Capítulo 17
- ¿Lo ves? - Pregunta Ian - Eres algo para él, por eso está aquí. ¿No es cierto Mateo? - El nombrado no responde.
Ian comienza a reír, y yo sigo intentando zafarme del agarre de sus gorilas.
- Tú te lo buscaste Ian - Habla Mateo haciendo que Ian deje de reír y todos lo volteemos a ver.
Mateo retrocede unos pasos y truena sus nudillos sonriendo de lado pero en un segundo golpea al gorila de Ian en el rostro y lo deja en el suelo, camina hacia Ian pero los demás gorilas se le colocan en medio, pero a todos los deja en el suelo sin esfuerzo alguno y pronto llegó hasta Ian quien intentó escapar pero Mateo lo agarra por la ropa y lo golpea.
- Hijo de puta... - Se queja Ian y se levanta rápidamente para atacar a Mateo pero él agarra su muñeca y se la dobla para luego dejarlo de rodillas en el suelo torciendo su brazo.
Yo estaba sorprendida ya que lo hacía con tanta facilidad... el rostro serio y los músculos tensos... Me lo quedé viendo y por un momento dejé de escuchar los quejidos y gritos de dolor de Ian.
Reaccioné cuando lo volví a escuchar hablar.
- Te lo dije, no la metas en nuestros problemas... Hubieras hecho bien si la soltabas - Dice calmado.
- ¡Suéltame! - Se queja Ian.
- ¿Ves? No es lindo pedir que te suelten y que no lo hagan... ¿Por qué lo haces tú? -
Escuché como el sonido de los huesos de Ian y su grito de dolor. Todos estaban paralizados por la escena, pero en ese momento, los amigos de Ian, al estar aterrados por Mateo, me sueltan de golpe haciendo que cayera y chillara del dolor al caer sobre mi tobillo, hice muecas y traté de aguantar pero dolía demasiado.
Mi chillido hizo que Mateo se desconsentrara y me mirara preocupado pero Ian aprovechó aquella distracción pero soltarse y golpear a Mateo en la mejilla.
- Te preocupas por ella... por eso quieres ser el héroe. Pero déjame decirte Mateo que no lo eres. No eres nada -
- Tal vez... pero eso no me impedirá partir tu rostro por meter a alguien en nuestra pelea... Si tú no usas trucos sucios y baratos, no eres nada ¿Cierto? - Mateo se acerca a Ian quien retrocede - Sabes que no puedes ganarme solo, por eso metes a tus amigos y luego a otros que no pintan aquí... Eres despreciable -
Mateo termina la pelea con una patada de lado en la cabeza de Ian y lo deja inconsciente en el suelo, todo queda en silencio, nadie se atrevía ni a respirar fuerte. Mateo se da vuelta y mira a los amigos de Ian que estaban cerca de mi, ellos se alejan corriendo y Mateo los sigue con la mirada antes de pasarla a mi.
- ¡Hm! - Me tensé y sentí como una corriente eléctrica por mi cuerpo por causa de aquella mirada, él se acerca a mi y yo había olvidado el dolor en mi tobillo, se agacha hasta estar a mi altura.
- ¿Estás bien? - Pregunta apoyando su mano en mi espalda y la otra en mi rodilla mientras observa mi tobillo.
- Yo... - Parpadeé un par de veces reaccionando - Si, si... estoy bien -
Él me mira y asiente, pasa su brazo por debajo de mis rodillas y me carga, yo me sonrojé y sorprendí.
- B..Bájame, no n..necesitas cargarme - Dije pero él ni me mira y ni me hace caso, solo gira su rostro y mira a alguien antes de hacer una seña con la cabeza para que se acercaran.
Noté a dos chicos de mi instituto venir hacia nosotros, agarran mis muletas y Mateo comienza a caminar con ellos detrás, yo me cubrí el rostro para que todos dejaran de verme, o eso pretendía.
¡Que vergüenza... !
Solo sentí como nos alejamos de la multitud, luego hice un espacio entre mis dedos y miré que estábamos llegando al auto de Mateo.
- Te llevaré a tu casa - Dice.
- Solo déjame donde Sarah y Julia... no necesitas llevarme -
- Aún así te llevaré -
- Pero... -
- Lena... - Él en mira de reojo, y yo, aunque no quisiera, cerré mi boca en contra de mi voluntad, suspiré y miré al frente.
Él me deja en el suelo pero me hace apoyarle por el auto para no caer mientras ayuda a los otros dos con las muletas.
Yo suspiré mirando a otro lado y cruzándome de brazos.
- Vaya espectáculo el que dieron, hermanito, que lindo ¿No Lena? Se preocupa por la muñeca -
Mateo frunce el ceño, se despide de los otros dos quienes se alejan aún volteando un par de veces para saber que ocurría pero ya dejé de prestar atención cuando Mateo cierra la puerta del auto para acercarse a mi y alejar a Luka.
- Mira Luka... no tengo intenciones de pelear contigo pero si no te vas ahora, no dudaré en golpearte como al otro imbécil - Dice Mateo con tanta seriedad que la sorpresa en el rostro de Luka era clara, pero la disimula frunciendo el ceño y cruzándose de brazos.
- El hermano mayor aquí soy yo, tú no puedes amenazarme y... te recuerdo que siempre fui mejor peleando que tú - Dijo Luka.
- Si bueno... las cosas pueden cambiar ¿No crees? -
Luka suelta una corta y leve risa pero me mira.
- ¿No prefieres irte conmigo, muñeca? El niño está amargado... te sentirás incómoda con él -
- Me sentiría peor estando en el mismo auto que tú, imbécil - Dije molesta.
- Confirmo que eres un idiota peor que antes... ¿Crees que se va a ir y quedar a solas con el mismo tipo que intentó violarla? -
- Ella fue quien entró a mi habitación... -
- Pero eso no te da el derecho, no intentes culparla de algo que claramente fue tú culpa - Mateo parecía estar a punto de saltar a golpear a su hermano.
- Prometo no tocarte muñeca, pero te vendría bien alejarte del niño... podría descargar su ira contigo... -
Miré a Mateo, él si estaba muy enojado pero... no lo creía capaz de hacer algo así... no lo creo...
- No puedo confiar ni un poco en ti Luka, así que no, mi respuesta seguirá siendo no. Así que mejor será que te vayas - Dije.
- Tsk, que aburridos -
Luka se aleja y se sube a su auto que estaba en frente del de Mateo, nosotros vimos como se iba y luego Mateo suspira pesadamente y voltea hacia mi.
- Vamos... -
Asentí.
Yo me subí al auto de Mateo con su ayuda y luego se sube él, pone en marcha el auto y ambos nos quedamos en silencio casi todo el camino, lo seguía viendo tenso.
- Lamento meterte en... todo eso... no creí que Ian sería tan cobarde para hacerlo - Dice de la nada.
- No estoy enojada contigo, no es tu culpa... pero no entiendo porque no dijiste la verdad - Dije murmurando lo último.
- ¿A qué te refieres? - Pregunta frunciendo el ceño.
Yo suspiré y me recargue en mi mano apoyada en la ventanilla.
- Yo no soy ninguna debilidad para ti, tuviste que decirle eso... -
Él no responde y yo solo me quedé mirando la ventana hasta que llegamos cerca de mi casa, pero cuando iba a prepararme para bajarme, Mateo se acerca más a mi casa.
- ¿Qué haces? - Pregunté.
- Te duele el tobillo y estás cansada, solo te dejaré más cerca, así no tendrás que caminar tanto - Dice sin mirarme, solo al frente.
- Pero mi padrastro... -
- Bueno... entonces ahora me llamo Agustina ¿Qué te parece? - Dice con una sonrisa.
Me reí un poco por aquello y luego asentí sonriendo.
- Esta bien Agustina, gracias -
Él sonríe ampliamente.
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