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La cena ya había transcurrido lo suficiente, como para que Kihyun ahora estuviese relatando el tiempo en que viajo por cuenta propia a la cuidad, mientras que Hyungwon picaba sus verduras en el plató, al tiempo en que veía de reojo a Hoseok que parecía estarle haciendo mala cara a la comida. El castaño llevó un bocado a su boca y volvió a ver a Kihyun y a Hyunwoo pensando en que ambos eran el uno para el otro; encajaban perfectamente, eran bellos y se veían tan exitosos.
Agachó la mirada de nuevo y comenzó a jugar con los trozos de pollo que contenía la ensalada; a él no le gustaba el pollo, él prefería la carne de ser necesario. Levantó la vista de nuevo notando que Hyunwoo le prestaba especial atención al pelirrojo, quien seguía hablando animadamente y sonriendo como nunca; El rubio llevó un gran trozo de pollo a su boca y siguiendo su ejemplo también hizo un esfuerzo por comerlo, pues pensaba que no podía ser tan egoísta hacía lo que le habían ofrecido con tan alta amabilidad.
En medio de la charla, Kihyun llegó a la parte en la que había conocido a Hyunwoo. Era una historia simple, una en la que ambos tomaban la misma clase de desarrollo de sistemas contables en la cual se enamoraron, pero por alguna razón, siempre que la contaba el pelirrojo, hacía de la misma una historia larga y maravillosa.
—Y Hyungwon solía ir demasiado al la biblioteca. Todo el tiempo estaba ahí, así que un día me acerqué y pedí el número de NuNu ¡Oh, me sentí tan avergonzado! jamás había hecho tal hazaña.
El castaño asintió ante lo dicho y con bastante fuerza de voluntad llevo otro trozo de pollo a su boca, lo saboreó, y, aunque no estaba nada mal de sabor, no pudo evitar sentir una leve náusea por el simple hecho de ser pollo; el gran problema era que no le graba en sí el alimento. Masticó un par de veces y al ver que Hyungwoo sé acercaba para besar a Kihyun sintió cómo se le removió algo dentro del estómago, quería creer que era debido al pollo, pero sabía que no era totalmente eso.
—no deberías estar avergonzado de lo que estás acostumbrado a hacer, hermano.
La melodiosa, pero poderosa voz de Hoseok resonó por toda la habitación. Hyungwon lo miró sorprendido tratando de que la comida no se le saliera de la boca por la impresión, mientras que Kihyun se separó de su esposo y lo miró como si de comérselo vivo se tratase.
—recuerdo que durante la universidad Kihyun siempre llegaba con un amigo diferente a casa de nuestros padres, jamás supe cual de todos era su novio oficial, en realidad. —el rubio hablaba como si de nada se tratase, por su parte Kihyun comenzaba a ponerse rojo de la ira; el moreno, quien sufrió un evidente impacto, guardó su distancia luego de escuchar aquello y siguió comiendo tratando de ignorar los comentarios del menor. — aunque sospecho que todos lo eran, ya sabes, sus novios "oficiales" —se lo susurró a Hyungwon acercándose y poniendo la mano en su boca para cubrir sus palabras, más sin embargo aquel susurró fue claramente audible para todos.
Hyungwon estaba totalmente sorprendido de escuchar a aquellas palabras tan inesperadas, además de eso, luchaba por no reírse ante el acto imprudente de Hoseok, el cual había dejado al pelirrojo en una posición horriblemente incómoda; miró a Kihyun una vez más descubriendo que estaba de todos los tonos, en serio no podía imaginar siquiera cuánto enojo podía estar guardando en ese momento.
—es suficiente, vamos a cenar con tranquilidad. Se supone que estamos celebrando el éxito de Love to Love.
Esta vez la voz de Hyunwoo sonó bastante seria a oídos de Hyungwon y de inmediato este último se sentó derecho y continuó comiendo sin prestarle la más mínima atención al rubio. Por parte de Hoseok, este al ver la casi enferma fidelidad y obediencia que solía tener el castaño para con el moreno, se encontró siendo particularmente afectado por el hecho, se sintió fastidiado mientras seguía tratando de comer el montón de plantas que había en su plato. Odiaba tanto las verduras y todo tipo de alimento que no fuera comida rápida; en ese momento se moría por ir al primer Burger King que estuviese cerca, y si era acompañado de una belleza como Hyungwon, mucho mejor.
Pero no, el delgado y sexy hombre parecía que botaba la baba por el esposo de su hermano...
— mierda... — murmuró para sí mismo y mordió el interior de su mejilla permitiéndose sentir envidia por el hecho.
Fue así, hasta que la voz de Kihyun volvió a inundar el ambiente.
—en realidad opino que eso es normal cuando eres joven. —se defendió con total seguridad el pelirrojo; no se rendía, aún cuando su hermano menor lo había puesto en evidencia y vergüenza, no se rendía. —Hyungwon, también debiste haber salido con varios hombres ¿no es así? Debes saber a lo que me refiero.
—ey, Kihyun... —Hyunwoo le recriminó de inmediato su acto imprudente y miró al castaño preocupado.
—no tienes que pensar en alguna respuesta para eso Hyungwon, tú sigue cenando tranquilo.
Era horriblemente incómodo; por supuesto que no debía pensar en una respuesta si en realidad no tenía ninguna. Su adolescencia se basó enteramente en estudiar muy fuerte y en ser ignorado en la escuela como si de nadie se hubiese tratado, y un vez viajó a Amsterdam, el único amigo lo suficientemente cercano que había hecho era Hyunwoo y aún le parecía mentira que hubiese logrado una amistad tan estrecha con alguien como él.
—en realidad no tengo mucha experiencia en ello. No creo que hubiesen querido fijarse en alguien como yo. —confesó con aparente tranquilidad y continuó comiendo enseguida. Kihyun se quedó en silencio dándose cuenta de inmediato del gran error en sus acciones, quiso disculparse, pero se encontró con la mirada llena de cuestionamiento de su esposo.
—lo siento, Hyungwon, no era mi...
—¡pero si tu eres una belleza descomunal! —escucharon a Hoseok casi gritar, se había separado de la mesa en un sólo movimiento de su fuertes piernas y veía directamente a Hyungwon sorprendido. En serio no creía en sus palabras.—¿qué idiota se atrevería a pasar de tí!?— bebió su vino de un tirón y negó con la cabeza sin hacer gesto alguno debido al fuerte licor—lo siento tesoro, pero esta vez soy yo quien no te cree. Eres un mentiroso.
El castaño quedó atónito ante la acusación, y luego de varios minutos de no entender nada, el corbatín se le arrugó del enojo. ¿Cómo se atrevía a cuestionarle algo como ello? el nunca mentía, siempre era muy recto en sus palabras.
—¡yo-yo nunca miento! —Le objetó intentando mostrar su intensa molestia— ¿¡por qué-por qué tendría que hacerlo ahora!? —el rojo en sus mejillas se hizo presente de una manera intensa y Hoseok quiso reír ante la imagen que tenía en frente, pero mejor era no retar a su suerte.
—tú, sexy hombre, me rechazaste a mí como si nada. — tomando su tenedor y regresando a su lugar, lo señaló sin verlo al rostro para así darle al menos la oportunidad de que no estuviese nervioso. — bebé, eso quiere decir que tienes mucha destreza y experiencia en hombres. —sonrió cuando, de reojo, vio que el castaño pareció pensarlo detenidamente. era demasiado lindo al punto de moverle el corazón emocionado. — wah, me traes como loco. — dijo con temple, y una voz profunda y sensual que demostraba el profundo sentimiento. El castaño lo miró acomodando sus lentes y bajó la mirada cuando sintió que el otro lo vería a los ojos.
—oh, con que es así... — soltó con voz quedada.
—sí, lo es. Pero no por ello me voy a rendir de intentar ¿no quieres salir conmigo, precioso?
La habitación de repente pasó a ser un cementerio indio; nadie hablaba absolutamente nada y todos veían a un Hoseok sonriente, quien a su vez miraba en dirección a Hyungwon. El castaño miró con una intensa preocupación a Hyunwoo, no sabía qué pensaría su mejor amigo si se llegaba a dar cuenta que andaba de suelto con alguien como Hoseok.
¡dios no! El no era ese tipo de persona.
—Hoseok, esta broma está yendo demasiado lejos. —El moreno soltó sus cubiertos y miró al menor con dureza; una cosa era que molestara a su esposo quien era su hermano mayor, pero otra muy diferente era que quisiera jugar con su amigo de años.
—sin embargo no estoy jugando, a mi me encanta este hombre. Como su amigo ¿no deberías sólo apoyar nuestro amor? —a Hyungwon de alguna manera le pareció estar escuchando mal, Hyunwoo debía tener toda la razón, porque no había forma de que Hoseok pudiese estar hablando en serio. Le vio acercarse y tomar su mano para así pegarse a él como si fueran a tomarse alguna foto para el recuerdo de la broma que le estaba queriendo hacer—¿qué tal, hermano, No hacemos una linda pareja?
—Hoseok, No. por favor... Ya basta...
El rostro distorsionado de Kihyun le hizo entender a Hyungwon la situación, aquella broma había llegado demasiado lejos y ahora se sentía el payaso de la velada. Aturdido miró a Hyunwoo encontrando que este apenas y lograba disculparse con la mirada, y sin más no comprendió el por qué Hoseok se empeñaba tanto en molestarlo de esa manera; si era porque le molestaba tener que trabajar junto a él, entonces podía irse sin más, total, él no soportaba verlo tampoco rondando en su librería; y si por el contrario era para burlarse de su apariencia, entonces sólo debía decirlo directamente y no ponerlo en absoluta vergüenza delante de sus amigos.
—lo siento, debo irme...
Se levantó tan rápido como sus temblorosas piernas se lo permitieron y sus ojos estaban nublados por las lágrimas que se le querian escapar debido a la humillación pública liderada por Hoseok, alcanzó la puerta y ni siquiera se preocupó por tomar su abrigo pues lo que más quería era escapar de ahí; en cuanto dio un paso fuera del apartamento fue alcanzado por el menor quien lo había seguido insistente, no podía entender cómo alguien como él estaba tan empeñado en molestarlo y avergonzarlo todo el tiempo.
—¿a dónde vas en ese estado?
—¡suéltame! —trató de safarse, pero Hoseok había tomado su muñeca con fuerza, negándose a dejarlo ir.
—tú... ¿de verdad crees que estoy jugando? —le preguntó serio el otro, sin embargo Hyungwon no quería escucharlo. Lo último que necesitaba era llegar a ilusionarse por unas cuantas lindas palabras, para luego resultar herido de la peor forma. —¡me gustas en serio! No hay forma de que mienta o juegue con algo como eso. Es-es verdad, lo juro....
el castaño se encontró siendo liberado de manos del rubio y luego, bajo su atenta mirada, lo vio caminar casi en círculos mientras sacudía su cabello de puntas azuladas desesperado; esa sola acción desconcertó momentáneamente al castaño.
—Yo lo sé, sé que no he dado una buena impresión para ti que eres perfecto; pero Hyungwon, tampoco mentiré diciéndote que soy un santo sólo para impresionarte. ¿sabes? me interesas de verdad, y mucho ¿ok?— trató de mediar el menor — mira, sólo dame una oportunidad de demostrarte que tú tienes un encanto incluso mayor que el de Kihyun y que el de cualquiera ¿qué dices? ¿está bien si sales conmigo seis meses? —Hoseok analizó su rostro y lo vio totalmente en desacuerdo —¿cinco meses?— volvió a insistir— ok, ok. Que sean entonces cuatro meses, dame cuatro meses y veras que no estoy bromeando cuando te digo que muchos hombres no pasan desapercibida tu belleza, tesoro, al menos no yo.
Hoseok se acercó con cautela esta vez y lo miró de nuevo a los ojos, le encantaba hacerlo porque había algo en la acción que le permitía acceder al castaño con mucha más facilidad; en una osadía enorme lo tomó por la cintura y lentamente se fue acercando a su rostro, lo admiro a detalle, y cuando sintió que este se cubriría con sus enormes y delgadas manos, atinó a impedirselo de inmediato.
—no me vas a rechazar de nuevo ¿cierto?—le susurró sobre los labios dejándole un cosquilleo caliente al más alto en los mismos, y sin permitirle dar respuesta a lo preguntado, lo besó con profundidad.
Como si fuera una verdad terrible que apenas y logras aceptar que sea real, Hoseok sintió un gran alivio cuando probó de nuevo los carnosos labios de Hyungwon, era tanto el extasis, que inconscientemente pegó su cuerpo lo suficiente como para hacer que su entrepierna casi erecta rozara la delgada pierna de Hyungwon, obteniendo de su parte un gracioso sobresalto; por sólo ese acto de inocencia el rubio quiso llevárselo lejos y tenerlo solamente para él, morder su cuello y luego explorar su cuerpo centímetro a centímetro.
Su boca devoraba con anhelo esos gruesos labios que temblaban entre besos, su delgado cuenpo estaba tenso y los ojos permanecían apretados como si le costara rotundamente abrirlos; viendo esa imagen, cerró los ojos e hizo de su beso uno más fiero, llevó sus brazos al cabello perfectamente peinado de Hyungwon y comenzó a desordenarlo en tanto lo jalaba e intentaba que su lengua explorara todo lo que podía del mayor. Al romper el beso sintió nuevamente la fuerte necesidad de ver su expresión, quizá porque estaba demasiado embriagado por el encanto del otro, que no se daba cuenta de cuán brillantes estaban sus ojos en esos momentos, al igual que su sonrisa.
—¿me crees? Dirás que sí ¿no es así? —insistió otra vez, pero esta vez se encontraba un poco más desesperado por una respuesta positiva. —Si es por amor no tienes que preocuparte, yo-no interferiré con tu inexplicable y tonta devoción por Hyunwoo; pero te recuerdo, cariño, que ese hombre es un hombre casado. Deberías atinar a otros horizontes, tesoro. Por favor, No me hagas decírtelo directamente; deberías saber lo que siento cada que lo ves así — Hyungwon parpadeó varias veces y Hoseok sólo lo miró sonriendo con cebicia. Volvió a acercarse y dio un beso corto que sonó por el pasillo del piso en que se encontraba .—¿qué dices entonces?
—yo-yo-yo....
* * *
Un mes había pasado ya desde que Hoseok había logrado conquistar al castaño; una emoción inexplicable lo tenía en una especie de éxtasis del cual le era casi imposible de escapar.
Ese día se había levantado temprano—cosa que nunca hacía antes—había arreglado bien su cabello, vestido con sus típicos jeans y una polera de mangas largas; además de conseguir estar con alguien como él, también había pasado el tiempo suficiente para aprender a no molestar a Hyungwon. Luego de tomar particular cuidado de su apariencia, tomó el desayuno, evadió toda pregunta de Kihyun acerca de lo que haría sobre su futuro y salió rumbo a la librería.
Disfrutó del aire frío que tocó su rostro una vez alcanzó la calle y metió las manos en los bolsillos del hoddie azul que había vestido antes de salir, extrañamente se sentía diferente porque, aunque no lo aceptara del todo, sentía en parte que aquello que tenía con Hyungwon lo desconcertaba en una gran medida; tenía que ser sincero cuando decía que no era nada de lo que hubiese esperado.
Por lo general cuando salia con alguien lo hacia por menos de tres semanas o un mes como máximo, sin embargo con el castaño había encontrado algo que lo llevaba a querer pasar mucho más tiempo junto a él, a saber más de él y hacerlo sonreír como fuera, eso, y que también había encontrado algo de paz para la profunda intranquilidad que constantemente albergaba su interior.
Por ejemplo,
Era tanto el ánimo de Hoseok de conocer cada cosa sobre el otro, que ya era consciente de que a Hyungwon le gustaba mucho una gata aprovechada que iba y lo visitaba cada mañana, la envidiaba claro, porque por más que había querido colarse en la casa del mayor no había podido lograr nada, pero la gata descarada estaba siempre todos los dias junto a él en las mañanas; además de eso, a Hyungwon le encantaba comer verduras y cuidar su salud en general, no tomaba soda y tampoco comía dulces o comidas que no fueran orgánicas. Bueno, ya se acostumbraría a ello.
se dijo a si mismo, convenciendose.
Pero ¡lo máximo y super cool de todo ello era que a Hyungwon tampoco le gustaba el pollo! Ah, suspiró al recordar que tenían al menos algo en común.
A Hoseok le fascinaban los momentos en los que estaban en la librería, de una u otra forma había encontrado en el trabajo no sólo una salida a su mucho tiempo libre, sino también un lugar especial lleno de personas de todo tipo; era como si de alguna forma un universo alterno se hubiese abierto ante sus ojos, llenándolo de un montón de cosas nuevas que nunca antes de había atrevido a experimentar. Era por eso también que a veces, cuando llegaban las horas casi del cierre y cuando transcurrían muy pocas personas, se acercaba al castaño para que le hablara sobre los muchos libros que habían ahí y las historias tras ellos.
¡oh, cierto!
Su Hyungwon era en extremo inteligente, al punto que se le quedaba viendo por largos lapsos de tiempo cada vez que hablaba, se quedaba como un idiota admirando toda su belleza oculta entre la uniceja, los montones de fijador y unos lentes gigantescos que no le hacían justicia a todo ese esplendor que desprendían sus ojos.
Hyungwon, ante los ojos de Hoseok, era la persona más hermosa que alguna vez había visto jamás y eso lo tenía profundamente encantado.
Detuvo su andar para esperar el cambio de luces del semáforo y recordó los labios del castaño, su suavidad, el cálido de los mismos, todo en él como un sentimiento tan penetrante, tan efímero; cerró los ojos y sonrío recibiendo los primeros rayos de la mañana que iluminaban su rostro, se sintió inquieto por el deseo intenso de verlo de una vez. Reanudó el andar y saludó a la señora de la cafetería que quedaba cerca a la estación y sonrío otra vez.
—¡Wow. Te ves brillante, chico! ¡Ten buen día!
Le escuchó gritar aquello como si fuera una sorpresa, y aunque era conciente de que últimamente estaba diferente, el no se sentía del tipo "especialmente diferente", sólo diferente; Continuó caminando por la gran acera hasta llegar a la siguiente esquina, sacó un paquete de cigarrillos pretendiendo matar el frío que en enero era mucho más intenso, la miró a detalle y frunció el ceño incómodo.
— No deberías seguir fumando si no quieres que Hyungwon rompa contigo en menos de lo que imaginas, Idiota Hoseok.
Se habló a sí mismo, caminó hasta el basurero, suspiró, sacó un último cigarro y lanzó el resto al bote; como acto definitivo dejaría de fumar, al menos por el tiempo en que estaría junto a él. No querría jamás afectar su rinitis, por nada del mundo lo molestaría de ningún modo. Hyungwon Era su tesoro.
Fumó apoyado en la pared, sus cabellos rubios estaban al aire y veía pasar a las personas mientras pensaba, pensaba y pensaba en él, en eso apareció un chico alto, delgado, cabellera castaña y larga, era un bombón; sonrió coqueto cuando este le dio una señal positiva y de nuevo unas gafas redondas grandes y una risita nasal le asaltaron la memoria.
—¡estúpido, contrólate!—se regañó en voz alta golpeando su cien con sus dedos, eso provocó que el otro lo mirara extrañado y se fuera de inmediato. Suspiró, de verdad que no podía arruinar algo que era tan bonito, pues pocas personas eran como Hyungwon; con él simplemente era como volver a la época en la secundaria donde dar un beso ya era un acto valeroso e impresionante. No podía negar que quería hacerle de todo a ese cuerpo delgado que lo ponía caliente, porque a parte de precioso, el castaño era tremendamente sexy, más sin embargo se sentía un abusador cada vez que lo sentia temblar porque trataba de que sus manos se encurrieran por debajo de toda la ropa que usaba.
No importaba, simplemente ya llegaría el momento adecuado.
Para evitar hacer de imbécil como solía hacer la mayor parte del tiempo y durante toda su vida, dejó de visitar a Cloe — su amiga — y por ende a Johanna, su más grande tentación en Amsterdam. También había perdido contacto con todo aquel ser con quién se hubiese acostado o hubiese tenido intenciones de hacerlo, al final su lista de contactos prácticamente se redujo a seis números: su mamá, Kihyun, Hyungwon, Hyunwoo, Cloe y aquella persona....
Continuó caminando hasta llegar a la estación, pasó la tarjeta y abordó el metro; por un momento se sintió perdido cuando pensó en el castaño y lo que tenían, porque aunque sintiera una emoción más fuera de lo común, aún así no lo atribuía a amor y eso tal vez era una gran lástima. Claro, no le agradaba pensar en que todo tenía una fecha de caducidad, no cuando junto al castaño se sentía comprendido y cómodo, sentía que por fin encajaba en alguna parte y con alguien—no bromeaba cuando decía que hacían buena pareja —pero también tenía en cuenta que quería regresar junto a Changkyun, al hombre que sentía amaba mucho.
Confundido por todo se sacudió la cabeza, no había tiempo que perder en algo como eso, ya que pensar en alguien como Changkyun era arruinar todo a su paso; borró todo de su cabeza y esperanzado de nuevo tomó su teléfono, lo revisó y no encontró mensaje alguno; soltó un profundo suspiro que lo desarmó mucho más. Mientras que antes personas que medio conocía en una noche llenaban su bandeja de mensajes al día siguiente después de una "cita", en su lugar su chico era realmente malo y lo hacía sufrir al no enviarle ni la hora, ¡ni un Hola! Aunque fuera en contra de todo lo que era antes de conocerlo, tontamente quería obtener su aprobación para todo lo que hacía o no, saber qué pensaba, por qué lo pensaba, qué veía con esos hermosos ojos que brillaban como soles; lo que Hoseok quería a final de cuentas era conocer el mundo de Chae Hyungwon, que le permitiera sumergirse en él y le mostrara de nuevo lo que significaba lo que era ser cobijado por el calor de otra persona y por eso se había entregado por completo a la tarea.
El tiempo en el metro se le hizo más largo de lo normal, cada mañana era un tortura porque siempre luchaba con la ansiedad y las ganas de salir corriendo para ver al castaño durante el resto de horas, tan rápido como le fuera posible. Se bajó, salió de la estación y cruzó varias calles hasta alcanzar la angosta — y un poco lúgubre — callecita que albergaba la librería; se detuvo justo donde lo había hecho la primera vez que había llegado ahí y miró su reloj.
8:57 AM.
Sonrio, comenzó a tararear una vieja canción de The Beatles, You Like To Me Too Much y en exactamente tres minutos lo vio cruzar. Hoseok se quedó con la boca abierta, al punto de que se se sintió en estado de shock completo; su rostro mostró todo el impacto que sentía y reafirmó lo dicho, su chico era alguien muy muy cruel con él. Siempre lo decía sin duda alguna en sus palabras, el castaño desprendía un encanto incalculable, era tan bello, que no había demorado nada en descubrirlo; Pero ahora simplemente quería darle un paro cardíaco.
Hyungwon iba vestido con su típico abrigo largo, no obstante había algo extraño con su cabello, lo llevaba alborotado, sin fijador y sin brillo excesivo, sólo estaba al aire; y de manera estúpida sintió envidia del viento que lo acariciaba. Miró a su rostro y ya no tenía su uniceja y tampoco llevaba sus típicos lentes, sólo sus ojos brillantes y bonitos a simple vista; el resto de ropa guardaba aún el toque de Hyungwon, pero aún así era un cambio demasiado abrupto. trató de comprenderlo, más no hallaba forma...
Casi corrió hacia él sintiéndose en otro mundo, lo alcanzó, lo tomó del hombro hasta girarlo y así comprobar que era él en realidad.
No cabía duda, era su Hyungwon...
—pero-pero-tú... ¿qué te pasó? —preguntó atónito. Lleno de incertidumbre.
—¡Hoseok!... Yo... ¿no te gusta? Creí que vendría bien un poco de cambió... O eso dijo Kihyun.
¡Estúpido, estúpido, estúpido hermano mayor! ellos sólo existían para fregar la vida de los hermanos menores y para robar el poco aire limpio que había en el mundo...
—claro que me gusta tesoro, tú siempre has sido precioso ante mis ojos. Eres perfecto para mí —lo vio sonreír ante sus palabras y se le lleno el alma— pero ¿quieres que te diga algo sincero? — con aquella pregunta sintió temblar a Hyungwon, así que se apresuró a responder antes de que lo hiciera sentir más inseguro— cariño, me encanta más el Hyungwon de uniceja, lentes y cabello perfectamente peinado. Amor, pienso que te ves mucho más sexy, en esa faceta.
¡Era mentira!
Pero con tal de que su hombre no despertara la mirada libidinosas de otras personas, podía decir que hasta un traje de astronauta era sexy en él.
—oh, Conejito— el rubio se puso en modo encantado, era un modo en el que sus hombros caían rendidos, un sonrojo se apoderaba de sus mejillas y sus ojos se entre cerraban y brillaban con dulzura; a Hoseok en serio le fascinaba escuchar su apodo en esa boquita que era tan provocativas. —yo, entonces ¿puedo usar mis lentes? La verdad es que no veo nada y me he caído en aquella esquina.
Despertó de su ensueño y miró al más alto preocupado; efectivamente Hyungwon tenía húmeda sus rodillas y sus manos estaban sucias. Se estaba conteniendo bien considerando que odiaba tener las manos sucias.
—¡por supuesto, no debes preguntar eso! Ahora vamos bebé, vamos a limpiarte.
* * *
El trabajo de Hoseok fue tortuoso, estaba en una batalla infinita en la que peleaba contra sus ganas de llevarse a rastras a Hyungwon y abusar de él cuanto pudiera — porque hacer algo más que darle simples besos ya era un abuso de lo peor — y tambien peleando en contra del no gritarle como un loco a todas esas señoras y muchachitas que ese hombre al que miraban encantadas, en la caja, le pertenecía.
Se imaginó corriendo como Arale en busca de su tesoro.
La media mañana fue tortuosa, así que cuando llegó el almuerzo organizó algunos libros mientras Hyungwon terminaba de atender a la última cliente de la mañana; era una señora que había ido por algunos libros de recetas y que puso una larga conversa al castaño mientras este registraba sus compras, Hoseok no les despegó la mirada ni por un momento y cuando la vio tomar las bolsas, se preparó para correr a besar a su ángel, sin embargo se quedó a mitad de camino al escuchar la campanilla de la puerta abrirse. Molesto giró a ver a la nueva persona que había entrado y se sorprendió encontrarse con un sujeto coreano.
ojos pequeños, sonrisa de niño playboy, cabello negro y unos hoyuelos matadores. Lo sintió como una amenaza apenas lo vio.
—¡Hyungwon!
De inmediato se puso en alerta y miró en dirección al castaño; por alguna razón no le gustó para nada que Hyungwon sonriera como lo hacía en esos momentos. Vio al tipo dar zancadas hasta alcanzar el recibidor y saludar al castaño de manera sobrecogedora. Definitivamente eso no le agradó nada, no estaba bien.
—¡Jooheon, es sorprendente verte por aquí! ¿cómo te han tratado los días?
—Dios ¿qué ha hecho la vida contigo? Te ves mucho más hermoso que cuando íbamos a la licenciatura —le escuchó decir al tipo; era uno muy habilidoso considerando que lo había prácticamente ignorado.
—Hyungwon, es hora del almuerzo. deberíamos irnos ya—Hoseok había quitado su delantal y al escucharlo hablar, el castaño le miró y sonrió.
—es cierto ¿quieres almorzar con nosotros, Jooheon? es juto ahí en frente— señaló hacía afuera exactamente al local de comida gourmet. El tipo asintió sin problemas y luego vio a Hoseok.
— lo siento, pero ¿eres nuevo?
Hoseok lo analizó clavandole la mirada con intensidad. El tal Jooheon era un tipo con agallas y con unas bolas del tamaño de un toro sí creía que podía hacerse el gracioso con el—soy el novio de Hyungwon.
—¡Hoseok!
—ok, esta bien. sólo soy su ardiente amante...
La sutil amenaza hacia Jooheon no sirvió de nada, porque el muy caradura los siguió hasta el restaurante gourmet de todas formas; una vez ahí pidieron la comida favorita de Hyungwon—bueno, el tal Jooheon lo hizo por el— ni siquiera entendía como alguien como él lo conocía tanto.
Mientras los oía conversar comía de su ensalada, la chica que atendía el local ya sabía que la suya debía tener más carne de lo normal, pues no se llevaba bien con las plantas para el almuerzo. él hacía el esfuerzo, pero el "intruso"—como lo nombró—parecía asimilar mucho mejor el ambiente, la comida y al parecer también la compañía.
Y como no, es que Hyungwon era totalmente asombroso, él de verdad era una persona de las que no te encuentras fácilmente por la calle; tenía ideas geniales, hablaba perfectamente y en sumo era una persona súper interesante y digna de ser admirada. A Hyungwon le gustaba la música clásica, aunque el iba más con el rock; al castaño le gustaba asistir a musicales, pero el prefería ir más a conciertos de bandas locales; era fan de regreso a futuro, pero el mayor amaba el programa de ratas en madrigueras que daban en Nat Geo.
Por cierto, hablaría respecto a eso y tal vez podrían tener una maratón de ambos programas el sábado en su casa. Aunque no confiaba en su capacidad de tener su mano en un solo lugar, lejos de Hyungwon, Igual lo propondría.
Al finalizar el almuerzo el tipo se fue después de pagar por los mismos, Hyungwon se veía encantado con el hecho y Hoseok sintió molestia apoderarse de su ser; Recordó perfectamente lo que le había prometido al mayor
«no amor»
Sí, lo recordaba muy bien y no lo haría, tampoco se sentía de esa manera—estar enamorado— pero el malestar e inconformidad no dudó en atacarlo cuando notó que el castaño parecía más feliz de lo normal estando con otras personas a parte de él. Era un dolor de cabeza, pero como había dicho antes, no interferiría en las relaciones que pudieran surgir ante el castaño en un futuro, así se sintiera herido y traicionado, no tendría por qué intervenir si el tampoco se quedaría para siempre.
Aparte de eso y sin lugar a dudas, era consciente de que el sentimiento de la envidia se lo estaba comenzando a devorar muy lentamente.
La tarde pasó entre un sentimiento de sorpresa por haberse encontrado de nuevo con Jooheon y una evidente molestia por parte del rubio que no pasó desapercibida para Hyungwon. El mayor se mantuvo con un ojo encima de su empleado, pues no lograba entender mucho acerca de su tan repentino comportamiento aislado; Sabía que era un chico muy proactivo e impulsivo, además de ser considerablemente inteligente, pero debía confesar que no entendía mucho de lo hablaba la mayor parte de las vaces.
Igual no importaba, le gustaba así tal cual.
de vez en cuando solía sentirse extraño de estar al lado de alguien tan atractivo, porque pensaba que era como estar en un sueño, y no siendo su belleza un factor suficiente, Hoseok parecía estar teniendo una actitud complaciente con él todo el tiempo, al punto que desde hacía unas dos semanas había comenzado a ocultar sus tatujaes, a vestir un tanto diferente e incluso olía menos a cogarrillo que la primera vez cuando lo conoció.
Aunque agradecía muchísimo que cambiará incluso hasta su dieta y dejara también de lado esos dañinos tubos cancerígenos, lo cierto es que extrañaba mucho ver sus tatuajes, y eso que los odiaba un montón al principio; ahora sólo quería pasar sus dedos por sus brazos y admirar ese arte por el tiempo que fuese necesario, sobre todo aquel que tenía plasmado en el pectoral izquierdo...
—disculpe ¿me dirá cuanto es?
Hyungwon regresó de su ensueño en cuanto escuchó la voz femenina llamarlo; habían muchas cosas que le gustaban de Hoseok — unas más que otras por supuesto — como por ejemplo el que hiciera chistes sobre su estatura. Los hacía constantemente porque al parecer odiaba sentirse más bajo que los demás, el los amaba pero eran muy malos; aún así hacía el esfuerzo para reírse de ellos y daba resultado, pues Hoseok lo besaba como recompensa y le encantaba.
—son 25 euros.
El sonido de la caja registradora se escuchó y la chica que estaba enfrente del castaño le pasó el dinero, lo miró y se quedó pensativa mientras sostenía su mirada; había estado así por algún tiempo mientras el castaño registraba su pedido.
—disculpe, usted ¿es hermano menor del dueño de la librería?
Hyungwon se quedó viendola por varios segundos y después se señaló a sí mismo con el dedo— yo soy el dueño de la librería.
—¡Dios! ¿¡Es usted¡? Wow, lo que hace un simple cambio. Se ve fabuloso, muy agradable.
Se sentía avergonzado. Todo el día habían estado comentado sobre ello, incluso habían preguntado si era algún nuevo trabajador de medio tiempo. El día anterior se le había ocurrido atender el llamado de Kihyun, quien lo invitó a salir al centro comercial para hacer algunas compras nocturnas; obviamente no quería porque había quedado de tomar el té con su vecina, sin embargo, al ver la insistencia de su amigo, aceptó y salió.
Al principio se negó, se dio cuenta de inmediato que Kihyun le había tendido una trampa y lo había llevado a un salón de belleza donde se sintió tan ultrajado, que quiso salir corriendo en medio de lloriqueos. Al final había terminado con dos cejas, el cabello con un peinado que no podía ni concebir y mucha base en el rostro.
Se sentía ridículo.
Pero cuando Kihyun lo vio dijo que no podía creer cómo no había hecho eso antes y pedía disculpas por haber pensado tan mal de su apariencia. Por un momento no supo si sentirse agradecido u ofendido.
La ropa que había comprado para el era otra cosa, eran camisetas y jeans que en su vida se atrevería a usar, su estilo era mucho más conservador que eso y definitivamente no se pondría nada que estuviera muy pegado a su cuerpo o que le marcara cualquier parte; eso era demasiado atrevido. El lío estuvo en la mañana siguiente, esa misma mañana, donde Hyungwon no sabía si arruinar el tan largo trabajo del peluquero o simplemente ignorarlo y usar su preciado fijador para el cabello. Al final optó por salir así y rezar para no parecer demasiado ridículo.
Entregó el pedido y el cambio a la chica que se veía completamente asombrada, aún no se acostumbraba a la mirada de los demás sobre el y más porque aún se sentía muy mal respecto a su apariencia; Hyungwon de alguna forma pensaba que la vida no era como un cuento donde el patito feo se infiltra en otra historia sin sentido y de repente recibe la ayuda del hada madrina para después conseguir el amor de su príncipe azul.
Nada como eso.
El seguía siendo un chico feo, con piel imperfecta, soso y aburrido; Kihyun, por más que quisiera ayudarlo, no lograría cambiarlo y volverlo alguien hermoso de la noche a la mañana y tampoco obtendría el amor de su príncipe oscuro, porque sí, Hoseok era como una especie de diablillo que le despertaba unos pensamientos demasiado perversos de vez en cuando, y quien, en un principio, ya le había advertido que no se enamoraría de él.
Nada era real. Al final estaba de acuerdo con Hoseok.
primero que todo, creía que el menor no merecía estar o sentirse atado a alguien como el, quien llevaba una vida tan aburrida, cuadra y rutinaria como la que tenía; Hoseok parecía ser más del tipo de persona que le gustaba viajar, ir a la playa, conocer nuevos lugares, salir con amigos, y sobre todo, disfrutar de su sexualidad.
hasta ahora no entendía cómo era que alguien como Hoseok no había hecho "eso" con él, esa era una de la razones — y quizá la principal — que lo hacía dudar sobre ser realmente atractivo para el menor; quizá era demasiado repulsivo para el rubio y por eso no se limitaba más que a darle los besos que por supuesto le encantaban, pero que por alguna razón le hacían querer ir más allá de.
Lo miró de reojo y se encontró con su mirada penetrante, Hoseok iba hacia el segundo piso de la librería y le sostuvo la mirada hasta que desapecio escalera arriba. De verdad se encontraba muy serio, pero no entendía el por qué de ello, añadido a que esa intensidad lo intimido haciendo que desviara su mirada sin más; no podía creer cómo alguien podía provocar tantos sentimientos a través de una simple mirada. Eso lo desconcertaba mucho y le hacía desear más y más querer averiguarlo, aunque le fuera casi imposible al mismo tiempo.
Para la hora del cierre de la librería, Hoseok ya había organizado la bodega y puesto en orden muchos de los libros que quedaban en los carritos. Se quitó el delantal y puso su gorra hacia atrás, dejando que algunas de sus puntas azuladas se escurrieran fuera de ella; ya un poco menos molesto, caminó entre pucheros a donde se encontraba centrado Hyungwon haciendo cuentas y lo miró por un largo tiempo esperando que se diera cuenta de su necesitada existencia.
—tesoro... —lo llamó cuando fue imposible captar su atención. Lo frustraba no poder lograrlo, cuando era lo que más quería.
—¿ah?
—tesoro ¿por qué no dejas eso y salimos hoy?
—¿salir? ¿Hablas de salir conmigo?— el castaño lo dudó, la mayor parte del tiempo estaban en la librería, nunca habían tenido algo como una cita o algo parecido. No lo concebía siquiera ¿qué pensarían de Hoseok sí lo vieran con alguien como él; feo y cuadrado? No podía hacerle eso.—n-n-no lo creo. No creo que pueda. —le respondió y el dolor en su pecho comenzó a aparecer...
—¡Sólo...— se abstuvo de entrar en desespero, soltó el aire y se desinfló rendido ante su verdadera situación — esta tarde invitaste a ese tipo a ir con nosotros... Hyungwon, si te soy sincero, no estoy feliz con que le hables o siquiera que lo mires como lo hiciste hoy. Me ignoraste todo este tiempo ¿no crees que merezco ser recompensado de alguna manera? Por favor, sal conmigo. —aunque fuera un juego sucio de manipulación, debía recurrir a lo que fuera con tal de llevar a su precioso con él. quería lucirlo, decir de manera gestual ¡este hombre sale conmigo! Tomar su mano y besarla cuando estuviesen caminando por la calle e hiciera frío...
—yo... ¿Estás seguro que quieres salir conmigo? Es decir, no soy tan genial en realidad...
—¿¡estás bromeando!? Tú eres increíble, tesoro! Sólo mira, tienes una gran librería y me tienes totalmente rendido a tus pies. Ya eres todo un jugador ahora, Chae Hyungwon.
La risita nasal por parte del mayor hizo sonreír al rubio que permanecía de pie esperando una respuesta; le encantaba incluso esa risa sosa porque era como tener a un cerdito bebe frente suyo.
SUPER CUTE!
—anda bebé —se acercó y se sentó sobre sus piernas, miró sus labios y luego subió a sus ojos, esos ojos que le fascinaban —por favor ten una cita conmigo. Prometo tratarte bien ¿si? — dio un beso corto, pasó su lengua por el labio inferior y luego lo mordió; separándose lo miró, sólo para después volver a caer y repetir la acción entre besos.
—e-está bien, iré. Pe-pero ¿a dónde iremos?
—Burger King, por supuesto.
—¿¡qué!?
* * *
el ambiente en el establecimiento era más o menos agradable, Hyungwon había tenido una crisis cuando se sentó en una de las mesas y tocó una gota de salsa de tomate que había sobre ella. Hoseok con rapidez tomó un par de servilletas, lo limpió y después aplicó jabón antibacterial del cual siempre cargaba el castaño en su maleta. Cuando la crisis fue superada, comenzó a poner en marcha el experimento "carbohidratos y grasas saturadas." no podía creer en serio que Hyungwon jamás hubiese probado una hamburguesa en su vida
¡era imposible!
No sabía lo que sería una vida sin hamburguesas, pero lo que sí tenía claro es que esas ensaladas y montón de plantas que comía a diario no lo fortalecerán para toda la vida; su chico debía probar también un poco de otra cosa que no fueran las típicas comidas sanas que solía tomar.
El castaño por supuesto se negó a comer la hamburguesa BK stacker triple que tenía en frente, pero después de varios pucheros y reugos de su parte, logró que accediera a probarla. — «lo sabía»— se dijo a sí mismo en sus adentros cuando vio el brillo en los ojos de Hyungwon; al final terminó comprándole cuatro hamburguesas de las mismas, dos las cuales se estaba comiendo con total fascinación y otras dos para llevar porque decía que a su vecina le fascinaría algo tan extraordinario como ello.
Mientras terminaba su soda y veía a Hyungwon comer como un niño chiquito, miró a la mesa diagonal a ellos; la mesa estaba siendo ocupada por varios chicos y chicas que veían al castaño como si algo se les hubiese perdido. Molesto frunció el ceño y volvió su vista a Hyungwon haciendo que su humor mojorara al instante, sonrió complacido al ver que seguía comiendo a gusto.
—¿te gusta?
—Jum, sí —limpió sus manos con un pañito húmedo y miró a Hoseok—gracias, no sabía que podía haber algo tan delicioso.
—¿te refieres a mi? —su voz sonó emocionada, pero obviamente bromeaba; sólo buscaba sacarle una risa a Hyungwon.
Como lo previó, Hyungwon se rió de su chiste y disfrutó de verlo feliz, no fue sino hasta que comenzó a escuchar la burla de los idiotas que estaban en la mesa diagonal a ellos, que no perdió la enorme sonrisa que había asaltado sus rostro. Los jóvenes señalaban a Hyungwon y se tomaban el estomago como si de un gran chiste se hubiesen encontrado; miró al mayor y este se había percatado de lo que sucedía. Su rostro no designaba nada bueno.
—quiero irme Hoseok...
—no tienes por qué avergonzarte, podemos quedarnos e ignorarlos. —el menor volvió a su soda y comenzó a sorber de la pajita. Cerró los ojos para llenarse de fuerza y no arruinar su cita.
—¿ya viste lo feo y soso que es?—una risotada salió después de esas crueles palabras; mecánicamente Hoseok abrió los ojos con llamas brotandole de ellos, apretó el vaso de soda y se lo lanzó directo en la cabeza al estúpido que vestía una chaqueta de alguna fraternidad, lo había empapado todo y los hielos se le escurrienran desde la cabeza hasta abajo. Fue tan impactante, que por supuesto el joven se molestó muchísimo luego de que logró volver en sí.
—¿¡te crees muy gracioso!? ¿¡Qué tal si te cuento un chiste de verdad mientras te parto la cara, a ver cuánto te ríes!?
— Hoseok, no. Vamos, por favor...
—¿estás loco? ¡Te voy a hacer pagar por esto!
—estoy ansioso por ver como terminará esto, porque créeme, era mi cita anhelada con esta belleza ¡y tú la acabas de arruinar!
— es suficiente, Hoseok...
—¿belleza? ¿Cuál belleza, viejo? ese tipo es el más feo que he visto en mi vida.
* * *
—y fue eso lo que sucedió señor agente. ¡ese imbécil... —Hoseok señalaba al alto pelinegro con absoluta rabia— le dijo feo a mi chico! créame, yo jamás le partiría cinco bandejas en la cabeza a nadie de no ser porque se lo merece.
—¿es eso cierto? —el policia vio al chico implicado y despues a Hyungwon, trago saliva en grueso una vez vio al mayor, y volvio la vista al joven pelinegro mal herido.
Hoseok amenazó con la mirada al tipo, y este, quien tenía un cuello ortopédico el cual había obtenido como tratamiento de emergencia, asintió y aceptó toda la culpa. El rubio sonrió y volvió su mirada al policía que escribía el registro apresurado; era tarde y aún guardaba la esperanza de regresar a su casa antes de la madrugada. —¿ve? debería bastar con algún tipo de multa. Él y yo ya hemos llegado a un acuerdo.
—bien. Ya que la parte contraria ha tomado los cargos, serían entonces 40 euros por alteración del orden — escribió unas últimas palabras, e imprimió. — le daré esta ficha, sólo pase a la casilla que esta al fondo...
el castaño estaba de pie al lado del menor tratando de no morir de la vergüenza por todo lo que estaba sucediendo, levantó a Hoseok de la silla con algo de esfuerzo y lo llevó casi a rastras bajo la mirada atenta de los policías y demás problemáticos que pasaban por el preceso; podría ser que para Hoseok fuera divertido el casi haber matado a ese chico universitario, sin enbargo, el no se encontraba bien con nada de ello. Airado pagó la multa correspondiente y salió de la estación dejando al menor atrás, Hoseok le seguía y lo llamaba con insistencia, no obstante no quería escucharlo, le había dicho que no quería ir a ninguna parte pero había insistido en llevarlo a una cita y ahora salían de una estación de policía.
¡De una estación DE POLICÍA! se sentía un vándalo de lo peor
—ey, ey ¿qué te pasa, tesoro? ¿Por qué estás tan enfadado conmigo?
—¡te dije de no salir! —gritó por fin. Al parecer el estrés de la situación lo había hecho estallar por primera vez en mucho tiempo. — Yo... tú no deberías estar con alguien como yo, deberías simplemente salir con alguien de tu edad; alguien joven y hermoso. Hoseok, yo no soy alguien de quien puedas sentirte orgulloso frente al mundo, tampoco tienes que fingir interés en mi...
Hoseok se sintió impresionado por el repentino grito, pero más ofendido debido a sus palabras luego de ello; no se consideraba una persona tan mala, ya que, después de todo, él hablaba en serio cuando decía que le interesaba de verdad el castaño.
¡Le gustaba un montón!
—no me vengas con esas tonterías, Hyungwon. A mi me gusta lo que me brindas, te lo dije, no estoy jugando a ser el tipo bueno. tu eres maravilloso.
—pero yo...
—Pero nada, tú eres increíble. sabes un montón de cosas que yo no, tu risa es tan tierna que podría escucharla día y noche si me lo permitieras, me encanta tu cabello, tus lentes e incluso tu antigua uniceja, tus marcas en tu rostro son lo más bello que hay, tus labios.. ¡dios, tus labios!—levantó los brazos al aire pidiendo alguien le hiciera entender al sexy hombre frente a él que lo estaba encantando demasiado y sin ningún retorno—me vuelvo loco cada vez que te beso, Hyungwon, apenas y me puedo contener de no sobrepasarme contigo, porque alguien como tú merece ser tratado con amor y no como un pedazo de carne encajable.
Lo que escuchaba Hyungwon le parecía un sueño, Hoseok caminaba de un lado a otro soltando todo lo que había mantenido guardado, se sonrojaba conforme iba escuchandolo y sin poderlo evitar comenzó a sentirse un poquito especial...
—no sólo quiero llevarte al Burger King de la esquina, tesoro, también quiero llevarte a Francia, Milán, New York, Tokio, quiero llevarte por el mundo entero para decirle a todos: ¡miren, este hombre, esta belleza de hombre me trae loco!
Cuando escuchó de nuevo la risa nasal de Hyungwon se paró frente él y le vio derramar un par de lágrimas entre risas, se acercó y lo tomó de la cintura, limpio algunas de las que caían por su mejilla y dio un beso corto en sus regordetes labios.
—no estés pensando en tonterías, cariño, tu eres más bello que cualquier persona que haya podido conocer. Hyungwon, me gustas tal y como eres, precioso. Me encantas....
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Hello, I'm an alli alligator
WATCH OUT!!!!!!!!!
OK, eso fue innecesario, pero solo paso a decir que espero disfruten el capítulo y gracias por leer.
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