Capitulo 91

[Harry]

“Lucy, ¿qué diablos es eso en tu cuello?”

Me miró casi en shock. Sus ojos la traicionan y arrebata de mis manos su bufanda.

“No es tu problema,” murmuró dándose la vuelta.

Entiendo que no exista ningún vínculo entre nosotros pero somos seres humanos. Ella no puede simplemente aparecerse con esa extraña marca y pensar que yo no voy a preocuparme.

“Lucy, ¡¿quién diablos hizo eso?!” Elevé la voz pero no gritando, estoy tratando de no perder el control.  “Lucy, me estás preocupando, ¿qué sucedió?”

Quiero estirar mi mano hacia ella y tocar su hombro, quiero abrazarla y quiero escuchar la verdad pero al parecer no obtendré nada de eso.

Ella guardó sus cosas respirando lentamente. Deslizo una de sus manos por su mejilla y yo sabía que estaba llorando.

“Por favor, háblame,” supliqué.

“Estuve en una pelea,” apretó sus labios en una fina línea y su nariz estaba un poco roja.

“¿Tú? De ninguna manera. ¿Por qué?”

“Con…con Madison,” se cruzó de brazos y limpió otra lágrima.

No sé por qué pero creo que Madison sería capaz de eso. Ella trató de coquetear conmigo en navidad sabiendo que Lucy estaba en su habitación. No tiene dignidad o respeto, ¿qué la detiene de lastimar a Lucy?

“¿Qué mierda? ¿Ella te hizo eso? ¿Acaso está loca o qué?” Ladré enfadadísimo. Si fuera un chico probablemente lo mataría y no tendría ni un solo puto arrepentimiento.

“Sí, hm, no sé qué le sucedió.”

“Lucinda, necesitas decirle a tu madre sobre eso.”

“Es mejor de esta manera,” habló mientras sacaba un pañuelo de su bolso.

“Lucy, por favor, deja de llorar,” rogué y sólo quiero abrazarla pero sé que no le gustaría.

Debió ser horrible para Lucy, para hacer eso Madison enterró sus uñas en ella…lo que significa que quizás estaba tratando de estrangularla. Lo sabría mejor si las marcas estuvieran más frescas. Pobre Lucy, tan pequeña e inofensiva. No puedo imaginarla en esa situación, me rompe el corazón pensar que podría estar en peligro y yo no pudiera ser capaz de hacer algo al respecto.

 Otra lágrima corrió por su mejilla y quería besarla.

“Estoy bien, ya pasó. Soy un poco sensible.”

“No puedo verte de esta manera, no-no puedo,” mis palabras salieron suave y ella me miró con ojos bien sorprendidos.

“Llorar es normal.”

Pero ver a la chica que te gusta llorando es aún peor.  

“Necesitas hablar de tu madre sobre eso,” repetí. “Es importante.”

“Bien, Harry, lo haré,” miré su rostro cuando escuché sus palabras. “¿Podrías mantenerlo como secreto?” Se colocó la bufanda y yo me mordí el labio inferior.

“Si algo sucede puedes decírmelo, ¿sí? Puedes confiar en mí,” murmuré y quiero que crea en mis palabras.

“Harry, aprecio todas las veces que me has ayudado, enserio,” asintió, “pero a veces siento que…que no puedo confiar en ti,” habló y juro que mi puto corazón se rompió como nunca antes. “Tengo que irme y tú también,” hizo un gesto a la puerta y yo no podía moverme.

Lo mereces, lo mereces, me repetí a mí mismo.

Tragué saliva y seguí su camino hacia la puerta.  

“Nos vemos,” se giró y yo me quedé ahí.

“Pero tenemos un trabajo qué hacer,” murmuré pero por supuesto que Lucy no podía escucharme.

Todo eso me hizo sentir más que devastado. Estaba tan solo y la necesito pero no puedo alcanzarla.

Debería hablar con Madison, debería hacer algo al respecto. ¿Qué puede ser? ¿Amenazarle, decirle que se aleje de Lucy? Probablemente la última opción. Madison tiene suerte de ser una chica porque no pensaría dos veces si el involucrado fuera un chico.

El resto del día es una mierda, una completa y real mierda. No estoy aquí y mi cuerpo se mueve siguiendo a los demás. Comí pero sin estar muy hambriento, miré al pizarrón sin escuchar y no pude conversar con mis amigos.

Los chicos propusieron una reunión, una junta entre nosotros para arreglar mi problema. ¿Tan mal estaba luciendo que tuvieron que decirme eso? Probablemente.

Han pasado 3 días desde que acepté mi amor por Lucy y todo está muy mal, pésimo. Supongo que así se sentía ella y yo no pude acercarme. Fui un hijo de puta y no me acerqué en ningún momento. Tenía mis razones, quería algo bueno para ella pero ahora me doy cuenta de mi gran error. 

Cuando termina el día es un alivio, un enorme alivio para mí pero mis músculos permanecieron tensos.

Zayn me envió un mensaje diciendo que iban en camino al auto y yo me dirigía al mismo lugar.

Billy alcanzó mis pasos y no quería escuchar lo que tendría para decir pero me estaba sintiendo masoquista hoy.

“Tengo información sobre su cena,” Billy dijo y mis puños se apretaron. “Lucy se divirtió mucho, dijo que su amigo era amable y que siempre podía contar con él.”

Santa mierda, por favor dispárenme.

Apreté mis dedos contra mi nariz y ya estamos casi llegando a mi auto.

“Le dio flores y luego ella fue a su casa,” contó el chico y las últimas palabras me hicieron perder la cabeza. “¿Harry?” Escuché a Billy pero yo me dirigí inmediatamente a mi auto y empecé a golpear la puerta.

Cada vez que mi puño arremetía contra mi auto yo imaginaba que era el rostro de Adam, eso fue muy aliviador. Tuve malos pensamientos acerca de Lucy en la casa de Adam pero sé que ella jamás sería capaz de eso. No ahora, pero ¿qué pasa si empieza a gustarle Adam?... La última pregunta me hizo dar puñetazos más fuertes.

“¡No otra vez!” Chilló Louis y  Zayn  me agarró.

“Harry, hay gente mirando, basta,” Zayn apretó sus uñas en mi codo y habló firmemente.

Jadeé y estaba furioso, miré alrededor y Billy estaba en shock y otras personas miraban confundidas y sólo quería gritarles que este no era su maldito asunto pero encontré a Cassie y Mandy mirándome. Santa mierda, no, no, no.

Zayn comenzó a jalarme y creo que Niall abrió la puerta y me obligaron a meterme al asiento trasero. Los demás se metieron y apresuradamente salimos de los terrenos de la escuela.

No quería que Mandy y Cassie me vieran en ese estado, probablemente le dirán a Lucy sobre esto y ella va mal interpretar todo.

Golpeé mi vidrio y se tiñó de rojo. Sacudí suavemente mi mano ignorando el dolor y dejando que pequeñas gotas llovieran de mis nudillos.

“¡Basta! ¡¿Qué mierda te pasa?!” Liam gritó enfadado a mi lado.

“¡No puedes hacer eso!” Niall se quejó sin girarse hacia mí porque está conduciendo.

“¡Tienes que controlarte!” Louis gruñó desde el asiento delantero. “Golpeando puertas no conseguirás a Lucy de vuelta, idiota.”

“Sí, es suficiente, Harry,” Zayn apoyó su mano en mi hombro y yo giré los ojos.               

“Odio a ese niño,” espeté confesándome.

“Los celos son tan poderosos y malos,” Niall negó con la cabeza.

“Sí, sí, todos sabemos eso pero Harry, realmente necesitas controlarte. Lucy es tan sólo una chica, no es la primera ni la última, hay un montón de vaginas allá afuera.”

“¡¿Qué mierda?!” Exploté y Zayn tuvo que agarrarme para no golpear a Liam. “¡No vuelvas a decir eso otra vez, desgraciado! ¡Ella no es eso para mí, no tienes idea de lo que siento por Lucy! ¡Si dices algo más al respecto te rompo todos los dientes, Liam, juro que lo haré!” Zayn mantuvo su agarre firme y mi rostro estaba caliente de la ira.

Payne se giró hacia la ventana y yo hice lo mismo pero de mi lado del coche. Niall suspiró y Louis soltó una leve risita.

“Eso es encantador, la familia peleando.”

“Cállate, Louis.”

“¿Qué? Sólo digo la verdad, Zayn. Una vez que lleguemos a casa todos haremos yoga, señoritas,” Niall ahogó su risa y al menos Louis siempre trataba de mejorar el ambiente entre los cinco.

Me mantuve callado y con la frente presionada contra el vidrio. Traté de no pensar en Liam porque probablemente lo golpearía aquí mismo. Lucy no es eso para mí, ha pasado un año y jamás la he visto como Liam dijo. Lucinda definitivamente tiene un significado más profundo y no he necesitado su toque en una manera sexual para tener estos sentimientos por ella.

Cuando llegamos a casa sabía que no quería estar aquí. Liam se bajó enseguida al igual que Zayn. Carraspeé exageradamente y Niall y Louis me miraron.

“Dame las llaves, iré a ver a mi hermana.”

“¿No quieres hablarlo? Tenemos que hacerlo,” Niall me entregó las llaves y yo sacudí la cabeza.

“Más tarde o no sé,” cerré la puerta.

“¡No te escaparás del yoga!” Louis se cruzó de brazos y luego empezó a caminar a la casa.

Probablemente sonreiría por su característico humor pero no estoy de ánimos.

Conduje al edificio de Gemma, no está muy distante. Nunca he hablado mucho de chicas con Gemma pero creo que pasar el tiempo con ella me hará bien. Recuerdo que le hablé de Lucy a Gemma, admití que me gustaba aunque me rehusaba a sentir eso. Qué tonto y estúpido por negarme a un sentimiento tan real. Casi real porque necesitaba que Lucy también lo sintiera.

Mi hermana vive en un departamento pequeño pero cómodo. Toqué la puerta y espero no interrumpir algo. De todas maneras no interrumpía, soy su hermano.

Abrió la puerta y lo primero que noté es la palidez de su rostro y que se ha teñido el cabello de rubio.

“Hola, ¿cómo estás?” Habló suavemente y me dejó pasar.

“Bien, ¿y tú?”

“Bien pero cansada,” bostezó.

Me senté en su sofá verde y sentí el olor a algo dulce.

“¿Estás horneando algo?” 

“Sí, ¿quieres vino?” Ella hizo un gesto hacia la cocina y la seguí.

“¿Dónde está Charlie?”

“En mi habitación viendo televisión,” sirvió una copa y me la entregó. “No quiero ser grosera pero tendrás que irte hermanito.”

“¿Qué? ¿Por qué?” Fruncí el ceño. ¿Va a tener una cita o qué? Estoy dispuesto a arruinarla…bueno, no realmente pero algo así.

“Porque Lucy vendrá.”

“¿Qué? ¿Enserio? Eso es excelente,” contesté muy emocionado.

“¿Disculpa?” Gemma elevó sus cejas. “No creo que sea bueno que ustedes dos pasen tiempo juntos.”

“Espera un segundo, por favor dime que no has coqueteado con ella.”

“¿Con Lucy? ¡Ella es mi amiga!”

“Bien. Tengo que decirte algo,” le di un gran sorbo al vino y mi hermana no quitó la vista de mí. “Estoy enamorado de Lucy.”

Abrió la boca perpleja y luego su expresión cambió como si estuviera irritada.

“Niño estúpido,” gruñó y se sentó sobre una encimera. “¿Enserio, Harry? Sólo quiero lanzarte el vino en la cara.”

“¿Puedo quedarme?” Sonreí. “No sé por qué estoy preguntando porque me quedaré de todas maneras.”

“Se supondría que sería un momento de chicas,” Gemma rodó los ojos. “Gracias por arruinarlo.”

“No seas un bebé,” bebí más del vino.

“Juro que quiero patearte en las bolas como la otra vez,” di un paso atrás y una mano instintivamente se depositó en mis joyas. No más violencia ahí, tuve suficiente.

“¿Quieres que te ayude a preparar algo?” Me arrodillé para ver el horno. “Solo dímelo.”

“Podrías comprar unos muffins de chocolate, me muero por uno.”

Me levanté y revisé mi billetera.

“Esta es un gran coincidencia,” torcí una sonrisa.

“No estoy feliz con esto,” sacudió la cabeza con cara de disgusto.

“¿Por qué no?” Fruncí el ceño. No importa si a Gemma no le gusta, estos son mis sentimientos.

“Porque ha pasado tanto tiempo y fuiste súper cruel, aún quiero patearte las bolas.”

“Lo sé pero ya encontraré la manera de pedir perdón,” suspiré cansado.

“¿Qué pasa si ella no lo acepta? ¿Qué pasa si ella no quiere estar contigo?”

“¿Por qué estás siendo tan cruel?” Bebí el resto del vino y dejé la copa en la mesa.

“Digo la verdad, no te hagas ilusiones.”

¿Por qué siento que todo está contra de mí? Tengo el maldito de Adam, la indiferencia y frialdad de Lucy, mis pensamientos negativos pero esperanzados y ahora Gemma y sus opiniones. Esto es demasiado para un día.

“Iré a comprar los muffins,” giré sobre mis talones y salí del departamento.

Hay mucha negatividad y por ambas partes, la mía y los demás. Mis amigos y ahora mi hermana. Necesito una luz, algo que me diga que las cosas podrían funcionar pero no puedo encontrarlo y yo tampoco tengo muchas esperanzas. La cosa es que no quiero renunciar a esto así que ya es algo ¿cierto?

Compré los muffins y unas galletas para Charlie y luego hice mi camino de vuelta al apartamento. Gemma abrió la puerta y aún se ve un poco molesta.

“¿Podrías estar feliz por mí?” Me quejé porque su expresión me está molestando.

“Estoy pensando en Lucy.”

“¿Y qué hay sobre mí?”

“Tú vas a superar esto, es sólo una etapa.”

“¿Una etapa?” Elevé la voz, claramente irritado por su comentario. “No planeo jugar con Lucy si eso es lo que estás pensando.”

“Quizás sientes pena y por eso—“

“Gemma, eso es estúpido,” espeté. “Sí tengo sentimientos verdaderos por Lucinda y no estoy mintiendo. Podría irme si quisiera pero no lo haré porque quiero verla.”

Ella bajó la cabeza y asintió suavemente.

“¿Lo prometes?.”

“Lo prometo,” contesté enseguida.

“Te estaré vigilando.”

Serví vino para los dos y apoyé mi espalda contra la pared.

“Estoy tratando de creerte,” dijo con su mirada en la copa, “porque eres mi hermano y creo que todos pueden tener una segunda oportunidad.”

“Eso espero. Realmente la quiero y lastimar a Lucy jamás estaría en mis opciones. Nunca quise hacerlo, ¿sabes?”

“Sí, lo sé pero tu pasado te trajo aquí.”

“Exacto,” bebí más vino y no quería seguir esta conversación. “Dijiste que era una tarde de chicas, no entiendo qué podrías contarle a Lucy que no podrías contarme a mí, soy tu hermano.”

“No lo sé, déjame ver, sobre…sexo y chicos.”

“Si estuviera bebiendo vino lo escupiría. Supongo que tienes razón, yo no quiero escuchar sobre eso.”

“Te lo dije y ahora no podré hacerlo.”

“Por favor no me digas que estás con alguien,” apreté mis dedos sobre mi frente.

“No exactamente pero…”

“No quiero saberlo,” levanté una mano para detenerla. “¿Y le hablas a Lucy sobre sexo? Estoy muy seguro que ella no dice nada al respecto.”

“No, no lo hace pero siempre me escucha,” Gemma sonrió y miró el horno.

Lo sabía, mi Lucy tan inexperta.

“Hace preguntas a veces y es gracioso, supongo.”

“¿Cómo qué?” Inquirí muy curioso.

“Si la primera vez dolía mucho, si lo hice con alguien que yo quería, bien, esas dos preguntas no son graciosas. Le estaba hablando sobre las posiciones y yo tenía el kamasutra en mi computador y le mostré y casi se murió con las posiciones, no creo que ella haya visto alguna antes. El otro día compré unos chocolates que tenía forma de pene pero estaban en vuelto en un papel de navidad y le di uno a Lucy y cuando lo abrió casi se murió. Estaba muy avergonzada no pudo comérselo.”

Ambos nos reímos, no pude evitar hacerlo pero lo encontré tan dulce. La echo de menos, extraño compartir mi tiempo con Lucy y esta coincidencia es exactamente lo que necesito.

“Hola,” escuchamos la voz de Charlie y él está en la entrada de la cocina.

“¡Hola, Charlie!” Agarré al pequeño y él sonrió. Acaricié su cabello rubio y él sacudió el juguete que estaba en su mano.

El golpeteo de la puerta borró mi sonrisa. Oh, mierda, ella está aquí.

“Cálmate,” mi hermana dijo al ver mi rostro.

“¿Debería coquetear con ella?” Susurré.

“Sí, supongo pero no seas tan obvio, tienes que insertar la idea pero no tan rápido.”

“Lo tengo,” murmuré y sacudí mi cabello.

Gemma se dirigió a la puerta y yo tomé una gran bocanada de aire.

“¡Hola!” Escuché la voz de Lucy y Charlie me golpeó con su juguete. “Traje pizza.”

“Genial, gracias. Estaba horneando un pastel y mierda, espera.”

Los pasos de mi hermana se apresuraron a la cocina. Gemma apagó el horno y había olvidado sobre eso. Charlie me golpeó otra vez y el cuerpo de Lucy entró a la cocina.

“Harry, hola,” dijo ciertamente impresionada y sus dedos afirmaron su bufanda.

Recordé con tristeza lo que estaba escondiendo ahí y aún tengo mis dudas. ¿Por qué Madison haría eso?

Ella dejó la caja de pizza en la mesa y yo busqué los platos.

“Espero no molestar,” dije y quiero saber lo que Lucy va a decir.

“No, está bien, no te preocupes,” Lucy se sentó frente mío.

Charlie empezó a saltar en mi regazo cuando la pizza apareció en su visión. Corté un pedazo muy pequeño para él y traté de que no se atragantara con la comida.

“¿Y cómo están niños?” Gemma preguntó sentándose a mi lado. “¿Cómo está la escuela?”

“Genial.”

“Pésimo.”

“Harry, tu no cuentas porque para ti siempre ha sido horrible,” Gemma le dio una mordida a su pizza.

“Sí, la única parte buena es cuando Lucy nos enseña.”

Creo que eso es un cumplido.

“¿Enserio?” Gemma elevó una ceja y trató de ocultar su sonrisa.

“Harry, sólo has venido a una clase mía.”

“Sí pero estuvo buena.”

“No escribiste nada.”

“Está todo en mi mente,” señalé mi cabeza y Lucy sonrió a medias.

“¿Has leído el capitulo?”

“Nop,” respondí. “Lo haré hoy.”

“¿Qué capitulo? ¿Qué está sucediendo?” Gemma apoyó sus codos en la mesa y nos miró.

“Tenemos que hacer un trabajo juntos, somos compañeros.”

“¿Enserio?” Gemma envió otra mirada hacia mí. “¡Qué coincidencia!”

“Sí, pero está bien. Gemma, ¿cuándo vamos a volver a las clases de boxeo?”

“¿Próxima semana? Extraño nuestro profesor,” mi hermana dijo y yo rodé los ojos. “¿Quieres vino Lucy? Está delicioso.”

“Hm, está bien,” respondió dudosa y Gemma le sirvió en su vaso.  “No está malo,” Lucy sonrió una vez que probó el vino.

Lucinda lanzó un pequeño trozo de pizza a su boca y mientras masticaba me miró y por supuesto yo la estaba mirando.

“Voy al baño,” Gemma se levantó y salió de la cocina. Supongo que me está ayudando, amo a mi hermana.

“¿Estás bien, Harry?” Lucy murmuró aún con sus ojos sobre mí.

“Sí, ¿por qué?”

“Golpeaste tu auto hoy,” ah, mierda. “Sólo preguntaba.”

“Estaba enojado, he tenido algunos problemas pero estoy bien.”

“Qué bueno. ¿Puedo tener a Charlie por un momento?”

“Sí, seguro.”

Lucy caminó hacia mí y sostuvo a Charlie. Lo sentó en su regazo y le cortó un trozo de pizza. Él masticó la comida y una de sus manos tocaron la mejilla de Lucy. Charlie, qué suertudo, yo también quiero tocarla.

La observé todo el tiempo. Charlie comía lentamente y Lucy jugaba con su cabello. Gemma regresó y se sentó a mi lado.

Hablaron de varias cosas, de películas y actores. Gemma tenía más conocimiento y Lucy agregaba pocos datos. Yo conversé sólo cuando hablaron de música y Lucy habló de Los Beatles, ese era nuestro tema. La mayoría del tiempo permanecí en silencio y mordisqueando la pizza.

Comimos un pedazo del pastel hecho por Gemma y estaba bastante bueno. Le mostré una galleta a Charlie y él empezó a saltar en el regazo de Lucy.  Apoyé mis codos sobre la mesa y me incliné hacia él. Subí la vista y Lucy me estaba observando y la distancia entre nosotros era corta y echo tanto de menos invadir su espacio personal como lo hacia antes.

Escuchamos el timbre y yo volví al asiento. No sabía que estábamos esperando a alguien más.

“¿Estás bien? Ven aquí,” escuchamos la voz de mi hermana y luego de unos minutos sus pasos se acercaron a la cocina. “Un amigo llegó aquí inesperadamente y está llorando y está muy mal, estaré en la sala por un momento, espero que no les moleste,” murmuró a nosotros y asentimos.

Lucy y yo nos quedamos solos en la cocina y Charlie empezó a moverse demasiado en su regazo.

“Déjalo ir,” dije y Lucy obedeció. Charlie salió corriendo y sería bueno ir por él. “Podríamos ir tras de él.”

“Seguro.”

Nos levantamos y saludamos en silencio al chico que estaba con Gemma. Él es gay así que no tengo de que preocuparme.

Lucy y yo caminamos por el pasillo y entramos a la primera habitación. Charlie duerme con Gemma así que una habitación es sólo para sus juguetes.

Charlie estaba sentado en el suelo con un juguete en su mano. Me senté a su lado y Lucy fue al baño. Espero que no se marche ahora que Gemma está ocupada, ya no tiene razones para quedarse pero espero que lo haga.

Apoyé mis manos sobre mis rodillas y observé a Charlie mientras jugaba.

“Harry, tu mano,” Lucy dijo tan pronto regresó a la habitación.

Joder, verdad, tengo una mano herida. Mis nudillos están rojos, tengo unas leves heridas y hay un poco de sangre seca. No había usado esta mano todo el tiempo por eso olvidé sobre este pequeño detalle.

Elevé la vista para decirle que estaba bien pero Lucinda ya no estaba. Regresó minutos después con alcohol y algodón.

“Puedo hacerlo yo mismo,” ofrecí aunque espero que ella diga que no.       

“Está bien, no te preocupes,” se sentó frente a mí y tenerla tan cerca es increíble.

Aplicó alcohol en el algodón y lo posó sobre uno de mis nudillos. Ardía pero estaba concentrado en otra cosa. Que bueno que Lucy estaba distraída con esto así tenía la oportunidad de mirarla.

Por supuesto que no es la chica más sexy que he visto pero ella es linda a su propia manera y estoy fascinado por eso. Sus rasgos faciales son simples y todos unidos hacen su rostro muy bonito.

Rascó una de sus pobladas cejas y me encanta ese detalle, la hace diferente. Sus labios tienen un color rosado suave y creo que hace contraste con su piel.

Ella colocó mi mano sobre su rodilla y desearía poder tocarla más que esto.  Si lo hago ahora, estoy seguro que ella se escaparía.

“Listo,” dijo y le tomó bastante pero no me importa.

Charlie lanzó un juguete en nuestra dirección y luego otro más.

“No, Charlie,” lo miré y él lo hizo otra vez. “Creo que quiere jugar.”

“¿Y qué le gusta hacer?”

“Jugar con sus dinosaurios y esos soldados verdes,” señalé a algunos juguetes y ella asintió.

“Podríamos hacer una obra,” Lucy sugirió. “Mamá solía hacer eso con muñecos que tenía.”

“Bien, ¿y sobre qué será la historia?”

“No sé, villanos, amor, acción, superhéroes,” se encogió de hombros. 

Nos acercamos a una caja que tiene Charlie llena de juguetes. Lucy encontró un osito y yo me quedé con un soldado. Había un barco, un auto y agarramos sus dinosaurios. Discutimos rápidamente el rol de cada juguete y luego empezamos a improvisar.

Charlie prestó atención a nuestra historia todo el tiempo. Hubo villanos, acción, fingimos que el barco explotaba, el auto chocaba pero el personaje de Lucy sobrevivía y yo iba a su rescate con tropas de soldados verdes y luego aparecían dinosaurios y fue bastante loco. He jugado con Charlie antes pero no de esta manera, él rió, se cubrió la boca algunas veces y otras señaló a los juguetes y sonreía. Fue increíble verlo así de contento con algo tan simple como colocarle voz y vida a los juguetes y todo esto fue idea de ella. Mi soldado le dio un beso a la mejilla del osito de Lucy y ese fue el fin. Aplaudimos y Charlie nos imitó.

En el pasado jamás haría este tipo de cosas, las chicas tenían otro significado para mí y las cosas que me gustaban hacer eran pocas y muy alejadas de lo que estoy haciendo ahora. Lucy nunca encajaría en la categoría de chicas las cuales solía frecuentar, Lucy jamás sería sexo por una noche, tu compañía solo por la tarde, la chica a la cual no recuerdas su nombre o la chica que tiene sal en su estomago o un tequila entre sus pechos. Estoy tan contento que ella no sea así, probablemente enloquecería si la historia fuera otra, no sé qué haría si ella fuese ese tipo de chica.

Estoy seguro de que no quiero nadie más que a ella, no puedo imaginarme tratando de coquetear o besar o salir con otra chica que no sea Lucy.

Por un momento pareciera como si la pared entre nosotros hubiese desaparecido y quiero esto, lo necesito de vuelta. Estoy feliz, más calmado y de mejor humor luego de esto. Algo tan simple de ella puede cambiarme y ahora estoy empezando a tener una noción de lo que verdaderamente ella me hace sentir.

Lucinda terminó de leer un cuento a Charlie y tengo que compartir mis pensamientos con ella, debo hacerlo antes que Gemma aparezca.

“Lucy, estar contigo me hace sentir mejor.”

Cerró el pequeño libro y giró su cabeza hacia mí.

“¿Qué?” Sus mejillas enrojecieron y yo asentí.

“Estar contigo es como…estar drogado.”

“Extraña comparación pero…¿es eso bueno?” Me miró curiosa.

“Sí, te sientes feliz, calmado, en paz.”

Quería sentarme más cerca de ella pero decidí no moverme.

“¿Te-te sientes feliz en este momento...aquí, conmigo?”

No tuve que pensarlo dos veces.

“Completamente, Lucy.”

Espero no decepcionarlas porque posiblemente no era esto lo que esperaban leer pero siempre han tenido que tener mucha paciencia con esta historia y lo lamento pero la cosa es que la verdad siempre sale a flote??????? :)

He roto mi propio record con las actualizaciones seguidas *palmea su propia espalda orgullosa*

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