16. Extras 4, 5 y 6
Extra 4: ¿De dónde?
- ¡Hola Bob! ¡Gracias por cuidar a mis niños! - dijo recibiendo en sus brazos a su pequeña princesita Bandit - ¿Se portaron bien? - llenó de besos la mejilla de su niña para luego pasar con su otra princesa. Sus pequeños habían corrido a buscar a Gee.
- ¡Como los angelitos que no son! - dijo Bob riendo por su broma, cogiendo entre sus brazos a un pequeño rubio cuyos lentes resbalaban de su pequeña naricita - Pero debemos irnos... iremos por Mikey al aeropuerto luego de DÍAS sin verlo - y sin esperar a que se despidiera, el rubio abandonó su hogar, el sonido de llantas derrapando se escuchó segundos después.
Sin borrar su sonrisa cerró la puerta al tiempo que sentía un ligero tirón de su pantalón. De inmediato bajo la mirada.
- Tengo hambe papi - susurró su pelinegra sin dejar de jalar su pantalón, intentando llamar su atención
- Yo también tengo hambe - antes de decir algo, Cherry salió disparada a la cocina con Bandit bien agarradita de su mano.
Frank suspiró con una enorme sonrisa en su rostro antes de seguir a sus pequeñas princesas, sus más grandes adoraciones (luego de Gerard, claro está). Al entrar casi muere de ternura al ver a sus hijos abrazando a Gerard de donde podían, a pesar de su gran barriga incluso.
- ¿Cómo se portaron mis amores? - dijo Gerard tan emocionado como sus niños
- ¡Bien! - gritaron los cuatro a coro para luego comenzar a hablar como periquitos acerca de todo lo que habían hecho con su primo Jimmy y sus tíos Mikey y Bob. Gerard simplemente escuchaba atento y sonreía, acariciando su enorme barriga de siete meses de embarazo para calmar a sus fierecillas.
- Bueno, bueno, vamos a comer... ¡a lavarse las manos! - como si fuera un grito de guerra, señaló desde el pasillo la puerta del pequeño baño. De inmediato cuatro cabecitas pasaron como una estampida hacia donde señalaba mientras Gerard se dirigía hacia él.
- Crecen demasiado rápido - suspiró Gerard al enredar sus manos en su cuello.
- Por eso es que tendremos otros dos y luego otro, otro y otro... si tú quieres - rectifico con sonrisa nerviosa al ver la mirada de pocos amigos de su pelirrojo.
- ¡Auh! - se quejó soltando el agarre en su cuello - Mis amorres, dejen de patear un segundo que a papi le duele - suplicó con una mueca de dolor - Tus hijos son igual de necios que tú
- Están celosos, ¿no es así? - se dejó caer sobre sus rodillas para pegar su oreja en la barriga de su esposo, muy cerca de su ombligo - Dejen de patear a papi Gee... no queremos que le pegue a papi Frank con la plancha de nuevo, ¿cierto?
- ¡Hey! - Gerard le soltó un golpe en el hombro, mejillas rojas incluidas - ¡Ya me habías perdonado! - hizo un puchero que le encantó y de inmediato beso con recato aquellos suaves labios.
- Pero aún debes compensarme - susurró con voz grave al oído de su pelirrojo en cuanto se reincorporó.
Iba a besarlo, a robarle el aliento como prueba de que esa noche era la noche y que no pensaba dejarlo escapar. Incluso podía sentir la colaboración de su esposo a través del estremecimiento y el leve jadeo que escapó de sus labios, pero cuatro pares de ojos verdes (tan hermosos como los de su esposo) acompañados de sus fuertes vocecitas provocaron que Gerard se separara con la cara completamente roja.
"Malditas hormonas" pensó ante el cambio en su pareja, ¡casi tenía asegurada una noche de trabajo!
- Sienta a los niños en sus sillas - ordenó Gerard
- Yo puedo solito - entonces Miles subió a su silla con ayuda de sus cuatro extremidades, siendo seguido por Matt y Cherry. Su pequeña princesa quedándose atrás por mucho
- Papi Pank... - dijo bajando la mirada y con sus mejillas rojas... era el mismo aspecto de Gerard cuando se avergonzaba
- Descuida mi cielo - con un movimiento rápido ya tenía a Bandit bien sentadita mientras sus hermanos seguían hablando y hablando... eso lo habían heredado de Gerard.
- ¿Qué estaban haciendo? - preguntó Miles con perspicacia al tiempo que Gerard ponía un plato lleno del espagueti que tanto amaba frente a él - ¡Espagueti!
- Siéntate mi amor, yo me encargo - Gerard sonrió grande ante su gesto, aceptando la oferta. "¡Genial!" pensó por el leve agarre en su brazo que su esposo le dio en cuanto paso a su lado. "¡Estamos de suerte!" pensó para sí y para Frankie Junior.
- ¿Qué estaban haciendo? - volvió a preguntarles Miles una vez él terminó se servir y todos estaban sentados
- ¿Se e'taban dando besitos? - dijo Cherry con ojitos enormes y sonrisa pícara.
- Eh... sí - dijo Gerard intentando concentrarse en devorarlo todo.
- ¿Y poqué se dan besitos? - Bandit preguntó por su parte
- Porque quiero mucho a papi Gee y... - se vio interrumpido por un quejido de Gerard. Al parecer sus pequeñitos seguían pateándolo todo a su alrededor - ¿Estas bien? - Gerard asintió y luego de un segundo siguió devorándolo todo como si su vida dependiera de ello.
- ¿Los bebés te están pegando? - pregunto Miles alarmado, bajándose de su sillita para correr a abrazar a su papi-Gee
- ¿Te duele mucho? - le siguió Matt ignorando su advertencia de que continuaran comiendo
- No mucho... ¿quieres sentir? - Gerard tomó ambas manitas y presionó en su barriga. Dos golpecitos seguidos provocaron enormes sonrisas en sus otros bebés
- ¡Yo también! - dijo Cherry bajándose para unirse a sus hermanos. Suspiró derrotado, bajando de inmediato a Bandit para que no se quedara atrás. Ahora cuatro manitas acariciaban la gran barriga de Gerard.
- Papi... - Miles abrió y cerró su boquita más ni una palabra salió de ella. Bajo la mirada con su ceño fruncido
- ¿Qué pasa, mi cielo? - preguntó Gerard luego de pedirle a los niños que volvieran a su lugares para seguir comiendo
- Papi... ¿De dónde vienen los bebés? - Gerard casi se ahoga con sus vegetales mientras él terminó escupiendo parte de su sopa de verduras. Cuatro pares de ojitos sorprendidos por sus acciones
- ¿Qué...? - preguntó Gerard atónito sin poder creer que su bebé, su niño de casi cuatro años estuviera preguntando eso
- ¿De dónde vienen los bebés? - repitió Miles. El pelirrojo abrió y cerró la boca como pez fuera del agua; estaba pálido como una hoja, su apetito se había ido por el caño e incluso los bebés en su barriga permanecían quietecitos... como si esperaran una respuesta.
- P-pues... a-ah... los b-bebés... ellos...
- Vienen de la barriga de papá Gee - respondió como si nada luego del shock inicial.
Sabía cómo se ponía Gerard con esos temas y más aún si se hablaban delante de sus bebés... estaba cien por ciento seguro que salvarlo de esa situación le valía por una noche entera de diversión. "Gracias" fue el quedo susurró de Gerard luego de darle un beso en la mejilla.
- ¿De tu baliga? - Cherry giró su cabecita en señal de que no entendía
- ¿Y cómo llegaron ahí? - volvió a preguntar Miles. Entonces ambos palidecieron.
- ¿Te los comiste? - pregunto Matt. Bandit se encogió en su asiento, como si temiera que papá-Gee se la fuera a comer
- ¡No! - dijo Gerard alterado - Lo que pasa es que... - pero fue interrumpido por su estruendosa carcajada
- Créeme cielo, si se los hubiera comido no estaría embarazado - siguió riendo escandalosamente hasta que un certero golpe en su entrepierna le hizo callar y doblarse de dolor
- ¿Entonces? - los cuatro ignoraron los quejidos de su papá-Frank y los palabras entre dientes de su papá-Gee. Querían una respuesta - ¡Papá! - se quejaron al unísono al ver que sus papis seguían hablando y les ignoraban
- Verán - comenzó Gerard - Cuando papi Frank no es un idiota y papá Gee está feliz... - sonrió - A veces... quieren darse muchos, MUCHOS besitos - suspiró - Entonces van a la habitación y...
- Papá Gee se encuentra con Frankie junior - interrumpió Frank ya recuperado, aunque ganándose un nuevo golpe, esta vez en la pierna - ¡Es la verdad! - un nuevo golpe en el brazo que seguro sería un gran moretón
- ¿Y luego? - quiso saber Miles
- Y entonces... ah... papá Frank y papá Gee se miran a los ojos... y están listos para hacer un bebé
- ¿Hace'lo? - preguntó Bandit. "¡Oh, diablos!" pensó Gerard sin saber cómo terminar su relato sin traumar a sus bebés
- Sí, hacemos a los bebés... y entonces papá Gee y papá Frank se dan muchos besitos y se quitan la ropa y se dan más besitos y se abrazan y se tocan despacio... - su temperatura comenzó a subir - Luego de un tiempo papi Frank se pone muy contento... también yo - sonrió a Iero, agarrando su mano por debajo de la mesa.
- Entonces decidimos tener un bebé, así que papá Gee le ofrece a papá Frank un lugar especial en su interior donde papá Frank coloca un enorme pe...
- ¡Frank! - lo interrumpió Gerard alarmado antes que dijera algo inapropiado - Bueno, entonces papá Frank depositasemillitas en mi interior que cuido y quiero con mi vida - sonrió a sus hijos - Y estas semillitas crecen despacito, cada día y a cada hora hasta que están grandes y se ha formado un bebé... y así nacen los bebés
Cuatro pares de ojitos abiertos de par en par, no dicen nada, mucho menos se mueven y Gerard comienza a alterarse, haciendo una lista en su cabeza donde el primer punto es llamar a Sara para que le recomiende un psicólogo infantil.
Está por levantarse y tomar el teléfono cuando sus hijos reaccionan... no como lo hubiera esperado
- ¡El tío Bob mentía! - dice Matt a Miles. "Espera, ¡¿qué?!" piensa Gerard palideciendo.
- ¿De qué hablan? - intenta saber Frank, apretando la mano de Gerard con fuerza. Tal vez no es el padre con el mayor tacto del mundo... pero es porque Bob le superaba con creces
- El tío Bob dijo que tú metías tu cosita dentro de papá Gee hasta que salía... ah... - Miles intenta recordar
- ¿Semen? - dice Bandit con inseguridad. Sus hermanos asienten con entusiasmo y comienzan a hablar y hablar y ellos sienten que mueren
- Pero estaba mintiendo ¿no es así papi? - Miles se levanta y abrazar a Gerard. La comida se ha enfriado al igual que su cuerpo y el de su esposo.
- Sí cielo, mentía... - Gerard está sereno pero él que lo conoce bien lo sabe. Se levanta con agilidad, cogiendo el teléfono de la sala y regresando en segundos con el sonido de marcado en espera.
- ¿Hola? - dice Gerard en cuanto coge el teléfono.
~
- ¡Hola hermano! ¡¿Cómo te encuentras?! - saluda sin dejar de llenar de besos las tiernas mejillas de su bebé. ¡Lo había extrañado horrores! - ¿Gerard? - pero se extraña de escuchar el tono tan bajo con el que Gerard habla.
Deja que James se vaya donde Bob mientras escucha cada palabra de su hermano. De repente su cuerpo ha perdido el calor y su sonrisa se ha desvanecido por completo, dejándolo pálido como fantasma y rígido como el hielo. La llamada finaliza
- ¿Y? ¿Qué cuenta Gerard? - dice Bob al entrar a la sala con James en brazos y una enorme sonrisa... misma que se desvanece al notar la mirada asesina de Mikey, la forma en que toma el cojín más cercano y se acerca a él lentamente."Estoy muerto"
Extra 5: Tengo ganas de... ¿bebés?
- ¡Anda Gee! - dice retorciéndose entre las mantas. Gerard únicamente se gira hasta darle la espalda - ¡Seré cuidadoso!
- Duérmete Frank... - susurra contra la almohada
- ¡Pero es Martes! - dice con tono de niño caprichoso - ¡El martes toca! - dice como si fuera lo más obvio del mundo, pero Gerard es demasiado malvado como para apiadarse de él.
- Estoy agotado Frankie... mañana
- Puedo hacerlo yo todo, sólo déjame... - entonces se pega todo lo posible a Gerard para que sienta lo necesitado que se encuentra. Tal vez así logre convencerlo, tal vez...
- ¡Que no Frank! ¡Maldición!
- Pero...
- ¡Pero nada! - Gerard se levanta tan rápido como puede gracias a su muy enorme barriga, ignorando el dolor en su bajo vientre - ¡Estoy em-ba-ra-za-do! ¡Estoy a punto de reventar y lo último que quiero es que me des como a una piñata! ¡Déjame descansar! - agarra una manta y una almohada que le avienta a la cara - ¡Ahora largo!
- Pero es mi cama... - susurra despacio
- ¡Y una mierda Iero! ¡LARGO!
- Pero... - quien sabe de dónde saca el valor para seguir insistiendo. Tal vez sea la abstinencia de una semana entera - Yo lo haría todo, no tienes por que esforzarte, sólo cooperar
- ¡¿Qué?! - pregunta Gerard sin poder creer que siga replicando sin importarle su mirada de pocos amigos. "Necesito más disciplina con él" piensa al ver como Frank se levanta e intenta acercársele para besarlo - ¡Que no!
- ¡Oh, vamos! ¡Sólo estás embarazado! No es como que no puedas recostarte de lado para que trabaje - "¡¿qué?!" se pregunta indignado. "¡Te lo has ganado, jodido idiota!"
- ¡Claro idiota! ¡Como tú no eres una pelota enorme de treinta y cuatro semanas y contando! ¡¿Sabes lo que se siente estar embarazado?! - lo golpea con la almohada sin miramientos, una y otra vez con toda su fuerza hasta avanzar a la puerta de la habitación - ¡¡¿No poder ver tus pies, sentir dolor en TODAS partes?!!
- Gee, yo...
- ¡¡¿Sabes lo que es que se te hinchen los pies o que tengas aguantar las pataditas en tus costillas y órganos?!! - le da un empujón una vez han llegado al marco de la puerta. Sin esperar a que Frank reaccione lo vuelve a golpear antes de aventarle la almohada y manta a la cara - ¡¡Estoy cansado!! ¡¡Te quedarás fuera de MI cama hasta que los bebés tengan un año!!
- Pero...
- ¡¡Pero nada!! - y sin más le cierra la puerta en su cara, seguro incluido.
Suspirando recoge la almohada y manta que yacen en el suelo y camina despacio hasta el piso de abajo, hacía el sillón que sabe será su cama por los próximos tres días... o hasta que a la diva se le pase lo enojado y le pida que suba a la habitación con él para que le caliente los pies.
"Jodidas hormonas que alteran a la diva que me golpea y manda como si fuera su sirviente... ¡soy su esposo! ¡Tiene un deber para conmigo!" refunfuña en su mente mientras se acomoda en el sillón que, gracias al cielo, es lo suficientemente grande para él.
"Al menos ustedes me quieren" piensa en cuanto sus tres cachorros se suben de un brinco y se acurrucan en su estómago. Y con el paso de los segundos sus ojos comienzan a pesar hasta que Morfeo se lo lleva a su reino
~
- ¡Levántate Frankie! - es la animada voz de Gerard - Debes comer, mi cielo
- Déjame dormir - dice en un gruñido y espera. Uno, dos, tres segundos y Gerard no lo ha levantado de un golpe o le ha arrebatado las mantas. "Esto es nuevo" piensa sorprendido porque cuando Way dice algo debe ser obedecido al instante.
Luego de un minuto se siente completamente feliz se seguir en la cama y sin Gerard gritando tan temprano, "Deben ser las hormonas" piensa con una sonrisa antes de plantearse seriamente el levantarse de la cama.
Primero estira sus brazos, que están sobre su cabeza, y luego comienza a estirarse aún bajo las mantas. Está por girarse para levantarse cuando alguien le arrebata las mantas y el frío lo golpea
- ¡Despierta dormilón! ¡Deben tener hambre! - dice Gerard con una enorme sonrisa, su cabello rojo tan hermoso y... ¡vaya! ¿En qué momento su esposo dio a luz? Porque esa cintura no la tiene desde que tuvieron a Miles - ¡Arriba cariño!
- ¿Qué paso con tu...? - comienza a decir mientras se levanta... o al menos lo intenta porque algo se lo impide. Curioso baja su avellanada mirada hasta aquello, tomándole varios segundos y no es hasta que su mano la toca que la realidad lo golpea con la fuerza de un tráiler - ¡¡¿QUÉEE?!! - grita a todo pulmón al ver su enorme barriga - ¡¡¿QUÉ DEMONIOS ES ESTO?!! - "¡¡OH, POR DIOS, OH POR DIOS, OH POR DIOS!!" se toca con algo de rudeza, siendo Gerard quien lo detiene
- ¡Hey! ¡Lastimas a nuestros pequeños! - y la sonrisa de Gerard, la forma en que se recarga en su abultado abdomen... ¡no puede ser cierto!, ¡No DEBE ser cierto!!
- ¡¡¿ME ESTÁS JODIENDO?!! ¡¡TÚ ERAS EL EMBARAZADO!! - intenta levantarse de golpe pero casi cae al suelo, de hecho, si no fuera por Gerard estaría en el suelo, batallando por levantarse como una tortuga sobre su caparazón - ¡¡¿Qué diablos...?!! ¡¡¿Cómo... ?!! - comienza a balbucear hasta que le falta el aire.
- Tranquilo Frankie, no es bueno para nuestros bebés - y Gerard está tan preocupado que quiere golpearse contra la pared más cercana. ¡¿Qué mierda pasaba?! ¡Él no podía tener bebés! ¡¿En qué momento...?!
- ¡¿Cuánto tiempo...?! - es la pregunta incompleta que le dirige a Gerard, quien únicamente sonríe y le besa con lentitud
- Casi nueve meses... ¿No es hermoso?
Gerard deja un beso en su frente pero eso no lo reconforta ni un poco. Está por levantarse y correr en círculos, golpearse, tirarse desde un balcón si con eso despierta de su pesadilla, pero entonces algo se remueve. Hay algo empujando en su interior, empujando, acomodándose... moviéndose como un pequeño alíen devora hombres listo para aniquilar a la raza humana. Y duele y no puede evitar quejarse un poco porque ¡mierda! Siente con una claridad horripilante como su piel se estira y cómo ese algo golpea sus riñones... o lo que sea que tenga en el costado derecho.
- ¡Ah...! ¡Gerard!
- ¿Te está pateando? - y entonces su pelirrojo presiona en su barriga y el dolor es intenso y las patadas se vuelven más violentas mientras su piel se estira y todo duele
- ¡Auh! - se queja de nueva cuenta pero intenta calmarse. Ha visto a Gerard pasar por eso... ¡¿Cómo diablos su pelirrojo puede sonreír y decir que es lo más hermoso del mundo si eso se siente de la mierda?!
Intenta respirar, calmarse un poco y no soltarle un manotazo a Gerard para que deje de tocarlo porque ¡Diablos! ¡Todo es tan raro! En un momento estaba suplicándole a su esposo por un poco de intimidad y ahora... "¡Mierda, mierda, mierda! ¡¡Debe ser un jodido sueño... una estúpida pesadilla!!"
- ¡Papi! - levanta su mirada, que permanecía absorta en la mano de Gerard sobre su barriga, al escuchar varias vocecitas. Tal vez los niños sepan la verdad, tal vez...
- ¡Hola papi! - dicen tres niños igualitos a Miles. "Espera, espera ¡Miles sólo era uno!"
- ¡Queremos dulces! - entran tres pequeños muy parecidos a sus fotos de cuando tenía cinco años
- ¡Y yo quiero pastel! - dicen dos pequeñitas igualitas a Gerard. "¡¿Y Gerard?!" se pregunta en el segundo en que se da cuenta que su esposo ha desaparecido de la habitación. "¡¿En qué momento se fue?!"
- ¡Papi, cárgame!
- ¡Cállate Sandra! ¡Yo quiero que me cargue!
- ¡No, a mí!
A su habitación entran más y más niños que corren y juegan y gritan y en verdad quiere saltar por la ventana en cuanto baja la mirada y ve con claridad como su vientre se mueve como si poseyera vida propia.
Ignorando a los niños se levanta de la cama y corre como un pato por el pequeño pasillo. Baja las escaleras tan rápido como su barriga mutante le permite y en cuanto entra a la sala cae con fuerza sobre su trasero.
Hay por lo menos quince niñitos corriendo de un lado a otro y por la escalera por la que bajaba hacia un segundo están bajando otros diez niños. Todos están y jugando y han tirado chocolate sobre su sillón favorito y también hay como diez cachorros y cinco perros adultos llenos de lodo y corriendo por toda la casa.
Lleva su mano a su boca sin poder creer lo que ve, pero ese pequeño gesto llama la atención de un niñito igualito a él a los diez años que grita "Ahí esta papi" y como una estampida los niños se precipitan hacia él
- Todo esto es un sueño... todo es... - se repite en voz baja en cuanto se levanta y huye de la oleada de niños.
Intenta escaparse por el patio trasero pero ahí hay todavía más niños. Intenta escapar hacia el segundo piso pero su barriga comienza a moverse y su piel duele por la forma en que se estira e intenta gritar.
- ¡¡GERARD!! - apenas se escucha sobre las vocecitas de todos los niños que han alcanzado a cogerlo de una pierna - ¡¡GEE!!
- ¡¡FRANK!! - escucha un lejano grito
- ¡¡GEE!! - vuelve a gritar.
Hay demasiados "Papis"que sólo logran aturdirlo y alterarlo más. Y su barriga... ¡Mierda! Parece que algo se remueve bajo su piel, es como una víbora pero más grande y... "¡¡Mierda, mierda, mierda!!" su barriga se ha abierto y de ella salen más y más bebés... son demasiados.
- ¡¡FRAAANK!! - escucha a lo lejos e intenta gritar el nombre de su esposo e ignorar los seis nuevos bebés que han salido de su panza pero esta mudo, ¡No sale ni un maldito sonido de su boca!
- ¡¡FRAANK!! - escucha de nueva cuenta.
"Esto es un sueño, debe ser un sueño, debe serlo, ¡DEBE SERLO!" ruega en su mente mientras todo comienza a carecer de color y los "Papis" se van apagando, siendo su nombre lo único que resuena en su mente
- ¡¡FRANKIEE!! - "¡Debe ser un sueño, es sólo un sueño, sólo un sueño!" repite cual mantra para luego sentir un peso menos en su barriga "Es sólo un sueño"
- ¡AAHHH!! - alcanza a escuchar un ruido más fuerte y ladridos de perros. "Es sólo un sueño, es sólo..."
- ¡¡¡FRAAANK!!!
~
Sus ojos se abren de golpe sin importar la fuerte luz de la sala y desconcertado se pone de pie de un salto, ignorando las mantas que han ido a parar al suelo.
Sus manos de inmediato viajan hasta su estómago, aliviándose de sobremanera al notarlo tan plano como siempre ha estado... bueno, con una pequeña barriga suave producto de su falta de ejercicio. "Sólo era un sueño" se dice y suspira profundamente, riéndose quedo después de un segundo porque ¡ha sido el sueño más ridículo que ha tenido! Esto debe contárselo a Gerard sin duda.
Se gira sobre sus talones con una sonrisa en su rostro y más tranquilo ahora que ha despertado de su pesadilla... pero la tranquilidad le dura nada en cuando sus ojos se enfocan al inicio de la escalera donde Miles está paradito y llorando.
Sus ojos viajan de inmediato a lo que ve su hijo, sintiéndose mucho peor que en su sueño al ver a su Gerard inconsciente sobre el suelo, con los cachorros lamiendo su rostro en un intento por despertarlo
- ¡Gerard! - corre preocupado a lado de su amor, sosteniendo su mano fría
- Papi... - susurra Miles sin dejar de derramar lágrimas
- Tranquilo cielo - le dice a su hijo con todo la preocupación de su alma antes de estirarse para alcanzar el teléfono y llamar a Sara - Todo estará bien - intenta asegurarse a sí mismo. "Todo va a estar bien"
Extra 6: Complicaciones
- Los tres están fuera de peligro - dice Sara quitándose el gorro - Son un niño y una niña hermosos - sonríe pero la felicidad no alcanza sus ojos. Algo ha pasado, lo sabe.
- ¿Y Gerard? - pregunta de inmediato
- ¿Y mi papi? - dice Miles, el único pequeño que ha permanecido despierto, negándose a dormir hasta no ver a su papi-Gee.
- Gerard está estable... siempre ha sido muy fuerte - Sara se agacha hasta quedar a la altura del pequeño Miles - Tu papi está muy bien pequeño, pero ahora no lo podrás ver porque está dormido al igual que tus nuevos hermanitos
- ¿Por qué? - hace Miles su pregunta favorita. A él no le queda más que sonreír débilmente
- Porque ha sido una noche larga y cansada... ¿no tienes sueño? - Miles niega con su cabecita - ¿Ni un poquito? - el pequeño pelinegro parece pensarlo más. Esta vez asiente
- Quiero a papá Gee - dice determinado, haciendo que ella sonría derrotada
- Bueno, entonces ¿Por qué no vas con tu abuelita Donna y le pides que lleve a ti y tus hermanitos con tu papi Gee? - el pequeño asiente entusiasmado y se va brincando hasta la lejana silla donde sus abuelitas y tíos carga a sus hermanitos
Ambos ven con una pequeña sonrisa como Miles se aleja, pero en su mente aún hay una pregunta sin respuesta. Y sólo quiere la verdad.
- ¿Cómo está mi hermano? - pregunta directamente. Sara suspira y baja la mirada
- Hubo complicaciones... - dice con una mueca
- Pero dijiste que estaba fuera de peligro - replica sintiendo su cuerpo estremecerse
- Lo está, sólo que... - guarda silencio por varios segundos - Hubo complicaciones, era su vida y la de los pequeños o...
- ¡¿Qué paso?! - inquiere alterado, siendo una mano apretar la suya. Es Bob, sin duda alguna
- Ya no podrá tener bebés
~
Durante la mañana siguiente la acogedora habitación se llena de regalos de todo tipo y globos de colores. Cada invitado admira a los nuevos integrantes de la gran familia, los miman y no dejan de sonreír porque son la viva imagen de Frank, y éste sonríe orgulloso con cada alago hacia sus hijos.
Y luego de admirar a los pequeños se acercan a un pálido Gerard que no deja de sonreír, le dan un abrazo, un regalo y muchas palabras cargadas de amor. Gerard sólo asiente a tales palabras, agradece y vuelve a su posición: recostado sobre el cálido pecho de Frank, arrullándose con el latir del corazón de su castaño
- Bueno, al menos puedes estar seguro que este pequeño es tu hijo - dice Bob mientras carga al pequeño Tomas, quien lo observa con sus grandes ojitos cafés. Sara ha dicho que sus ojos serán iguales a los de Frank.
- Aunque esta pequeña podría ser de otro - añade Ray, quien carga a la pequeña Lily cuyos cabellos eran tan oscuros como la noche y sus ojos son iguales a los de su hermano.
- Ella se parece más a mí que a Gerard, sin duda son mis hijos... ¿no es así Gee? - Gerard sólo sonríe pequeño y asiente, no hace nada más.
- Bueno, tienes tres hijos castaños y tres pelinegros... tuviste buen tino - dice Brian tratando de aligerar el ambiente, pero la mueca que hace Gerard obliga a todos a permanecer en silencio.
Luego de horas cargando a los pequeños, deleitándose por el suave aroma que desprenden y batallando con otros cuatro celosos pequeñitos que demandan la atención de todos los presentes, deciden que es mejor dejar a la pequeña familia descansar.
Se despiden con un afectuoso abrazo para cada integrante y abandonan la habitación en minutos.
Para cuando cae la noche y todos sus pequeños están bien dormiditos pero Frank no deja de darle vueltas al asunto y sentirse pésimo por su Gerard. Lo atrae a su pecho con más y más fuerza hasta que escucha un sollozo amortiguado por su camisa.
- Lo siento Frankie - es lo primero que dice Gerard, empapando su camisa con sus lágrimas - Lo siento, si te hubiera dicho... si yo no te hubiera echado de la cama...
- Shh... todo está bien - besa sus ojos probando el amargo sabor de sus lágrimas y lo mece entre sus brazos. Gerard llora por un buen rato y él no puede más que consolarlo como puede, intentando que su pelirrojo no escuche sus sollozos
- La verdad es que también me gustaban las familias grandes - dice al cabo de un par de horas con su voz ronca y aún quebrada, pero un poco más repuesto y Frank se alegra, más no por ello deja de doler - Cada vez que me enteraba que estaba embarazado quería patearte... pero también reventaba de felicidad porque esa pequeña criatura era nuestra y... - suelta un pequeño quejido, por lo que lo abraza con fuerza - Quería más bebés... una docena tal vez - sonríe con tristeza en medio de la oscuridad de la habitación - Y ahora...
- No es tu culpa mi amor, era... tal vez alguien nos mandó una indirecta de que eran demasiados angelitos en muy poco tiempo - sonríe con pesar mientras Gerard se recuesta sobre su pecho - Además tenemos seis hermosos y saludables niños que mimar... ¿no estás feliz por eso?
- Claro que lo estoy - dice de inmediato, levantándose de su pacho para verlo directamente a los ojos - Mis niños...
- Además podríamos adoptar más bebés, rentar un útero... - Gerard vuelve a su antigua posición.
- Extrañaré sentir sus pataditas - añade con una sonrisa triste, siéndose más ligero. Frank se estremece por el recuerdo de su sueño - Y que todos me consientan
- Lo seguiremos haciendo - asegura antes de besar su frente - Después de todo eres nuestra diva
- Será muy extraño... ya me había hecho a la idea de embarazarme cada dos años por tus descuidos - suelta una risita traviesa - Frankie...
- ¿Qué pasa mi amor?
- ¿Me sigues queriendo?
- ¡Por supuesto! Te amaba antes de saber que podías tener bebés, te amé mucho más cuando me diste esta hermosa familia y ahora... no podría expresarte todo el amor que siento por ti
- ¿Es serio? - dice con una sonrisa más grande, más sincera y llena de ilusión al igual que sus ojos
- ¡Por supuesto! Eres mi todo Gee - y luego de fundirse en un lento beso, ambos caen dormidos entre los brazos del otro
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