Capitulo 108
HARRY
Como dije antes, todo sucedió increíblemente rápido. En el momento en que Lucinda golpeó a Emily contra la mesa los chicos me soltaron. Los odié por participar en esto.
Yo corrí hacia ella y Emily le dio un puñetazo en el rostro. Sus amigas trataron de golpear y arrancarle un pedazo a Lucy pero yo la protegí cubriendo su cuerpo con el mío. Liam y Zayn agarraron a sus amigas y yo me interpuse entre Emily y Lucinda. Los guardias llegaron y todos fuimos arrastrados a una sala.
Me senté al lado de Lucinda y los chicos estuvieron a mi lado así Emily y sus amigas estaban en la otra esquina y no habría posibilidad de que la atacaran. La nariz de Emily estaba sangrando bastante. La gente a cargo le entregó a Emily pañuelos y luego preguntó qué diablos sucedió y empezó gritos entre las dos. Estaba molesto por Emily pero completamente sin palabras por el comportamiento de Lucinda. La entera pelea tenía mis nervios de punta, lo sentía en mis manos, estaban sudando. En algún momento y por una fracción de segundos nuestras miradas se encontraron, ella vio lo enfadado que estaba. La comunicación se cortó entre nosotros.
Nos echaron del lugar como era de esperarse. Emily gritó un par de cosas pero yo arrastré a Lucinda al auto. Niall y Louis decidieron quedarse e ir a otro lado. Mandy y Lucy conversaron por unos segundos y luego se subieron al coche. Zayn y Liam también se marcharon conmigo. Dejamos a Mandy en su hogar y Lucinda no dijo nada sobre ella y dónde quería ir así que conduje a mi casa.
Zayn y Liam estaban conversando pero sus voces no eran tan fuertes ni débiles. Lucinda permaneció con la cabeza caída durante todo el viaje. Mis puños se mantuvieron apretados al volante. Limpié el sudor de mi frente y maldije en mi interior. Fue terrible presenciar eso.
Estacioné el coche como pude. No podría importarme menos. Me bajé del Jeep y todos hicieron lo mismo. Encendí la alarma y nos dirigimos a la casa.
“¿Qué diablos fue eso, Liam?” Pregunté una vez que entramos en el cálido lugar.
“¿De qué hablas?”
“¿Por qué la ayudaste?”
“Ella me lo pidió,” él se encogió de hombros. “Tiene sus razones para hacerlo.”
Sé que las tiene pero no me parece bien. Payne subió las escaleras junto a Zayn.
“Iré a buscar hielo,” anuncié y fui a la cocina.
Abrí el refrigerador y saqué un cubo de hielo.
“¿Harry?”
“No, no puedes irte a casa, no con ese feo moretón que tienes. ¿Qué va a pensar tu madre sobre eso?” Gruñí.
“Iba a preguntarte si podía quedarme,” habló tranquilamente.
“Claro que puedes,” suspiré frustrado.
Le entregué el cubo de hielo y subí a la habitación. Cogí una toalla del suelo y fui por una ducha. Quizás ella pensó que yo estaba exagerando pero no sabe cómo me siento. No quería esto para ella, no me importa lo que Emily hizo, simplemente pudo haberlo arreglado de otra manera.
No demoré mucho en la ducha. Volví a la habitación en toalla y Lucinda se dio vuelta. Estaba sentada en la cama y jugando con Sherlock. Saqué lo que necesitaba y me vestí. Una camiseta blanca y unos short negro. Dejé en la silla un pijama y una toalla para Lucy.
“¿Quieres tomarte una ducha?”
“¿Por qué estás tan enfadado?”
“¿Por qué?” Gruñí. “Porque quería protegerte, te dije que me contaras lo que querrías hacer. Entiendo que lo que Emily hizo fue horrible pero no quería verte en su nivel.”
“Lo necesitaba.”
“No, claro que no. Tú no eres así, no quiero que te comportes así.”
“¿Cuál es el problema con eso?” Inquirió. Pude ver que estaba molesta.
“¿Quieres ser como ella?” Interrogué. “Está llena de odio, y eso definitivamente no te lleva a ningún lado.”
Dejó mi gorrita en el escritorio y trenzó su cabello. Su actitud me tiene en shock. Se veía tranquila pero pude notar que sus manos estaban temblando.
“Tienes un moretón feo en tu pómulo. Tú madre va a matarte, ¿qué crees que va a decir?”
“Ya entendí,” suspiró. “De todas maneras nunca están en casa, tendré tiempo de ocultar la herida.”
Tan sólo tiene un moretón de color morado en el pómulo. Es raro mirarlo, nunca pensé que la vería de esta manera. Su rostro estaba sucio y estaba sudando.
“No estaba esperando esto. Fuiste muy brutal, muy violenta.”
Se frotó el rostro con las manos y respiró lento. Juntó sus manos, seguían temblando. Estoy preocupado.
“Le hice lo que me hizo a mí. Golpeó mi nariz y ahora yo golpeé la de ella,” murmuró. Lo dijo con una tranquilidad que me resultó aterradora.
Me siento más preocupado.
Ella iba a seguir jugando con Sherlock pero cogí la jaula y la dejé sobre el escritorio.
“Ahora no.”
Se quitó los zapatos y abrazó sus piernas, descansando su barbilla en sus rodillas.
“No pude resistirme, tú no entiendes,” ella negó con la cabeza.
Su voz fue débil. Algo iba a suceder.
“¿Por qué?” Inquirí sentándome en los pies de la cama.
“Porque no sabes cómo me sentí, cómo me siento. Estaba haciendo boxeo y no pude defenderme la primera vez. Estaba haciendo eso con ese propósito y fallé. He pensado muchas veces en esos chicos que me golpearon, quería ser capaz de defenderme a mí misma y no pude hacer nada contra Emily. No sabes cuan patética, insignificante e inútil me sentí. Siempre me he sentido de esa manera toda mi vida, pensé que podría cambiar pero estoy de vuelta en el mismo punto. Tú no tienes idea de cómo se siente.”
Simplemente explotó y sus piezas estaban por todas partes. Lucy explotó con un discurso que prácticamente apuñaló mi corazón. La observé por unos instantes y ella estaba sollozando. No estaba siendo capaz de moverme pero sabía que tenía que recoger las piezas.
“Habló cosas sobre mí, cosas horribles que yo no me admito a mí misma,” limpió sus lágrimas pero su sollozo no se detuvo. “Lo he escuchado antes pero con ella sentí que fue suficiente. Además ella estuvo contigo y su confianza me hace sentir insegura. Tal vez piensas que estoy exagerando pero-pero sé un poco sobre mí misma como para saber que me sentí muy humillada.”
Frotó sus ojos y su mirada se perdió en el suelo.
Podía entenderla, claro que era capaz. Sentía su dolor. Simplemente no me imaginé la magnitud del problema, Lucy me contó un par de cosas pero nunca me detuve a pensar cómo ella se sentía profundamente. Todo esto es mi culpa, estas son las consecuencias pero de alguna manera es algo que ambos aceptamos indirectamente. Aún así yo seguiré cargando con todo el peso. Yo voy a recoger sus piezas y arreglarla.
Estiré mi mano hacia ella y llamé su nombre. Miró hacia mí con dudas. Segundos después cogió mi mano y yo jalé de ella para indicarle que se acercara más a mí. Se arrastró lentamente y se sentó en mi regazo. Escondió su rostro en mi pecho y yo simplemente la abracé.
Verla de esa manera me estaba matando pero también me aseguraba una vez más lo cuanto quería a esta chica. Ella valiente, preocupada, fuerte pero sensible y buena a pesar de todo, no buena porque le convenía serlo sino porque esa era su esencia.
“Tú jamás podrías ser lo que ella te dijo. Emily no te conoce, no tiene el derecho a hablar sobre ti. No le creas, ni una sola palabra. Eres increíble y no podría estar más orgulloso de quién eres.”
“¿Una rarita?”
Rodé los ojos pero sonreí.
“Una rarita, una chica buena, valiente, honesta, adorable, generosa y muuuy inteligente.”
“Mentiroso,” escuché su voz ahogada por la tela de mi camisa.
Decidí no responder. Acaricié su cabello y ella lloró por un par de minutos más. Traté de pensar en algo mejor que decir pero es bastante difícil.
El sollozo se desvaneció y se sentó frente a mí. Frotó sus ojos y me observó.
“¿Puedo ducharme?”
“Sí. Tengo un pijama de Gemma, lo dejé en la silla junto con una toalla.”
“Gracias.”
Se levantó y buscó el pijama y la toalla azul. Una vez que se marchó cogí el control y encendí la televisión.
Siento una presión en mis pulmones. Verla de esa manera fue devastador. Me mata saber que esta fue la manera en que ella estuvo antes y nunca estuve ahí. Tal vez lloró una vez o muchas noches. Puedo ver que ella no es débil pero muy sensible pero me necesitaba y me necesita ahora. Este es el momento de remediar por las noches que no estuve ahí. El odio a mi mismo crece. Siento vergüenza. Es una sensación indescriptible pero muy poderosa. Podrías ser aplastado en cualquier momento. Creo que jamás podría perdonarme lo estúpido que fui, simplemente mi estupidez no tuvo límites.
Estoy tan enfadado conmigo mismo. Sé que no merezco estar a su lado, que no merezco a Lucy. Nunca he merecido nada en mi vida. Pero no puedo dejarla, quiero ser capaz de merecerla. Quiero poder consolarla, reconfortarla. No quiero volverla a verla así. La mantendré lejos del peligro y a salvo.
Lucinda regresó con el cabello medio mojado. Por un momento olvidé cómo lucía el pijama de Gemma. El pijama consiste en unos pantalones cortos y una camiseta de color gris. Ella deja la ropa sobre la silla junto con la toalla.
“¿Qué? ¿Por qué estás sonriendo?” Preguntó confundida.
No puedo quejarme, estoy disfrutando la vista.
Palmeé el espacio al lado mío y Lucy se sentó en la cama.
“¿Te sientes mejor?”
“Hm, sip.”
“¿Estás segura? ¿Quieres seguir hablando al respecto?”
“Sí, estoy segura y nop.”
Se puso sus lentes y tiró unos mechones tras sus orejas.
“Yo quiero decir algo,” declaré y ella asintió. “Mira, tú jamás, jamás podrías ser lo que ella te dijo. Recuerda que Emily no te conoce. Eres maravillosa, no perfecta pero aún así maravillosa. Me tienes pero por ser tú. Siempre has sido tú. Nunca trataste de cambiar o de pretender ser alguien más a pesar de que fuéramos diferentes. Nos adaptamos, nuestros pequeños colapsaron y me gusta el resultado. El camino no ha sido fácil pero creo que ahora estamos más fuertes, confías en mí, no completamente, pero lo haces y quiero que sepas que todo lo que dije es cierto. Joder, eso fue un enorme discurso. Ves lo que me haces,” empujé su hombro con el mío de manera juguetona.
Soltó una risita. No va a llorar pero sus ojos lucen como si estuviera a punto de hacerlo.
“Eres un tontito.”
Me tiró en un abrazo y mis manos se sitúan en su espalda.
“¿Realmente lo crees, Harry?” Murmuró en mi oído.
Mi agarre fue más fuerte a su alrededor, su cuerpo parecía más pequeño. Deslicé mi nariz por su cuello y asentí.
“Por supuesto, no estoy mintiendo. No estés triste, detesto verte así. Te quiero tanto.”
Ella besó mi mejilla múltiples veces y yo sonreí.
“Tus ojos siguen siendo intimidantes aunque estés luciendo tierno con tu sonrisa y hoyuelos.”
“¿A pesar de todo este tiempo?”
“Hm, sip.”
Corté la distancia y presioné mis labios sobre los suyos.
“¡Harry, estamos en casa, querido!” Niall y Louis gritaron desde abajo.
Lucinda se alejó y se levantó.
“¿Qué?”
“¿Puedo hacer café?”
“¿Ahora?”
“Sí.”
Me levanté de la cama y nos dirigimos a la cocina. Lucy preparó café y yo charlé con Niall y Louis. Zayn y Liam bajaron minutos después y todos bebieron café. Abracé a Lucinda todo el tiempo.
Liam me pidió perdón pero dijo que lo había hecho por Lucy. Ella vio a Emily y le pidió ayuda a él y Mandy. Mandy le explicó rápidamente lo que sucedía entre las dos y Liam decidió aceptar. Decidí no hablar al respecto de eso con mis amigos. Lucy bebía café tranquila así que pensé que ella tampoco quería hablar del tema.
Niall y Louis seguían bajo los efectos de esa píldora. No sé si era bueno que estuvieran bebiendo café pero era demasiado tarde. De todas maneras estaban hablando sobre cosas graciosas y todos nos reímos, incluido Lucy. Fue una manera de olvidar, supongo que ella también quería hacer eso.
Estuvimos conversando como por 40 minutos. A pesar del café todos estaban cansados. Cogí un vaso con agua y nos dirigimos escaleras arriba. Cerré la puerta y Lucinda revisó a Sherlock.
“Hoy fue un buen día, contigo, Harry. A pesar de todo.”
Me quité la camisa. Me recosté y Lucinda hizo lo mismo.
"Buenas noches, Sherlock," dijimos al mismo tiempo.
Me incliné hacia ella y besé su pómulo herido.
“¿Te duele?”
“Sí, pero es soportable.”
“Sé que no puedo darte órdenes pero no lo hagas otra vez, Lucy. Eres mejor que eso.”
“Sé que no estuvo bien pero se sintió correcto en ese momento.”
La habitación no está completamente oscura, unas pocas líneas de luz se filtran por la ventana. Tengo una buena visión del rostro de Lucinda, ella me está mirando y parece estar esperando mi respuesta u otro regaño. Puedo notar que está incómoda, creo que aún no puede comprender todo el tema y quizás también se pregunte a sí misma por qué actuó de esa manera.
Creo que es momento de hablar sobre otra cosa.
“Podrías inaugurar tu cajón,” mencioné.
“No me has dado tiempo para pensarlo.”
“No hay nada que pensar. Deja tu suéter y luego regresa otro día.”
“Sabes que lo haré, sabes que regresaré, Harry.”
“¿Qué? ¿Enserio?”
“Sí, pero no sería tan frecuente. El fin de semana.”
“No importa. Estaré feliz de tenerte aquí.”
Lucinda cerró los ojos y presionó sus labios contra los míos. Apoyé mi mano sobre su nuca y su lengua se deslizó tímidamente junto a la mía. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y descansé mis manos bajo su camiseta. De pronto lo siento, es como un clic. El beso es más apasionado y mis dedos se aferraron más a su piel.
El aire es caliente y distintas sensaciones brotan a través de mí. Jalé de ella hacia mí, el contacto es esencial. Nos apartamos por unos segundos, ambos jadeando.
Ella se sentó sobre sus rodillas. Juntó sus manos y me observó. Yo permanecí acostado.
“Me gusta…me gusta tus tatuajes,” susurró tímidamente.
Agachó el rostro a la altura del mío y volvimos a besarnos. Lucy trazó un camino por mi barbilla, bajó por mi cuello. Puedo sentir su aliento desvanecerse en mi piel y sus labios calientes. Ella besó las golondrinas y luego la mariposa. Empecé a sentirme nervioso y mis manos picaban por tocarla. Su boca rozó el tatuaje de mis caderas, las dos ramas de helechos. Era demasiado, estaba cerca de la zona peligrosa.
“Lucy, necesitas detenerte,” susurré.
Plantó un último beso y permaneció sentada.
“Perdón. Me gustan tus tatuajes y son muy intrigantes y podría mirarlos todo el día,” ella confesó.
Mi piel seguía caliente en los lugares donde ella besó. Ni en mis mejores sueños eso podría haber sucedido.
Se acostó a mi lado y apoyó su cabeza en mi hombro.
“Haz algo.”
Fue la señal para despertarme. Fui lento. Trepé sobre ella tratando de equilibrar mi peso. Mi intención era tocarla pero no ir muy lejos. Quería tentarla, hacerla sentir que necesitaba más. Y que también pudiera pensar que juntos podríamos avanzar al próximo nivel.
“No estoy usando camisa, creo que sería lo más justo que tu tampoco.”
Ella tragó saliva pero luego de unos segundos asintió con la cabeza. Nos deshicimos de su camiseta. Nos besamos y luego repartí un camino de besos por su cuello.
“Te deseo, Lucy,” murmuré, mirándola a los ojos.
Observé su sujetador, era de esos que tienen el cierre en el frente. No sé si puedo resistirme. Mis dedos rápidamente desabrochan el sujetador. No, no pude resistirme. Sonreí y mis labios besaron el lugar exacto.
“Te deseo, Lucy,” hablé contra su piel.
Deslicé mi lengua, su piel está caliente y huele bien. Tiré de su cuerpo hacia mí, tratando de no perder el contacto.
“Harry.”
“Y creo que deberíamos hacer el amor,” susurré antes de deslizar mi lengua una vez más.
Cogió mi rostro entre sus manos para que la mirara.
“Yo…yo creo lo mismo,” respondió y su respiración es inestable.
“¿Qué? ¿Tú también quieres?” Cuestioné.
Sí, estaba muy sorprendido. Hablar sobre esto pareciera imposible pero hacerle el amor a Lucy es algo que pensé que sería mucho más imposible.
“Creo que…que me gustaría hacerlo,” susurró. “Pero no en este momento. Lo lamento, te dije que hicieras algo pero-pero no me esperaba esto. Es un poco vergonzoso,” habló y sus mejillas delatan lo avergonzada que está.
“Hey, no lo lamentes. Quiero que estés cómoda, Lucy.”
Abroché su sujetador para que no fuera una distracción. Me acosté a su lado y envolví su cintura con un brazo. Dijo que sí. De pronto todo el calor que estaba sintiendo se desvaneció y la curiosidad se abre paso. Este momento es único.
“Quiero saber más.”
“¿Más sobre qué?”
“Sobre tu decisión. ¿Entonces, quieres que hagamos amor?” interrogué otra vez, quería escuchar la respuesta una vez más.
“Sí, sí lo quiero. No lo he pensado mucho al respecto pero estoy curiosa. Ahora te vi sin camisa y eres tan lindo, tienes músculos, me gusta tu piel, hueles tan bien y fue muy tentador. Cuando nos besamos sentí que quería más y es muy poderoso. Quería hacer más pero no podría hacerlo aquí, tus amigos están allá afuera y no estoy luciendo muy linda y preparada ahora mismo.”
“¿Preparada?”
“No lo sé, quizás usar una ropa interior más linda,” admitió encogiéndose de hombros.
“Podrían ser bragas de Superman y seguirías siendo linda.”
“¿Qué?” Se rió de mi declaración. “Definitivamente no.”
“Lucinda estás bien, no necesitas cambiar nada.”
Sus ojos estaban casi brillando. Me miraba con algún tipo de admiración. Su mano acarició mi cabello y yo tiré de ella más hacia mí.
“Sería un honor para mí hacerte el amor, Lucy. Te quiero, te respeto y definitivamente eres lo que quiero y haría lo que fuera por ti,” murmuré en la oscuridad.
“¿Yo soy lo que quieres?”
“Sí, créeme, lo eres. Estoy enamorado de ti hace mucho pero fue muy estúpido y lo oculté de mí mismo por mucho tiempo. Estoy tratando de corregir los errores.”
Besé su pómulo herido y empujé un mechón detrás de su oreja. Ella se acurrucó y cerró los ojos.
“Qué lindo.”
Sentí su respiración en mi cuello. Agarré las sábanas y nos cubrí a ambos.
Ahora que finalmente se estaba convenciendo, ahora que dijo que sí yo sólo necesitaba planearlo. Hacer algo lindo o romántico, hacer ese día inolvidable. Quería hacer esto bien. No estaba viendo esto como quitarle la virginidad a Lucy sino como enseñarle algo nuevo, cómo podríamos querernos en otro aspecto, hacerla sentir nuevas sensaciones y ser capaz de tocarla y besarla sin límites.
Ella necesita esto. Sé que se sentiría feliz, especial, querida y completa y lo mismo va para mí. Luego de todo lo que hemos pasado un momento para nosotros, algo nuevo para ambos en distintos sentidos sería perfecto. Sería lo correcto para nosotros.
+
LUCY
Las nubes están teñidas de diferentes tonos de gris, en un par de horas estoy segura que va a llover.
Masajeé mi hombro y esperé para cruzar la calle. Compré unos comics, además hablé con el jefe y dejé mi currículum. Estoy tratando de encontrar un trabajo. Mamá me dijo que no necesitaba un trabajo pero lo estoy haciendo por otras razones.
Sigo hablando con Megan, la consejera escolar. Es amable y está dispuesta a ayudarme. Hablé de Harry sobre ella, algunas cosas, lo que yo me atreví decir. Me dijo que lo más sano era que también me preocupara de mí misma y no únicamente en arreglar nuestra relación. Tenía que mantenerme ocupada, hacer actividades y mencionó que trabajar sería buena idea. Para un trabajo tienes que estar concentrada y ser responsable. Necesito actividades que mantengan mis pies en la tierra, confiar en mis habilidades y que me permitan conocer a otras. Lo necesitaba en caso de que el mundo se derrumbara, eso fue lo que dijo y sé que se estaba refiriendo a Harry.
Al principio ella realmente me hizo reflexionar si yo quería seguir con esto. Recuerdo que cuando las cosas estaban mal entre Harry y yo Megan mencionó que quemar los objetos que tenía de él sería buena idea. Era una manera de renovar energías y dejarlo ir. Me alegro no haber aceptado. Ella no confiaba en Harry. Aprendí a conocer a Megan y ella ha tenido muy malas experiencias, quizás por eso estaba tratando de protegerme. Al menos ahora está contenta, está saliendo con el profesor Rodgers, es un profesor de álgebra. Ha sido nuestro profesor un par de veces y me ayuda a organizar las clases que yo hago a los niños.
Me observé en el espejo de una tienda, logré ocultar mi pómulo herido con maquillaje pero aún así se podía notar. Mamá se enfadó y yo traté de mentir pero sabía que sería en vano. Le dije que habia peleado con una chica. Estaba indignada por mi comportamiento pero no me castigó.
Caminé un par de calles hasta que al fin llego a mi librería favorita. Carl estaba ahí como siempre, me sonrió y yo devolví la sonrisa.
Decidí buscar libros al azar y sentarme a leerlos por un rato. Me concentré en eso, después del tercer libro decidí revisar mi celular. Tenía dos mensajes, uno de Harry y otro de Gemma.
De: NOVIO NO OFICIAL PERO NOVIO REAL.
Heeeeeeeey, vamos por comida china. Dónde estás???? H x
No me percaté que él cambió su nombre en mi celular. Debió haberlo hecho hoy. Sonreí y luego abrí el mensaje de Gemma.
De: Gemma.
Ven. Es una emergencia. Llave bajo la alfombra.
Leí su mensaje una vez más y la llamé. No pude hablar porque ella habló primero.
“Lucy, ¿puedes venir? Por favor,” habló rápidamente y me percato que estaba llorando.
“¿Qué sucedió?”
“Es…¡Es una emergencia, por favor!” Gritó al otro lado y lloró más fuerte.
Me levanté torpemente y cogí mi mochila. Sonaba desesperada, algo terrible sucedió.
“¿Quieres-Quieres que llame a—?”
“¡No, Harry no! Sólo tú.”
“Iré enseguida,” le avisé y colgué la llamada.
Me despedí de Carl y eché una carrera para conseguir un taxi. Mis piernas ardieron y mi respiración se volvió inestable. Logré conseguir un taxi y le di la dirección de Gemma.
Para: NOVIO NO OFICIAL PERO NOVIO REAL.
Me gustaría ir :( pero tengo que cenar con mi mamá, te llamaré después.
Envié el mensaje. Esa fue la única mentira que se me ocurrió.
La ansiedad creció dentro de mí. Estaba muy nerviosa por Gemma. Parecía desesperada, muy nerviosa y estaba llorando desconsoladamente. Creo que ya sé quién es el responsable pero no quiero sacar conclusiones antes de saber qué sucedió.
Pagué y corrí hacia el edificio. Subí las escaleras porque el ascensor no estaba funcionando. Me agaché y encontré una llave bajo la alfombra.
Abrí la puerta y todo estaba sumido en el silencio. La sala de estar lucía bien pero podía ver la cocina y había platos rotos esparcidos por todo el suelo.
“¿Gemma?” Pregunté asustada.
Me di la vuelta y tragué saliva. El camino hacia pasillo estaba marcado por algunas gotas de sangre.
Apresuré mi paso y entré a la habitación de Gemma. Estaba allí, recostada en un rincón. Su cabello y sus manos escondían su rostro.
“¿Qué sucedió?” Me agaché frente a ella.
Le tomó unos segundos percatarse de que yo estaba aquí. Levantó la mirada y me abrazó. Nos separamos luego de largos minutos, mis ojos cayeron en sus piernas. Está usando pantalones cortos y había sangre bajo su rodilla. La herida provenía de su pantorrilla derecha.
“Gemma,” murmuré asustada.
Ella abrió la palma de sus manos y también tenía heridas. Toqué suavemente, sintiendo la sangre caliente hasta que sentí un objeto minúsculo. Pensé en el desastre de la cocina y este objeto sólo debía ser una cosa: Vidrio.
Respiré profundamente. El terror se estaba apoderando de mí. Esta era una escena terrible. La hermana de Harry y mi amiga estaba sentada y herida y llorando. Cualquier rastro de la Gemma que yo conocía había desaparecido, esta Gemma lucía completamente asustada y sin palabras.
Antes de pedir explicaciones y conversar yo necesitaba ayudarla, necesitaba remover esos pequeños pedazos de vidrio de cualquier manera.
Me levanté y miré a todos lados.
“Necesito…necesito una aguja, algo fino,” dije mirando a Gemma.
Sus ojos estaban oscuros y asustados. Me señaló debajo de su cama y yo me agaché para encontrar una pequeña y vieja caja.
De pronto me di cuenta de que algo aún más terrible había sucedido. El apartamento estaba oscuro y estaba muy tranquilo, no había ninguna voz, no había la presencia de nadie más excepto por Gemma.
Me giré hacia ella. Tenía miedo de preguntar pero tenía que hacerlo.
“¿Dónde está Charlie?”
La expresión de su rostro cambió y lloró más fuerte. Tosió y yo gateé hacia ella.
“¿Dónde está Charlie?” Repetí.
Se secó las lágrimas y trató de responderme, logró hacerlo entre los sollozos.
“Taylor...él-él se lo llevó.”
Leí los 3 libros de maze runner y estoy muy vacía y puta vida. Malditos libroooos :((
y tengo una infección en el ojo y me moleta ver, voy a morir, bye
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top