I

<><><><><><><><><><>

PRIMERA PARTE: SOMBRAS DE LO QUE ES

ELLIE - TOM - GABBY - JAKE - NICK - IZZY - JENSEN - LILL- ASHLEY

<><><><><><><><><><>

.


.


.


.


.


.


.


<><><><><><><><><><>

CAPÍTULO UNO

DIFERENTE

<><><><><><><><><><>

Como estimé, todos se mostraban reacios a hacerlo.

Diario de Izzy.

<><><><><><><><><><>

Cuando Ellie abrió los ojos, se encontró en un lugar extremadamente extraño. Se trataba de una pradera. Todo a su alrededor era extremadamente verde y surcado por aguas cristalinas. No habían animales, cierto, pero no fue eso lo más extraño de todo: lo más extraño fue que no controlaba su cuerpo. Solo avanzaba, avanzaba y avanzaba sin parar. 

Comenzó a ponerse ansiosa. Intentó con todas sus fuerzas frenarse, peor simplemente sus pies no respondían sus órdenes. Bajó la mirada, y comprendió porque: sus piernas eran una arremolinación de bruma insustancial.

Se mostró demasiado asustada por esto. Observó a su alrededor, y su mente, acostumbrada a pequeños detalles debido a su trabajo, se percató de una peculiaridad de aquel hermoso paisaje: los ríos siempre se partían en dos. Eso no era tan curioso como que, tras dividirse, ambos adquirieran exactamente la misma dirección que el río original.

Ellie al fin se detuvo. No compredía porque. Volvió a bajar la mirada, y la bruma había comenzado a dirigirse hacia una parte de todos esos ríos, que pasaban a su derecha e izquierda. Y ella fue absorbida al río.

<><><><><><><><><><>

Ellie preparaba su maleta. Llevaba lo que creía que iba a utilizar. Mudas de ropa extra. Su celular. No mucho más. Porque iba a un campamento. Seguramente tenían cosas para ellos y...

Un repentino dolor le martilleó la cabeza. Se agarró los cabellos anaranjados, tirándose al suelo para tratar de aguantar el dolor. Spoiler: no funcionó. Se incorporó sobre sus rodillas, a la vez que los recuerdos, de las sombras de lo que es fue y será le atravesaban la cabeza como si de balas se tratasen.

Fue una de las peores experiencias de su vida. Cuando concluyó, respiraba entrecortadamente, los ojos con lágrimas y el cabello desordenado. Se levantó, apoyando una mano en la cama, la otra en su frente. Lo... lo he conseguido pensó Ellie con incredulidad. Miró su maleta y las cosas que había preparado. Bien Ellie, aprovechemos tus conocimientos. Se dirigió a la cocina, de donde llenó unas cuantas botellas vacías que había acumulado con el paso de los años "por si las necesitaba". Luego agarró el encendedor (que no le quedaba mucho uso a estas alturas) y también lo metió a la maleta, junto con toallas, botas para la lluvia y un lapiz y cuaderno.

Cuando hubo terminado, se limpió el sudor de su frente.

—Espero que con esto baste.

Comenzó a caminar con su maleta (mucho más pesada) detrás de ella. Salió al "fresco" ambiente de Nueva York. El sol estaba bastante alto, el tráfico, abundante como siempre. Llamó a un taxi y le indicó que la llevaran al aeropuerto. Gastó sus últimos billetes en ese viaje. Inspiró profundamente. Adoptó una actitud de convencimiento y sonrió para sí. Nada ni nadie arruinaría eso. 

En eso, recordó el extraño lugar en que había estado. Todo le parecía... irreal. Esa pradera desafiaba todas las leyes de la naturaleza: los ríos no se dividían porque si en dos pedazos exactos siempre. De echo, sucedía cada mucho tiempo. Pero no quería buscar lógica en las cosas luego de haber viajado en el tiempo. Y luego de lo que sucedió con aquel asesino. 

No hubiera comprendido como es que logró asesinar a todos, incluso fuera del programa, casi al mismo tiempo, de no saber quien era ese asesino. Quien fue quien los mató a todos ellos. Me estremecí. De tan solo pensar en... eso me ponía los pelos de punta. 

Suspiró, tratando de apartar los pensamientos de su cabeza. Sonrió, tratando de llenarse de una convicción que en realidad no sentía, y se preparó mentalmente para ver a esa chica enérgica que, esta vez, pretendía salvar. 

<><><><><><><><><><>

—Recuerda, Reed. Esta será tu última oportunidad.

Internamente, Tom rodó los ojos, Ya conocía ese sermón. De echo, lo había oído una y mil veces en sus pesadillas recurrentes estos últimos años. El enmascarado asintió y agarró su bolso.  Estaba... quizás poco más que oxidado para ser espía, pero al menos había recuperado su físico de antaño. 

Cuando salió al exterior, se dio cuenta de que un helicóptero lo estaba esperando. El mismo que, ocho años antes, lo había llevado a su perdición. Una perdición que ahora estaba dispuesto a aceptar. ¿Es qué acaso soy masoquista o qué? pensó con frustración. Pero... en su momento, no tuvo más opción. En ese momento tampoco. Nunca tendría una vida plena si no enfrentaba sus miedos.

Un recuerdo, lejano pero nítido, apareció en su mente. Podía recordar bien los ojos apagados de Jake, su cuerpo surcado de sonrisas talladas con un cuchillo, la sangre borboteando del cadáver aún caliente.

Se estremeció. Trató de ser optimista... pero le era imposible. Tenía aún más cargos de consciencia que Ellie, y eso que ella hizo algo horrible. Pero Ellie al menos pudo pasar dos años con la persona que amaba, años que Tom desperdició siendo un cobarde.

Esa era la verdad. Thomas Reed, ex espía, policía y sobreviviente, no era más que un sucio y vil cobarde que tuvo suerte. Es todo.

Luego de ese ultimátum mental, Tom inspiró profundo, creyendo que todo sería igual que la última vez. 

<><><><><><><><><><>

Ellie fue la tercera en llegar al Hotel de los Perdedores. El trayecto era largo, y el destino dejaba una mala primera impresión. Bajó, arrastrando su maleta. Dan, el chico de lentes y Nick, el rubio trajeado, ya estaban antes que ella. La última vez pensó también Lill y Gabby habían llegado. Lo que significaba que ella tenía unos minutos para terminar de asimilar todo.

Envidiaba a Connor y Ally. Ellos tendrían mucho más tiempo para prepararse, quizás entrenar y asimilar todo de mejor forma que Ellie y Tom. Suspiró con desgana. Estaba emocionada, eso sin dudas. Pero... también la ansiedad la carcomía. Un pensamiento, un ruido insoportable, golpeaba las paredes de su cerebro, una y otra vez. El no ser suficiente. El no ser suficiente para salvar a Gabby, detener al asesino y salvarlos a todos. 

No estaba sola, pero con Ally y Connor nunca habló y no se llevaba tan bien con Tom que se diga. No podía culparlo. No después de lo que pasó con Gabby, aunque el odio mutuo se arrastraba unos cuantos años atrás.

Pasaron unos minutos. Ellie se sentó en una gran roca, pasando una pierna encima de la otra como se había acostumbrado a hacer los últimos años. De repente, sintió un peso opresor en su cuello. La cadena había aparecido allí, debajo de su ropa y por encima del sostén como por arte de magia. Disimuladamente (o eso pensó ella) se miró por debajo. 

El collar se lo había regalado la propia Gabby. Se trataba de un corazón partido a la mitad. Era de bronce y tenía grabada la letra "G". La otra mitad la tenía la propia Gabby, con una letra "E". Ellie cerró los ojos, sintiendo el peso, esta vez de la culpa y no del collar y sobre la espalda en vez del cuello. 

Los recuerdos la abrumaron. Los veía pasar a una velocidad anormal, como si se tratase de una película puesta en cámara rápida. Sin embargo, había un rostro que siempre estaba presente. Un rostro sin un ojo, con una herida terrorífica en su cuello. Su mano izquierda totalmente destrozada. 

Comenzó a hiperventilar. Sentía su pecho oprimirse. No podía controlarse. No podía controlar lo echo. Solo vivir con la culpa de sus actos. 

Lill llegó en ese momento. Bajó del taxi con una sonrisa, que se esfumó al ver al ver el estado en que estaba la pelirroja y que ninguno de los otros dos parecía darse cuenta (o no querían) ayudarla.

Comenzó a correr hacia ella, arrodillándose enfrente suyo, captando la atención de Dan y Nick.

—Tranquila. Estarás bien.

Ellie seguía hiperventilando, mirando con pupilas contraídas y un temor creciente en sus ojos, en su pecho y en todo su cuerpo.

Lill había visto episodios como ese antes. Sus niñas solían tenerlos con frecuencia cuando iban a un lugar lejos de sus padres. Se debía a una conexión muy fuerte con algo que dejan atrás, aunque sea (y sepan que sea así) por un corto periodo de tiempo. Con un suspiro, la abrazó, sorprendiendo a Dan, a Nick y a todos los presentes.

—Se que extrañas lo que dejas atrás. Pero quédate tranquila. Pronto volverás a ese lugar. Serán solo unas semanas.

Ellie y Lill nunca habían sido cercanas. Y que esa misma guía la esté abrazando ahora mismo... era algo reconfortante. Ellie devolvió el abrazo, comenzando a regular su respiración. 

—Es que hice... hice algo muy malo y me estaba pesando la culpa— vio que otro taxi llegó, de donde bajó Alec, quien no parecía entender nada lo que estaba pasando—. Fue hace años... pero aún me arrepiento...

—Eso significa que eres una buena persona— la pelirroja no supo que contestar a eso—. Las malas personas... no sienten culpa ni arrepentimientos ni ganas de cambiar las cosas. Las buenas, por su parte... como mínimo se sienten culpable de lo que hicieron— rompió el abrazo, mirándola con una sonrisa.

Ellie la vio como su salvadora. Había estado creyendo por años que ella era una mala persona. Que se merecía solo lo malo. Que...

—Ni siquiera sabes que hice para decir eso...

—¿Te arrepientes?

—B-Bueno, si, pero...

—Que seas culpable es una cosa. Que seas mala persona es otra totalmente diferente. 

Ellie asintió, dejando que una carga de aquel peso se vaya. Sonrió, aunque sea levemente.

—G-gracias, L-— se detuvo de inmediato cuando casi dice su nombre—. Ehh... ¿cómo te llamas?

—Mi nombre es Lill. 

—Ellie— respondió la otra, sintiendo que había comenzado con el pie derecho esta vez.

<><><><><><><><><><>

 Tom levantó una ceja al llegar y ver que Ellie y Lill charlaban muy animadamente, como si se conocieran de años.

Se encogió de hombros. Atrajo miradas de curiosidad por su peculiar forma de vestir para la época del año: abrigo negro, pantalones de cuero negro, un tapabocas y capucha... también negra. Suspiró, inspeccionando los alrededores y percatándose de la ausencia de cierta persona. 

Que raro. Creí que Gabby ya había llegado pensó. Cuando él llegó la primera vez, Lill, Ellie, Dan, Nick, Alec, Miriam y Gabby. Y pese a que todos los mencionados estaban, faltaba la polaca. Alzó nuevamente una ceja, aunque le restó importancia. No creía que su simple intervención haya ocasionado algo. No con menos de tres horas en el pasado. 

Se encogió de hombros, restándole importancia. En ese momento, llegó otro taxi. Tom se dio la vuelta. La niña demonio, Fiore, había llegado. Debo reconocer que actúa bien pensó, viendo como miraba en todas direcciones temerosa, aparentemente sin entender lo que sucedía a su alrededor.

—¿Una niña?— preguntó Nick. Sin verlo, Tom supo que estaba alzando una ceja.

Fiore se alejó corriendo, arrastrando su maleta, y ocultándose tras una roca, justo detrás de Ellie y Lill. Al parecer la pelinaranja notó en ese momento a Tom, pues le dijo algo a Lill y se levantó, caminando directamente a él.

—Parece que decidiste hacer una amiga ya.

—No entraré en detalles. ¿La has visto?— preguntó preocupada.

—Me gustaría decir que si— suspiró Tom—. Es extraño. Acabamos de regresar, no debieron haber habido cambios muy significativos— Drew llegó en ese momento, saludando con su mano y dirigiéndose a los escalones de entrada del Hotel de los Perdedores.

—Si, hay algo que no encaja, Tom. Algo muy grande. ¿Qué estamos pasando por alto?

Tom iba a hablar, pero se detuvo cuando desvió la mirada. Del taxi que acababa de llegar, bajó una chica. El espía agradeció tener el cubrebocas, pues si no, todos habrían visto que abrió la boca con enorme sorpresa. Ellie no tuvo tanta suerte.

La chica, morena y de cabello castaño oscuro, vestía con un abrigo negro que solo dejaba ver sus dedos. Sus pantalones eran estilo militar, camuflados. Tenía un piercing en su nariz y otro en su labio. Y a pesar de todo, tanto Ellie como Tom la distinguieron como Gabby.

<><><><><><><><><><>

Sentarse junto a Tom no estaba en su lista de "cosas que hacer antes de morir", pero enserio, ¡enserio! que debía hablar con alguien que supiera la mierda por la que estaba pasando. Gabby no saltó emocionada, no exclamó que era un gusto conocerlos a todos, no intentó hablar con nadie. Simplemente llegó, miró a todos con desdén, y se alejó lo más rápido que pudo.

—Esto no está bien, Tom. Hay... algo que simplemente no encaja en todo esto.

—Lo se— dijo el espía con un suspiro—. Por desgracia, no hay nada que podamos hacer.

El autobús llevaba ya una media hora de camino. No debía faltar mucho para llegar. Ellie afianzó el agarre sobre su maleta y suspiró con pesar. Esa no era su Gabby. Era una persona totalmente diferente, totalmente desconocida para ella. Quería llorar en ese mismo momento.

Notó que Lill la miraba preocupada. En sus palabras, un ataque de pánico podía repetirse en intervalos muy cortos de tiempo, por lo que quería asegurarse que estuviera bien. Ellie se lo agredecía. Quizás... pueda convertirla en mi aliada pensó, aunque sin mucho humor precisamente.

El autobús se detuvo.

—Llegamos. ¡Todos afuera!— ordenó Jensen.

Ellie suspiró y se puso en pie. Comenzó a caminar por el pasillo junto a otros participantes. Cuando fue su turno de bajar y retornar a Tipiskaw, solo alcanzó a oír el nombre anterior al suyo (Nick), el suyo propio y el posterior (Gabby).

—Ustedes serán el Equipo Púrpura.

Alias, el peor equipo de la historia pensó Ellie, recuperando un poco de su humor.

—Adelante...— anunció Dereck— Dan, Grett, Tom, Jake...— al verlo bajar, Ellie desvió la mirada. No era capaz de verlo a los ojos... ni al cuerpo, de echo— Drew, Fiore y Miriam. Ustedes serán el Equipo Turquesa.

Ellie notó que Tom desviaba la mirada hacia ella, lo que provocó que sintiera curiosidad. No comprendió no me está mirando. Evita mirar a... a Jake y Miriam.

—¡Bienvenidos! ¿Están listos para la aventura de sus vidas?

—Siempre me ha encantado tu entusiasmo Trevor, pero seamos claros.

Ellie suspiró. De los dos, siempre le cayó mal Dereck, lo que era irónico por lo muy parecido que eran en realidad. Volvió a suspirar y no pudo evitar mirar a Gabby, en su ceño fruncido, sus hombros caídos y expresión cansada, como si no hubiera dormido en días. Y Ellie conocía bien esa expresión.

—Ustedes van a necesitar mucho más que entusiasmo para sobrevivir aquí.

—No hagan caso a Dereck— Trevor lo empujó, lo que me sacó una sonrisa—. El solo está de mal humor porque se olvidó su café esta mañana. Este lugar es increíble y estoy seguro de que todos tendrán una experiencia inolvidable.

Experiencia inolvidable. Ellie no escuchó ni lo que dijo Dereck, ni lo que dijeron los campistas, ni lo que sucedió a continuación. Estaba totalmente enfocada en esas dos palabras.

Experiencia. Inolvidable. Inolvidable. Experiencia. Agarró la mano de Lill y la miró a los ojos con pánico. Necesitaba ayuda. Urgente.

Lill se dio cuenta de esto.

—Oye Ashley, ¿crees poder guiarlos a todos?— preguntó a la vaquera.

—Por supuesto— dijo la rubia, tomando el mapa y comenzando a caminar. Lill y Ellie se quedaron atrás.

—Está... por suceder de nuevo.

—Quédate tranquila. Estoy aquí contigo. Te aseguro que nada malo pasará, ¿si?

—Tengo miedo...— reconoció la pelirroja.

—Ey, está bien, ¿okay? Todos hemos pasado por eso. Pero tú eres fuerte.

Ellie asintió y buscó relajar su respiración. Le sonrió a Lill.

—Gracias.

—No hay de que. Para eso estamos las líderes, ¿no?

Ellie volvió a asentir, comenzando a caminar, sin saber que dos pares de oídos curiosos escucharon la conversación.

<><><><><><><><><><>

—¿Falta mucho?— preguntó Miriam.

—Según el mapa, estamos a dos kilómetros— dijo Jake.

Tom suspiró, sabiendo bien lo que se venía. Miriam fue una testaruda total al comienzo. De echo, fue una testaruda hasta el final. El desorden en la habitación implica que se resistió muchísimo le había dicho Alec cuando encontraron su cadáver. Es la única que ha luchado contra el asesino.

Pero ser la única no fue suficiente. Y aunque fue la primera, no fue la última. Otro recuerdo llegó a su mente. Cuidenlas... a Rosa y a Sofía...

Esas fueron las últimas palabras de Lake. Ese recuerdo estaba impreso con tinta fresca, tan fresca que aún no había podido borrarlo. Se sentía miserable, débil. Había sido un inútil total. Incluso después de saber contra lo que luchaban...

—Eh... ¿estás bien amigo?— estaba tan metido en sus pensamientos, que no notó cuando lo llamaron. Miró a Dan, luego a Jake y Miriam, y luego a Drew y Grett (esta última lo veía con recelo).

—Disculpen, estaba pensando.

—Ya nos dimos cuenta— Grett rodó los ojos.

—Te preguntaba porque estás vestido así— inquirió Dan.

—Mi piel es muy sensible. Es peligroso que esté expuesta al sol.

—¿Okay?

Miré a la más pequeña del equipo. Fiore fue un enorme dolor de cabeza para la edad y tamaño que tenía. Pero esta vez podían eliminarla de inmediato. Solo espero que no manipule a Ellie de nuevo pensó con frustración. Evidentemente, no le agradaba el intento de buena persona en que se había transformado mágicamente la Zanahoria. 

No, después de lo que le hizo a él. No después de lo que le hizo a Jake. Y mucho menos, después de lo que le hizo a Gabby.

<><><><><><><><><><>

Ellie se acercó a Gabby. Llevaban ya un rato caminando, y la morena no se había acercado a ella en ninguna ocasión. Solo caminaba, caminaba sin curiosidad, mirando al frente y de forma muy rígida. Entonces fue esta vez la pelirroja la que se acercó a ella.

—Hola— le dijo llegando a su lado.

Gabby se volteó a mirarla. Observó detenidamente a Ellie de arriba a abajo, y levanto una ceja.

—¿Qué quieres?

Ellie parpadeó, sin saber bien como continuar. La mirada de Gabby era intensa, juzgadora. Sentía que le estaba viendo el alma, que trataba de ver los pecados que tenía, que trataba de encontrar su juego.

—S-solo te vi algo apartada del grupo y  quise acercarme a ti. 

Gabby volvió a mirarla de arriba a abajo y luego suspiró. 

—Escucha. Si quieres una alianza conmigo, que sepas que la tienes. Se que estaré en la mira de muchos por mi actitud y necesito un respaldo. Así que tu y esa girl scout me tienen. Pero no me hablen. No me gusta mucho socializar.

A Gabby no le gusta socializar. El colmo de los colmos. Aún así, Ellie supo que era lo mejor que iba a obtener de ella por ahora. Aún así, sintió un nudo estrujándole la garganta y una sensación fea en su corazón. Esa... esa no era la Gabby que había conocido. Algo había salido mal durante el viaje al pasado.

—Supongo que somos aliadas nosotras, ¿no?— preguntó Lill, que estuvo observando el intercambio.

—Si tú quieres...

—Convencí a Ashley también. Con eso ya tenemos la mayoría de votos garantizados. Podemos dominar el equipo.

Ellie asintió, aunque estaba algo decaída. 

—¿Pasa algo?

—No. No es nada, viviré. Por cierto, ¿has notado eso?— señaló con la cabeza a Ashley y Will, que parecían estar coqueteando. 

—Oh, si. Entonces supongo que son cinco votos en este equipo. Lo que dejan a Alec y a Nick como los blancos principales. Esto será interesante.

—Ciertamente— reconoció Ellie, forzándose a sonreír pese a las circunstancias.

Luego de un tiempo, llegaron al campamento. Ellie sacó de su  maleta unas botellas de agua: cuatro en total.

—Tomen, deben estar exhaustos. Y también tengo un encendedor para hacer fuego.

—Eres precavida— dijo Alec, apreciativo—. ¿Tienes algo de comer también?

—No, pero teniendo en cuenta la arboleda tan extensa, me sorprendería si no hubieran manzanos o algo por el estilo. Ashley, Lill, ¿por qué no van a buscar por los alrededores?

—¡Por supuesto!— exclamó la vaquera, encaminándose junto a Lill.

—Alec, Nick, voy a necesitar algo de madera, ¿van a buscar?

—No tengo nada mejor que hacer— se encogió de hombros el bibliotecario.

—¿Y qué vas a hacer tú?

—Iré con Gabby y Will  a explorar el terreno. Nunca está de más saber si la zona es propensa a inundaciones o si hay algún animal peligroso por la zona.

Cosa que, Ellie sabía, era una excusa. Simplemente iba a proponerle a Will la alianza. Su mente vagó hasta la primer votación. Se había asegurado que Gabby continuara en su equipo. Con una alianza de cinco, los votos eran bastante evidentes. Ella preferiría expulsar a Nick. Alec puede ser más útiles en desafíos razonó. 

Tras caminar un rato, en el que ninguno de los tres dijo gran cosa (Ellie pensaba, Gabby estaba harta del mundo Y Will estaba incómodo) los tres encontraron "casualmente" a Lill y Ashley, quienes ya habían conseguido comida: la vaquera estaba encima de una rama de un manzano.

—Veo que el tema comida está ya solucionado— dijo Will, sonriendo.

—Así es. Oigan, tal vez sea algo pronto para esto, pero, tal vez podríamos trabajar juntos. Ellie y yo acordamos ya una alianza. ¿Qué dicen ustedes tres?

—¡Yo estoy dentro!— exclamó Ashley.

—¡Yo igual!— dijo Will, igual de emocionado que la rubia.

—¿Una alianza de cinco en un equipo de siete?— preguntó Gabby, escéptica—. ¿Se dan cuenta del poco margen de error que tenemos?

—Bueno, tendremos que esforzarnos aún más durante los desafíos— dijo Lill.

—Ustedes están locos. Pero prefiero tener un respaldo. Cuenten con mi voto.

—Bien, ahora toca decidir a quien expulsamos si perdemos— mencionó Ellie—. Honestamente, no me ha caído bien Nick.

—Alec es extraño. Es... demasiado callado— dijo Will.

—Yo estoy con Ellie— dijo Gabby—. Los tipos como él tienen mas miedo a ensuciarse que a perder. No nos conviene tenerlo en el equipo. Se volverá un estorbo a la larga.

—Yo también prefiero eliminar a Alec— dijo Ashley—. Me da una mala sensación tenerlo cerca. Prefiero tener a alguien ingenuo que malvado en el equipo.

—Bien girl scout, depende de ti— dijo Gabby, cruzándose de brazos y mirando a Lill—. Nick o Alec. Elige.

Lill se mordió el labio inferior, mirando a la derecha y luego a la izquierda.

—M-mejor decidamos eso después. No hemos perdido después de todo, ¿cierto?

—Bueno, es cierto. No nos apresuremos. Concentrémonos en ganar y nada más.

Ellie asintió. No podía revelar nada. Simplemente debía mantener un perfil bajo. Gabby la miró de arriba abajo, frunciendo el ceño. La pelirroja se dio cuenta de esto. Se volteó a verla, algo sonrojada.

—¿Qué?

—Nada. Es solo... un presentimiento.

Ellie tragó saliva, pero decidió ignorarla. Después de todo, era imposible que Gabby pudiera leer mentes o saber que estaba sintiendo una persona, ¿cierto?

<><><><><><><><><><>

—¡Atención campistas! Los veremos en veinte minutos en la zona de desafío la cual pueden encontrar en sus mapas.

Tom miró el altoparlante más cercano. Se puso en pie. A su lado, Jake hizo lo mismo, estirándose en el proceso.

—Parece que esto al fin comienza— le dijo el espía.

—Así parece. Ya era hora, mis piernas estaban comenzando a acalambrarse de tanto estar sentado— rió.

Tom le sonrió tras la máscara. Esta vez tenía una temporada entera para hablar con él, para enmendar las cosas, para hacer todo bien y de mejor manera. Trataría de llegar a la final con él y Miriam. No debería ser difícil.

Agarró el mapa, que de poco le servía. Después de pasar una temporada y un infierno en carne viva, uno comenzaba a memorizar el lugar. Aún así, lo hizo por las apariencias.

—¡Síganme, equipo! ¡Es la hora de ganar!

—¡Si, vamos a ganar!— exclamó Fiore, dando pequeños saltitos.

Tom encabezó la marcha. Había tratado de interferir más bien poco hasta ese momento. Hasta no conocer el equipo definitivo que tendrían, prefería dejar las cosas tal y como estaban. Sabía que Ellie cambiaría las cosas para salvar a Gabby. Aunque, pensándolo bien, posiblemente Gabby las habría cambiado por si misma.

Mientras guiaba a su equipo, comenzó a pensar en ella. La chica alegre, extrovertida y muy explosiva había sido cambiada por una chica extremadamente seria, introvertida y calmada. Y no era un cambio producido por su intervención. Estaba totalmente convencido de ello. En todo caso, poco importaba. Si Ellie hacía bien las cosas, entonces no sería ella quien se cambiara de equipo en esta primera votación.

La pregunta es quien vendrá pensó Tom, vislumbrando la zona de desafío e ignorando las urnas que se utilizarían en unos minutos. A simple vista, el mero echo de que Gabby utilizara otras ropas resultaba extraño. Estaba acostumbrado a un abrigo rojo de lana con unos pantalones azules, no a la ropa punk y algo emo que llevaba ahora.

—¡Bienvenidos a su primer desafío!— exclamó con entusiasmo Trevor.

—Pero antes, tenemos un pequeño giro.

—¿A qué te refieres?— inquirió Gabby.

—Me alegra que preguntes Gabby. Verán, en este juego, nunca deberían sentirse a salvo. Ya que ahora mismo, votarán para expulsar a alguien de cada equipo.

—¿¡Qué!?— exclamó Jake.

—Así es— dijo Trevor, más solemne que antes—. Les daremos un trozo de papel donde escribirán el nombre de la persona que quieren fuera y depositarlo en estás urnas— señaló las urnas que previamente había ignorado Tom. Una tenía una cinta púrpura y la otra turquesa.

—Genial— dijo Nick, poniendo los ojos en blanco.

Y ahí comenzó todo. Tom anotó rápidamente el nombre de Fiore y se apresuró a dejarlo en la urna. Regresó con su equipo a la vez que Dan se apresuraba por depositar su voto.

—La decisión no es muy difícil— le dijo Tom a Jake en voz baja—. Yo vote por Fiore.

—Yo también votaré por ella. Miriam puede ser más útil que la niña de preescolar.

—Ja. Bien dicho. Por cierto, dime, ¿qué te motivó a venir a este programa?— le preguntó. 

—E-eh, pues, es algo personal. ¿Te molesta si te lo digo en otro momento?

—En absoluto. Te entiendo. Yo también tengo mis motivos para guardarme algunas cosas. Por cierto, deberías ir a votar, ¿no lo crees?

—Oh, si, es verdad— rió, encaminándose a las urnas. 

Tom lo vio alejarse, sonriendo bajo la mascarillas. 

Los participantes fueron pasando a votar. Uno a uno, dejaron su papel, que llevaba escrito el destino, no solo de dos campistas, sino de ambos equipos sin que doce de ellos lo supieran realmente. Tom estaba tranquilo. No había interferido nada, así que no había motivo alguno para preocuparse de que hubiera algún cambio. Miró de reojo a Ellie, que estaba nerviosa. Lo sabía porque se estaba mordiendo las uñas. 

Sintió un placer cruel al ver eso. La relación con la pelirroja era en el mejor de los casos, nula. Y después de todo lo que hizo, guiada por su codicia y por... alguna otra cosa que no estaba del todo seguro de que era, sencillamente no podía perdonarla con facilidad. Por no decir que no podía perdonarla. 

—Bien. Ya contamos los votos. Las personas expulsadas son... ¡Nick del Equipo Púrpura y Fiore del Equipo Turquesa!

<><><><><><><><><><>

Dereck y Trevor explicaron el desafío. Ellie no los escuchó. No le interesaba intervenir en un desafío de recompensa, por muy jugosa que esta sea. Miró de reojo a Gabby, temiendo que si dejaba de verla, esta desapareciera, que se fuera al otro equipo como por arte de magia. 

Pero no. Ella estaba allí. La había salvado. También es cierto que ayudó esta nueva personalidad suya. No intentó meterse ni con Nick ni con Alec, ni trató de hacer nada de lo que había echo en la línea de tiempo original

A Ellie no le importaba mucho. Estaba ahí, con ella. Podría hacer progresos ahora, y de paso, averiguar más de esa nueva versión de Gabby. 

Observó a Fiore resguardando la bandera. Sabía de su jugada. Pero parece que aún no la había puesto en marcha. Interesante pensó. La vez pasada  ganaron el desafío gracias a ello. Quizás...

 —Oye, Ash— le dijo a su compañera de guardia. Will había ido al ataque esta vez—. Tengo una idea para ganar. 

—Te escucho Ellie.

—Oye Fiore, ¿crees poder fabricar tres banderas falsas?

—¿T-tres? ¿P-pero eso no sería hacer trampa?

Ellie contuvo el impulso de poner los ojos en blanco. 

—Bueno, no si creemos que ellos pueden hacerlo también, ¿no lo crees?— insistió la pelirroja.

—Ellie tiene razón. Además, es una competencia.

—T-trataré... pero, ¿por qué tres?

—Una corazonada. ¿Cuánto tardarás?

—Como unos quince minutos quizás. 

—Ashley, ve a vigilar más adelante y vuelve corriendo si ves que alguien venir, para preparar la estrategia.

—Enseguida Ellie— la rubia se fue corriendo.

Ellie se sentó en el césped, mirando de cuando en cuando la zona por donde apareció Tom la última vez. Tom no es un idiota, solo es ingenuo. Lo más probable es que intente utilizar el mismo camino que usó en esa ocasión pensó para sus adentros mientras Fiore continuaba con lo suyo.

—Oye niña.

—¿Si?

—Voy a adelantarte un poco de que va el plan.

—¡Yupi!

Se lo explicó, notando en los ojos de Fiore una gran sagacidad. Estaba jugando con fuego. Demostrar una inteligencia tan superior (producto de cinco años de carrera universitaria) y una visión tan ampliada (producto de cuatro semanas huyendo de un psicópata) podía jugarle en contra... o podía hacerle ganar la lealtad de la niña. Y casi por asociación, también de Alec. 

Los ojos de Fiore brillaron con entusiasmo, y comenzó a hacer las banderas a mayor velocidad aún. Ellie se enderezó, agarrando su pistola de paintball con ambas manos. Trataba de detectar cualquier mínimo movimiento entre los arbustos. Por desgracia, Tom era imprevisible. Se volteó, no queriendo darle la espalda a una posible emboscada.

Ashley volvía corriendo.

—¡Tom se desvió del camino! ¡Atacará por la izquierda!

Cambiando de camino, ¿eh, Tom?

—Bien, Ashley. Escucha. Este es el plan.

<><><><><><><><><><>

Tom avanzaba tratando de ser lo más sigiloso posible. Por desgracia, había perdido el toque. Diez años sin ser espía... El tiempo pasa volando, sin duda alguna, más cuando puedes viajar en el tiempo pensó con gracia.

Había observado que ni Ellie ni Ashley estaban atacando a su equipo. Supuso, entonces, que mejoraría la estrategia utilizada por Fiore originalmente. Por desgracia, Ellie era imprevisible. Era en verdad una chica lista. No le bastaría con poner un señuelo. Usaría dos. Y la bandera real... probablemente la tuviera ella. 

Llegó a la zona. Ashley estaba del  lado izquierdo, donde había aparecido Tom originalmente, mirando hacia el lado derecho. Me vieron comprendió entonces. Miró a Ellie. Ja, ingenua. La bandera asomaba de su espalda. Era casi imperceptible, pero su ojo bien entrenado notó el trozo de tela púrpura que asomaba por su espalda. Jaque mate, Zanahoria.

Le disparó a Ashley desde su escondite. Le dio en la frente, y cayó en una postura algo extraña. Ellie comenzó a disparar a lo loco, rozando en algunas ocasiones a Tom. Él esperó. Ellie se quedó sin munición. Con Ashley nock out, eso sería cosa sencilla. 

Le disparó a Ellie en el cuerpo, quien, tras el tercer disparo, cayó al suelo. Tom tomó su bandera, ante la mirada aterrada de Fiore. Disparó hacia ella, dándole en la bandera falsa. Entonces notó que había una bandera extra bajo el asiento de Fiore.

—Vaya, vaya— dijo Tom, acercándose. Comprobó ambas banderas: una era más triangular que la otra—. Me la llevo, con su permiso— y dicho esto, comenzó a correr de regreso a la zona de la victoria. 

<><><><><><><><><><>

Ellie observó a Tom marcharse. Y su mirada abatida se convirtió en una de triunfo. Se levantó, estiró, y fue a socorrer a Ashley. Tom es un bruto pensó Ellie, frunciendo el ceño al ver el disparo en la frente de la rubia.

—¿Ash?

—Ellie... ¡eso fue asombroso!— la granjera se levantó de pronto. 

<><><><><><><><><><>

Tom se apresuró a llegar a la alfombra. Eso había sido fácil.

...De echo, demasiado fácil pensó de pronto. ¿Qué se le estaba pasando por alto? Repasó toda la secuencia, desde el comienzo hasta el final. A primera vista no había nada extraño. Le disparó a Ashley en la frente, que cayó al suelo de una forma extra...

Se detuvo en seco. Miró la bandera que tenía en su mano. Si, era triangular. Un triángulo perfecto. Demasiado perfecto comprendió con horror. Quiso volver a buscar la verdadera bandera, pero por desgracia, ya era tarde.

—¡Lill le da la victoria a su equipo!— exclamó Trevor. Tom suspiró frustrado. 

Ellie uno. Tom cero.

<><><><><><><><><><>

Era de noche en el campamento del Equipo Púrpura. Todos festejaban la abultada victoria que tuvieron. 

—E-espera— dijo Ashley, limpiándose las lágrimas de tanto reírse—. ¿Q-quieres decir que se dio cuenta justo cuando llegó?— no pudo evitarlo y continuó riendose.

Ellie estaba algo apartada. Miraba un punto fijo en el suelo, pensando. Con Nick en el Cian y Gabby en el Púrpura, las cosas cambiarían demasiado. Pero había un suceso que quería que sucediera de igual forma. Miró a Will. Si no era eliminado pronto... muy probablemente sufriría el tercer desafío. 

Gabby se sentó a su lado, sacándola de sus pensamientos.

—Buen trabajo. Eres en verdad lista.

Ellie desvió la mirada con un ligero rubor en sus mejillas.

—G-gracias.

—Por cierto, me gusta tu pelo. Se ve brillante— sonrió por primera vez. Era una sonrisa más parecida a las que solía utilizar Grett que a las de la Gabby que Ellie conocía, pero... que sonriera era un gran proreso.

—Gracias. Utilizo productos naturales para cuidarlo mejor.

La polaca abrió los ojos, sorprendida. Luego de echó a reír.

—Pensé que era la única.

Ellie sonrió. Fue un detalle minúsculo, pero comprobó que Gabby, su Gabby, estaba aún en algún lugar allí dentro.

<><><><><><><><><><>

NOTA DE AUTOR:

Cinco. Mil. Cuatrocientos. Cuarenta. Y. Nueve. Palabras.

En la puta vida había escrito un capítulo tan jodidamente largo como este. Me costó muchísimo, pero me quedó extremadamente satisfecho con el  resultado. Siento que introduje bien a esta nueva Ellie. El siguiente capítulo estará más centrado en nuestro espía favorito. Y, por cierto, si quieren conocer lo que pasó en las cuatro semanas del All Stars, eso recién será revelado en la tercer parte. 

Créanme cuando les digo que estoy muy emocionado. A propósito, subí un One Shoy bien spicy HuntJake, para los que les interesa. Vean mi perfil y jálense-

Luz: Por eso no tienes novia.

...En fin. Hasta la próxima mis amigos.

Chaoitoooo

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top