C29 || ¿PREVENIR O LAMENTAR?
Cicerón dijo y cito textual: «Vivir sin amigos no es vivir».
La RAE asocia la amistad al respeto, amor, sinceridad y compromiso con las personas cercanas. Yo lo asocio a la felicidad, el disfrute y las emociones positivas, lo asocio con la vida y las experiencias.
Por ejemplo, ¿qué se necesita para disfrutar del aire libre en un día lluvioso resultando este un gran momento para atesorar? Exacto, una buena compañía porque no es el lugar, los lujos o la actividad, son las personas que comparten el momento volviéndolo simplemente mágico.
—¿Por qué ese puchero? —inquiere Ry deshaciendo el gesto con sus dedos—. Estabas muy sonriente, ¿qué ocurre?
—Quiero leche, no me gusta esta bebida. —Le muestro mi té caliente.
—Pero hace frío, rojita.
—Dame té con leche. —El puchero vuelve a aparecer.
Estamos en la misma posición de siempre, Ry de pie que mis espaldas, Mildred a mi lado en la banca, mientras que End y KJ se las arreglan sentándose sobre algo más en el suelo para no empapar sus traseros. Todos estamos comiendo algo animados y con buenas caras, pero Ryker ha creado a un monstruo mimado que ahora no quiere abandonar la Tierra.
—Después veremos eso —me advierte con la mirada de «compórtate como una señorita de diecisiete años» y asiento sin remedio; aunque quiero portarme mal y romper reglas. Devuelve su atención a todos—. Bueno, dado que nos robaron la única prueba en la que podíamos trabajar, no investigaremos más.
Le propino un manotazo en la mano sobre mi hombro.
—¿Enloqueciste o andas juntándote con el Sombrerero para fumar de su hierba? —Volteo los ojos dirigiéndome a todo—.!Poseemos información que no teníamos antes y vamos a trabajar en base a ello, no sé cómo, pero algo se me ocurrirá. No sé si nos estén vigilando, o que concha de la madre sucede, solo sé que debemos estar alerta por si va a por alguno de nosotros y debemos vigilar a todo el que tenga síntomas. Hay que descubrir cómo llega a ellos.
Consigo un asentimiento de cabeza por parte de todos, incluida Mildred que dice no confiar en la policía puesto que su marido murió hace ocho años y aún no encuentran al culpable. Mágico. Endrie se levanta sacudiendo su trasero, se le ve la mirada huidiza y con sus manos en los bolsillos habla sin poner mucho esfuerzo.
—Me tengo que ir. —Se da la vuelta sin vacilar o despedirse—. Nos vemos después.
Miro a todos en busca de reacciones, pero dos permanecen impasibles mientras uno no solo grita respuestas con la mirada, también lo verbaliza.
—Yo pienso que es él. —El trigueño se encoge de hombros—. El traidor, digo.
Niego con la cabeza como si no pudiera creerlo.
—KJ, por dios, lo están amenazando. ¿Crees que se inventaría toda la historia? Es descabellado.
—O tú eres muy buena para ver la maldad que habita en otros.
¿Puede que KJ tenga razón? No, no. Me niego a aceptarlo. Es cierto, End está raro, pero todas mis teorías apuntan a una cosa.
—¿Sabes lo que si veo? Está extraño, su cara, sus ojos... —Tuerzo la boca, pensativa—. ¿Y si comenzó con los síntomas.
—Mejor tengámoslo vigilado por ambas razones, no quiero correr riesgos —interviene Ry y su abuela le da la razón con un guiño.
—Prevenir antes que lamentar. —Suena la campana—. Ahora, Livi, antes de que te vayas acompáñame para facilitarte unas notas de la clase de ayer.
Asiento levantándome con ella, ya que estamos una al lado de la otra. KJ me propina un beso en la mejilla cuando me acerco para despedirme.
—Te espero en la entrada, rojita —me comunica Ryker y lo dejo ir mientras yo avanzo con su abuela.
Entramos en los tristes pasillos del instituto y no sé si es el hecho de tantas desapariciones, si son las vibras molestas de los alumnos; pero se siente como si algo malo estuviese por suceder, como si fuese una peli de terror.
—Escalofriante, ¿cierto?
—¿Eh? —me volteo en dirección a Mild, confundida.
¿Será que me lee la mente?
—Todo el tema de las marionetas. —Se queda pensativa—. Es tan inverosímil que comienzo a dudar de la estabilidad de mi salud mental.
Me río adentrándome por la puerta plástica del laboratorio.
—No, Mild. —Envuelvo la mano en mi codo y observando el alrededor del lugar, que vio a esa marioneta—. Algo realmente está mal y no temo por mí, sino por mis amigos.
Me extiende unas hojas luego de rebuscar entre la fábrica de papel que es su escritorio.
—Así es la vida, Livi, loca e impredecible. —Se encoge de hombros—. Por eso solo los locos la vivimos bien.
Le sonrío antes de despedirme y salir. Quizás no esté mal tener dos tres tuercas sacadas, quizás comience a agradecer el haber vivido las suficientes malas y buenas experiencias para abrir mi mente a posibilidades que otros no sopesan; porque incluso la rotación de la tierra contiene un poco de magia.
Bien, tal vez ahora la locura no sea lo que necesite, sino la cordura. ¿Confío en Ryker? Sí. Pero, ¿cómo puedo confiar en una persona que se hacía llamar mejor amiga de otra y, ahora que se ausenta, va a por el chico que le gustaba? A esa la quiero a kilómetros de mi novio. Me apresuro hacia Ry inmiscuyéndome bajo su paraguas. Antes siempre esperaba a que él me lo ofreciera, pero ahora es tan mío como suyo y no necesito permiso. Enredo nuestros brazos precediendo de un beso en la mejilla.
—¿Puedes decirle a tu novia que no me mire mal? —dice la Barbie desgreñada y Ryker me mira de reojo, sin mencionar una palabra.
¡Ah! Que sí se nota lo mal que me cae, es que no sé disimularlo. Chasqueo la lengua.
—No te miro mal, mi cara es así —le aseguro, con una falsa sonrisa.
—Deja de odiarme, querida, tienes que entender que yo estaba primero. —Vuelve a hablar y me apetece borrarle la sonrisa de una bofetada.
«Tú no eres así». —me reprendo.
Le daré una bofetada con las palabras y va a contener un gramo de realidad.
—¿Odiarte yo, si la ciega eres tú?
—¿Ciega? Puedo ver tu feo pelo. —Se jacta, carcajeándose. Lástima que se la voy a borrar.
—Pero no cuán enamorado está Ry de mí y lo serpiente que te ves detrás de él.
Le lanzo un beso antes de abandonar su alrededor del brazo de mi chico del paraguas, quien sonríe con orgullo.
—Así me gusta: fiera, autárquica y con la cabeza en alto para que nadie te pisotee. —Se acomoda el pantalón con la mano libre—. Ni para que contarte como me pones.
Niego con la cabeza, divertida. Amo la sensación que me provoca el estar protegida por su paraguas, que sea él quien lo maneje porque es demasiado grande para mí. Una vez intenté tomarlo y se volteaba para los lados haciéndome parecer una debilucha, culpo a los vientos de la ciudad, yo soy fuerte.
Endrie se toma nuestro campo de visión, con una enorme sonrisa. Vale, sus cambios de humor no ayudan a los chicos a pensar bien de él, sobre todo KJ, pero quizás es algún nuevo síntoma de la transformación, que no conocemos.
—Te he traído un té con leche. —Sonrío. Vale, quizás si soy muy fácil de ablandar—. Término medio.
—Sí, hace un poco de frío ya.
Recibo el té induciéndome calor mediante la fricción con mi brazo libre.
—Se aproxima una tormenta —dice Ryker, enarcando una ceja hacia el ojizarco—. Vamos a casa, Rojita. Gracias por el té, Endrie.
—¿Qué gracias ni que nada? —Se carcajea—. Hoy fiesta en mi casa y no pueden negarse.
Bien, es una oportunidad para estar más pendiente de él.
—No creo que Livi...
—Se la quiera perder —lo interrumpo continuando su oración—. Estaremos allí.
Ambos echamos a caminar luego de despedirnos con gestos. Me alcanza un audífono inalámbrico para que lo ponga en mi oído, es como algo más que compartir.
—¿Por qué? —pregunta de la nada, con la mirada al frente.
—Quedamos en que debemos mantenerlo vigilado —recuerdo, dando saltitos pequeños, semejante a los tropezones—. Avísale a KJ.
—Y la emoción, ¿a qué se debe?
Esta vez voltea a verme escrutándome con la mirada.
—Es que ir a una fiesta implica escoger vestuario y tengo un chico de diez que me ayudará con ello.
—¿Implica desnudes?
—Implica todo lo que quieras —pronuncio juguetona—. Te lo has ganado por ser el mejor novio del mundo.
Toco la punta de su nariz, feliz como lombriz y todo terminado en "iz".
—¿Incluso si a veces peleamos?
—Prefiero pelear mil veces contigo que amar a alguien más.
Lo miro con demasiada ternura. Tenemos ese tipo de amor que las adversidades vuelven más fuerte, donde las facetas no son un obstáculo, sino una forma de descubrirnos. No puedo amar más las experiencias que estoy creando con él.
—Eso fue romántico.
—Es que... —Me abanico la cara—. Siento tantas cosas por ti que creo que voy a explotar.
Se carcajea, atrayéndome a su cuerpo para un abrazo de oso que tienta con quebrar la burbuja contenida en mis ojos.
—Eres la mejor cosa que el destino pudo elegir para mí.
Se detiene a besar la punta de mi nariz mientras llueve fuera del paraguas. Sin embargo, el mundo puede caerse a pedazos fuera del paraguas que me siento protegida de todo desastre.
Entre ambos decidimos que el paseo bajo la lluvia era hermoso pero, si queríamos asistir a la fiesta, debíamos apresurarnos, por lo que fuimos por su auto. Nunca le he preguntado el porqué de estudiar en un centro público con tantos recursos y escuelas privadas por las que optar fuera de esta pequeña ciudad. Siento que es una decisión suya en la cual no quiero interferir, me gusta dejarle su espacio como él me deja el mío, ni siquiera necesito averiguar puesto que lo que desee contarme lo hará y lo que no, prefiero no conocerlos
Al llegar a mi casa me pruebo casi todas las prendas de vestir que poseo. Usualmente elijo con rapidez mi vestuario; sin embargo, esta vez me toma más tiempo del deseado, ya que a Ryker le apasiona decidir qué tal me veo mientras estoy desnuda, maravillosa dice.
Pese a mi pelo llamativo, mi risa estruendosa, mi terquedad y mi locura innata, él cree que soy maravillosa.
—Tú y yo no somos novios, tampoco amigos, ni follamigos, entonces, ¿qué somos? —razono mientras paso por mi cabeza una blusa blanca.
Sus ojos me observan con un brillo especial, es algo más grande que la lujuria. Está sentado en mi cama con esa posición correctamente educada que ambos usamos.
—Somos personas que tuvieron la dicha de coincidir en tiempo y espacio. Dos almas vacías y apresadas que propusieron romper las cadenas del otro para liberarse con amor, complementarse y perseguir la plenitud de la mano. Somos un par de seres complejos tan diferentes que se completan, tan rotos que pegan sus piezas mediante besos, caricias y abrazos. No tenemos una definición porque no etiquetas lo que no tiene límites, pero si te sientes más segura, ¿quieres ser, no mi novia, sino, mi compañera de vida?
Los ojos se me empañan y me trago las lágrimas porque no es momento de llorar, es momento de reír muchísimo y ser feliz. Él me hace explotar de felicidad.
—Te amo. —Me cubro la boca mirándolo, sorprendida, por mis palabras.
Se carcajea ante mi reacción.
—Si te acercas y me das un beso caliente, puede que considere amarte. —Me hace reír corriendo hacia él, hasta quedar sobre su regazo.
Tal y como lo pidió, poseo su boca aclamando lo que me pertenece. Devoro su labio inferior con deleite percibiendo esas sensaciones cosquillosas recorrer mi cuerpo. Presionó más mi cuerpo contra el suyo, buscando una intensidad mayor mientras nuestras lenguas danzan a la par del beso cargado de deseo.
Los pulmones me arden, viéndome en la obligación de romper el beso, para llenarlos de oxígeno.
—Ahora sí, enfoquémonos en mi vestuario y en cómo vas a raptarme esta noche. —Me detengo abruptamente, debido a una idea que surge en mi cabeza—. Sé que dirás que estoy loca y que parezco navegador de google con diez pestañas abiertas, pero, ¿y si La Casa del Árbol es una fábrica de marionetas?
Me mira arrugando las cejas.
—Livi, vas a tostar tu cerebro si sigues maquinando todo de una. —Se ríe sacando el celular—. Lo googlearé y por cierto, esa blusa está bien, pero el pantalón no le va. También usa una chaqueta, hará frío en la noche.
Hago un saludo militar antes de decir. —Sí, mi general.
Vuelvo a mi armario en busca de algo con que combinar lo que ya tengo. No es muy grande, tengo lo justo y necesario, de igual forma soy feliz con ello.
—Aquí está —exclama a mis espaldas y hago un gesto para que continúe—. La Casa del Árbol es una empresa fabricante de marionetas de madera. Fue fundada en 1920 por el empresario filántropo Deven Corbin. Años más tarde, a raíz de su fallecimiento súbito, fue heredada por su único hijo Lynn Corbin. Este fue el responsable directo de su crecimiento y popularización. La marca de marionetas, La Cadear, como algunos la conocen por su simplificación, no solo fue la más comercializada mundialmente, sino que puso de moda los espectáculos con marionetas. Su mayor rasgo distintivo era la semejanza absoluta que tenían con los seres humanos, tanto así que les llamaban los Pinocho de la época. Tiempo más tarde, sobre los jóvenes años del siglo XXI, la fábrica fue demolida a causa de quiebre. Y esto es todo.
Mis cejas están arrugadas para cuando termina y debe ser tanta mi confusión que agrega:
—Esto no tiene sentido, al menos no para nuestra investigación. —Se encoge de hombros dejando su móvil a un lado—. La fábrica fue demolida hace bastantes años, por lo que no es posible que tenga algo que ver con todo lo que está sucediendo ahora. Y, por cierto, estás tan linda que me distraes.
Le sonrío con picardía antes de ir por él y plantar un beso efímero en sus labios.
—Te amo —dice, proporcionándome toda la gasolina que necesito.
Mi chico se va a su casa, luego de una larga sesión de besos mientras yo hago los quehaceres de la casa, al menos lo que me tocan, y me meto a bañar puesto que no queda mucho más tiempo hasta que Ryker pase por mí. Le hago creer a mi madre que voy a dormir, excusándome con que estoy muy cansada y no pone peros. No es muy complicado convencerla, ya que está en uno de sus días depresivos donde no hace más que extrañar a mi padre.
—Mamá, me voy a dormir, ¿vale? —Mi voz suena lastimera—. Estoy demasiado cansada.
Beso su frente y ella me acaricia el rostro con lágrimas en los ojos.
—Te amo, mi niña. —Se le entrecorta la voz, pero continúa—. Eres la luz de mi vida, no lo dudes nunca.
Joder. Un nudo se instala en mi garganta y la culpabilidad me azota como castigo por mis engaños. Es más fácil para mi conciencia mentirle si estoy peleada con ella, pero cuando me dice esas cosas me dificulta la existencia.
—Te amo, mamá. —Le lanzo un beso—. ¡Qué descanses!
Entro en mi habitación acomodando todo, sin cerrar la puerta con pestillo. Tomo una peluca roja —que nunca supe la razón de su compra, ya que me tinté el pelo— y la coloco en su sitio. Una piedrecita colisiona contra mi ventana llamando mi atención, se muy bien de quien se trata.
Abro la ventana, sonriente. Tengo todo lo que necesito, pero de igual forma hago un repaso para que nada se me vaya a olvidar. Me maldigo internamente por haber optado por una falda plisada sobre el tobillo y unas botas de tacón, pero como puedo me aventuro por la ventana auxiliándome en lo que me rodea, rezando para no romper la falda o mi pierna.
Abajo, sus brazos fuertes me atrapan y alzan en un abrazo. Siempre he amado ese look delicioso que le dan los jersey cuello de tortuga acompañado de una gabardina, unos vaqueros y botas marrones.
—Si te digo que estás para chuparme los dedos, ¿me encerrarás en mi habitación hasta que no reconozca otro sabor que no sea el tuyo? —Sonrío, enganchada de su cuello.
—Lo sabes, amor. —Besa la punta de mi nariz.
Un resoplido me alerta poniéndome el corazón a latir a mil por hora. ¡Qué ganas siempre de hacer el ridículo!
—¿Se les olvida que estoy presente? —refunfuña, KJ—. Si es que hasta invisible resulté ser.
Nos reímos y me alejo de mi novio saludando a mi amigo. Su abrazo se extiende y me da las vueltecitas que me encanta, pero que Ryker llama "pasarse". El intercambio de sugerentes miradas no lo paso por alto, pero me aventuro al auto que me llevará hacia mi próximo destino.
La fiesta.
||~𑁍~♡~𑁍~||~𑁍~♡~𑁍~||~𑁍~♡~𑁍~||
Capítulo dedicado a: El_Jamon_De_Mikhail
¡Hola, hola!
Gracias a todos por sus comentarios, aunque a veces no los respondo todos siempre los leo y me río mucho con lo que comentan.
No sé cuantas veces voy a decir lo agradecida que estoy con todos los que me leen, dios lo valoro tanto.
A partir de ahora se vienen bastantes "verdades". Comenzaremos a descubrir qué sucede.
Los amito.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top