Cinco a cuatro, nosotros ganábamos. De verdad pensaba que este partido sería un aburrimiento total pero... no fue así. Ahora me encuentro gritando a todo pulmón por nuestro equipo.

Mateo era el que anotaba casi todo, pero eso sí, nunca se libró de que Ian se le tirase encima con otros jugadores.

Y por esa razón supongo, mi corazón latía de forma acelerada, pero cuando lo veía levantarse este se calmaba. No entiendo porqué me pasan estas cosas... con él.

Álvaro le pasa la pelota a Mateo y él salta para agarrarla, pero estando en el aire Ian lo taclea y lo deja en el suelo bruscamente, yo me levanté de golpe al presenciar aquello, Mateo no se levantaba y mi corazón volvió a acelerarse y mi respiración se cortó.

Se quedó mucho tiempo en el suelo y cuando pensé que no se levantaría más, que algo le había pasado, lo hizo, se levantó.

Hijo de su reputisoma madre casi me da un infarto...

Mejor ya no pienso en eso.

El partido continúa, y los del equipo contrario anotaron uno más. Quedaban segundos para que termine el partido y se notaba que nadie quería quedar en empate.

Todo era mucho más agresivo y tenso.

Me levanté y fui hasta el principio de las gradas para ver mejor.

Álvaro corría con la pelota en sus manos.

- ¡Álvaro corre y no dejes que ganen porque voy y te meto una patada en las pelotas - Gritan Sarah. Todas la miramos como si vuera una loca - ¿Qué? -

Álvaro corría más rápido cuando los del equipo contrario se le acercaban, Mateo estaba libre y él se la pasó, Mateo la agarró y anotó en el último segundo.

- ¡Ganamos! - Grita Jul.

Mateo lanza la pelota y mira hacia las gradas para luego señalar hacia donde yo estaba.

- Oh por Dios ¡Mateo te dedicó su anotación ganadora! - Gritaron Sarah y Jul. Taylor se quedaba mirándolo.

- No creo, seguro fue a alguien más... hay muchas personas - Dije.

Todos comenzaron a bajar a la cancha y correr hacia los del equipo, las chicas me animaron a irme hacia donde él estaba, bueno... me obligaron, aunque al final acepté y cuando iba a bajar de las gradas vi a Camila, quien corrió hacia Mateo y lo sujetó por el rostro y al final lo besó frente a todo el mundo.

Me sentí mal en ese momento, sentía mi estómago revolverse y un nudo en la garganta.

¡¿Por qué me siento así?! ¡Basta!

- Lena... - Sarah me mira con lástima y yo frunzo el ceño.

- ¿Qué? Mateo no es nada para mi, el puede hacer lo que quiera - Respondí. Y por alguna razón, esas palabras me dolieron a mi.

Miré a Ian, él estaba enojado, empujaba a todos y se fue corriendo, pero antes le dió una mirada fulminante a Mateo, y luego miró a las gradas hasta encontrarse conmigo, pero sonrió por alguna razón.

Yo no entendía, pero decidí que ya quería irme, al fin del cabo, solo vine aquí obligada.

Salí de allí y llegué hasta el estacionamiento.

- Tú - Escuché una voz masculina detrás de mí pero pensé que no era hacia mi así que la ignoré - Hey, chica muletas - Sentí una mano en mi hombro y me di la vuelta, apartando su mano de mi y cuando lo miré, vi a Ian.

- ¿Qué quieres? - Pregunté confundida.

- ¿Qué eres tú de Mateo? - Preguntó interesado.

- Nada ¿Por qué? - Pregunté.

- No creo que no seas nada... nadie le dedica una anotación a alguien porque si - Respondió.

- ¿Si? Pues no creo que fuera para mi, seguro fue a alguien más - Respondí.

- Hm... no lo creo -