Capítulo 24
Sentí como bajaba sus manos a mi trasero y lo apretaba y soltaba haciéndome estremecer y pararme de puntillas un momento, pero luego él se agacha y separa mis piernas antes de levantarme y hacer que las enredase en su cintura y me apega la espalda por el vidrio nuevamente haciéndome sobresaltar por el frío.
Ladeé mi cabeza y él igual hacia el lado contrario para tener mejor acceso al otro, muerde mi labio inferior y lo estira un poco, me suelta y besa mi cuello, mientras que yo jadeaba por la perdida de aire que ocasionó ese beso.
- Mhm... - Cerré mis ojos y mordí mi labio inferior para aguantar los jadeos y gemidos que trataban de salir de mi boca.
Él deja de besarme y me ve con la respiración agitada y un poco ¿Sonrojado? ¿Mateo se puede sonrojar? De las cosas que se entera una...
Nos miramos a los ojos cuando nos separamos, pero él aún no me baja, apoyé mi mano en su mejilla levemente y él cierra los ojos ante mi tacto, pero suspira y me baja con cuidado.
- Lamento esto tan... repentino... - Dice apartando la mirada... apenado.
Me aguanté la pequeña risa y cubrí mi boca con mis manos para ello.
- ¿En serio te disculpas? No pareces el chico al que no le importaba agarrar a cualquiera y llevársela a la cama - Dije mirando hacia otro lado.
- ¿Sigues pensando eso de mi? - Se queja con un tono aniñado.
- ¿Me harás cambiar de opinión? -
- Si -
- ¿Cómo? -
Él se queda en silencio pero con la boca abierta al momento de querer decir algo, pero parece arrepentirse, se rasca la nuca nervioso pero resopla.
- Te haré cambiar de opinión - Dice.
- ¿Ah si? -
- Si -
- Bien... estaré esperando -
Me di vuelta y me adentre en la habitación, lo volteé a ver y sonreí un poco antes de cerrar la puerta y correr las cortinas. Me acerqué a la cama y me acosté en ella, vi la sombra de Mateo alejarse y luego, a lo lejos, escuché el motor de su auto. Intenté dormir pero no podía, sentía mi rostro ardiendo mucho y no podía dejar de sonreír como idiota.
Supongo que... había que admitir algo...
- Me gusta Mateo... -
***
***
Tengo mala suerte con los hombres en mi vida, supongo y con la gente en general. Desde lo que pasó aquella noche, hace tres días, Mateo y yo no pudimos volver a entablar conversación alguna. Él andaba muy ocupado con varias cosas y cuando se me acercaba alguien tenía que interrumpir y alejarlo de mi.
Es tan... desesperante como justo luego de todo eso que pasó en mi balcón, el mundo parece en contra de que estemos cerca.
Además de que... Taylor... ¡Es una desgraciada hipócrita y traidora!
Digo esto porque... ella dejó de ser parte del grupo por ir a coquetear con Mateo, se la pasa encima de él, viéndolo, tocándolo... es realmente desagradable ver como no lo deja tranquilo y ella es el principal problema del porqué Mateo ya no se acerca a mi.
Cuando lo ve acercarse a mi ella lo agarra y se lo lleva poniendo cualquier excusa para que aceptara ir, o por lo menos que no tuviera opción.
Había pensado que éramos realmente amigas... Supongo que me había equivocado...
Ahora mis amigas también la desprecian y odian por hacer esto sabiendo que... Mateo me gusta... pero nadie dice nada al respecto porque se lo contará a todos y que Mateo se entere de esa forma no está en mi lista de mejores ideas...
Resoplé frustrada mientras veía como Taylor estaba acariciando el brazo de Mateo el cual terminó una práctica de fútbol y ya está duchado por lo que tiene el cabello mojado y desordenado... haciéndole ver aún más sexy...
Pero Mateo ni le presta una mísera gota de atención, sino que tiene su vista clavada en alguien más...
Ahá, adivinaron, yo.
Yo no dejo de mirarlo y él tampoco a mi, pensaba en levantarme yo e ir hacia él si él no lo hacía pero antes de poder ordenarle a mi cuerpo que lo hiciera, Taylor se da la vuelta para ver que era lo que estaba viendo Mateo y cuando se encuentra conmigo frunce el ceño pero luego noté una sonrisa en su rostro.
Se levanta y se coloca en el regazo de Mateo, eso ya era suficiente molestia para mi, pero lugo voltear el rostro de Mateo comienza a besarlo.
Me quedé paralizada al ver aquello, y sentí una opresión en el pecho cuando notaba que Mateo no la apartaba en ese momento.
- Lena... -
Resoplé levantándome, aparté la vista y salí caminando del lugar.
¿Así es como Mateo piensa hacer que cambie de parecer con respecto a él? La jugada no le está saliendo nada bien.
Me harté de que siempre haya alguien apartándolo a él cuando está dispuesto a hablar conmigo, si yo no hice ningún movimiento antes fue porque él dijo que iba a hacerme cambiar de opinión y quería ver y ser testigo de como lo haría, pero bueno... tal vez si tuve que hacer algo antes de que esto ocurra, como sea... ya es bastante tarde para eso.
Antes de salir por completo de la cafetería escuché como si alguien se levantara rápidamente y luego un chillido femenino pero salí de allí ya sin darle importancia.
Me metí en el baño y me acerqué al espejo, pero me toqué las mejillas sobre aquellas gotas que salían de mis ojos sin yo haberme darme cuenta antes...
Estaba llorando...
Hice una mueca y decidí lavarme el rostro para limpiarme las lágrimas, no quería... no quiero llorar por esto.
Apoyé mis manos en la mesa del lavabo inclinándose un poco hacia el frente con la cabeza ligeramente agachada, sin darme cuenta estaba apretando los dientes y acababa de soltar un sollozo y luego otros más, pero el resto decidí ahogarlos, solo miraba como el agua aún salía de la canilla abierta.
Hasta que escuché la puerta abrirse y al levantar ligeramente la vista hacia el espejo, vi el reflejo de Mateo frente a la puerta.
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