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—Cúbreme — le dice la pelinegra a la rubia luego de bajar de la motocicleta.
—Solo cumple con tu parte que de la mía me ocupo yo — le responde la rubia de mala gana y apaga la motocicleta
—Había olvidado lo odiosa que eres — dice la pelinegra y corre hasta colarse en el tren
Una vez dentro se pone a analizar el perímetro, mira a todos lados y aún no ve a su compañera odiosa por ninguna parte. Quién es la encargada de cubrirle la espalda. Avanza sigilosamente por uno de los pasillos hasta que se cuela en una de las habitaciones principales
—Estoy dentro, me escuchas — le habla a su compañera por el intercomunicador que tiene en su oreja, sin dejar de mirar a todos lados
No obtiene respuesta alguna de la rubia. Irina supo desde el principio que era una muy mala idea trabajar en dúo con Proba, pero era una orden superior, así que, tenía que acatarla
—¡Donde diablos estas! — dice un poco estresada, pero otra vez no obtiene respuesta
Se queda quieta por un momento analizando si a su compañera pudo haberle sucedido algo, pero ni modo, la misión había que completarla, y al salir en busca de su odiosa compañera ponía a ambas en riesgo, y también a la misión. Así que saca su pistola de la parte trasera de su pantalón y camina sigilosamente por toda la habitación
Atravezando de una puerta a otra, de una habitación a otra, noqueando y asfixiando guardias llega donde se encuentra su objetivo: Marcus Ztales, un masónico encargado de la trata de armas. En su país tiene impuesta toda una revolución a favor de sus propios beneficios; basada en explotar mujeres, ancianos y niños para enriquecerse a costa de los mismos. Su misión era matarlo, a él y todos sus soldados. Y para eso contaba con muy pocos minutos, pues recién le informan al tipo que más de la mitad de sus hombres de seguridad se encontraban muertos por distintos pasillos del tren
—¡Atrápenla y Mátenla! — ordena el hombre sin compunción alguna, de hecho, su expresión al decirlo es de puro placer. Cosa que no pasó imprevista para Irina que le observaba dese el escondrijo
A la chica no se la pudieron poner más sencillo, habían dejado a su designio solo en la habitación, porque claro, nadie llegaría a imaginar que ya ella estaba allí a punto de eliminarlo. El hombre solo contaba con dos guardias en la parte de fuera de su habitación y con él, quien sujetaba una pistola asechando por su llegada
Buscó el silenciador para ponerle a su pistola y entonces notó que no lo llevaba encima, cosa que le dificultaba el plan, porque de esta forma al disparar se escucharía el estruendo y los guardias entrarían al instante en la habitación y no pararían hasta matarle
—¡Mierda! — maldijo en un susurro y cerró sus ojos para inhalar y exhalar. Era una excelente soldado guardando la calma en momentos de tensión, por suerte para ella eso no era una amenaza
El hombre estaba sentado en una silla al costado de la cama con su pistola en manos y una copa de alcohol. La esperaba como cosa buena, y en su mente tenía planeado torturarla sanguinaria y lentamente hasta que dejara de resollar. Eso o volarle los sesos en cuanto apareciera frente él
—Pues lo haré a la antigua uzansa — dijo saliendo de su escondite para aparecer delante del hombre, y antes de que este pudiese apuntarle ella presionó el gatillo provocándo un estruendo seco y bullicioso.
El tipo calló al instate con silla y todo al suelo
Pues sí, había ejecutado al hombre. Desde hoy no seria una amenaza para su país. Pero ahora ese no era su problema, sino el montón de hombres que entraron por la puerta con una solo cosa clara:
Matarla
Ella poseía un agilidad impresionante. Los tiros comenzaron a llover por toda la habitación, valas que venían con un solo fin.
Se deslizó por debajo de la cama y arrastró el cuerpo por el que no sentía pena ni remordimiento alguno, y usándolo como escudo salió debajo de la cama disparándole a todo aquel que se atravesara en su paso. En cada mano llevaba un arma, en la derecha la suya y en la izquirda la de aquel tipo que minutos atrás no dudo en matar.
Más de diez hombres cayeron muertos ante sus ojos, todos por las grandes habilidades y el espíritu de supervivencia que desarrolló desde que apenas era una niña.
Cuando ni un solo escolta amenzaba a su persona porque claro, todos estaban muertos, tiró el cuerpo en la puerta de la habitación y salió corriendo por uno de los pasillos.
Su misión estaba efectuada, y ella estaba feliz porque por primera vez lo hizo todo sola.
Con lo que no contaba era que otro grupo inmenso de hombres salieran del mismo pasillo por donde ella huía con el fin de fusilarla. Sus ojos no podían creer lo que estaban viendo. Pestañeo algunas veces y rápidamente retrocedió para comenzar a correr en dirección contraria. A su mente no llegaba ningún plan, y en su pistiola no habían mas de tres valas, la otra ya la había despedido, pues había quedado sin tiros.
El tren seguía su curso, ni por un instante se detuvo a causa de los disparos. Lo único que se escuchaban eran los gritos aterrorizados del personal a bordo. Ella tenía que salir viva de allí, no era justo morir de esa forma. Si al menos su compañera apareciera por algún lado … pero no, de la rubia no había ni estela.
Los hombres cada vez estaban mas cerca y ella más agotada. Corrió tanto como pudo hasta llegar a la habitación de mando, esa donde se encontraba el conductor llevando todo a cabo. Agarró un extintor y no tardó en estallarlo contra la ventana de cristal
—¡Oye! — le grita el conductor que hasta ahora percibe su presencia
—Creo que te tocará pagar eso — le dice ella algo divertida y sale por la ventana para escalar y treparce en el techo del tren
Su misión había terminado, asi que ahora podría irse en paz. Pero otra vez las cosas se le complican cuando uno de los tipos aparece frente a ella impidiéndole el paso
—Vas a algún sitio bonita — le dice algo pervertido apuntándole con el arma
Ella podría matarle rápidamente, pero sucede que ya no poseía su pistola. Minutos atrás cuando fue a por el extintor dejó la pistola a un lado para golpear la ventana. Lo sé, aveces tenemos lapsos.
Así que no le quedaba de otra, le tocaba a las manos
—Porque no usas las manos — le dijo al tipo tratando de ser incitante para que soltara el arma. Solo le quedaba retarlo y que él aceptara el trato. De lo contrario, era mujer muerta
—Asi que quieres un poco de acción antes de morir — dijo el burlón y arrojó la pistola lejos de ambos
La chica se puso en posición con los puños alerta, el tipo en cambio lucía mucho mas relajado. Se le hacía gracioso la idea de un mano a mano con una mujer.
—Vamos — dijo aún burlon tranqueándose los dedos
Se puso frente a ella y Irina no tardó en propiciarle un piñaso en la cara, que a decir verdad era linda.
¿Porque casi siempre los matones son tan lindos y sexy?
¿O eso solo lo pienso yo?
—Así que vas en serio — dijo el sobándose la zona dañada viéndole ahora con un poco de saña. De la risa perversa que había gesticulado minutos atrás no quedaba ni el rastro
—Siempre voy en serio — dijo ella con decisión, y en lo que él traqueaba su cuello de un lado a otro le pateó las piernas provocando que este callera al suelo. No perdió oportunidad y en ese mismo momento volvió a golpearle la cara con una brusquedad tan grande que lo dejó inconsciente
—¡Blando! — dijo parándose del suelo para arreglar su coleta que se había desajustado un poco
Corrió por todo el techo del tren y el resto de los hombres no tardó en aparecer tras su espalda. Agarró la pistola que antes el tipo había soltado y sacó de su bolsillo una bomba que pegó en una de las peredes del tren. Con la misma rapidez saltó, y antes de caer le disparó a la bomba haciendo que esta explotara.
Calló directo en el suelo, y con la poca fuerza que le quedaba tapó su cara con las manos mientras trozos del tren volaban por doquier
—Has tardado bastante, estaba conciderando marcharme — le dice la rubia que se encontraba sentada en el suelo a unos centímetros de ella, estaba recostada a una piedra fumándose un puro
Irina se gira para verle y le da un piñaso al suelo tratando de aguardar la calma
—¡Tenias que cubrirme! — le reprocha parada frente a ella
—Hey tranquila, no te des tanto crédito. Mi objetivo era extraer el USB y acá lo tengo — dice igual de relajada sin siquiera mirarle
—Y cuidar mi espalda, es la quinta vez que me haces esto. ¡Que coño te pasa!, pude haber muerto
—Pero aquí estas, vivita y con muchas ganas de dar un espectáculo
—A si, pues es cierto. Ya es hora de que veas lo que se siente que te dejen tirada
La pelinegra agarra el casco y se monta a la motosicleta. Ni siquiera mira a la rubia cuando pone la moto en marcha
—¡Irina! — grita la rubia cuando esta desaparece con el único medio de transporte disponible por todo el lugar, pues andaban por un sitio muy similar al desierto.
Pero Irina en serio la abandonó, estaba muy molesta porque casi muere a causa de la idiota de su compañera que no es capaz de relizar lo que se le ordena
Una hora después llega a la residencia, allí es donde se encuentra su departamento, y donde se albergan todos y cada uno de sus compañeros. Aparca la motoicleta y se retira el casco. Le recibe su cachorro Hércules, a quien ella ama más que a nada, y con él en brazos se adentra en su departamento.
El departamento no es muy grande, pero tampoco pequeño. Tiene dos habitaciones, un baño, un salón, el comedor y la cocina. Toda la casa va de color caca. En el salón hay unas ventanas bien pequeñas, y el piso es porcelanatado. El resinto no tiene muchos adornos, es algo así al estilo minimalista, pues Irina a penas y está en casa. Solo hay algunos retratos donde ella sale con su cachorro, uno cuando se graduó en la academia y otro con su compañero Jen. Una pequeña mesa donde esta la plasma que no es muy grande, y los sillones muy suaves. Para ser la casa de una persona con el estilo de vida que ella lleva está muy bien
Bajó a su cachorro Hércules de sus brazos y fue hasta su comedor para sentarse en la mesa de cristal, donde se encontraba su PC especial de agentes y se comunicó con su superior
—Mision realizada — le dijo Irina a su superior. Del otro lado de la pantalla se encontraba una mujer de piel perlada, cabello rojo muy risado y unas facciones finas. Una mujer verdaderamente hermosa. Con una edad que ronda entre los cuarenta y tantos, casi cincuenta
—¿Donde esta el USB? — preguntó su superior
—Está con Proba, era su misión, la mía era ejecutar al tipo y todos sus soldados, y lo he hecho
—¡No!, la misión de ambas era regresar sanas y salvas con su objetivo consumado — dijo un poco molesta, pues no era la primera vez que Irina y Proba hacían lo que se les pegaba en ganas
—Pues ella no está — se limitó a explicar la pelinegra
—¿Y donde esta? — preguntó la mayor aunque ya sabía la respuesta
—La he dejado a mitad de la nada porque la muy capu…
La mayor ni siquiera la dejó terminar. Estaba harta de ese comportamiento infantil que llevan ambas. Y con mucha firmesa le repitió lo que le lleva diciendo desde que Irina comenzó a formar parte de la organización
—Somos una familia y nos cuidamos los unos a los otros. ¿Cuántas veces tendré que repetirlo para ti? — dijo ahora cansada. Pues siempre debía emplear un poco más de paciencia para tratar con Irina. Era una excelente soldado, eso no era un secreto, pero aveces llegaba a ser una persona discordante; era eso lo que le faltaba para ser la mejor de su clase. Pero naturalmente todos tenemos defectos
—Mire mayor — dijo también cansada de todo — Mi compañera tampoco cumplió con su misión. Me ha dejado ha por mi cuenta desde el comienzo de la misión, comportamiento que no es la primera vez que realiza, solo que esta vez me vi mas muerta que viva. Ni siquiera sé como salí salva de allí, y todo por que es incapáz de cubrirme las espaldas — dijo furiosa sin importarle que se dirigía a su superior
—Bien soldado, era esto lo que estaba esperando desde hacía muchísimo tiempo. Verte explotar, dejar ese lugar de guardártelo todo y contar la verdad. Fue esa la razón por la que te ponía con Proba en todas tus misiones. Llevan más de un mes trabajando juntas y nunca contaste que ella te dejaba a por tu cuenta — contó la mayor con algo de diversión
—O sea que lo ha sabido todo este tiempo — dijo incrédula
—Si Irina, no he intervenido porque así lo has querido ¿o no?, porque de no ser así no lo hubieses ocultado por tanto timpo — explicó con lógica haciendo que ella se tragara todo lo que le quería soltar, porque sí, es cierto que ella nunca delató a su compañera, pero era horrible que su superior lo supiese todo el tiempo y aún así no hiciera nada al respecto
—No lo he echo porque…
Una vez mas fue interrumpida por su superior
—No lo has echo porque te encanta hacerlo todo por tu cuenta, nunca te ha gustado el trabajo en equipo y crees que eres capaz de hacer las cosas por ti sola. Hoy como te has visto prácticamente muerta es que te jode que Proba te haya dejado sola, pero de no haber sido así no dirías nada y estuvieses feliz y contenta, e incluso orgullosa de realizar la misión por ti misma ¿Llevo o no la razón?
Entonces Irina tuvo que bajar la cabeza, pues todo lo que había dicho su superior era cierto. Amaba realizar todo por si sola y nunca le gustó el trabajo en equipo. Para ella, sola siempre podía con todo
—Tomaré tu silencio como un sí — explicó de lo mas calmada al ver que Irina no diría más
—Mayor ..
—Todos los días aprendemos algo Irina — le interrumpió ella —Sólo debes ir poco a poco, recuerda que somos una familia. No solo se trata de tí, ni de mi, sino de todos. Tu misión más grande siempre será cuidar y proteger a tus compañeros, esa es nuestra principal misión
—Yo..
—Descansa — determinó su superior dando por terminada la llamada
Hércules estaba posado sobre los pies de Irina, ella continuaba en el mismo sitio con la cabeza gacha, y él le miraba con los ojos suplicantes. Es un perro muy inteligente y conoce a Irina mejor que sí misma. Comenzó a pasar la cabeza por sus piernas para darle ánimos, y ella ante tal comportamiento no pudo evitar reir. Quería mucho a su perro, y lo había amaestrado como un perro de inteligencia, sin importar lo pequeño que era.
—Estoy bien Hércules, no te preocupes tanto — dijo con una sonrisa tratando de calmar a su cachorro. Ustedes pueden pensar que esta loca, pero ese perro es incluso mas inteligente que nosotros
Hércules estaba sentado frente a ella echándole una mirada como de papá, ella no podía engañarle nunca, él la conocía demasiado bien
—Bien, tomaré una ducha — dijo vencida y el cachorro comenzó a mover la cola de felicida, y luego corrió hasta el cuarto de baño para abrir la puerta que se encontraba semi-abierta. Se los he dicho, es un chico muy inteligente
—Buen chico — asintió felizmente y luego de darle una galleta para perros se metió al baño
Ni crean que hércules se marchó, para nada, si hay algo que le gusta más que las galletas para perro, es ver a Irina despojándose de su ropa y metindose a la ducha. Comportamiento que no pasa desapercivido para su dueña
—Perro perverso — dice divertida al ver lo quieto que se queda sentado en frente de su bañera, y pasa la cortina
Luego de darse una ducha Irina se encuentra mucho mas alivianada, incluso tanquila. La tripa le ruje y carente de ganas por cocinar deja a hércules encerrado y baja al comedor de la residencia, donde hacen comida para todos sin importar que cada cual tenga cocina individual en sus departamentos
—Aquí esta mi pelinegra favorita — le dice Bran dándole un beso en la mejilla. Es uno de los conocidos de Irina, y el compañero de Jen, su mejor amigo
—Que tal vas — dice ella muy cordial apartándolo unos centímetros. Bran es un chico que siempre ha estado interesado en ella, pero a Irina no le interesa en lo absoluto —¿Has visto a Jen?
—Tu rubio esta en una misión — al decir eso ella frunce el seño —Déjame adivinar, no te lo dijo — dice convencido de ello
—Pues no —dice ella sincera
—Lo ves, conmigo no tendrías esos problemas. Pero lo has eligido a él
—Tu no cambias nunca
—Sabes que no —dice seductor —Que sepas que sigo abierto para cuando quieras correr a mis brazos — explica con los ojos cerrados y las manos abiertas, él ya se hace la idea
Bran es un chico muy majo, y también guapo. Tiene el cabello encrespado y los ojos verdes, además de contar con un cuerpo fornido, pero ninguna de esas cualidades le interesan a Irina para otra cosa que no sea compeñerismo
—Si si, lo tendré en cuenta. ¿Que tal si por ahora cenamos juntos?
—Quieres comenzar por una cena, me parece bien — comenta igual de tunante —Dicen que el amor comienza por el estómago o algo así, pero creo que fuese más a mi favor si la cena la hiciera yo ¿No? — se quedó pensando como si ese argumento tuviera algún sentido
La pelinegra soltó una carcajada ante las suposiciones de su compañero. Acababa de destruir la frase y todo tipo de oportunidad que pudiese haber a su favor, pero al menos de amigo y humorista servía, algo es algo
—Eres todo un genio — dijo negando con la cabeza —Anda, vamos a cenar — agarró al chico del brazo y lo llevó hasta el comedor
El comedero estaba lleno. Es sorprendente la cantidad de personas que al igual que irina no pensaban cocinar, sobre todo por las chicas, su numero en comparación con el de los chicos era muchísimo mayor, y de la cola ni hablar.
Pero bueno, también era comprensible. Principalmente porque las misiones eran casi diarias. Imaginen si después de tiroteos, muertes y locura, esas pobres personas iban a tener ganas de cocinar.
Si fuese mi caso no prepararía ni un emparedado.
En lo que ambos hacían la cola aguardando su turno Irina reía como loca por todas las barbaridades que contaba Bran, y cuando estuvo por llegar su turno las cosas se pusiero un poco feas
—¡Hey tu! — le grita Proba a Irina cuando a ella están por cevirle la cena. Bran ni siquiera se ha percatado de lo que está por suceder, pues anda coqueteando con una de las cocineras que le prepara su bandeja
—Esta loca otra vez — dice Irina cansada
—Te atreviste a dejarme tirada — le grita la rubia mientras se acerca a ella en lo que yo llamo paso veloz
—Cielo, ¿me permites? — la pelinegra le quita la bandeja a la chica con la que coqueteaba Bran cuando esta estaba por entregársela
—Oye, eso era para …
La chica iba a protestar pero se calla de sopetón cuando Irina estrella la vandeja con todo y comida en la cara de Proba
—¡Orale! — grita Bran con frenesí al ver tal escena
La rubia cayó al suelo con la cara llena de arroz con salsa, trosos de carne en el cabello y rodajas de pepino y todo tipo de enzalada en su vestuario
—Hay Jen, si pudieras ver esto — dijo Bran maravillado
—¡Me tienes harta! — le grita Irina haciendo que todos los presentes posen la vista en ella y la escena que junto a Proba está dando
—Mira que coincidencia, porque tu a mí también — responde la rubia sin perder tiempo de levantarse
—Pues aquí nos quitamos la picazón — dice ella lista para un mano a mano. El segundo en el día de hoy.
No tengo ni idea de cómo será, porque primero que todo ambas fueron adoctrinadas de la misma forma, con las mismas estrategias y finalidad, y ambas tienen una idea muy clara:
Solo hay un ganador.
***
Muchas gracias por haberte quedado hasta el final. No se me desesperen, las cosas darán un montón de vueltas. Me alegra muchísimo que seas uno de mis lectores, y según dicen, los libros son las abejas que llevan el polen de una inteligencia a otra. Me alegra ser una más en la colmena. Gracias una vez más, y espero de todo corazón que te quedes hasta el final de esta gran misión. Nos vemos pronto soldados💖
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