2
¿Que es oposición? Oposición es la acción o efecto de oponerse. Posición de una cosa enfrente de otra. Contraste entre dos cosas contrarias
________________________________________________________________________________
El silencio en el comedor era intachable, ni mis padres ni yo decíamos nada aunque era evidente que en algún momento alguno de los tres saltaría con explicaciones, preguntas o discusiones.
—¿Porque no nos has dicho que te han escogido como concubina? —Mi madre fue la primera en hablar mientras bajaba su taza de té en la mesa de madera que reposa frente a nosotros, mi padre dirigió su vista hacia mi esperando una respuesta valida y no otras de mis típicas mentiras.
—Estaba algo sorprendida y el único momento en que los vi fue cuando apareció ese estúpido general a pedir la participación de mas personas para que mueran en la guerra —Solté con desprecio, mi madre negó lentamente mientras que mi padre fruncía mas el ceño, dejando admirar las arrugas sobre su frente.
—No son estúpidos Alexa y te ruego que contengas tu vocabulario —Mi padre dio otro sorbo a su té con la serenidad que lo caracterizaba— No es propio de una señorita
—No me importa como me vea la gente solo digo la verdad, nuestros estúpidos generales no pueden hacer nada para acabar con esta guerra mas que dejar morir a los soldados —Refunfuñe molesta tomando mas del preciado oxigeno para seguir hablando— Varios mueren mientras ellos continúan intactos, posiblemente tomando té en su casa
—¡No hables así Alexa! ¡tu no sabes lo que ellos hacen por nosotros, nunca has estado en un campo de guerra! —Alzo la voz empuñando sus manos sobre la mesa, en la época de juventud de mis amados padres también hubo un conflicto similar con el país vecino y él tubo que ir de soldado entre las filas guerreras, siempre solía contarnos sus historias de estrategia y varias muertes de sus amigos que quedaron grabados en su memoria.
—¡Y si estuviera en la guerra solo confirmaría mis declaraciones! ¡los generales no hacen mas que dar ordenes y mandar a morir a los soldados en los campos de batalla! ¡ni siquiera sabemos si Thomas esta vivo y todo por culpa de ellos!
—¡Alexa! —Regaño mi madre apretando la taza de té entre sus manos, había hablado de mas pero esa era mi opinión, tanto ellos como yo sabíamos que no recibir noticias de él era considerablemente extraño y la idea de que estuviera muerto era muy probable
—¡Cierra tu boca jovencita y no te mofes de las personas que hacen todo para tratar de protegernos! —Se había enojado y había alzado la voz, mamá me veía con reproche, ella y yo sabíamos lo delicado que el tema de la guerra era para él.
—No me sentiré orgullosa por esa clase de personas jamas —suspire tratando de calmarme, lo que me frustraba mas era que él tuviese que ir a ese lugar— Quienes nos salvan son los soldados no ellos
—Alexa —él volvió a calmarse, bajando levemente la mirada hasta su taza de té— Mañana me iré y tu también, por favor, no discutamos por una vez —Su tono había sonado cansado, mi garganta comenzó a doler al igual que mis ojos se iban nublando, no quería llorar.
—¡No tienes que ir, ay mas guerreros que lucharan por nosotros! —Exclame colocándome de pie bruscamente golpeando la mesa sin querer, la taza de mi madre cayo en la mesa derramando su té y con ello mi paciencia.
—Tengo que hacerlo Alexa, con eso estoy seguro que los protegeré
—¡Morirás! —Dije ya salida de mi, era la cruda realidad, mi padre estaba enfermo y si ponía un pie en el campo de batalla iba a morir.
¡¡PLAAF!!
Una potente cachetada volteó mi rostro, mi mejilla comenzó arder al igual que el interior de mi cuerpo, la rabia comenzaba a apoderarse de mi y voltee a ver a mi madre con despreció.
—Tú y yo lo sabemos, ¡él morirá si pone un pie en ese lugar!
—Tú no debes preocuparte de eso, después de hoy no nos volverás a ver —Exclamo molesta, yo solo retrocedí sosteniendo mi mejilla— Al menos vivirás bien en el castillo
—¡No quiero!, me niego a ir a ese lugar —Me di la vuelta sin escuchar sus palabras y salí corriendo por los pasillos. Ser concubina, ademas de permanecer en un harem, también significaba estar rodeada de lujos, y a algunas mujeres no les desagradaba la idea, pero eso no era lo que yo quería.
Mis piernas corrían tan rápido como mis lagrimas, entre a mi habitación y la cerré con llave, me despoje de mis zapatos y me tire a mi cama esperando que mi cuerpo se calmara y la comodidad de mi cama me permitiera quedarme dormida.
Pero cuando mis lagrimas cesaron mi mente no podía estar mas despierta, la única manera de salvar a mi padre era que alguien tomara su lugar en esa guerra y la única manera de no presentarme como concubina era escapar.
Me puse de pie con cuidado tratando de que la madera no chillara con el contacto de mis pies, camine hasta la esquina de mi cuarto y me dispuse a verme en el espejo junto a la tenue luz que mi vela me ofrecía.
Mi cabello rubio caía por debajo de mis codos, mi cuerpo era delgado y media alrededor de 1.65, mi cintura pequeña resaltaba mis caderas y mis pechos eran normales. Debía estar muy segura de lo que me proponía a hacer, aunque no sabia si era lo correcto.
Me di media vuelta y camine con lentitud hasta la puerta de mi habitación, la abrí con cuidado y la obscuridad de los pasillos inundaron mi rostro, tome mi vela de uno de mis muebles y salí con lentitud tratando de no tropezar en el camino.
Varias veces nuestro padre nos había enseñado a mi hermano y a mi su armadura de batalla junto a su imponente espada por lo que sabia donde se encontraban. Me dirigí a la ultima habitación de mi casa abriéndola con cuidado, tratando de que no hiciera el mas mínimo ruido o mis planes se irían al barranco, me adentre al lugar y deje que la vela iluminara el cuarto, el lugar no era mas que una habitación llena de cajas viejas, me arrodille frente a una caja llena de polvo y me dispuse a tomarla con cuidado, después tome la vela como pude dirigiendo mis pasos hasta el interior de mi habitación.
Me apresure a sacar su armadura y sacudirla un poco, me puse de pie y me acerque a una de las gavetas de mi mueble abriéndola para sacar un par de vendas. Me despoje de mi blusa seguido del brazier y me dispuse a enrollar mis pechos con las vendas apretando para que se viera lo mas plano posible.
Me coloque la parte de arriba del uniforme que consistía en una camisa floja color negra, luego se colocaban unas placas de metal adelante cubriendo el pecho y atrás cubriendo la espalda, me coloque los pantalones negros flojos y las botas de cuero. Lo bueno es que en la época de guerra mi padre tenia aproximadamente mi edad, por lo que su uniforme me quedaba un poco grande pero era bastante cómodo, al menos así escondía mi figura.
Saque un pequeño bolso y guarde dentro un paquete de vendas, ropa interior, artículos para baño y unas cuantas camisas de mi hermano.
—Tienes que hacerlo, Alexa— Susurre para mi misma viéndome en el espejo una vez mas, mi larga melena caía en cascada sobre mis hombros, me encanta mi cabello y era una de las cosas que cuidaba mas, apreté el mango de la espada de mi padre con mas fuerza, contuve el aire en mi pecho y corte mi cabello lo mas corto que pude.
La larga melena rubia cayo al suelo, mi cabello ahora era corto y rebelde como el de cualquier hombre, aunque los rasgos de mi rostro seguían siendo delicados suponía que el casco me cubriría un poco. Revolví mis cortos cabellos y sacudí un poco la armadura para después colocarme el casco de metal.
Sostuve el bolso entre mis manos y me dirigí hasta mi mueble, si iba a hacer esto Alice tenia que saberlo. Camine con delicadeza hasta el comedor y sostuve la hoja de reclutamiento guardándola en mi bolso, después encendí la vela que minutos antes había cogido de mi gaveta y la coloque en la ventana, donde las personas que transitaban por las calles podían verla perfectamente.
Cuando era pequeña, cada ves que cometíamos travesuras colocábamos las velas en nuestra ventana que conectaba con la calle, así la otra se enteraba de que pondríamos el plan en marcha, estaba segura que con esto ella lo sabría.
Di media vuelta y salí por la puerta trasera de mi hogar, admire por ultima vez la casa frente a mi, enarque una sonrisa y me dirigí a los establos para poder coger mi caballo y largarme de ese lugar.
Hacia todo esto por mi padre y por mi, esperaba que ellos lograran comprenderlo.
—Regresare —susurre apretando las riendas del caballo, fruncí el ceño y le di la orden de que avanzara. Todo lo que me deparaba iba a ser difícil, pero estaba segura de poder resistirlo y superarlo, demostraría que las mujeres somos tan capaces como los hombres y que podemos hacer lo mismo que ellos.
—¡Ejem! Buenas tardes señores, aquí tiene mi aviso de reclutamiento —Practicaba con mi caballo, no se me había pasado por la cabeza practicar una voz varonil y ya me encontraba fuera del campamento de reclutamiento, debía idearmelas para actuar como ellos— Agh, quizá fue mala idea —me eche hacia atrás y caí de trasero al suelo, la situación me ponía muy nerviosa ¿y si ellos me descubrían?
—Dijiste que mis ideas nunca eran malas —Eche mi cabeza hacia atrás con rudeza, Alice se encontraba frente a mi con la misma armadura que yo montando su propio caballo.
—¡Alice! —No podía creerlo, le había avisado pero no esperaba que ella hiciese lo mismo que yo— ¿Qué haces aquí? M-me dijiste que era mala idea
—Vi la vela en la ventana, sabia que habías decidido realizar esta estúpida idea y decidí apoyarte —ella bajo del caballo con agilidad, no podía creer que estuviese haciendo eso, yo me apresure a alcanzarla tratando de que mis pies no tropezaran con la superficie irregular del lugar en el que nos manteníamos en pie.
—No tienes que hacer esto, no hagas esto por mi
—No lo hago por ti, lo hago por mi —confesó con una enorme sonrisa— Tampoco quiero ser concubina Alexa, por eso vine —Dijo despojándose de su casco, ahora su cabello castaño estaba tan corto como el mio
—¿Estas segura? Yo misma estaba arrepintiéndome ahora mismo —Confesé llevando una de mis manos hasta mi otro brazo, odiaba los impulsos de idiotez
—Ya estamos aquí Alexa y si regresamos nos meteremos en un gran lió —Dijo volviendo a colocarse su casco, camino dándome la espalda y volvió a subirse a su caballo— ¿Vienes—realmente tenerla ahí era un gran apoyo, si las dos estábamos juntas en esto quizá podríamos lograrlo
—Ya que insistes —Me encogí de hombros vanidosa mente, Alice se rió de mi sosteniendo fuerte las riendas del caballo— Espero que hallas practicado tu voz de hombre —Advertí recordando lo que minutos antes yo estaba haciendo.
—En todo el camino — Admitió con una sonrisa, ambas les pegamos a los caballos y estos salieron corriendo con rapidez hacia el campamento, ya no había marcha atrás, debía aprender a convivir con varios hombres machistas, prepotentes y musculosos.
Ahora solo una cosa rondaba en mi cabeza, no debían descubrirnos o no dudarían en matarnos.
________________________________________________________________________________
Fav y comenten :)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top