Paz

ONRYŌ

Autora: Clusmykitty

Fandom: Kimetsu No Yaiba/Omegaverse

Pareja: Uzuren.

Derechos: a que el senpai se dé cuenta de mí.

Advertencias: esto es un AU de mafia, por lo que habrá cosillas desagradables, algo grotescas, incómodas porque estos mundillos no son jardines de rosas perfumadas. Y como es un Omegaverse las cosas se ponen de color hormiga. Que no les digan que no les cuenten porque les mienten. Una historia de encargo.

Gracias por leerme.


**********


UNA LLAMA CANTARINA.


Me and you, and you and me
No matter how they toss the dice, it had to be
The only one for me is you, and you for me
So happy together

I can't see me lovin' nobody but you
For all my life
When you're with me, baby, the skies'll be blue
For all my life

Happy together, The Turtles


Todo mundo sabía que las cosas con Tengen no serían los típicos comportamientos de un Omega, menos cuando estaba tan acostumbrado a ciertas actitudes que solamente se agudizaron una vez que su embarazo comenzó a ser más evidente y las semanas le dieron un vientre redondo. Pero también hubo otras, como cuando hizo su Nido sin darse cuenta. Kyojuro primero notó que le faltaba ropa, sin decir nada porque las chicas eran muy celosas en cuanto a cómo ellos vestían, Senjuro era todo un principito, si bien tenía sus sospechas que eso más bien era por caerle bien al niño ése llamado Verin, que sus ropas desaparecieran significaba guardarropa nuevo, así que no se alarmó.

No hasta que una tarde se dio cuenta de que su Omega estaba juntando esas prendas no en la recámara que compartían en su territorio, sino en la designada para su descanso que según Suma, usaba cuando él debía ausentarse por trabajo. Ahí es donde encontró la pila de prendas extraviadas, formando un lindo capullo apestoso a él que lo hizo reír bajito, fingiendo que no sabía nada del asunto pues días anteriores Tengen había afirmado muy seguro que él no hacía esas cosas porque era fuerte y demasiado extravagante para caer en convencionalismos.

Senjuro lo llamaría una mañana luego del almuerzo para que viera esa hermosa imagen de su Omega con una linda pancita hecho ovillo en medio de su Nido durmiendo a pierna suelta. Visto así, con sus cabellos sueltos y en una yukata floja, nadie pensaría que era un letal Hashira. Le tomó una fotografía para siempre recordar ese momento, su hermanito también tomó su propia fotografía con una amplia sonrisa, prometiendo que se la mostraría a su gran amiguito. Las chicas se emocionaron al ver la imagen, Hinatsuru pidió una copia para mandarla a hacer en un cuadro, que le regalaría a su señor más adelante cuando el cachorro estuviera fuera de su madre.

También hubo días interesantes, en los que Tengen era excesivamente meloso, queriendo impregnarse del aroma de su Alfa. Otros eran más de cuidado si alguien de otros clanes llegaba de visita y se acercaba demasiado a Kyojuro, entonces el peligroso líder Uzui buscaba sus espadas y había que hacer trabajo en equipo para detenerlo de lo que según sus celos era un intento de arrebatarle a su esposo. Así también aparecían días en los que si más, el Hashira de la Llama lo encontraba hecho un mar de lágrimas viendo una película de cachorros con un recurrente Verin ahí sentado a un lado limpiándole el rostro y compartiendo palomitas de caramelo en raciones espantosas.

Muy probablemente, el Omega estaba exagerando sus actitudes a propósito, Kyojuro lo conocía ya bien para darse cuenta de que estaba armando un teatro porque deseaba tener contenta a su familia, que todos se sintieran parte de ese embarazo y así el vínculo con su cachorro sería lo suficientemente fuerte para asegurarle protección y cariño. Las alocadas compras de las tres Betas fueron prueba de ello, el Alfa preguntándose si no tendrían que levantar una nueva mansión solo para la ropa de su primogénito.

—Yo creo que será Alfa —apostó Suma.

—No, no, que sea un Omega como el Señor Tengen —retó Makio.

—Con que nazca sano es más que suficiente —opinó Hinatsuru.

—Mm, yo creo que será Alfa, tiene una pancita de Alfa.

Todos miraron a Verin, ahí sentadito comiéndose un chocolate que Senjuro le había regalado, el hermano mayor de este preguntándose en qué momento le habían dado tantas libertades.

—Solo quiero que todo esté bien —comentó Kyojuro.

Cuando las semanas fueron avanzando y Tengen tuvo más dificultades para andar, los médicos se instalaron ahí en la mansión a órdenes de su Alfa quien no deseó apartarse ya, pues el tiempo para que el cachorro naciera se aproximaba. Los demás Hashira fueron trayendo obsequios para recibirlo, bromeando un poco sobre cómo luciría ese pequeño, la mayoría apostando a que tendría los cabellos de fuego de su padre.

—¿Hermano?

—¿Qué sucede, Senjuro?

—¿Ya han pensado en el nombre?

—Primero debe nacer, luego veremos cómo se llamará.

—Pero ya deben tener ideas ¿no?

—Siento que deseas aportar un nombre.

—Sí.

—Te escucho.

Senjuro sonrió. —Tenma. No importa qué sea, Tenma va con todo.

—Mm, puede ser.

—¡Me gusta! —Tengen pateó las puertas, entrando a la sala donde estaban, sujetándose el vientre al sentarse en un sillón— Se llamará Tenma.

—Siempre estaré encantado de participar en esta democracia —bromeó Kyojuro.

Era verano cuando el hijo de los Hashiras llegó al mundo anunciándose con gritos y pataditas, fue un sano, robusto y energético cachorro Alfa de cabellos blancos con puntas rojizas, unos ojos con la forma de su padre pero en color de su madre y su piel clara, olfateando todo, observando todo, gruñéndole a todo hasta que regresó a los brazos de Tengen donde se acurrucó al ser el aroma que reconoció de inmediato. Una vez que su estómago estuvo lleno, las feromonas Omega lo calmaron y estuvo arreglado, fue momento de conocer a su padre, sus tías y su hermano mayor quien estaba acompañado por Verin a quien también le presentó.

—Tenma —sonrió orgulloso Senjuro.

—Te dije que era un excelente nombre —el dulce Omega meció al bebé quien bostezó muy cómodo de ser mimado.

Kyojuro parpadeó, a punto de decir algo pero una mano firme de Tengen lo pellizcó para detener lo que su boca hubiera intentado hablar. Celebraron el nacimiento de Tenma con una ofrenda a sus ancestros y una inesperada fiesta cortesía de Mitsuri, quien reclamó ser la madrina de tan apreciado cachorro. Afuera, en el mundo que aguardaba, los demonios de Muzan y este estaban convirtiéndose ya en una memoria pasada, la tranquilidad volvía a los territorios, sin más luchas que dejaban inocentes muertos. Tomioka le había contado a Rengoku sobre una última revelación que explicó lo que ellos no habían podido completar desde la traición de Koyuki.

Tal como lo sospecharon tiempo atrás, ella había sido secuestrada por la gente de los hermanos Gyutaro y Daki con el fin de instruirla bajo lavado de cerebro para infiltrarla en la familia Rengoku y destruirla desde adentro, sabiendo que al culparlos Akaza lanzaría todo contra ellos, pues esta Luna Superior se había rehusado a lanzar una campaña ofensiva, así que Muzan ordenó la trampa para crear ese conflicto. Fue el propio Akaza quien se los confesó al caer malherido y perder la vida, enviando su disculpa a Kyojuro por incriminarlo injustamente. De todas las Lunas, fue el único en tener esa clase de arrepentimientos.

—¿Cómo te sientes ahora de saberlo? —preguntó Tengen, dejando a su cachorro en su cuna.

—Es... liberador.

—Los dos fueron víctimas, Kyo, me pesa decirlo, pero es la verdad.

—Casi lo lograron, de no ser por ti, mi clan hubiera caído.

—Soy tu salvación, lo sé. No hay necesidad de alabanzas.

El Alfa sonrió. —Espero ser algo igual en tu vida.

—Lo eres, cuando pensé que revelar mi casta me haría débil, tú me hiciste sentir el más poderoso de todos los Hashiras.

Tengen se le acercó, una mano traviesa viajando a su cuello sensible, la mirada de Kyojuro oscureciéndose.

—No comiences cosas que luego no puedas terminar.

—¿Es promesa o amenaza?

Le costaría un poco más al Hashira de la Llama aceptar que Verin fuese parte esencial en la vida de su hermanito, de pronto ya no ser su centro de atención le provocó celos, pero el tierno cachorro en verdad hizo méritos para ganarse ese lugar, su sencillez como optimismo fueron fundamentales para que más adelante Senjuro pudiera aplicar para la carrera de medicina, siendo el primer Rengoku en no seguir los pasos de su padre, ni el padre de este. Todo cambiaba, decía Tengen con mucha verdad, y lo mejor que alguien podía hacer era ir con esos vientos, aprender a conocerlos y sacarles provecho. Kyojuro ahora poseía una familia singular, una vida que nunca pensó tener. Ese espantoso demonio, ese onryō que tanto a él como a su Omega tanto los hizo sufrir, había dejado de existir, lo habían derrotado. Eran libres, eran felices y lo mejor, estarían juntos en las buenas y en las malas.

Sin duda, era la mejor de las victorias.



F I N

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