Capítulo 11

Al sonar el timbre del cambio de hora me levanté tan rápido como pude, sin caerme, y fui directo a la enfermería, el dolor en mi tobillo no desaparecía y dolía bastante.

- Hola - Dije al entrar.

- Hola Lena - Dice la enferma.

- ¿Me das una pastilla para el dolor? - Pregunté apuntando a mi tobillo, ella asiente y busca la pastilla, al encontrarla, me la da junto a un vaso con agua.

Me la tomé y se lo agradecí para luego salir de allí. El dolor poco a poco diminuyó, me alivié y fui a mi clase siguiente, el profesor no me regañó por llegar tarde ya que tenía mi problema del tobillo.

Me senté en mi lugar el cual era delante de Mateo.

- Oye ¿Podemos juntarnos en tu casa para hacer el proyecto? - Preguntó.

- Mm... no... Mejor juntémonos en otra parte - Dije.

- ¿Por qué? ¿No quieres que vaya a tu casa? Si ya fui cuando te lastimaste el tobillo -

- Es... complicado... Solo no quiero que vayas, ya déjalo así - Dije y me di la vuelta para prestar atención a la clase.

Al sonar el timbre nuevamente, junté mis cosas rápido y me fui antes que Mateo. Fui a mi casillero y guardé mis cosas, con cuidado, meto mis cosas en mi bolso y sujetó bien mis muletas.

- ¿En serio no me dirás el porqué no quieres que vaya a tu casa? - Preguntó poniendo un brazo en mi camino.

- En serio. Así que deja de insistir, no es asunto tuyo - Dije cortante.

- Dímelo o apareceré en tu casa hoy -

- ¿Por qué insistes? -

- Porque me parece raro y soy alguien con bastante curiosidad - Se cruza de brazos y se recuesta de lado contra los casilleros.

- Pero acepta que no quiero decirte -

- No, seguiré insistiendo -

- Ni siquiera es tu problema y estás siendo un imbécil irritante -

- Bueno... no me importa... solo quiero saber... - Dice y mi paciencia apoya se estaba agotando.

- Déjame en paz - Traté de pasar por su lado pero su brazo me lo impide, lo miré y él a mi, una mirada seria e insistente aunque estaba callado y yo gruñí.

- ¡Dios! ¿De verdad quieres saber? - Asintió volviendo a cruzarse de brazos - Bien. No quiero que aparezcas ni cerca de mi casa porque mi padrastro es un puto pedófilo y es capaz de matarte o a cualquier chico que se acerque o respire cerca de mi ¡¿Feliz?! -

Esta revelación claro que lo dejó perplejo mientras que las lágrimas de impotencia y furia aparecieron en mi rostro y amenazaron con salir de mis ojos hasta que lo consiguieron. Las lágrimas corrían por mis mejillas sin parar, hice mi esfuerzo de irme de allí rápidamente y por suerte él ya no me lo impidió.

Agradecía que los pasillos se habían vaciado antes de que abriera la boca porque habría sido la peor vergüenza de mi vida si alguien más se enteraba...

Entré al baño y me quedé allí hasta que calmé mi llanto, lo cual, fue tardado ya que sentía mucha rabia y frustración. Aunque... debia admitir que haberlo dicho en voz alta frente a alguien... me hizo sentir algo mejor... pero debía ser justo Mateo ¿No?

Cuando me fue posible dejar de llorar limpié mi rostro y salí de allí, pero me encontré con Mateo.

Al verlo allí mi furia regresó y rodé los ojos.

- ¡¿Qué más quieres?! Ya sabes todo... ahora déjame en pa... -

No pude terminar de hablar cuando él me estrecha contra su cuerpo aprisionándome en un abrazo cálido... Me sorprendió bastante el que hiciera eso y por eso dejé caer accidentalmente mis muletas, al comienzo intenté apartarlo ya que sentía que volvía a tener los ojos llorosos, pero al ver que no tenía caso, que mi cuerpo temblante perdía fuerzas... ya dejé de intentar y no lo aparté.

En este momento un abrazo era lo que más necesitaba... y no quería admitirlo y menos cuando el abrazo me lo daba él. El llanto volvió a comenzar y muchos sollozos salieron de mi boca, me aferré a él escondiendo mi rostro en su pecho y él me apretó más contra su cuerpo.

- Lo siento - Dijo mientras me abrazaba.

Yo comencé a ahogar mis sollozos pero me era bastante complicado, el aguantar todos estos años con mi padrastro haciendo mi vida miserable y el no poder sentirme mejor mientras lloraba sola hacía que esto ocurriera, el poder desahogarme con alguien... me hacia sentir mejor...

- Tranquila... Está bien... no te aguantes... si te hace sentir mejor llorar, hazlo cuanto quieras... solo hazlo... - Dice en un susurro para consolarme.

Apreté mi agarre en su camisa y apoyé más mi frente en su pecho agachando la cabeza y llorando ya sin intentar detenerme, sentí que él nos movía y me hacia apoyarme en la pared para tener un soporte y él apoyó su ante brazo contra esta también mientras que rodeaba mi cintura con su brazo libre para que no me cayera, se acercó a mi... o bueno... yo lo acerqué y continué llorando hasta quedarme seca.

Cuando consigo dejar de llorar, él no me aparta, yo suspiré pesadamente y me separé un poco de él. Él se aleja de mi y levanta mis muletas mientras yo me sostengo apoyada por la pared. Me las extiende y yo las agarré y Mateo en lugar de darme mi bolso, lo apoya en su hombro y lo lleva él.

- Lo llevaré yo, y nada de lo que digas me va a hacer cambiar de opinión - Menciona antes de que yo protestara.

- No quiero ir a clase - Dije en un susurro, pero tampoco quería ir a mi casa.

- Esta bien, te llevaré a otro lado - Dice, yo lo volteé a ver.

- ¿Tu no debes ir a clase? - Pregunté.

- Hm... No quiero, y prefiero arreglar mi error - Dice sonriendo. Yo suspiré y miré al frente.

Y así, salimos del instituto y nos pasamos por el estacionamiento hasta encontrar su auto y subirnos en el. Mateo arrancó y nos fuimos de allí.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top