06

Le dije que escribiría un capítulo y lo subiría por su cumpleaños pero la inspiración nunca me dio. Igual cumplo con dedicártelo, love you.

***

Lauren:

—Y es por eso que mi teoría de Game of Thrones es odiada por muchos. No es mi culpa, traté de ser lo más honesta posible.

Camila hablaba y yo solo me concentraba en como sus labios se movían y sus expresiones decían más de lo que ella misma podía. Su pasión por las cosas que le gustan es increíble.

La semana anterior no fue lo mejor para nosotras, habíamos peleado por la serie y metimos cosas personales en el camino. No solo lastimé a Camila sino que pasó con Dinah y esta no me habló hasta que Normani la obligó.

En ese tiempo cuando no tenía disponible a mi mejor amiga y Normani se concentraba en darle amor a su novia, mi tiempo lo pasaba con Camila.

En el intento fallido por disculparme con Dinah, visitaba a Camila. Ya conocía a su familia pero no establecí ninguna comunicación con ellos, solo con los padres y hermanos de Dinah.

Sofia es la hija menor de la familia por cinco años de diferencia con Camila. Lo que la castaña no desarrolló en personalidad, lo hizo su hermana. Por ejemplo: Camila es tímida, Sofi no. Camila detesta salir cuando es verano, Sofi ama salir en verano. Camila ama Bob Esponja, Sofi prefería Disney. Son tan distintas pero iguales a la vez, era notable su amor y como a alguna le afectaba cuando la otra no estaba.

Camila seguía hablando de cualquier cosa y yo solo admiraba como movía sus manos cuando estaba entusiasmada e inexplicablemente, miraba a todos lados menos a mis ojos pero de alguna forma me gustaba. Así no se daría cuenta de cuánto tiempo me la pasaba viéndola. La castaña es una mujer hermosa, empoderada, inteligente, soñadora pero al mismo tiempo realista.

En solo una semana y media hablamos de los actos crueles en el mundo, el derecho a una vida digna, maltratos físicos y psicológicos pero también hablábamos de princesas, series, tipos de dulces, videojuegos, cantábamos karaoke y veíamos Los Padrinos Mágicos.

—¿Si vendrás?— La voz de Camila me dio un golpe de vuelta a la realidad. La miré desorientada y ella me miró de vuelta confundida.

—Disculpa ¿Qué?

—Que si vendrás a la fiesta de aniversario de mis padres. Es en unos meses pero están organizando todo, tontita.— Rió. Abrió una bolsa de papas y no me di cuenta en que momento las consiguió.

—Claro que vendré. No me perdería por nada del mundo molestarte.— Lo dije en broma puesto a que ella siempre mencionaba que la molestaba cuando me burlaba por ganar en Mario Kart u algo.

—Si sabes que nunca me molestarías ¿No?— Preguntó. A veces Camila era muy inocente y en ese momento estaba preocupada. Asentí con una sonrisa.

—Lo sé. Solo te estoy molestando, de nuevo.— Reí. Ella suspiró y sentí que ahora estaba más relajada.

—¿Dónde estabas hace un rato?— Dijo ofreciéndome de sus papitas, tome algunas y después de comerlas; respondí.

—¿Eh?— Dije y dio una pequeña risa.— Siendo honesta, pensaba en todos estos días que hemos pasado juntas gracias a Dinah y su orgullo.— Confesé. La castaña se acomodó mejor en su lugar. Ahora estábamos cara a cara.

Estábamos en el sofá de su casa, era otro día en que comprábamos cualquier videojuego y lo criticábamos después de jugarlo un poco. Hoy, por ejemplo, habíamos comprado uno donde el vendedor dijo que nos daría mucho miedo pero terminamos riéndonos de la poca trama que tenía y hablando de como subió a la frikipedia su teoría sobre Game Of Thrones y que al final, se volvió real en muchos aspectos.

—Oh ¿He sido una buena anfitriona?— Susurró. Me di cuenta que no me prestaba tanta atención, se la estaba dando a mis labios.

Nunca he tenido experiencias románticas con alguna chica o en su defecto chico. Ahora que me daba cuenta, toda mi vida escolar estaba concentrada en Blake. Si Camila me besaba, no sería mi primer beso pero si el primero después del primero. Mierda, Lauren. Deja de ser tan estúpida. Me regañó mi subconsciente.

Increíblemente, no siento miedo de que la castaña me bese. Más bien gritaba por dentro de que lo hiciera ya o brincaría hasta ella. No iba a negar que desde que peleamos en casa de Dinah, me interesé en ella. Ya no era la prima de mi mejor amiga. Era Camila, la hermosa morena, terca, tonta e inteligente.

—Eres una muy buena anfitriona.— Le respondí con otro susurro. Me acerqué a ella un poco, dándole a entender que también quería esto.

Camila lo entendió a la perfección. Se acercó despacio buscando alguna respuesta contraría sobre lo que pasaría pero no di ninguna, solo intercalaba mi mirada desde sus ojos hasta sus labios, esperando por más.

Cuando por fin sucedió, gemí de sorpresa. Pasaron tantos años desde que no daba un beso y sin contar que el primero fue muy inocente, había sido uno pequeño en los labios y de ahí no pasó. En cambio en este, nuestros labios se movían al compás. Quería un poco más, la sensación era buena pero aún se sentía como nos separábamos y no quería eso. Posé mis manos en su nuca y la atraje a mí, sentí su sorpresa porque sus labios se inmovilizaron por una fracción de segundo. Antes de que volviera a tomar el ritmo, mordí su labio inferior despacio.

Iba a introducir mi lengua. Joder, lo necesitaba.

—¡¿Se están besando?!— Camila me mordió el labio superior pero no de una manera sexy, más bien era dolorosa. Fue gracias a que nos separamos bruscamente por la voz de Sofi.

—¡Auch!— Dije mientras me tocaba el labio y lo sentía un poco hinchado. Menos mal no sentía el sabor amargo de sangre.

—Lo siento, Lolo.— La castaña me pidió disculpas y volteó a ver a Sofi, quién llevaba una expresión divertida pero al mismo tiempo sorprendida en su rostro.— ¡Sofia, nos asustaste! ¿Mamá no te enseñó a ser educada?

Sofia y yo nos reímos de la expresión de Camila. Se notaba lo nerviosa que estaba y como trataba de calmar sus nervios desviando la atención.

—No es mi culpa que las asustara. Estaban muy pendientes de su beso.— Rió la menor de los Cabello.

—Bien.— Bufó Camila.— Nos estábamos besando pero no le puedes decir a mamá o a papá.— Dijo y la miré confundida.

¿Acaso ellos no sabían de la sexualidad de su hija?

—¿Por qué?— Pregunté y por primera vez después del beso, la hija mayor de los Cabello me prestó atención.

—Nos harán muchas preguntas y por ''nos'', te incluyo. Querrán armarnos una boda y apenas tengo dieciocho años ¿Vale?— Explicó y me reí tan fuerte que las dos hermanas se contagiaron y también rieron.

—¿De qué tanto se ríen muchachas?— Escuchamos una voz masculina y visualicé al señor Cabello entrando a la sala. Camila le suplicó a Sofi con la mirada para que no dijera nada. La adolescente me miró buscando una respuesta y solo le guiñé un ojo.

Al final de cuentas era la decisión de Sofi y no me molestaba si al decirle a su padre vendrían burlas.

—Es que Kaki contó un chiste que aparenta ser de todo, menos un chiste y Lolo y yo nos burlábamos.— Dijo Sofi. Alejandro rió socarronamente pero después vio a Camila confundido.— ¿Y tú por qué te reías de las burlas?

—Ah pues...— Se rascó la nuca y ese gesto me trajo tantos recuerdos del beso de hace unos minutos.— Es que a Lauren le dio un ataque de risa y se estaba riendo como un conejo. Eso es todo ¿Por qué tantas preguntas, papá?

—Nada, nada.— Dijo Alejandro caminando por la sala y agarrando la bolsa de papitas casi llena.— Me llevo esto, es mío.— Salió hacía las escaleras y vi como Camila soltó aire. Me reí.

~~~

Caminaba feliz por los pasillos de la institución. El día anterior había sido espectacular, el beso con Camila era algo que no esperaba por ningún motivo pero tampoco me aterrorizaba. Fue dulce e increíblemente caliente.

No quería pensar mucho las cosas ya que al final del día, la mujer que me dio un beso después de tanto tiempo estaba en una relación con otra persona. Persona que le hacía la vida imposible a Dinah y por consecuente a mi cuando sacábamos buenas notas. No le prestaba atención con quién terminaba la castaña ya que nuestra relación amistosa no era afectada.

Abrí mi casillero y guardé algunos trabajos que tendría que entregar más tarde. Esperaba que Camila los haya hecho o de alguna manera me enojaría.

Enójate y le quitas su nintendo, así rompes su record en los juegos. Me aconsejé a mí misma y reí. Era una excelente idea.

Guardé todo y caminé hacía los casilleros de Dinah y Camila. Los pasillos de la institución eran extraños a primera vista pero después de un tiempo era fácil memorizarlos y pasear de un lugar a otro.

Por cada dos paredes, están puestos alrededor de diez casilleros largos y a esto se suma que el lugar era gigante. El casillero de Dinah quedaba un poco escondido del resto. Tenía tantas ganas de mudarme al lado del suyo pero el puesto se lo ganó Camila cuando se transfirió de instituto y ya no pude hacer nada.

Ya casi llegando, visualicé a Camila hablando animadamente con Dinah. Esperaba que la castaña no le haya contado sobre nuestro beso a mi mejor amiga o me mataría por no llamar ayer mismo y contarle.

Dinah me disculpó gracias a Normani y Milika. Ellas me prometieron que la polinesia me extrañaba mucho pero que su orgullo era más grande.

Lo entendía, por eso no la enojaba nunca.

La primera que me vio fue Camila ya que Dinah estaba de espaldas. Me guiñó un ojo a lo que sonreí y me avergoncé un poco. Mi mejor amiga volteó para ver a donde estaba la atención de Camila y nos miró la una a la otra confundida.

—¿Por qué le guiñaste un ojo?— Le preguntó a Camila y esta levantó una ceja.

—No le guiñé nada. ¿Lo hice, Lolo?— Preguntó divertida.

—Claro que no, Camz.— Le seguí el juego.

Dinah nos miró estupefacta. Hace una semana nos tenía peleando en su casa y ahora éramos confidentes con apodos.

—¡¿De qué me perdí?!— Chilló levantando las manos. Quién conociera a Dinah, sabía que se estaba estresando.

—No está pasando nada, son imaginaciones tuyas.— Respondí actuando como si estuviera cansada de su actitud. La polinesia abrió y cerró la boca unas cuantas veces buscando de decir algo pero no pudo.

—Me enteraré de lo que pasa aquí y saldré victoriosa.— Nos veía con los ojos entrecerrados mientras se alejaba de nosotras.— ¿Me oyeron Camren? ¡¿Me oyeron?!

Cuando desapareció por los pasillos, Camila y yo nos reímos sin parar. Era divertido ver a Dinah de esa manera. Sabíamos cuánto la desesperaba no saber algo y sin planearlo, supimos como jugar con ella.

Era cómo... Cómo si tuviéramos una conexión especial.

—Oye, Lauren ¿Crees que podamos hablar?— Dice Camila mirando a todos lados. La miré confundida.

—¿Ya no estamos hablando?— Dije y nos reímos ligeramente.

—Digo, ¿Podemos hablar lejos de este alboroto de personas? Aún quedan diez minutos para que suene la campana y no hay nadie en el campo de fútbol.— Se explicó y asentí. Caminé detrás de ella. Mi mente volaba de un lado a otro preguntándome de que quería hablar. Se veía tan seria y hermosa al mismo tiempo.

No era momento para negar que me estaba gustando Camila Cabello.

—Hey Camilita Cabesho.— Una voz pronunció de una manera muy extraña el nombre de Camila. Las dos volteamos al mismo tiempo a nuestra derecha para ver a Blake acercándose a nosotras. Era raro que estuviera solo pero lo estaba.

—Hey, Becker.— Pronunció mal su apellido y me reí. Cuando el chico por el que estaba enamorada me vio fue un choque emocional.

Un choque emocional porque después de tantos años me daba atención y ya no sentía nada. Solo quería saber qué demonios me diría Camila.

—Es Desher pero no importa. Después aprenderás cultura Europea.— Le dio una sonrisa coqueta. Fruncí el ceño. ¿Qué mierda?

—El mío es Cabello pero no importa. Después aprenderás español.— Sonrió forzadamente.

—¿Cultura española? ¿O cómo?— Preguntó inclinando su cabeza.

El hombre era estúpido y no me había dado cuenta hasta ahora.

—El idioma.— Bufó Camila.

—Ah, claro. Cómo sea. ¿Qué te parece si hablamos de mi cultura Europea y la tuya en una fiesta el sábado por la noche?

Sentí que todo el mundo se me paralizaba. Estaba a unos cuantos pasos de Camila y presenciando en vivo como era invitada a una fiesta por la persona que tanto añoraba y que ahora me repugnaba. No sabía si la latina es bisexual u oficialmente lesbiana.

Tenía miedo.

¿Y si aceptaba?

—Agradezco tu cita y-

No escuché más porque salí corriendo del lugar y seguí hasta el campo de fútbol donde se suponía que hablaría con Camila. Me senté la grada más alta y trate de respirar el aire mezclado con la combinación de la humedad y la tierra del campo.

—¡LAUREN!— Escuché la voz de Camila en la entrada al campo y solo deseaba poder hacerme más pequeña para que no me viera.

—¡DÉJAME CAMILA!— Grité y me acurruqué en la grada esperando que se fuera.

—Mierda ¿Por qué te viniste hasta la más alta? No he hecho ejercicios en... Toda mi vida, si.— Vi a mi izquierda y pude ver como respiraba con dificultad. Sería bueno reírme pero no estaba de humor.

—Dije que me dejaras, Camila.— Susurré viendo el campo vacío. Hacia frío por la lluvia de la madrugada. Por eso nadie salía, todos se quedaban dentro por la calefacción.

—Y yo quiero saber qué pasa.— Se sentó a mi lado. Sentía como toda su atención estaba centrada en mí esperando que responda.

—No pasa nada, entraré cuando suene la campana.

—¿Es por Blake, no? Dinah me comentó que estás enamorada de él. No es mi culpa que me haya invitado. Es un patán Lauren, cualquiera se daría cuenta de que eres alguien maravillosa y-

—¡Claro! Lo dices porque puedes tener a cualquier mujer que se te plazca. Sales con Jessica y después te besas conmigo. Ahora tienes a Blake ¡Muy bien por ti, Cabello! ¿Y yo qué? ¡¿Dónde mierda quedo yo?!— Me levanté.

Esperaba que se diera cuenta que hablaba de ella. Necesitaba que me diera un indicio pero no pasaba nada. Solo me miraba desde abajo, sentada en la última grada del campo de fútbol de la secundaria.

—Lauren yo-

—Tú nada Camila. Eres una maldita mujeriega y mentirosa. Eso es lo que eres, solo engañas y sigues actuando como una chica inocente.

Me arrepentí en el segundo que lo dije pero no podía darle vuelta al tiempo. Mis sentimientos eran una mezcla extraña, si yo no los sabía definir, nadie lo haría. O quizás Camila si podría pero lo único que hacía en ese momento era lastimarla.

La castaña se mostraba sorprendida por mis palabras y cuando quise tocarla, se movió.

—¿Sabes qué? Vete a la mierda.— Se fue sin mirar atrás.

Estuve hasta que sonó el timbre y caminé por los pasillos cabizbaja. Era clase de teatro, por lo cuál no necesitaba llevar cuadernos. Antes de entrar al auditorio de la secundaria, alguien me detuvo.

—Hey, Yarugai.— Levanté mi mirada y vi a Blake dando una de sus sonrisas colgates.

—¿Qué quieres, Desher?— Dije irritada.

—¡Vaya! Hoy todas andan enojadas conmigo. No sé qué hice.— Se rascó la frente pero se recompuso al instante.— ¿Qué te parece si tenemos una cita el viernes por la tarde?

Era increíble, invitó a Camila el sábado por la noche y a mí el viernes por la tarde. ¿Acaso no notó que vi cómo coqueteó con Camila?

—Vi como invitaste a Camila.— Rodé los ojos. Me miró sorprendido. ¿En serio no se acordaba qué presencié todo?

—Oh ¿En serio?— Levanté una ceja. Este chico era muy tonto.— Quería ver tu reacción, nena. Y... ¿Qué dices? ¿Salimos el viernes?

Al final de todo era la oportunidad que más quería desde que lo vi a los doce años ¿No?

¿Qué perdería?

—Claro. Nos vemos el viernes.

~~~

Narrador omnisciente:

Habían pasado tres semanas desde que Camila y Lauren no se hablaban. Los primeros días, Dinah, Normani y Lauren creyeron que sería fácil solucionar las cosas pero el tiempo les dijo lo contrario.

La castaña empezó a rechazar los jueves de serie sutilmente. A la larga lo hizo con los domingos, las pijamadas, citas a comer helados y cualquier cosa que incluyera a Lauren.

La situación tampoco era agradable para Lauren cuando se enteró que solo Camila la estaba ignorando a ella. Las pláticas con Dinah seguían presentes y las salidas con Normani igual pero cuando su presencia era anunciada, la castaña la ignoraba.

—¡Se acabó! ¡Haremos la pijamada en casa de Camila así tenga que aguantarme sus miradas de odio!— Dijo la ojiverde recogiendo su bolso. Estaba en una pijama azul clara en casa de Dinah. Se suponía que era viernes de pijamadas y esa vez tocaba en casa de Camila.

—No puedes forzar a mi prima a interactuar contigo, Lo.— Habló Dinah mientras se limaba las uñas.

—Al menos que le des un beso.— Dijo Normani mientras hacía gestos obscenos con tu boca. Dinah rió y Lauren la miró mal.

—Me arrepiento de haberles contado eso.— Bufó y se sentó en el piso con su bolso.— Por favor, ayúdenme y vayamos a casa de Camz.

El puchero de Lauren ganó porque en tres minutos ya estaba tocando la puerta de la casa de los Cabello. Una Camila media dormitada abrió sin preguntar quién era. Al abrir los ojos, miró a una Normani divertida, una Dinah abrazando a Normani y una Lauren abrazando su mochila esperanzada.

—¡Hola Camz!— Saludó Lauren. Camila por dentro quería sonreírle y besarla pero recordó todo lo que dijo sobre ella y no su expresión adormitada cambió a una seria.

—Hola Lauren. Hola chicas.— Saludó. La sonrisa de la ojiverde desapareció.— ¿Qué pasa?

—Hoy la pijamada es en tu casa, por si no lo recuerdas.— Comenzó Lauren.— Así que... Aquí estamos.— Dinah le dio una mirada a su prima y esta suspiró.

—Amm claro, me encantaría pero saldré con Bárbara. Tenemos una cita.— Respondió la castaña y todas miraron por la reacción de Lauren.

Algo dentro de la ojiverde se rompió. No quería que las palabras erróneas que le dijo a Camila aquel día resultaran verdad.

Por otro lado, Camila le quería demostrar a Lauren lo que esta había dicho que era. Desde pequeña, la castaña sabía la belleza que poseía pero no le gustaba ser el tipo de persona que andaba con todo el mundo y no le importaban los sentimientos de los demás, como a Blake.

Se enamoró de Lauren sin siquiera conocer verdaderamente a la chica. Con solo verla en esa reunión hace tres años, cayó. Tuvo algunas relaciones en su pasado pero nada se comparaba con las ganas de que Lauren fuera su novia. Al enterarse que la chica de la que estaba enamorada estaba loca por un niño rico mimado y sin neuronas, se decepcionó mucho.

Dinah era la que verdaderamente ayudaba a Camila respecto al amor y con Lauren no fue la excepción. Aunque, últimamente había desistido de que su ship se hiciera realidad y a pesar de que quería ayudar, su novia no la dejaba.

Normani era fielmente creyente de las almas gemelas y de cómo estas se unen en el momento correcto, por lo cuál, cuando su novia quería inventar algo para que sus amigas se reconciliaran o hablaran, no la dejaba. Sabía que en su momento adecuado, Camila y Lauren estarían juntas.

—Acabo de recordar que mañana tengo una cita con Blake. Me cambiaré en tu casa y me iré, Di.— Todas miraron a Lauren con extrañeza pero solo una la miraba con dolor.

—¿Otra cita con Blake?— Preguntó Camila cuando Lauren iba a mitad de caminó a la casa de Dinah.

—Al parecer sí. Nosotras no sabíamos sobre ello, lo siento, Chanch.— Dinah hizo una mueca.

—No importa, Cheech. Ya ella dejó en claro lo que pensaba de mí.— Camila dio una media sonrisa y cerró la puerta de su casa.

~~~

El aura tensa era notable en el comedor de ''G. Holmes'', por un lado, Dinah y Camila estaban comiendo en las mesas de la esquina. La polinesia estaba concentrada en su teléfono aprovechando la hora del almuerzo para textearse con Normani y la latina miraba a Blake sonriéndole a Lauren, que estaba sentada con el grupo de idiotas sin neuronas de Desher. Si fuera por ella, ese hombre estaría muerto hace tiempo.

Blake no era el único que estaba siendo matado con la mirada. Jessica lo hacía con Lauren mientras su grupo de amigas se reían de cualquier estupidez.

Las personas que más querían, estaban con las personas que más odiaban.

Mientras tanto, Lauren recordaba cómo el día anterior al llegar a su casa releyó la lista que hizo para Blake y lo mucho que ya no le provocaba nada.

Las cosas estaban cambiando y nadie hacía algo.

***

Oficialmente ya están en la mitad del fic (Quitando los capítulos extras que tengo para ustedes). 

Alguien falta en este fic ¿Quién será?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top