3


Manos esposadas

Lobos, trampas y serpientes

Un sólo ganador

El disparo de la superior al mando sonó luego de informarles a las rebeldes contrariadas la serie de retos con los que se encontrarían. El campo de entrenamiento prácticamente era un bosque, o al menos lucía como tal. En él había todo tipo de artilugios para que los soldados desarrollaran sus estrategias, pero la parcela del campo donde la superior las había concentrado solo parecía eso, un bosque oscuro y temeroso, únicamente iluminado por los altos faros que lo rodeaban, la tenue luz que se fugaba de los departamentos y de alguna forma lograba llegar hasta allí. Hacía un frio tremendo, y las fuertes ráfagas de viento las azotaban cada dos por tres. Ninguna lucía arrepentida de su comportamiento, pero sí era cierto que temían por lo que sea que fuese a pasar, acaecimiento que ambas desconocían.

—No las saquen de allí hasta que una de las dos gane, así les cueste la noche y parte de la madrugada —ordenó la superior con firmeza a los soldados encargados de las chicas

—¡Si señor! —dijeron ellos a coro y llevando sus manos derecha a su frente en forma de saludo le despidieron.

Pasaron muy pocos minutos para que los lobos comenzaran a asecharles, algunos se camuflajeaban con los grandes y fuertes árboles, los otros por el contrario, aparecieron frente a ellas mostrando una serie de colmillos afilados que pretendían perforar en lo más profundo de sus pieles.

Proba trató de moverse rápidamente, fue la primera en salir de su estado de shock, pero Irina no se las pondría para nada fácil. No es de las que se deja ganar así no más, y menos cuando toda su carrera se encuentra en juego, una carrera que ella adora y en la que se siente muy a gusto ejerciéndola, pues de alguna manera siente que trae mucho bien a la sociedad, aunque ninguna de sus misiones se hacen públicas, pues ante todo está el factor: Secreto. Otro que también es a favor de la sociedad. De no ser así llegaría el pánico, y con él, escándalos y mucho caos, principios para nada propios.

Entre estas chicas no había hermandad ni nada similar, sino todo lo contrario. Entre ellas había incompatibilidad, contrariedades. A pesar de la situación ambas mantenían su paradoja por llegar al final, sin ser conscientes que ambas debían llegar a algún tipo de acuerdo porque donde fuese el fin de una también lo sería de otra, pues bien explicó Ana que para ser ganadora principesca la otra debía ir a su lado, solo así era válido.

Pero ambas eran tan inconscientes, que el mal genio les estaba nublando el juicio, y ninguna pensaba con claridad.

La situación comenzó a tomar ese rumbo que yo llamo trágico cuando uno de los lobos salió a la ventaja y corrió en busca de su presa. Las chicas comenzaron a moverse como pudieron, o mejor dicho, como querían. Proba alaba para su lado, y Irina copiaba su idea sólo que con sentido contario, al parecer no tomaban sentido de la realidad y aún no eran conscientes de que sus vidas corrían un riesgo sumamente alto.

—Idiota, ¡pretendes que me maten! — gritó Proba con su excelente humor mientras fulminaba con la mirada a Irina, pero esta estaba muy ocupada jalando en su propio beneficio como para prestarle atención

—Si me sigues, tu insignificante vida saldrá a salvo de aquí —respondió ella si dejar de jalar

—Vamos por mi lado o no vivirás para contarlo —amenazó a la pelinegra

—¿Quieres que te caiga a trompadas?, porque aún tengo una mano libre para dejarte claro que tus amenazas no me causan absolutamente nada -—aseguró con mucha seguridad

—Que hayas salido victoriosa una vez no significa que seas mejor que yo —se defendió la rubia

—¿Quieres comprobarlo? —rebatió ella

—Sí —dijo la rubia. No sé si les había dicho, pero tiene un muy mal perder

¿Se preguntaran si se pondrán a pelear justo ahora?

Pues es exactamente lo que hicieron

Irina le soltó una trompada a Proba que sonó en todo su entorno, incluso la rubia quedó un poco atontada luego de ella. Se sobó la zona afectada y no dudó en devolverla con la misma intensidad

¿En serio estas idiotas no notan el peligro tan grande que corren?

Quisieron ponerse en posición de lucha, pero cuando fueron a hacerlo notaron que aún estaban esposadas la una a la otra. Cosa que no les importó mucho, la verdad. Proba pateó el estómago de su contrincante ocasionando que esta se encogiera debido al fuerte dolor que causó la impresión del su pie en una zona tan sencitiva. Pero Proba no iba a perder tiempo, en lo que Irina permanecía inclinada hacia adelante golpeó en la espalda de la chica con su codo y esta cayó al suelo retorcida del dolor.

—Ves que llevaba razón —contó orgullosa pisando el estómago de Irina con su pie derecho

—Aún no me doy por vencida —dijo Irina desde su posición moviéndose como un pez fuera del agua para salirse de las garras de su odiosa compañera

Las cosas no acabaron allí, Proba mostró una sonrisa pícara tras las palabras de Irina, y no sé ustedes, pero para mí le dejaba muy en claro que era toda una ingenua.

Alzó una ceja tratando de intimidarle y mostrar que sus minutos de fama estaban por acabar, y se dispuso a patear la cara de Irina, pues dejaría una marca sumamente notable y de esta forma no valería más para su trabajo; estaba usando los problemas para su propio beneficio. Llámenle espíritu de supervivencia.

Irina en ningún momento mostró mirada suplicante ni bajó su mentón a pesar de encontrarse en desventaja, es de ese tipo de chicas que prefieren morir con su cabeza en alto antes de mostrar ápice de imploración. A diferencia de su contrariada, quién le regalaba una mirada imprecante.

En serio Proba iba a hacerlo, de eso no cavía duda, sólo que cuando sus botas negras estuvieron por impactar en el bello rostro de Irina, el Lobo que corría como poseído brincó a su espalda y esta cayó al suelo con él encima. Irina ni siquiera se espantó, pues ya había visto al lobo correr en dirección a ellas, y cuando les conté que se movía como pez fuera del agua, buscó una posición cómoda para cuando Proba cayera fuese contra el suelo y no sobe ella. Si, lo sé, no se cuál de las dos es peor, pero otra vez lo justificaremos llamándole espíritu de supervivencia.

Las cosas cada vez llegaban a grados mayores, sólo porque estas carentes de juicio eran incapaces de ponerse de acuerdo. El lobo que era de color grisáceo y bastante grande, —sin contar que al ser el primero en atacar debía de ser el jefe de la manda—, no tardó en desgarrar la blusa que usaba Proba, y no solo la blusa, cuando realizó esa acción tan sangrienta dejó la marca de sus garras en la espalda de la chica, donde relucieron tres zarpazos que brillaban debido a la sangre que salió a los pocos minutos. Un grito desgarrador salió de la boca de Proba, pero Irina hizo de oídos sordos, y aprovechó del momento para alzarse del suelo y sacudirse el polvo que llevaba en la ropa

—¡Ayúdame idiota! —gritó Proba a los segundos

—¿Porque lo haría? —preguntó con algo de burla cruzándose de brazos

—Me necesitas para ganar —dijo algo amenazante aprovechando nuevamente las desventajas a su favor

—Han dicho que debía llegar contigo a mi lado, nunca especificaron que debías llegar viva —dijo con obviedad disfrutando del momento. Pero en ese momento una corriente sumamente potente electrizó toda su pierna derecha, haciendo que ella se volviera tan esmirriada que casi cae al suelo de rodillas. Cómo era muy fuerte, sólo se balanceo un poco sobre sus propias piernas.

Bajó la vista hasta una de sus piernas, la que había sido galvanizada, y se encontró con un brazalete negro de un gran grosor amarrado sobre su tobillo, en el mismo se incluía, un pequeño botón que alumbraba rojo. Irina conocía muy bien ese tipo de brazalete, se usan para proveer descargas eléctricas a los presos de más alta seguridad. Lo que ella no entendía era ¿cómo ese brazalete había llegado allí?, y ¿en qué momento habían reajustado sus funciones para que abasteciera una descarga eléctrica tan grande a su pierna por no hacer nada?.

Nada

¡Claro!, era por eso.

Debía ayudar a su compañera

—¡Te odio! —gritó con más fuerza la rubia al sentir que su vida sería arrancada por el gran lobo que seguía sobre ella olfateándole y lamiéndola como si fuese un trozo de carne, o bueno, para él eso era 

El lobo seguía desgarrando cuanta ropa tuviese en frente, en sus ojos se veía algo de fascinación al tener a la rubia en sus garras, y Irina aprovechó ese tiempo para alcanzar con su pierna izquierda que sí se encontraba en perfecto estado un trozo de palo que lucía fuete. Pasó un poco de trabajo y en algunas ocasiones tuvo que tirar del brazo de la rubia para alcanzar dicho palo, mientras el resto de los lobos rodeaba todo el campo, algo muy similar a una cacería.

Proba continuaba gritando como una loca, y el lobo había ripiado toda su blusa y parte de sus pantalones. Irina por fin alcanzó el palo, y cuando lo tuvo en su posesión no dudó ni un instante en golpear con fuerza al lobo lujurioso. Este tras el golpe cayó acostado junto a Proba, y un aullido de dolor salió de su boca mientras descansaba sobre el suelo.

—Vamos, no tengo tiempo para tus llantitos de mierda. Quiero acabar con esto, ganar y poder irme a mi cama a descansar —demandó Irina y sin perder el tiempo comenzó a andar a su beneficio arrastrando a Proba por el terrenal

Los lobos al ver a su compañero mal herido fueron hasta donde este se encontraba, Irina ni siquiera se giró para ver esa escena, no tenía tiempo que perder y sabía que en cuanto el  lobo se recompusiera vendría a por ellas, él y el resto de su manda, claro está

—Idiota, estoy tragando toda la tierra —protesta Proba como si eso fuese algo que a Irina le importase

—Que bien, me alegro mucho —dice indiferente caminando para su sitio

Mientras Irina iba a toda prisa a por su meta se escuchó un aullido, pero este no era de dolor, este era diferente. Era una orden del Lobo antes herido que ahora se encontraba de pie y listo para correr en busca de ambas. El resto de los lobos se unieron a aullar tras su fiel líder, todos le aullaban a la luna, una luna llena y brillante que se posaba sobre la cabeza de todos. Cuando dejaron de aullar como los perros que son, comenzaron a correr tras de ellas a toda velocidad, y al tener cuatro patas prácticamente les pisaban los talones, ese sería en el caso de Irina, en el de Proba serían los pies, porque aún seguía tendida en el suelo.

—¡Levántate! —le gritó a Proba al ver que prácticamente cargaba con su peso

Se detuvo un instante para que esta se pusiera de pie, y en cuanto lo hizo corrió nuevamente; Proba aún seguía débil, y cojeaba mucho. Irina siguió corriendo mientras veía a todos lados tratando de buscar una solución, y de no prestar atención en el frente, pisó una trampa y quedó apresada dentro de una malla que antes estaba tendida en el suelo. Proba al ir un poco más atrás no cayó dentro de la trampa, pero como estaba esposada a Irina quedó colgando de dichas esposas junto a la malla donde se encontraba Irina.

—¡Idiota! —le reprochó Proba a Irina al verse atrapada

—¿Es que acaso no tienes ninguna otra palabra?, o es que te la dijeron tanto de chica que desarrollaste un trauma y ahora debes estar diciéndola a toda hora

La rubia se quedó en silencio tras la ofensa de Irina, y al guardar silencio le cedía la razón. Ya saben lo que dicen, el que calla otorga

—No puede ser, por dios, ¡qué es cierto! —comentó Irina toda burlona, pues lo que dijo fue solo por molestar de alguna forma a su contrincante, nunca llegó a conciderar que esas suposiciones podrían ser ciertas

Pasaron horas y ambas permanecían en el mismo sitio, las dos colgando de un árbol, Irina dentro de una malla y Proba desde fuera. Las dos estaban cansadas, pues después de la misión tan agotadora que tuvieron lo menos que llegarían a imaginar es que se encontrarían atrapadas en un campo de batalla colgando de un árbol y con una manada de lobos brincando bajo ellas locos por consumirlas.

De repente Irina comienza a reír sin razón, no sé qué le puede ocasionar tanta gracia debido a la situación tan funesta en la que se encuentran. Pero ahí está ella riendo a carcajadas como si todo fuese muy gracioso, cuando la verdad era todo lo contrario, era horroroso, espantoso y muy riesgoso

—¡Me puedes decir de qué diablos ríes! —protesta Proba, a la que le molesta muchísimo la risa de Irina. Mientras ella está acostada dentro de la malla, ella se encuentra colgando como un cadáver muerto y con la muñeca roja por la fricción de las esposas.

—Es que aún llevas comida en el cabello —explica ella igual de risueña —Admítelo, fue increíble estampar la bandeja en tu cara —volvió a reír la tonta

¿Es que acaso no le importaba el estar atrapada?

—Comida —repitió Proba —Claro, ¡comida!, por eso el Lobo no me comió —dijo como si hubiese dado en el clavo

—¿De que hablas?, llevas la espalda toda ensangrentada

La rubia se mordió el labio antes de soltar su típica palara ¨idiota¨, y respiró hondo tratando de mantener la calma

—¿No has visto que luego no me tocó?, es obvio que estaba comiendo todas las raciones de arroz con carne que me rociaste. Tú deberías saberlo, tenías mejor visión

—Eres muy tonta al pensar que algo que tenga que ver contigo puede llegar a ser relevante para mí 

Debo admitir que Irina a veces es muy ignorante

—Tal vez si …. —Proba se sobó el mentón como si se estuviese discutiendo algo mentalmente, y dejó de pensar para alzar su mano libre hasta su cabeza, agarrar un trozo de carne y lanzarlo lejos

Los lobos no tardaron en abandonar el lugar para salir en busca del trozo de carne

Bingo

Quizás sí que tenían salvación

—Muy inteligente, ¿y ahora como haremos para bajar? —inquirió Irina

—Eso aún no lo sé —reconoció ella y su compañera soltó un bufido

Los lobos no tardaron en llegar nuevamente donde ellas, pero ya no les veían como presas, sólo esperaban por otro trocito de carne

Otra vez Proba emitió su acción y ellos salieron en búsqueda del trocito de carne. Los minutos comenzaron a pasar y todo era lo mismo, tirar un trozo de carne, ellos corrían, lo buscaban y luego regresaban. Hasta que todo terminó

¿Porqué?

La carne se acabó

—¿Has desperdiciado la única salida que teníamos para deshacernos de los lobos en vano? —reprochó Irina

—Al menos se me ha ocurrido algo, ¿que has hecho tú?

—Te recuerdo que si yo no te hubiese pegado un bandejazo no tuvieses carne para lanzar ahora

—No me importa, la carne estaba en mi cabello, no en el tuyo

—Vete a la mierda

—Además, no es nuestra única salida — dice con ojos destellantes, y alza su pierna izquierda para sacar de su bota una navaja

—¿Tuviste una navaja todo este tiempo y te atreves a sacarla hasta hora? —inquiere molesta arrodillándose sobre la malla para fulminarla con la mirada

—Hasta ahora lo recordé, no es mi culpa

—No sé dónde está tu espíritu de supervivencia

—Cállate

—Pues no me callo. Ya no hay carne y ni modo que bajemos con todos esos lobos alrededor nuestro

—No la necesito —dijo restándole importancia

—A no, ¿y como los apartarás Einstein?

—Sólo debo simular que les lanzo otro trozo de carne, son listos, pero no para tanto —explicó ella, se llevó la mano al cabello con la vista perspicaz de todos los lobos sobre ella y hizo como que lanzaba otro trozo de carne

Y sí, era cierto, los lobos salieron en búsqueda de ella. Pero no todos, otros seis lobos se quedaron allí esperando no sé que

—Lo ves —habló Irina igual de paranoíca

—Cállate, por tu culpa estamos aquí — le recordó Proba, y otra vez llevó las manos hasta su cabello simulando que agarraba otro pedazo de carne, sólo que este lo lanzó a otro lado, y para su sorpresa los seis lobos se fueron en búsqueda de ello

El camino estaba despejado

—Esto te dolerá —le advirtió a Irina y seguido cortó con su navaja la soga que sujetaba la malla. Ambas cayeron al suelo, Irina acostada y ella de pie

Aprovechando que Irina estaba dentro de la malla, la envolvió en ella y con la soga de antes hizo un nudo dejándola encerrada, sabía que Irina no pondría de su parte así que la subió hasta sus hombros y de esta forma comenzó a correr con ella encima

—Es hora de ganar —dijo fascinada corriendo hacia su meta, ya que había enviado a los lobos en dirección de su contrincante.

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