Capitulo 81

[Harry]

 

Entrecierro los ojos hacia ella. Creo que si la miro lo suficiente despertará. Estoy enfadado, muy enfadado. Mis ojos se deslizan desde su frente hasta su barbilla, mirando sus cejas, su simétrica nariz, las pecas de sus pómulos, su boca y vuelvo a hacer el mismo recorrido.

“Sr. Styles, usted sabe que hay sillas en caso que desee sentarse,” escucho a la Sra. Green y asiento con la cabeza sin despegar la vista sobre ella.

“Gracias pero no.”

 “La chica está bien.”

“Lo sé.”

“No se despertará si usted la sigue mirando,” Sra. Green comenta y estoy seguro que está sonriendo.

“Lo sé.”

“¿Por qué la estás mirando tanto?”

“No lo sé.”

“¿Es su novia?”

“No, no lo es.”

Más silencio y yo no me muevo. Escucho el sonido de hojas de papeles, las teclas del computador y la silla crujiendo contra el suelo. Sra. Green está aburrida, sé que quiere conversar pero estoy demasiado ocupado.

“Tengo una banana que traje de la casa, no sé si la quieres.”

“No ahora, estoy ocupado,” le respondo y mi vista sigue sobre ella.

“Harry, eres como una estatua. No, en verdad, debo admitir que luces como psicópata. 15 minutos mirando a la muchacha, dale un descanso.”

“Me rehúso,” negué con la cabeza. Escucho su pesado suspiro y creo que se ha levantado de su asiento.

“Iré al baño, si ella despierta dale el vaso de agua y galletas ¿sí?”

“Bien.”

La Sra. Green se marcha y me quedo solo con ella. Mi pie izquierdo golpea el suelo de manera repetida. Estoy ansioso, nervioso y enfadado.

Aprieta suavemente sus ojos y unas pocas arrugas aparecen en su frente. Suelta un quejido y yo frunzo el ceño. Sus parpados revolotean y su mirada se enfoca en mí.

“¡Lucy! ¿Qué va mal contigo?” Ladré.

“Sí, hola para ti también,” susurró y volvió a cerrar los ojos.

“Lo siento,” dije de inmediato y ella abrió los ojos confundida por mi cambio de voz. “¿Quieres agua?”

“Por favor.”

La ayudé a sentarse en la camilla y le entregué el vaso con agua. Traga pequeño sorbos y mi mano frota su espalda mientras la observo cómo lo he hecho estos 15 minutos.

“¿Dónde están mis lentes?” Los saco de mi bolsillo y se lo entrego. “Tú no deberías estar aquí, Harry.”

“¿Entonces quién cuidaría de ti?” Inquirí, frunciendo el ceño.

“Alguien más,” se encogió de hombros. “¿Dónde está Cassie o Mandy?”

“El profesor no las dejó venir.”

“¿Sólo tú?” Lucinda me mira incrédula.

“Sí, porque soy genial,” ella se quedó mirándome esperando la verdadera respuesta. “Yo fui el primero que corrió a ayudarte, deberías saber eso.”

“Gracias,” suspiró y bajó la vista.

“Creo que debes una explicación.”

“¿A ti? No lo creo,” sonrió sin mirarme.

“Al mundo entero, Lucy,” es la única patética respuesta que acudió a mi mente porque ella tiene razón.

“Bien, esto va para el mundo entero: Yo no desayuné hoy, desperté tarde. Olvidé que teníamos prueba hoy pero no pensé que me desmayaría,” se encoge de hombros.  

“Eres débil.”

“Wow, gracias,” dijo con sarcasmo y yo parpadeé boquiabierto.

“Lo dije en un buen sentido,” contesté enseguida.

“¿Hay algún buen sentido en ser débil?” Rodó los ojos.  

“Sí, um,” traté de pensar rápidamente en una respuesta, “sí porque eso significa que alguien debe cuidar de ti.”

“Sí, mi mamá," dijo entre dientes.

Supongo que está de mal humor. Aparté la mirada y solté un suspiro.

“Yo estaba preocupado, todos estábamos preocupados.”

“¿Lo siento?” Me respondió sin importancia y su actitud me provoca ansiedad. Mi pie golpea el suelo y recuerdo que la Sra. Green me dijo que tenía que darle galletas.

“¿Quieres comer algo? Necesitas glucosa.”

“Sí, supongo.”

Mordisquea su galleta y mis ojos jamás se alejan de su rostro. Lucy me mira un par de veces y al comprobar que yo la estaba mirando desvía rápidamente la vista.

“Harry, ¿podrías dejar de mirarme? Es intimidante, sabes.”

“¿Enserio?” Sonreí.

“Sí, basta,” ella gruñó pero no obedecí y seguí mirándola. "¿Acaso tengo algo en mi rostro?"

"No, no, te ves perfectamente bien."

“¿Dónde está la Sra. Green?”

“Fue al baño, me dejó aquí para que yo cuidara de ti,” sonreí y ella sólo asintió.

“Harry, ¿podrías por favor darme mi mochila?”

Obedezco su orden y le entrego su mochila. Lucy rebusca en un bolsillo una vez que puedo ver su mano me percato que tiene un inhalador.

“¡¿Qué?!” Casi grité. “¡¿Por qué tienes eso?!” Pregunté asustado.

“Sí, Harry, estoy enferma,” presioní el recipiente de metal e inhaló la dosis y yo la observé boquiabierto.

“¿Desde cuándo?”

“Me enteré la semana pasada, tuve un ataque y mi madre me llevó al hospital.”

Ahora entiendo por qué no la vi en clases por al menos 2 días.

“Lucy, lo siento.”

“Está bien, puedo vivir con esto.”

“Espera, ¿el asma puede matar?”

“Si no me cuido, sí,” asintió tranquilamente.

“Lucy, no puedes hacer actividad física y te desmayaste hoy en la mañana, ¡¿qué va mal contigo?!” Traté de controlar mi voz porque estoy enfadadísimo.

“¡Si puedo hacer actividad física pero no demasiada!” Frunce el ceño y unas pocas arrugas aparecen en su frente. “Y sobre lo de hoy sólo fue porque no desayuné y el asma no estuvo involucrado—“

“¡Pero nunca se sabe, es peligroso!” Le regañé y ella bajó la cabeza.

“No es como si fuese tu problema, Harry,” dijo entre dientes.

“¡Estoy de vuelta! ¿Está todo bien?” La señora Green nos sonríe a ambos.

“Sí, súper bien,” le respondí cruzándome de brazos.

La señora Green conversó con Lucy sobre lo que sucedió y le dio algunas indicaciones. No despego mi vista de Lucy, ahora estoy aún más enfadado. Triste y enfadado, ella no debería estar enferma y principalmente cuando el asma es para siempre.

“¿No debería darte tu madre un papel o algo que justifique que tiene que hacer poca actividad física?” Le pregunté mientras salimos de la enfermería. Le arrebato su mochila y la lanzo a mi hombro.

“Sí, lo tengo pero aún no lo he mostrado.”

“¿Por qué no? Estás poniendo en riesgo tu vida, sabes.”

“¡Sí, sí, lo sé, Harry!” Gruñe y frota sus manos contra su rostro.

“¿Por qué estás de tan mal humor?”

“¡Porque tengo una enfermedad crónica!”

Me quedé boquiabierto. Lucy siguió caminando y está casi echando humo, ahora que lo dijo puedo entenderla, o al menos tratar.

“Hey, Lucy, el asma no es tan malo—“

“No poder respirar bien no es tan malo, ¿cierto?” sonrió sarcástica y su nuevo humor no deja de sorprenderme.

“¿Podrías escucharme por un momento?” Mi mano se apoya en su hombro y paramos de caminar. “Puedo entender que estés de mal humor y enfadada con todo el mundo porque estas enferma pero este tipo de cosas sucede todos los días, no eres la primera ni la última pero la gente sigue adelante porque esa es la única opción. Lucinda, no es tan malo como crees, con toda la tecnología y tratamientos estoy seguro que estarás bien, además podría ser peor así que deberías agradecer que es sólo asma.”

Bajó su vista a sus zapatos, asintió en silencio y sus dedos tiraron sus mechones detrás de la oreja. Ya que no contesta decidí proseguir con mi discurso.

“Lucy, eres mucho más de lo que crees, eres brillante, eres buena, eres una chica fuerte aunque a veces no creas en ti misma. Tienes que ser positiva, yo quiero que seas positiva y que siempre mantengas la cabeza en alto. Es sólo una tonta enfermedad, no dejes que tome control de tu vida, estoy muy seguro que tú eres mucho más que esto, sólo necesitas creer en ti misma. Además has vivido con esto toda su vida sin saberlo y lo has hecho perfectamente y sé que puedes seguir adelante sin problemas. Oh y estás rodeada de gente que te quiere, todos van a apoyarte, no estás sola.”

Cerró los ojos y respiró lentamente, yo la observé casi fascinado. Sus uñas rascan su frente y luego volvió a mirarme.

“No puedo creer que vaya a decir esto pero gracias.”

“¿Enserio? ¿Qué hice?” Levanté mis cejas, confundido.

“Todo lo que dijiste, gracias, Harry.”

“Oh, um, de nada.”

“Mamá sólo me ha dicho que tengo asma y que tengo que usar el inhalador y todo estará bien, nada más. Mike hizo lo mismo y Madison no habla conmigo. Marcel me dio toda una charla sobre el asma y qué hace con mi cuerpo. Mandy y Cassie dijeron que lo lamentaban y que mientras usara el inhalador todo estaría bien. Nadie me ha dicho tantas palabras de aliento como tú lo has hecho y creo que necesitaba eso, necesitaba escucharlo de alguien más que no fuera yo,” habló y creo que su voz y ojos amenazan con traicionarla.

“Hey, Lucy, no llores, ven aquí,” ella trató de abofetear mi mano pero yo logré esquivarlo. De alguna manera me las arreglo para abrazarla pero ella no devuelve el gesto. “Juro que nadie llora como tú, Lucy,” sonreí. “Ni siquiera Gemma cuando era pequeña.”

“Idiota,” ella pellizcó mi pezón.

“¡Auch, basta!” Lloriqueé y tomé su mano. “No puedo creer que me pellizcaste,” confesé boquiabierto y froté mi pezón con un puchero. Lucy sólo rió y yo decidí hacer lo mismo.

Sólo por un momento si nos reímos lo suficientemente fuerte o si me quedo mirándola creo que somos capaces de olvidar el mundo y todas las cosas crueles que suceden. Su risa definitivamente puede levantarte el ánimo y es adorable.

Creo que hay chispa, electricidad.

“Dios, te he extrañado, Lucy,” solté de pronto por inercia y ambos nos detuvimos.

Santa mierda, joder, diablos, maldición, ¿qué acabo de decir?

“¡Lucy, Harry!” Ambos nos sobresaltamos ante la voz pero sin dejar de mirarnos. Emily aparece de la nada y abraza a Lucy.

Lucinda me sigue mirando sin palabras y tengo la garganta seca.

“¿Cómo estás, Lucy? Todos estábamos preocupados por ti,” Emily le dijo una vez que deja de abrazarla.

“Estoy bien,” murmuró y miró hacia otro lado, finalmente liberándome de sus ojos.

“Tienes que comer, el desayuno es lo más importante.”

“Lo sé. Hoy fue un accidente.”

“Me alegro que estés bien, enserio,” le entregó una última sonrisa y luego me miró. “Te he estado buscando por todas partes, Harry, pudiste haber llamado o enviado un mensaje.”

“Lo olvidé, salimos de la enfermería y empezamos a caminar.”

“No hay problema.”

Lucinda me está mirando otra vez con el ceño fruncido y yo hago lo mismo.

“¿Por qué están tan callados y se están mirando tanto? ¿Es esto alguna clase de competencia?” Emily inquirió curiosa.

“No es nada,” Lucy respondió. “Debo ir a clases.”

“Lucy, es hora del almuerzo,” Emily le dijo.

“Bien, entonces, voy a almorzar,” dijo sin sonreír. Se dio la vuelta y empezó a caminar pero luego de unos pasos se detuvo y regresó a nosotros. “Mi-mi mochila, Harry.”

“Oh, sí, lo siento, toma,” se la entregué y ella me la arrebató de un tirón y se marchó.

“Lucy es rara, pero me agrada,” Emily comentó una vez que estamos solos.

“No creo que sea rara,” me encojo de hombros.

“¿Y de qué se reían?”

“Conté uno de mis chistes.”

“Si ella cree que son graciosos entonces Lucy es súper rara, tus chistes son lo peor,” ella sonrió mientras caminamos.

“Te eliminaré en Facebook,” bromeé.

“Sí, seguro y yo eliminaré tu pene.”

“Eso no fue gracioso,” dije y ella rió.

“Yo creo que sí.”

“He sido golpeado como 4 veces, estoy traumado de por vida.”

“Pobre chico,” dijo antes de agarrar mi mano. “De todas manera no quiero hablar de tus bolas, tengo noticias.”

“¿Sobre qué?”

“Sobre Eric, hablé con uno de sus amigos y ahora sé la verdad.”

“¿La verdad sobre qué?”

“Harry, ¿qué diablos? Vuelve a la tierra, sí,” Emily ladró. “Sabía que él estaba jugando con ella, quiero decir, no jugando, no sé cómo decirlo pero la cosa es que ya sé la verdad.”

“Sólo déjalo en paz, a nadie le importa Eric.”

“A mí sí porque éramos amigos y él fue un idiota con los dos. Quizás tú no quieras venganza o hacer algo al respecto pero yo sí.”

“Si planeas amenazarlo, no funcionará.”

“No me importa, eso es lo que sé hacer mejor,” se encogió de hombros.

“¿Por qué quieres hacer esto?” Pregunté, elevando mis cejas.

“Mira, Eric trató algo conmigo hace un tiempo y yo no quería, no fue una agradable experiencia. No digo que eso le sucederá a Lucy pero yo no creo que él sea una buena persona del todo, así que ¿por qué no hacer algo al respecto?”

Suspiré y asentí. Emily tiene razón sobre Eric.

“Me agrada, Lucy, y te odio, así que quiero ayudarla.”

“Si me odias, sólo déjame en paz,” gruñí mientras entramos a la cafetería.

Maldije en voz baja cuando pisó mi pie con su bota. Me gustaría poder hacer lo mismo.

 “Hay una fina línea entre el odio y el amor, ¿has escuchado eso?”

“Lo que sea.”

“La próxima vez serán tus bolas.”

“Ya no existen más,” dije y me deshice de su agarre.

“Harry, ¿qué va mal contigo? Honestamente estás como en otro mundo y estás pasando demasiado tiempo con tu hermana—“

“¿Qué diablos? ¡Es mi hermana!” Respondí, impaciente.

Algunas personas nos miran y sólo quiero gritarles que se vayan a la mierda.

“No entiendo desde cuando te importa tu familia.”

“Me preocupo por Gemma y Charlie y si no sabías eso entonces no me conoces tan bien.”

“Oh, cállate. Te conozco desde que tenías 16 años, desde que eres una basurita sin personalidad. Corriste a mí porque querías ser aceptado.”

Cubro mis oídos fingiendo no escucharla y me detengo en la fila para el almuerzo.

“Corriste a mí porque ni siquiera tu hermana te quería en aquel tiempo, nadie en verdad, estabas completamente—“

“¿Y qué hay de ti? Estabas con Taylor, un chico mucho más mayor que tú y sin mencionar que vende drogas y probablemente armas. Una chica de 16 años no debería estar con un chico 5 años mayor que ella. Que enfermo ¿no? Pero a nadie le importaba porque tú mamá también estaba muy ocupada para preocuparse por ti.”

Agarro su mano antes de que pueda abofetearme.

“No, basta. No todo se resuelve con violencia,” le dije con suavidad.

“Te mereces que te corte las bolas,” Emily gruñe y de un tirón se deshizo de mi agarre.

“Dije algo muy simple pero tú siempre quieres discutir, antes solía ser divertido pero ya no más.”

“Probablemente ya no es divertido porque tienes 19 años y no deberías estar aquí, perdedor,” volcó los ojos.

Mantengo una expresión tranquila, más bien una cara de póker. No me duele cuando Emily lo dice porque su opinión es irrelevante, sin embargo, es horrible recordar la cara de Gemma o de mis padres cuando se enteraron de mi fracaso.

“Mira, podría responder y mencionar tus errores o tus imperfecciones y podríamos seguir así por horas pero no quiero hacerlo.  Déjalo ir, Emily, enserio. Siempre se pueden arreglar las cosas de otras maneras.”

“Bien, lo que sea, come solo, hijo de puta,” gruñe y luego se aleja de mí.

+

[Lucy]

“Lucy, tu camisa, yo, wow,” Adam dijo tan pronto abrí la puerta.

“¿Te gusta?” Él asintió y yo sonreí.

“Es una buena manera de apoyar a tu amigo,” me dijo mientras caminamos al coche.

“¡Hola Josh!” Saludé a su hermano y me senté atrás junto a Adam.

Josh se ríe al ver mi camiseta. “Qué linda, Lucy, ¿tú la hiciste?”

“Fue mi idea.”

Mi camiseta es azul y dice “¡Vamos Marcel!” con letras blancas. Quería imprimir el rostro de Marcel en la camiseta pero pensé que él se enfadaría y también era más costoso así que decidí mantenerlo simple.

“Espero que él gane.”

“¿Cuál es el premio?”

“Dinero, como siempre.”

Adam y Josh empezaron una conversación. Yo saqué mi celular de mi bolso y tengo otra solicitud de amistad de Harry. Sonreí sin razón y lo rechacé.

“Dios, te he extrañado, Lucy.”

La irracional sonrisa se esfumó de mi rostro tan pronto recordé sus palabras y su tono de voz. El recuerdo estremece mi cuerpo. Se sintió real pero no es correcto. No hay excusa para lo que Harry dijo. Probablemente sintió pena por mí, como siempre. Esa es la única respuesta que viene a mi mente.

Sólo por un momento, otra vez, deseé que fuéramos una pareja normal sólo riendo y diciendo cosas que dicen las parejas. Pero eso es tan falso como todo el maquillaje que Emily tiene en su rostro. No es personal, pero es cierto.

Últimamente ella ha sido amable conmigo, sentándose conmigo en clases y tratando de trabajar en equipo para hacer los ejercicios juntas. Ella no entiende, le dije que no quería ser su amiga pero creo que no le importa mi decisión. No me gusta sentarme con Emily, me hace sentir envidiosa, no sólo por su grandioso cuerpo sino porque tiene a Harry. Ella es la cual se ríe con él, lo abraza, pasa el tiempo junto a él. El simple pensamiento me hace querer arrancarme mis enfermos pulmones.

“Lucy, estamos aquí,” me sobresalté al sentir la mano de Adam en mi hombro.

Apagué mi mente y estamos de vuelta en el mundo real.

“Sí, vamos.”

“¡Diviértanse, niños!” Josh nos dice de su auto despidiéndose.

Adam agarra mi mano y nos dirige a la entrada. Trato de ignorar su gesto y pienso que sólo se está apresurando porque quiere ver la final de la competencia. Compramos nuestras entradas y yo quiero ir en busca de Marcel.

“Lucy, ¿quieres comer algo? Yo invito.”

“No, gracias. Iré en busca de Marcel, ¿sí?”

“Bien, te veo en unos minutos.”

Caminé alrededor en busca de Marcel y cuando lo encuentro le doy un gran abrazo.

“¡Estás en la final, estoy orgullosa de ti!” Besé su mejilla y me aparté.

“¡Tu camisa está genial!” Él respondió muy contento. “¡Me encanta, gracias por tu apoyo, Lucy!” Me envió una gran sonrisa.

“Haría lo que sea por mi mejor amigo. Si ganas podemos ir a McDonald’s con los chicos.”

“Sí, eso sería genial pero Harry nos invitó a beber algo si yo gano, no sé si te gustaría ir—“

“¿Qué?” Fruncí mis cejas.

“Sabía que no te gustaría.”

“No, si quieres hacerlo está bien pero aún así podemos ir a McDonald’s,” le sonreí a mi amigo.

“Por supuesto.”

“¡Lucy, hola!” Escuché la voz de la madre de Marcel y una gran sonrisa se iluminó en su rostro cuando vio mi camisa. “¡Qué bella, quiero una también!”

“Hola Carly y gracias.”

“Necesito una foto de esto,” dijo mientras busca la cámara en su bolso.

Marcel me abrazó y yo sonreí y Carly nos tomó la foto.

“¡Esto va para Facebook, sonrisas más grandes!”

Yo y Marcel exageramos nuestras sonrisas y Carly tomó otra foto.

“¡Bien, Harry, estás aquí justo a tiempo para otra foto!”

La temperatura normal de mi cuerpo desaparece y me giro hacia él completamente en desconcierto. Sostiene 2 copas de palomitas en sus manos y una soda y se ve perfectamente guapo. Sonrió suavemente, ciertamente está incomodo pero él debería saber que yo estaría aquí por Marcel.

“Hola Lucy—“

“¿Qué estás haciendo aquí?” Ladré, enfadada.

“¿Pelea de pareja?” Susurró Carly.

“Mamá, ellos no están juntos,” escuché a Marcel murmurar.

“Yo, um, vine por Marcel.”

“Su madre lo obligó,” Carly dijo observando su cámara. “Hoy no hay tiempo para pelear, quiero otra foto.”

Resoplé sintiéndome de mal humor. Marcel sonríe inclinando su cabeza hacia mí y yo hago lo mismo.

“Harry no puedes estar al lado de Marcel, quiero que estés al lado de Lucy,” Carly indicó y yo resoplé otra vez.

Marcel hizo el signo de paz con sus dedos, Harry descansó su gran mano en mi cintura y yo rodé los ojos junto cuando Carly tomó la foto.

“¡Lucy, querida, te ves como un demonio!” Carly nos mostró la foto y ambos Styles soltaron una risita.

“Creo que te ves tierna,” Harry murmuró con una sonrisa, mostrando sus hoyuelos. Sólo por un momento mi corazón se derritió.

“¡Última foto!” Carly nos indicó.

Esta vez sonreí y volví a sentir la mano de Harry en mi cintura. Me alegro una vez que Carly tomó la foto.

Escuchamos una voz por los parlantes avisando que la competencia comenzará en 10 minutos. Marcel se dirigió con los otros competidores y Adam se reunió con nosotros. Él y Harry se saludan a regañadientes y Carly nos miró a los tres, se ve entretenida con la situación.

“¿Vamos a McDonald’s luego de esto?” Adam me preguntó y yo asentí.

“Sí, pero después Marcel irá con Harry a algún bar.”

“¿Quieres ir?”

“Nop, podemos hacer otras cosas después.”

“Eso sería grandioso,” Adam sonrió.

La competencia comenzó y durará al menos unas dos horas, aún quedan participantes pero espero que Marcel sea el ganador.

“Lucy, tengo algo para ti,” escuché a Adam e incliné mi cabeza hacia un lado curiosa. “Lo vi y pensé en ti,” estiró hacia mí un regalo fino y rectangular.

“¿Por qué? Heey, no era necesario.”

“Lo sé pero quería hacerlo.”

Me sonrojo. Que tierno.

”No tenías que hacerlo."

“Lo mereces,” Adam se encogió de hombros.

Agarré el regalo y rompí suavemente el papel, leo el título y ya sé lo que es.

“¡Gracias, Adam!” Lo abracé y luego observé el regalo. “La viuda negra necesita más protagonismo, realmente me gusta.”

“Sabía que te gustaría.”

“Sabes, el otro día estaba contando y tengo 100 cómics y ¡con este serían 101! Necesito un minuto de silencio, esto es un gran momento en mi vida,” miré al techo para hacer énfasis a mis palabras y Adam palmeó mi hombro.

“¡101 cómics, eso es increíble, Lucy!” Mi corazón da un vuelco al escuchar la voz de Harry. ¿Estaba oyendo nuestra conversación?

“No estaba hablando contigo,” fruncí el ceño y traté de lucir molesta por su presencia.

“Yo, um, lo sé pero lo escuché y pensé que es realmente genial, Lucy,” él respondió rascando su nuca. Se giró y volvió al lado de Carly. Eso fue raro, Harry se veía como…¿nervioso? No, de ninguna manera.

Adam soltó una risita y yo lo miré curiosa. “¿Qué?”

“Lucy, tú lo dejaste calladito, cuando estaban juntos Harry no solía ser así él era un imbécil, ¿qué le hiciste?” Adam rió entre dientes mirando a Harry y luego sus ojos volvieron a mí.

“Él era un imbécil contigo pero no era así conmigo,” Adam rodó los ojos y desvió la mirada.

"Él se veía como ese chico con el cual nadie quiere conversar," Adam agregó y yo no respondí.

Me crucé de brazos y traté de observar la competencia pero las palabras de Adam dan vueltas en mi mente. Quizás él esté en lo cierto, quiero decir, Harry está actuando diferente. Al principio de nuestra historia solía ser un idiota y mal educado pero después cuando estuvimos juntos él cambió, fue gentil, suave, fue divertido y hasta romántico a su propia manera…y ahora creo que es otro Harry. Un Harry menos explosivo y más callado, un Harry que me ha ayudado en distintas ocasiones y que ha aparecido en el momento exacto.

Lo miré un par de veces, Carly conversando y él dando cortos asentimientos un par de veces. Una mano en su bolsillo y la otra con la copa de palomitas. Sus largos dedos siempre están deslizándose por su cabello o por su frente. Se cruza de brazos y observo cómo sus músculos se flexionan. Me quedé mirando el mar de tatuajes de su brazo y luego volví a su rostro. Me gusta el pañuelo en su cabeza, es algo que no encaja con su estilo pero que lo hace lucir adorable. Harry sonrió y desde donde yo estaba pude ver sus hoyuelos. Cerré los ojos con mis dedos picando por tocarlo. Sólo desearía que volviéramos al principio, al menos por un momento.

“Dios, te he extrañado, Lucy.”

¿Qué sucedería si sus palabras fueran ciertas? ¿Y si lo decía enserio?

“Lucy, tu teléfono está sonando,” Adam sacudió suavemente mi hombro y yo agarré mi celular.

“Hola,” contesté sin saber quién era.

“Hola, Lucy, sé que estás en la competencia pero estoy afuera, quiero hablar contigo.”

“¿Ahora mismo, Eric?” Apreté mis labios en una fina línea.

“Sí, será corto.”

“Bien, voy ahora,” colgué. “Adam, volveré enseguida, ¿puedes cuidarme esto?” Le entregué el cómic y luego caminé rápidamente a la salida.

No es difícil divisar a Eric, alto y rubio y solo en el estacionamiento junto a otros autos. Tiré mis mechones detrás de mis orejas y crucé mis brazos mientras caminaba hacia él. Eric estaba apoyado contra su coche.

“¿Qué pasa?” Dije, no me atrevo a besarlo o abrazarlo o cualquier gesto de cariño que alguna vez hemos compartido.

“No lo tomes personal, Fray,” él empezó. "Nos la pasamos muy bien. Eres divertida a tu manera, torpe y una gran chica pero esto no está funcionando.”

Mordí mi labio inferior y asentí. “Lo sé y también sé que tenemos diferencias pero podemos arreglarlas,” me encogí de hombros. “Podemos ser amigos—“

“No lo creo,” Eric sacudió su cabeza y yo me quedé boquiabierta. “No funcionaría.”

“Ni siquiera estás dando una oportunidad.”

“No quiero hacerlo,” Eric se encogió de hombros. “Hay alguien a quien puedes culpar por todo esto.”

¿Por todo esto? No entiendo a Eric.

“Dime,” giré los ojos y ya sé la respuesta.         

“Ya sabes a quién pequeña Lucy, tú querido y preciado Harry.”

 ¿Por qué Harry Styles siempre está envuelto en todo?

Hola, ¿cómo están? Tuve tiempo hoy y decidí escribir, además no sé si actualizaré el fin de semana así que al menos aquí hay algo. 

En caso que se pregunten ya estamos en la mitad de la historia prácticamente. Lloraré cuando lleguemos al final :'(  (PERO AÚN FALTA, CALMA ????)

¡Quiero agradecer sus votos, comentarios y apoyo, las quiero a todas un montón! 

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