Capitulo 60
Hola, hubo un cambio de planes, ahora sólo quedan dos capítulos. Disfruten, saludos y muchas gracias por leer, las quiero lectoras xx !!
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{Lucy}
“Santa mierda,” Harry dice mientras se deja caer sobre el colchón, “no puedo creer que lo hicimos,” toma una gran bocana de aire y peina su cabello con sus largos dedos.
“Oh dios mío,” me recuesto a su lado con una sonrisa en mi rostro, “estuvo increíble.”
“Y muuuy largo,”
“Sí, pero te gustó, admítelo,”
“Sí, estuvo muy bueno.”
“Fue mi primera vez Harry,”
“¿Qué? ¿Enserio?”
“Sí, te lo dije antes de que empezáramos,” le digo mientras apoyo mi mejilla sobre su hombro. “¿Cuándo lo haremos otra vez Harry?” Pregunto.
“¿Qué? Dame un descanso Lucy,” se ríe y siento la vibración de su pecho. “Esa maratón de Harry Potter estuvo bastante agotadora,”
“Oh, qué mal, me encanta ver maratones de películas. Fue mi primera vez, jamás había hecho esto con alguien más."
"¿No ves maratón de películas con tu familia Lucy?"
"Madison apenas está en la casa y mamá y Mike siempre están trabajando. ¿Y tú y los chicos?"
"Claro que no, tenemos vida y otras cosas que hacer."
"¿Estás insinuando que no ten-tengo vida?"
"Estoy diciendo que tenemos diferentes prioridades, ¿entonces mi compañía fue apropiada?”
“Mejor de lo que esperaba.”
“¿Mejor de lo que esperabas? ¿Qué se supone que significa eso?” Él pregunta, tratando de sonar ofendido por mi respuesta.
“Significa lo que dije, estuvo muy buena y te comportaste como un buen chico,” le respondo y dejo mi nariz rozar mandíbula.
“¿Cuál es tú libro favorito de la saga de Harry Potter?”
“El cáliz de fuego, ¿tú Harry?”
“El último porque fue el único que leí,”
“¡Hey me mentiste!” Levanto mi cabeza para mirarlo a los ojos y él esboza una sonrisa inocente. “Me dijiste que habías leído todos los libros,”
“Quería lucir inteligente,”
“Huh, ya veo,” dejo mi cabeza descansar sobre su hombro y observo su techo.
“Gracias Harry por ver todas esas películas conmigo,” le digo mientras siento una de sus manos en mi cabello.
“Sí, seguro.”
Él tararea una canción y yo me acurruco junto a su cuerpo. Lentamente empiezo a cerrar mis ojos, sintiéndome muy tranquila y cómoda en sus brazos.
“No te duermas,” escucho la voz de Harry y abro los ojos. “Estaba pensando y ¿qué haces para navidad?”
“¿Yo? Ahm, no mucho, lo típico,” respondo seguido de un bostezo.
“No creo que sea lo típico puesto a que no estás viviendo con tu papá o hermano,”
“Ahm, sí tienes razón pero no hay mucha diferencia, bueno la única sería que no están ellos. Este es mi segundo año aquí, el año pasado Mike y-y mamá estuvieron con nosotros, recibimos algunos regalos, cenamos y la madre de Mike y su hermana compartieron con nosotros, ¿y tú?”
“Nada en lo absoluto, no sé si te dije pero odio la navidad, la detesto con toda mi alma, incluso puedo hacerte una lista de todas las putas cosas que detesto de la navidad.”
“Cálmate Grinch,” me río un poquito, “¿Por qué?”
“El consumismo, por eso. No creo en Dios y esas cosas pero claramente este día ha tomado otro giro y todo se centra en el consumismo. Juro que odio esos niños chillones que lloran por juguetes, también odio todos esos adornos navideños en las casas, una vez rompí algunos de la casa de mi madre y culpé al perro.”
“¿Qué? Eso es inmaduro Harry.”
“No me importa.”
Suspiro, “¿entonces odias todo sobre la navidad?”
“Excepto la comida, el clima y tal vez me guste algunos villancicos,”
“¿Enserio? ¿Los villancicos?” Me río un poco más fuerte y me cubro la boca para poder controlarme. “Eso es muy dulce, tan dulce que acabo de olvidar todo tu odio navideño.”
“No es dulce y algunos villancicos y canciones de navidad son buenos,”
“¿Cómo cuales?”
“Probablemente te burlarás de mí así que me niego a decirlos,” sonríe enseñando los dientes.
“Por favor Grinch,” le pido y en mis labios se dibuja un puchero.
“Olvídalo,”
“¿Alguna vez ha cantado algún—?”
“Nunca, pero Anne tenía un CD así que los escuchábamos todo el maldito día. Otra cosa que me gusta es el muérdago,”
“No puedo imaginarme porque,” pongo los ojos en blanco mientras hablo.
“He he, buenos tiempos,” Harry dice como para sí mismo y lo ignoro. “Creo que mi primer beso fue por un muérdago, creo pero en verdad no lo recuerdo. Era un niño así que fue estúpido.”
“Lo único que sé sobre el muérdago es que tiene uso medicinales como—“
“Aburrido,” me interrumpe con una sonrisita en su rostro. “Bien entonces mi primer beso posiblemente haya sido debajo de un muérdago ¿y qué hay de ti Lucy?” Pregunta apoyando su mejilla en la almohada y mirándome directamente a los ojos. Una sonrisa sigue pegada a su rostro, es una sonrisa divertida y estoy segura que está a punto de reírse.
Me ruborizo pero decido no contestar lo que él quiere escuchar.
“Prefiero no hablar de eso,”
“¿Qué? ¿Por qué? ¿Demasiado bueno?” Harry ahoga una risa y yo me ruborizo aún más por la vergüenza.
“No, demasiado malo,” las palabras fluyen de mi lengua y Harry eleva una ceja. Puedo ver la sorpresa en su rostro y sé que mi respuesta lo pilló desprevenido.
“¿Enserio? Tal vez deberíamos tratar otra vez ¿no lo crees Lucy?” responde coqueto y un calor recorre mi cuello y se aglomera en mi rostro.
“Sí ¿supongo?” Respondo un poco nerviosa.
Harry se ríe antes de enfocar su vista en mí, me mira de una manera diferente pero a la vez coqueta. Mis manos están sudando y de pronto la habitación se siente más pequeña. Se muerde el labio inferior antes de acercar su rostro al mío y besarme. Supongo que no puedo quejarme si les digo que pasamos el resto de la tarde de esta manera.
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Se supone que saldría de compras con Cassie pero no contesta mis llamados y no ha enviado ningún mensaje. Suspiro en frustración y vuelvo a llamarla y otra vez no hay respuesta por parte de ella.
Cassie y yo decidimos hacer las compras navideñas, pasar todo el día juntas y comprar los regalos para nuestras familias pero nada salió como lo planeamos. La estoy esperando hace unos 45 minutos y me estoy cansando. Supongo que tuvo algún problema o algo surgió, sé que va a llamarme así que decido recorrer el centro en busca de regalos.
Encuentro un par de cosas que quiero como regalo para mi familia así que decido comprarlas. Quería la opinión de Cassie al respecto pero oh bueno ella no está aquí.
Mi lista de amigos o de personas para hacer regalos no es muy larga. Mis pocos amigos, Mike, mamá, Madison y…Harry. El último es el más difícil. Hemos estado saliendo por 6 meses ¿creo? Y he podido conocerlo bastante, aún así no sé que podría conseguirle. Que difícil elección porque quiero impresionarlo, quiero que recuerde mi regalo y que le guste. Quiero ser especial para él tal y como Harry lo ha sido para mí.
Mi familia es la primera en ser tachada de la lista, ya tengo sus regalos. Escoger algo para Mandy y Cassie no fue tan difícil así que también está hecho. Me dirijo a mi tienda favorita de comics y le compro un par de cosas para Marcel y Adam, genial eso fue muy fácil.
Las calles están repletas de gente por donde quiera que veas, puedo escuchar algunas canciones navideñas, veo la gente vestida ya con suéteres navideños, lo cual encuentro muy dulce, y el clima definitivamente está helado. Me compro un café cuando siento mi nariz fría, comparada con el resto de mi rostro que aún conserva el calor.
Recibo un mensaje de Cassie, ella me dice que viene en camino y yo escribo la dirección de donde estoy.
Mis pies me guían a mi librería favorita. Sonrío al ver desde afuera que hay una cierta cantidad de gente, me alegro porque eso significa que le negocio va bien para Carl, el dueño de local y mi amigo.
Cuando me ve entrar me entrega una gran sonrisa y me hace un gesto para que me acerque a él. Charlamos con Carl por unos 15 minutos y luego empiezo a vagar por la librería.
Mis dedos vagan por algunos libros, mis ojos se pierden en las primeras páginas y en las portadas. Encuentro un libro de Nietzsche el cuál estoy segura que Marcel amará así que lo agarro y lo dejo bajo mi brazo. Mientras estoy aquí trato de pensar en que es lo que puedo darle a Harry, ¿qué podría ser?
Cierro un libro y me doy vuelta encontrándome con unos ojos azules que me miran a tan sólo unos metros de distancia. Es ese chico, él que solía ser amigo de Harry, él que habló conmigo en la biblioteca de la escuela.
Sonríe amistosamente y se acerca a mí. Debo levantar un poco mi vista porque es varios centímetros más alto que yo. ¿Eric era su nombre?
“Hola Luly,”
“Es Lucy,”
“Lo que sea, ¿cómo estás?”
“¿Por qué me-me preguntas eso? Ni siquiera somos amigos,”
“Sólo trataba de ser amable. De todas maneras sólo me preguntaba si nuestra conversación sobre Harry te hizo pensar,”
“Sí pero—“
“¿Y? ¿Qué averiguaste?”
“Harry tuvo una infancia difícil,”
“Oh sí, lo que sea, sí lo sé pero la pregunta es ¿estaba yo en lo cierto?”
¿Lo estaba? Sí. Harry confirmó lo que Eric me contó. Trago saliva y asiento con la cabeza a regañadientes. No sé qué respuesta provocará en él pero estoy segura que no me gustará.
“¿Lo ves? Pero no he escuchado nada nuevo de ti así que apuesto a que sigues con el bastardo ¿no?”
“¿Cuál es tu problema c-con Harry?”
“No es uno Luly sino varios problemas,”
“Es Lucy y si tienes problemas con Harry, deberías hablarlo con Harry,”
“Interesante respuesta. Escuché que eras tímida y esa no fue una respuesta que me entregaría una chica tímida. ¿Entonces qué te dijo? ¿Confirmó todo lo que yo dije?” Pregunta y luce muy interesado por saber mis respuestas.
Tengo el presentimiento que si trato de escapar el me seguirá, se ve realmente interesado por escuchar lo que tengo por decir. No sé si a Harry le gustará esto pero Eric me contó cosas sobre él que Harry mismo confirmó así que no, no creo que se enfade.
“Sí, lo hizo pero me contó que sucedió hace mucho y…” Eric me interrumpe, se ríe fuertemente y algunas personas nos dan una mirada extraña.
“¿Y tú le creíste? Dios, eres bien tontita,”
“No soy tonta y estás siendo muy grosero es mejor que me-me vaya,” Le digo y me doy vuelta rápidamente.
“¿Quieres saber la verdad o no Lucy?” Eric me pregunta y mi curiosidad es tan fuerte que dejo de caminar. Debería alejarme, debería no hablarle pero él sabe cosas que yo no sé.
Respiro profundo mientras volteo mi rostro hacia él, con precaución y mirándolo detenidamente, diciéndole sin palabras que quiero saber la verdad.
“Si crees que la última vez que Harry engañó o le robó a alguien fue hace 2 años estás muy mal. Pudo haber sido ayer, o hace una semana atrás pero no fue hace 2 años,”
Mi piel pierde el color. Engañar, robar, son cosas malas, muy malas, yo nunca podría hacer algo así y no sé si podría estar con alguien que lo hiciera.
“Estoy segura que debes saber que él trabaja para Taylor y eso envuelve muchas cosas. Cosas que podrían gustarte y otras no, en verdad creo que nada te gustaría. En todo caso sólo para que respires tranquila y no enloquezcas te hago saber que tu querido y amado Harry hace alguna cosas para él pero no tan graves como crees,”
“¿A qué te…te refieres con grave?” Hablo y mi voz es bajita, tengo miedo que alguien no escuche.
“Sólo diré que robar y engañar son lo más inofensivos que Taylor podría hacer,”
“¿Tú también trabajaste para Taylor?”
“Solía trabajar, por el dinero, oh sí, con Harry éramos ambiciosos y seguimos siéndolo,” él sonríe y estoy segura que todo una película de recuerdos deben estar pasando por su cerebro ahora mismo.
“De todas maneras si quieres saber todo Harry deberías hablar con Taylor,”
“No me agrada,” murmuro.
“Entiendo, a mí tampoco. Pero si quieres yo puedo llevarte,”
“Podría hacerlo por mí misma,”
“No sería una buena idea, créeme, él es peligroso”
“¿Por qué estás…estás haciendo esto Eric?” Susurro mientras lo miro directamente a los ojos, dos pozos del color del cielo.
“Porque alguien necesita abrirte los ojos,”
“Sólo tengo una-una relación con un chico—“
“Con un chico que crees que conoce pero estás muy equivocada.”
“Siento que tratas de arruinar mi relación—“
“Esa es una estúpida afirmación. Yo no necesito arruinarla, yo sé que Harry lo hará. Ya lo verás Lucy, siempre es lo mismo, tarde o temprano todo se desmorona en su vida.”
Mi corazón duele porque tengo miedo que Eric tenga la razón. Harry tuvo una infancia difícil, y una infancia difícil te puede marcar para toda la vida. Debe tener sus heridas y su manera de actuar es la única que conoce por es la que ha tenido que adoptar para poder sobrevivir. Podría desmoronarse todo, Eric tiene razón.
“Bueno esta fue una agradable conversación,” Eric sonríe pero yo no puedo mover ni un solo musculo. “Un gusto verte Lucia, nos vemos,” Y con eso Eric se marcha y yo me quedo ahí con el corazón latiendo a mil por hora.
Mis pulmones duelen un poco y siento que es levemente difícil de respirar. Toco mis mejillas con el dorso de mi mano y mi piel está fría como el hielo. Mis pasos empiezan a guiarme a la salida y una vez que estoy afuera cierro los ojos mientras trato de respirar.
“¡Lucy, Lucy! ¡Estoy aquí!” Mi corazón casi se detiene al escuchar la voz de Cassie. “¡¿Cómo estás?!” Me pregunta mientras me abraza. Sus brazos envuelven mi cuerpo y me aprieta.
“Me duele Cassie,” logro decir y ella me libera. Me sonríe y luce muy relajada, mis ojos se posan sobre su rostro y sus ojos están rojos.
“Estoy drogada,” suelta una risita.
“¿Qué?”
“Sí, me deprimí y llamé a Harry. Le compré una mierda muy buena, pensé que me haría sentir triste pero Harry me dijo que esto me animaría mucho y me siento con mucha vida,”
“Espera ¿qué? ¿Harry?” Su nombre es una puñalada en mi estomago.
“Sí, sí, vende lo mejor tú deberías saber. Compré marihuana aunque Harry también tenía cocaí—“
“No-no me importa,” la corto enseguida, no quiero escuchar eso, no quiero saber sobre eso.
“Uh, lo siento,” rueda los ojos. “Lucy estás pálida o yo te veo muy pálida ¿estás bien?”
Niego con la cabeza y mi amiga sólo sonríe. La Cassie normal no actuaría así y ahora mismo realmente necesito la Cassie de siempre.
“¡Oh, acabo de recordar algo! Si quieres puedes…puedes darme una cachetada,” Cassie dice y gira un poco su rostro para mostrarme su mejilla. “¡Hazlo!”
“¿Qué? No, ¿por qué dices eso?”
“Porque yo te di una cachetada y sería justo que tu hicieras lo mismo,”
“No, no estás bien Cassie, vamos te llevaré a casa,”
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Esperé hasta navidad para poder hablar con Harry.
No me hago una trenza esta vez. Pujo por encima de mi cabeza el suéter navideño que siempre uso y me lavo el rostro. Limpio mis lentes, me lavo los dientes y desciendo escaleras abajo. Cenaremos y luego mamá y Mike irán a trabajar. Sé que es navidad y me gustaría que se quedaran pero habrá gente que los necesitará esta noche. Además Madison y yo somos adolescentes no pequeñas niñas así que está bien.
Nuestra cena es bastante agradable, a pesar de los problemas entre mamá y Mike ellos conversan y hasta se ríen un poquito. Eso me hace muy feliz y me ayuda a comer en paz. La comida es deliciosa y yo ayude a cocinarla. Mike y Madison se encargaron de decorar la casa y creo que se ve muy acogedora y adorable.
Mamá me obliga a tomarme una foto con Madison y parecemos dos polos opuestos. Por un lado estoy yo, bajita, con un suéter con Rodolfo el reno, de pantuflas y jeans y después está Madison, alta, delgada, con un vestido rojo y un chaqueta de lana de color negro. No entiendo porque está tan bien vestida cuando ambas nos quedaremos en casa o al menos eso es lo que creo, tal vez ella está planeando escaparse luego de que Mike y mamá se vayan.
Mike y mamá nos dicen que si queremos nosotras podemos abrir los regalos, yo no quiero hacerlo y Madison tampoco le importa. Decidimos preparar chocolate caliente y sentarnos y conversar. Es agradable y me hace sentir como en…casa.
Cuando escucho el timbre de la puerta mi corazón da un vuelco. Madison gruñe y Mike pregunta quién es. Mamá sólo sonríe mientras yo me dirijo a la puerta. Ahogo un risa cuando veo a Harry con un suéter navideño, lo gracioso no es que su suéter tenga un muñeco de nieve sino porque es de color negro. El negro es un color muy anti-navidad, especialmente en un suéter.
En sus manos sostiene dos cajas rectangulares y me pregunto qué es lo que tiene ahí adentro. Lo dejo entrar a la casa y Harry en verdad es amable y saluda a todos. Mike también es amable y yo suspiro en alivio.
Guío a Harry hacia la cocina y luego de 15 minutos Mike y mamá se despiden de nosotros. Madison desaparece de la sala y en el primer piso sólo estamos yo y Harry.
Una de las cajas rectangulares que Harry trajo tiene un pastel de chocolate, Harry me dijo que lo hizo su madre. Así que mientras corto un pedazo del pastel decido que es un buen momento para hablar.
“Harry necesito que seas honesto conmigo,” no tartamudeo pero mi voz es baja.
“¿Qué?” Me pregunta y yo me aclaro la garganta.
“Necesito que seas honesto conmigo sobre algo,” él asiente y decido continuar. “Eric habló conmigo ayer,” su mirada esmeralda se encuentra con la mía tan pronto menciono el nombre de su ex amigo.
“¿Qué mierda? ¿Qué te dijo?” Frunce el ceño y ya luce enfadado.
“Sobre ti, sobre Taylor y me dijo que era peligroso. Él me asusta Harry, quiero decir, ¿por qué me está diciendo eso?”
“¿Sobre Taylor? ¿Qué dijo?” Pregunto aún con el ceño fruncido.
“Que era peligroso y que robar y engañar son lo más inofensivos que Taylor podría hacer. Estoy preocupada por ti, trato de no invadir tu vida privada pero-pero ¿en qué estás envuelto Harry?”
“Eric hijo de perra siempre hace lo mismo,” Harry se dice a sí mismo y golpea su puño contra mi mesa. Salto ante el sonido de la madera golpeada y los ojos del rizado hallan los míos. “Lucy ven aquí,” Harry me indica y yo decido obedecer.
Trago saliva mientras mis pasos me guían hacia Harry. Me hace un gesto para que me siente sobre su regazo y yo hago lo que me pide, ahora estamos cara a cara.
“Eric es mi enemigo, necesito que recuerdes eso ¿sí?” Harry habla mientras sus dedos se entrelazan con los míos. “No somos amigos y yo sé que él quiere venganza. Ahora que estoy contigo él sabe que tú eres mi…mi punto débil,”
“¿Punto débil?” ¿Debería sentirme halagada?
“Claro que sí Lucy. Eres inocente, tú no estás involucrada en mi mundo entonces es razonable que puedas creer en todo lo que él te diga. Además Eric sabe que tú me dirás todo y sabe que eso me enfurecerá y eso es exactamente lo que él quiere.”
“Oh.” No sé qué decir, Harry tiene razón. ¿Acaso fui manipulada?
“Eric no es una buena persona, yo tampoco ni Taylor pero la cosa es que…espera ¿confías en mí Lucy?” Styles pregunta y sus ojos me hacen sentir nerviosa, es una mirada profunda y no estoy segura de poder soportarlo.
“Sí, confío en ti.”
“Bien, necesito que evites a Eric ¿sí? No hables con él sin importar lo que te diga,”
“Está bien,”
“Eric claramente quiere colocarte en contra mío, pero nosotros somos más fuertes que eso ¿no lo crees?” Sus palabras viajan hasta mi corazón y la expresión de su rostro me derrite.
Mis ojos bajan a mi regazo y asiento con mis mejillas ruborizadas. Nosotros.
“Sí.”
“La vida es dura cuando tienes enemigos,” Harry suspira. “Todos quieren destruirte y atacaran hasta el más pequeño detalle de ti si es necesario,”
Lo que Harry está diciendo en verdad es muy razonable. Mi problema fue que olvidé que Eric ya no es su amigo, no pensé en eso tan profundamente. Me dejé guiar por sus palabras y me dejé asustar por lo que él me contó. Tal vez tenga razón pero su finalidad no es abrirme los ojos, la misión de Eric es colocarme en contra de Harry y no, no dejaré que haga eso.
“Necesito que confíes en mí ¿sí? Yo soy la persona que estoy mostrando o al menos eso trato,” confiesa con la vista baja. “Estoy tratando.”
“Lo sé y realmente lo aprecio Harry. Lamento por dudar de ti,”
“No tienes que lamentarlo, Eric es un maldito bastardo,”
{Harry}
“Me siento tan tonta,” Lucy suspira en frustración.
“¿Por qué dices eso?” Pregunto mientras beso sus pequeños y finos dedos. Lucy me mira y luego descansa su cabeza en mi hombro.
“Me siento como un juguete, soy tan tonta,” admite y sus ojos vuelven a encontrarse con los míos.
“No lo eres Lucinda ¿está bien?” Le afirmo con una mano en su espalda y la otra sobre su mejilla.
“Si tú lo dices,” dice antes de levantarse y pierdo la calidez que su cuerpo brinda. “¿Quieres chocolate caliente?”
Supongo que quiere cambiar el tema y yo tampoco estoy dispuesto a seguir hablando de esto.
“Sí, seguro.”
Empiezo a cortar el pastel de chocolate que hizo Anne mientras Lucinda sirve dos tazas de chocolate caliente, luego de eso ambos nos dirigimos a su habitación. Lanzamos unas almohadas en el suelo y nos colocamos cómodos. Dejo su regalo sobre su cama y comemos en silencio.
Trato de enfocarme en mi pastel pero no puedo evitar enviarle algunas miradas a Lucy. Luce triste mientras masca un trozo de su pastel de chocolate.
“¿Estás bien?” Le pregunto e inesperadamente me siento ¿preocupado?
“Sólo estaba pensando…”
“Puedes decirme.” Es extraño porque ella es siempre la que me dice eso.
“Soy tan ingenua, me siento mal por lo que Eric hizo,”
“No fue nada malo, puede suceder,”
“Sí, lo sé pero ser ingenua no es bueno. Afortunadamente casi nunca frecuento mucho la gente entonces nadie jamás se ha aprovechado de mí. No tengo experiencia por lo cual no puedo defenderme. ¿Qué sucede si conozco a alguien que me parece real pero en realidad es un mentiroso?” Ella habla y puedo ver distintas emociones cruzar por sus facciones.
Me alegro que no pueda ver la diferencia porque definitivamente yo sería el primero en su lista. No me veo y no me siento nervioso, años de experiencia en el arte de la mentira, sé que puedo hacer esto.
“Aprendemos de los errores,” es lo único que puedo decir antes de darle un mordisco a mi torta.
“Supongo,”
“Pero sólo mantente lejos de Eric ¿sí?” Al menos por ahora.
“Sí Harry,” asiente antes de darle un sorbo a su chocolate caliente.
No estaba esperando que Eric hablara con Lucy otra vez pero me enfureció bastante. Lo que planeaba hacer era buscar a Eric enseguida y darle su lección, ese bastardo se lo merece pero gracias a Lucy siempre me siento sedado, siempre estoy más relajado. Así que la única solución fue respirar y hablar con ella, era lo único que realmente me importaba.
No sé si me guste este sentimiento de estar como sedado, tan relajado. Siento que pierdo quién soy realmente pero no puedo evitar sentirme así alrededor de Lucy. Es tranquila, es acogedora y siempre destaca las cosas positivas o habla de cosas inocente. Es alguna clase de luz esa muchacha.
“Entonces…¿punto débil?” Lucinda pregunta ocultando su sonrisa con la taza que sostiene en sus manos.
Me río de su tierna expresión y asiento con la cabeza. Sabía que decirle que era mi punto débil la haría sentirse más confiada y definitivamente me ayudaría a que ella pudiera creerme. Funcionó, soy un genio.
“¿Debería estar halagada?”
“Definitivamente,” aseguro mientras le entrego mi plato vacío a Lucy. Ella deja ambos platos en su velador y se arrastra hacia mí. Se recuesta sobre su alfombra descansando su cabeza sobre mi regazo. Quiero reírme, las chicas no descansan su cabeza en mi regazo en realidad ellas hacen otras cosas.
“Gracias por venir,”
“No tenía nada mejor que hacer,” admito encogiéndome de hombros. “Estoy bromeando,” respondo ante la mirada de Lucy.
“Así que, um, cuéntame de tu suéter,” dice mientras sus dedos pinchan la tela de mi suéter negro.
“Fue un regalo,” ruedo mis ojos y ella sonríe. “El bastardo de Marcel lo hizo,”
“¿Enserio?” Se ríe, su risa es adorable y pura. Su rostro es hermoso y mi estomago empieza a doler. “Es bastante original, estoy hablando del color,”
“Lo sé, Marcel lo hizo bien esta vez. Tengo algo que mostrarte,” le aviso y Lucy se sienta a mi lado. Me arremango el suéter hasta mis codos y le muestro mi antebrazo.
“¡Grinch!” Apuntó a la piel de mi antebrazo. “¿Cuándo te hiciste este tatuaje?”
“Dos días atrás. Me di cuenta que odiaba más de lo que creía la navidad y pensé que era mi deber hacerme este tatuaje,”
“Está lindo,” desliza su fino dedo a través de mi pequeño tatuaje, que consiste en la cara del Grinch.
Mientras ella admira mi tatuaje mis ojos se posan sobre Lucy. No sé si es mi idea pero tiene más pecas, sus pestañas son largas y negras, sus mejillas están ruborizadas y su cabello está levemente desordenado y cae por su hombro y toda su espalda, se ve mucho más madura pero me gusta cuando usa su típica trenza.
Sube la vista hacia mí y su mirada resulta quema la palma de mis manos, me hace sentir levemente más pequeño. Me da una leve sonrisa, besa mi nuevo tatuaje y luego se levanta. Se agacha frente a su escritorio y arrastra una caja cuadrada, tiene un lazo de color verde y yo sé que es su regalo para mí.
“No sé si quieres, um, abrir tu regalo ahora,” me pregunta tímidamente y quiero abrazarla por su actitud tan inofensiva.
Agarro su regalo y ambos nos sentamos frente a frente. Intercambiamos las cajas y le digo que las damas van primero.
Sus dedos no se ven ansiosos por revelar la sorpresa, rompe el papel y me dedica una pequeña miradita. Se muerde el labio inferior antes de abrir la caja, luego de que lo hace sus manos cubren su boca por la sorpresa.
“Oh Dios mío Harry, es…es hermoso,”
Son dos discos de vinilos y ambos son de los Beatles y son sus discos favoritos. No fue difícil recordar cuáles eran sus favoritos porque son los mismos que los míos. Sgt. Pepper’s Lonely Heart Club Band y Revolver.
“Gracias, son perfectos,” dice mientras echa algunos mechones de su cabello tras la oreja. Me mira con entusiasmo dibujando una sonrisa en su rostro. “Tu turno Harry,”
Sus ojos las traicionan, creo que va a llorar. Mierda, la primera vez que le regalo algo importante a una chica y ella está a punto de derramar unas lágrimas.
“Ven aquí,” le indico a Lucinda y ella obedece sin problemas. La siento mi regazo, beso su mejilla y descanso mi barbilla sobre su hombro. Deja sus lentes a un lado y luego se frota los ojos.
“En caso que te preguntes no estoy llorando,” susurra débilmente. “Ya, abre tu regalo,”
No me gusta mucho los regalos pero no puedo negárselo. Mis dedos son rápidos en romper el papel de regalo y en abrir la caja y mierda, me arrepiento de haberlo hecho.
“¿Qué diablos?” Es lo primero que digo cuando veo el tocadiscos que está dentro de la caja. Esto es increíble.
“Vi algunos vinilos en tu habitación, además siempre hablas de música y que te gustaban los vinilos y pensé que-que sería una gran idea,” se encogió de hombros.
Le hablé de música y de vinilos pero por lo que yo me acuerdo fueron dos veces o tal vez una. Es tan observadora que fue capaz de ver esos vinilos empolvados y apilados que tengo en mi habitación. Los tengo por colección, nunca los he tocado en un tocadiscos…hasta ahora.
Creo que es un regalo espectacular y hecho del corazón. Ni siquiera Emily en sus mejores días haría algo así.
“Gracias Lucy, está increíble,” es lo único que digo mientras siento un fuerte dolor en el corazón. Dios, por favor mátame, no puedo aceptar esto, es demasiado.
Lucinda se levanta de mi regazo y otra vez extraño la calidez y lo acogedor que es su cuerpo cuando está cerca del mío.
“Harry este es el mejor regalo del mundo, gracias, siempre lo guardaré en mi corazón,” me agradece con ojos llorosos mientras abraza sus discos. Luce feliz, mucho más que feliz en verdad.
Me río pero es una risa de ‘no lo creo Lucy’. Espero que no rompa los vinilos. Luego de que todo termine definitivamente le devolveré el tocadiscos porque no me lo merezco. No me merezco este regalo, no me merezco compartir la navidad con ella ni estar con su preciosa compañía.
Deja su regalo a un lado y vuelve hacia mí, acortando la distancia de nuestros cuerpos. Se sienta en mi regazo y la sonrisa que sostiene en su rostro me pone seriamente nervios, a mí y a todo mi cuerpo. No puedo evitar no sentirme contagiado por su buen humor, por la paz y la calma que Lucy brinda cuando estoy con ella. Descanso mis manos en su espalda baja mientras ella roza la punta de su nariz con la mía, decido ir un poco más allá y ahora las palmas de mis manos están en su culo. Lucinda no dice nada en cambio sólo me sonríe mientras besa la punta de la nariz.
No debería estar feliz, quiero que grite, necesito que se aparte de mí y se queje o le moleste mi actitud pero no. El hecho de que tenga mis manos en su culo y que ella no diga nada me hace sentir incomodo y más nervioso.
Su beso me pilla desprevenido, es tierno pero es tan Lucinda. Mis manos se aferran a su espalda y sus brazos descansan en mis hombros. Quería apartarme, quería hacerlo pero no pude, y culpo a su aroma, la suavidad de sus labios y la calidez de su cuerpo.
Por un momento se siente como una verdadera navidad, se siente como si estuviéramos juntos, de verdad no a base de una mentira. Los regalos, nuestra felicidad, su hermoso rostro sonriéndome y mis dedos tocando su mejilla, su mandíbula, sus labios. Si Lucy fuera mi novia la besaría, no de la manera en que lo hago ahora sino que con pasión, con posesión. Cerraría la puerta de su habitación, la recostaría sobre la alfombra o posiblemente en su cama y le haría el amor, tantas veces que perdería la cuenta. Lucinda sería tímida, tal vez sería difícil deshacerme de su ropa y nos reiríamos en el proceso de hacerlo, ella evitaría el contacto el visual por la vergüenza pero estoy seguro que suspiraría y dejaría salir pequeños gemidos con mi nombre pegado en ellos.
Mis manos ahuecan sus mejillas, su piel es suave y puedo asegurar por lo poco que he tocado que todo el resto de su cuerpo lo es igual. No debería sentirme excitado pero supongo que fue inevitable. Me gustaría poder deshacerme de su feo suéter y arrancarle los jeans con los dientes si fuera necesario. Ni siquiera solía sentirme así antes pero ahora algunas ideas y fantasías saltan en mi cabeza sobre Lucy y yo y es un sentimiento jodidamente molesto. Pateo mi lado salvaje y rompo nuestro beso. Me mira un poco confundida mientras su pecho baja y sube por su respiración pesada.
“Necesito más chocolate caliente.” La única mentira que puede salvarme de esta situación.
Me levanto del suelo y ella permanece sentada. “Ahm, se-seguro,”
Agarro ambas tazas y casi salgo corriendo de la habitación.
Desde que fuimos al bar a escuchar y bailar toda la noche al ritmo de Los Beatles todo se siente diferente y es un sentimiento molesto, me irrita y no puedo dejar de pensar en eso. Lo pienso tanto que siento que estuviera paranoico al respecto. Es ridículo, ¿acaso Lucy lentamente se está apoderando de mi mente? De ninguna manera.
Lo que quiera que este sintiendo no me importa, no debe importarme. Cuando llegue el final no quedaran ni cenizas, además sé que soy capaz de apagar mis sentimientos. Lucy ha sido importante pero no es un ser transcendental en mi vida, lo sé y lo sigo repitiendo en mi mente. No es transcendental, es sólo una estrella fugaz. Puedo vivir sin ella, definitivamente sé que puedo vivir sin está relación. No importa lo que sienta, será fácil de olvidar.
Sirvo chocolate caliente en nuestras tazas y suelto un gran suspiro. Siento una opresión en el pecho y un gran peso en mis hombros. Sacudo mi cabeza y trato de concentrarme en algo que realmente importe.
Mi celular vibra en mi bolsillo y leo el mensaje recibido.
De: Emily.
Feliz navidad bastardo.
Ruedo mis ojos y respondo rápidamente.
Para: Emily.
Vete a la mierda.
Guardo mi teléfono y me doy vuelta, mis ojos se encuentran con la hermanastra de Lucy, ella está apoyada contra el marco de la puerta. Ni siquiera la escuché llegar, perra sicópata.
“Hola,”
“Hola,” respondo confundido. Nunca le he hablado en mi vida y tampoco me interesa.
“¿Disfrutando la navidad?” Dice mientras su dedo juega con su mechón rubio.
“Sí, definitivamente,” le replico sin ninguna emoción en mi voz.
“Debo decirte algo,” Madison habla cuando yo estaba a punto de largarme de aquí. “Lucy puede ser estúpida y todos sus amigos pueden serlo e incluso toda la escuela pero yo lo soy,”
“¿Disculpa?” ¿De qué diablos está hablando?
“¿Por qué estarías con mi hermanastra? Toda la escuela te conoce y muchas dicen que algo estás tramando,”
“Sinceramente no me importa,”
“Sólo quiero que sepas que yo sé tú pequeño secreto,”
“¿Y cuál sería ese?”
“No te gusta Lucinda, ella no es tu tipo,”
“¿Enserio?”
“Sí y estoy más que segura que todo esto es una completa mentira,”
“Sinceramente no sé de qué estás hablando,” le replico frío e indiferente.
“Seguro,” rueda los ojos. “Sabes que yo podría hablar, no tengo buena relación con Lucy pero ella cree todo lo que le digo,”
“Haz lo que quieras, no podría importarme menos.”
Si Madison está tratando de intimidarme no le está resultado pero el hecho de que ella sospeche tampoco me parece algo nuevo o interesante. Ella no es una buena hermanastra para Lucy, es malvada como yo así que sé lo que está pensando.
“¿Estás seguro Harry?”
No voy a dejar que controle está situación, no me gusta ser amenazado. Dejo las tazas sobre el mueble de la cocina y me acerco hacia Madison. Tengo el presentimiento que ya he hablado con ella antes. Busco entre mis recuerdos y la encuentro, Madison Ray, ella trató de besarme y de acostarse conmigo hace unos meses atrás, antes de que conociera a Lucy. Debo agregar que no lo logró, Madison tampoco es mi tipo. Um, interesante dato.
“Muy seguro,” Me detengo a centímetros de su rostro y mi voz sale como un susurro peligroso, “De hecho ¿por qué no subes las escaleras ahora mismo y le dices? Lucy está en su cuarto,”
La rubia me mira casi impactada por mi cercanía, esto fue fácil. Ya no está usando vestido y eso es otro dato muy interesante. Sólo debo leer las señales: La tengo acorralada contra la pared, sus ojos no abandonan los míos, se está mordiendo el labio inferior y no está haciendo nada para que me mantenga lejos de ella. Muy bien, juguemos un poco con Madison.
“No me-me importa,” susurra mientras mis dedos desabrochan el cierre de su vaquero. “Te estoy amenazando con mi secreto,”
“¿Oh enserio?” Madison retiene su aliento cuando mi mano ingresa a sus jeans. Sus ojos me miran con lujuria y Dios, es una verdadera perra ni siquiera le importa el hecho de que yo estoy con Lucy y que ella está arriba en su habitación.
“Le podría contar unas par de cosas sobre ti,” ahoga un gemido mientras acaricio su parte más íntima. “Cosas que no le gustaría,”
“¿Acaso me veo preocupado? ¿Crees que me importa?” Curvo un lado de mi boca en una sonrisa y me inclino hacia ella.
Muerdo su labio inferior y Madison ahoga un gemido. Dios es tan fácil que me da asco. Ella trata de besarme pero alejo mi rostro.
“Nada de lo que tú digas va alejarme de Lucy. ¿Crees que no he escuchado sobre ti Madison? Sé que me has estado persiguiendo desde que llegaste a la escuela,” la rubia suelta un pequeño gemido ante el roce de mis dedos sobre su entrepierna. “¿Pero adivina qué? No me importas y nunca me vas a importar y si crees que amenazándome vas a tenerme, estás tan equivocada cariño,” retiro mi mano de sus vaqueros y limpio la humedad de mis dedos en su blusa.
La rubia respira pesadamente y su mirada sólo desborda ira. Sonrío orgulloso, ella no va a ganar y si piensa que con su estúpida amenaza causó algo en mí está muy equivocada. Se abrocha el vaquero y sus ojos jamás abandonan el mío.
“Sólo no le voy a decir nada porque Lucy no me importa,” Madison habla mientras yo me lavo las manos.
“Genial, te felicito.”
Ambos nos quedamos callados cuando escuchamos unos pasos desde las escaleras. El pequeño cuerpo de Lucy ingresa a la cocina y sus ojos se encuentran conmigo y luego con Madison. Su hermanastra aún sigue en el umbral de la puerta y yo estoy frente al fregadero. La mirada de Lucy se ve insegura y un poco nerviosa. Olvido lo que sucedió hace unos segundos atrás y me concentro en Lucinda.
“Ahm, ¿está todo bien? Vine porque te estabas demorando…” Lucy habla mientras se acerca a mí.
“Todo está bien Lucinda,” enrollo mi brazo alrededor de sus hombros y beso su frente.
Es tan inofensiva, débil que me molesta la actitud de Madison. La única explicación que tengo para su actitud es que Madison está celosa a Lucy.
“Vine aquí por unas galletas y tu novio estaba aquí,” Madison se dirige al refrigerador.
“Sí, sólo estábamos conversando con Madison,”
“Que gran conversación,” rueda los ojos. “Voy a una fiesta, diviértanse,”
“¿Qué dijo? Madison no habla mucho,” Lucy inquiere una vez que estamos solos.
“Nos invitó a la fiesta, le dije que no porque prefiero que nos quedemos aquí,”
“Está bien, yo también prefiero eso,” besa mi barbilla y luego se dirige al refrigerador.
Me lavo las manos otra vez porque creo que Madison es asquerosa. Luego de eso agarro a Lucinda y la siento sobre una encimera y lo único que hago es besarla, y Dios sí que la beso bastante. Sin interrupciones, sólo yo y Lucy y se siente perfecto.
Madison puede ser impresionante pero no es de mi tipo. Es tan fácil y sé que le gusto, si yo quisiera podría acostarme con ella. Debo mover un dedo y estoy seguro que Madison se rendiría fácilmente ante mí pero no quiero hacerlo porque no necesito hacerlo, porque tengo a Lucinda. Aunque sea raro para mí admitirlo prefiero mil veces quedarme con Lucy, sólo besarla, escuchar su voz y abrazarla a que follarme a su malvada hermanastra.
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