas comenzamos a llorar, reír, soltar carcajadas, y entonces no despedimos pensando que mañana sería un nuevo día. Antes de colgar sentí mucho sueño así que al meterme en la cama me quede dormida automáticamente. Cuando pensaba que las cosas mejorarían, que nada podría ir a peor. Mi día se arruino completamente.


Era de mañana. Estábamos en un cambio de clases. Entonces Suwa apareció. Mostrando un rostro de decepción y enfado.

—¿Como pudiste hacer eso?— pregunto con un hilo de rabia en la voz. Aunque su voz no era sonora, notaba un gran enfado.

—¿De que estas hablando Suwa?— pregunté asustada. Azusa y Takako se encontraban a mi lado.

—¿De que estoy hablando?— pregunto irónicamente.— ¡¿Como pudiste hacerle eso a Naho?!

—¿Que le hice a Naho?— el se sorprendió.

—¡¿Como puedes hacerte la tonta?! ¡¿Acaso no eran amigas?!— Azusa pareció enfadarse y saltó hacia el.

—¡Claro que lo son idiota! ¡Déjate de tanto misterio! ¡Dinos de una vez lo que ha hecho Miaka!— gritó alterada Azusa. El se molesto aún más.

—Ella le envió una nota a Naho para que fuera a encontrarse con Kakeru. Pero el no quería verla y dijo que no se volviese a acercar a el. ¡¿Como crees que se siente ella?!— gritó alterado. Su rostro cambio radicalmente al decir lo siguiente.— No puedo detener sus llantos.— Suwa se veía afligido por la situación y como siempre era culpa mía. Mi corazón comenzó a palpitar lentamente. Otra vez esa molestia. 

—Me has decepcionado, creí... Yo creí que eras... Olvídalo. Si haces daño a Naho no podemos seguir siendo amigos.— entonces sentí nauseas. Unas enormes ganas de vomitar. 

—¿Que...? ¡Suwa espera! ¡Yo no he hecho nada!— alargue mi brazo hacia el, sosteniendo el suyo.

—La nota.— dijo el.—¿Que?

— Es tu letra.— contestó el.— el se soltó de mi agarre.

Las chicas y yo nos quedamos en silencio. Mi brazo el cual se encontraba de nuevo bajado temblaba. El se alejo y yo sentí de nuevo un pinchazo en el corazón. Agarré mi pecho.

—Suwa... yo... Te juro que yo nunca haría algo que os dañase. Por favor...— mi vista se nublo. Lágrimas salían de mis ojos. — Créeme. Cree en mí. — el se detuvo, para a continuación seguir caminando. Pude ver una expresión de dolor.

Me dirigí corriendo al baño. Sentí ganas de vomitar, y así fue como sucedió. Azusa agarraba mi cabello mientras que  Takako me acariciaba la espalda.

Al cabo de un rato nos dirigíamos de nuevo a casa. Pero esta vez, pude ver algo. 

—Miaka. Espera. No vaya por ahí.

Había girado en la esquina del pasillo. Pude ver como Suwa consolaba a Naho. De nuevo, yo era la que estaba fuera. De nuevo era el objeto extraño. ¿Porque no podía ayudar a nadie? ¿Porque no podía ayudar a Kakeru? ¿Porque no podía hacer que Naho sonriera? ¿Y porque no podía estar al lado de Suwa?  ¿No era lo suficientemente buena?

Me aleje corriendo de la escena. Y choqué con alguien.

—Disculpa.— dije intentando tapar mi rostro empapado en lágrimas.

—Vaya. Así que ha funcionado.— pude reconocer esa irritante voz al instante. Dirigí mi vista hacia ella la cual se encontraba sonriendo gustosamente.

—Parece que mi plan de venganza ha funcionado. ¿Dime? ¿Como te sientes ahora? Kakeru no quiere hablar contigo y ese chico tan popular... ¿Suwa, cierto? Ya no quiere ni verte. ¿Cierto?

No cabía en mi asombro. Ella había planeado todo.

—No me digas que lo de Kakeru y esa carta fue obra tuya.— dije mientras mi rostro se dirigía al suelo.

Así es.— contesto directa.— Fue divertido ver como te trataba Kakeru. ''Estoy decepcionado. No me esperaba eso de ti.'' ¿Era algo así cierto? ¡Fue realmente gracioso!— chilló mientras soltaba una gran serie de carcajadas. 

Mis puños se cerraban con fuerza.

—¿Que era eso de la carta?— pregunté con un hilo de voz.

—Ah...eso. Bueno simplemente le pedí a alguien que imitase tu letra, una imitación perfecta por cierto. Y sobre el destino de ella. Bueno básicamente escribí una frase diciendo que la tonta de tu amiga debía reunirse con Kakeru.

—¿Porque Kakeru le hablo mal a Naho?— le pregunte molesta. Ella sonrió.

—Quien sabe.

No mientas.

—Kakeru no quería ver a nadie en ese momento. Yo solo la atraje al matadero. Pobre, debías haber visto su cara. Era todo un poema. Pero con lo que mas disfrute fue cuando pude observa tu rostro de terror.

—¿Terror?— pregunte incrédula.

—Cuando Suwa Hiroto te dijo que no podríais ser amigos. Me sentí feliz por ello. ¿Porque bueno... el te gusta, cierto?

—¿Que?

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¡Nuevo capitulo! Espero que os guste, como siempre recomendar el fic y dejar vuestras opiniones e ideas en los comentarios. 

¡Nos vemos!

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