Demonios

ONRYŌ

Autora: Clusmykitty

Fandom: Kimetsu No Yaiba/Omegaverse

Pareja: Uzuren.

Derechos: a que el senpai se dé cuenta de mí.

Advertencias: esto es un AU de mafia, por lo que habrá cosillas desagradables, algo grotescas, incómodas porque estos mundillos no son jardines de rosas perfumadas. Y como es un Omegaverse las cosas se ponen de color hormiga. Que no les digan que no les cuenten porque les mienten. Una historia de encargo.

Gracias por leerme.


**********


Demonios.

"Si tú puedes hacer trampas, yo también puedo. No permitiré que me derrotes jugando sucio; antes, te derrotaré yo jugando sucio."
Orson Scott Card.

"El Príncipe debe hacer uso del hombre y de la bestia: astuto como un zorro para evadir las trampas y fuerte como león para espantar a los lobos."

Nicolás Maquiavelo.


Territorio Uzui

Clan del Sonido.


¿Qué ya le importaba un carajo la opinión de los demás?

Eso era más que cierto.


Tengen no tenía algún apuro por lo que fuesen a decir los demás Pilares cuando Kyojuro entró a la sala de juntas en el hotel apestando a él con una clara mordida en el cuello y algo sonrojado todavía pese a haberse lavado el rostro con agua fría varias veces. Necesitaba que fuese así o esa tormenta en su interior no iba a calmarse, el hecho de ver andar al Hashira de la Llama con toda naturalidad, haciendo como que todo estaba en orden y no traía encima su aroma tenía a Uzui más que complacido en su interior, sonriendo dichoso al tomar su asiento frente a Kyojuro con este saludando a los otros boquiabiertos, esas miradas pasando a uno y otro antes de ir hacia el patrón quien inició la junta ignorándolos.

Mitsuri fue una de las que le dedicó una mirada de pocos amigos, viendo a su amigo fijamente antes de volverse hacia él con su mano sobre su espada como si deseara ponerse de pie y rebanarle el cuello sin más explicaciones. Tengen sonrió otro poco más, alzando su mentón cruzado de brazos y piernas en su lugar, escuchando al patrón, viendo de reojo a la Alfa amiga de Kyojuro, claro que estaba ofendida, seguramente pensaba ya mil cosas al respecto con todo lo que había sucedido. Ella y Shinobu siempre se andaban contando cosas, así que la Hashira Insecto debió contarle de su encuentro donde salvó al tarado aquel, sumado a esto, era obvio ver ese comportamiento en quien fuese anteriormente la mejor pupila del Hashira de la Llama.

-Debemos proteger los puntos más vulnerables en todos los Clanes... -continuó el patrón.

Tengen miró al Alfa del otro lado de la mesa, muy quieto con el rostro hacia el jefe, al sentir que lo observaba, desvió unos segundos la vista hacia él, ofreciendo una de esas sonrisas quietas pero reconfortantes, regresando su atención al tema por el cual estaban ahí. Resopló apenas, feliz por dentro de recibir esas atenciones, pensando bien sus palabras que diría más adelante a sus esposas, pues tenía que confesarles lo que ocurría entre ellos por lealtad y respeto. Claro que habían quedado en un acuerdo sobre el día en que a Tengen le gustara un Alfa por el cual podría incluso revelar que era un Omega. Ellas lo protegerían y apoyarían, así era su entrega, así que él correspondería siendo honesto y claro.

Ya había aceptado que todo comenzó con mayor fuerza desde que Kyojuro lo llamara a su lado cuando sucedió lo de Koyuki. Si antes se había sentido atraído, cuando vio a ese joven Alfa romperse algo en él sufrió un cambio, o mejor dicho, su Omega interior rompía sus grilletes para buscar lo que siempre había anhelado tanto, reprimido por las palabras de su padre sobre ser una suerte de aberración. Todavía seguía pensando en ello, creyéndolo, pero ese impulso por mantenerse al lado de Rengoku, ayudarlo, consolarlo e incluso tener acercamientos que ya no eran de compañeros yakuza estaban convirtiéndose en un alimento necesario para su espíritu extravagante.

-Resististe bien las miradas de los demás -comentó Kyojuro cuando la reunión terminó con ellos viéndose a solas en un pasillo- Lamento si Mitsuri fue algo... agresiva en su aroma.

-Me importa un cuerno.

-Sí, bueno, de todas formas quería aclarar que se trató de una reacción natural por nuestra amistad.

-Lo sé, no tienes que explicármelo, recuerda que soy el de los chismes.

Su Alfa sonrió, su aroma tan relajado ahora luego de haberlo estampado en aquel callejón, tomando nota de ello, tal vez era una buena idea repetirlo más seguido si con eso lograba verlo casi tan bien como antes.

-Tengen... hay algo que debemos aclarar.

-¿Qué cosa?

El silencio incómodo de Kyojuro casi lo hizo soltar una carcajada al verlo lidiar con esos modales de caballero que se cargaba que le impedían hablar con soltura sin pensar que estaba ofendiéndolo.

-Ellas entenderán, sino es que ya lo saben, me parece que me llevan la delantera en eso.

-Oh...

-No las ofendes, si es lo que estás pensando.

-Bueno, Tokito me hizo la observación de que...

-Ya te dije que me importa un cuerno sus opiniones, solo me interesa lo que tú tengas qué decir.

Con una de sus sonrisas maliciosas, Tengen se inclinó, empujando ligeramente al otro contra la pared no muy lejos, poniendo un brazo por encima de su cabeza, mirándolo fijamente a los ojos.

-Debemos ir a visitar al cachorro, debe extrañarnos.

-¿Seré bien recibido? -Kyojuro se llevó una mano a su cuello.

-He notado que tienes una tendencia a pensar demasiado las cosas.

-Y tú a no hacerlo.

-Pues si comparas resultados, yo voy ganando.

-Ja.

-El patrón ya no los advirtió, los demonios están atacando por todos lados y estamos solos en esto, no van a ayudarnos ni la policía ni nadie, Muzan los ha amordazado, así que viene muy bien que tú y yo estemos juntos porque trabajaremos en mejor armonía.

-Tengen, te conozco lo suficiente para saber que estás implicando algo no muy apropiado.

-Somos dos adultos funcionales ¿o no?

-Creo que a uno le está faltando sensatez.

-Y al otro coraje.

-¿Ah, sí? -picar el orgullo del Hashira de la Llama se le iba a convertir en deporte si pasaba como en esos momentos cuando Kyojuro sujetó su rostro para darle un beso fogoso- ¿Crees que me falta coraje?

-Prontitud, diría más bien -bromeó, saliendo con él del hotel.

Aquello se sentía de lo más natural, muy fluido, como si estuvieran haciéndolo desde hace mucho tiempo. Tengen se preguntó si acaso habría la pequeña algo esperanzadora posibilidad de que congeniar tan bien pudiera deberse por ser una pareja destinada. Solo que había un detalle ahí, porque Kyojuro seguía pensando en él como un Alfa, todos de hecho. Pero... ¿y si lo eran? Eso explicaría el por qué se sentía tan bien procurando por ese tonto de cabellos de fuego o el susodicho líder siendo tan cariñoso y comprensivo con él al punto de pasarle sus desmanes como si fuese un juego de cachorros. Si fuese esa la razón, se habría ganado la lotería...

¿Lo merecía?

Había una parte de él que susurraba sobre el peligro de cruzar esa línea no porque Kyojuro fuese a decepcionarlo, Tengen estaba muy seguro de que si le confesaba la verdad, aquel comprendería y lo defendería costara lo que costara, así era él. Era más bien debido a su pasado, el que los demonios se aprovecharan, que algo pasara con sus esposas o algo que no hubiera considerado para entonces. Era que podía suceder que, después de tanto tiempo y luego de haber hecho y deshecho, no fuese esa clase de Omega que lograra traer la merecida felicidad a la vida del Hashira de la Llama. Sí, era fuerte, temido, conocido por sus locuras extravagantes, nada de eso tenía relación beneficiosa en su naturaleza, al contrario, podía ser contraproducente.

Kyojuro podría verlo como una desventaja.

-... necesitaríamos una infiltración más puntual, no puedo seguir arriesgando a Nezuko o sospecharían de ella -el Hashira del Sonido regresó a su realidad, escuchando las últimas palabras del joven Alfa.

-¿Qué infiltración necesitas?

Kyojuro despegó la mirada de la calle hacia el interior del auto donde viajaban, observándolo y luego negando discretamente.

-La verdad es que no lo sé. Tengo una mala corazonada desde el encuentro con Enmu, que hayan decidido sacrificar a las Lunas Inferiores por ser estorbosas dice mucho de lo desesperado o seguro que está Muzan.

-Necesitamos detener a Gyutaro y Daki, son nuestra piedra en el zapato.

-¿Cómo?

-Infiltración como dices, lo haré yo mismo.

Fue igual a que le hubiera dicho al Alfa que iba a suicidarse, el aroma de Kyojuro cambió de golpe a uno increíblemente protector y defensivo a su alrededor. No le había gustado nada la idea. Tengen arqueó una ceja, encogiéndose de un hombro.

-Es solo una sugerencia.

-Ningún Hashira puede arriesgarse.

-Oh, vamos...

-Puedo decirles a los muchachos, se han entrenado para ello.

-Esos críos no saben de espionaje. Prefiero entonces a mis esposas, ellas sí que lo harían bien.

-No puedo consentir eso.

-Bien, los demonios van a patearnos el trasero porque ninguno de los dos logra aceptar que debemos arriesgarnos si queremos frenar la guerra que se viene.

-La guerra ya está aquí.

-Me refiero a esa donde todos vamos a perder el sueño.

-No, Tengen, no puedes exponerte así.

-¿Pero tú sí?

-¡HERMANO!

Lo que fuese a replicar Kyojuro se quedó en el olvido cuando el cachorrito salió a toda prisa a recibirlo, apestando a alivio de verlos en una pieza. Estando tan contento no reparó en la mordida que traía su hermano, no así sus esposas quienes lo miraron esperando una buena explicación que daría más adelante cuando los ánimos de Senjuro se hubieran calmado lo suficiente para hablar con el otro Alfa y él hacía lo mismo con las chicas. Ya lo sabía, ellas tres parpadearon, intercambiaron una mirada antes de echarse a reír diciendo que se había tardado más de lo que esperaban.

-Nos alegra que estés mucho mejor, mi señor -comentó Suma- Ya no tienes esa carga pesada en tu esencia.

-¿Ah? ¿Qué carga?

-¿Cómo piensas infiltrarte? -Hinatsuru preguntó, desviando la conversación.

Iría al Distrito Rojo como uno de esos padrotes en busca de mercancía, un Alfa con el suficiente dinero para comprar lo que Gyutaro y Daki estuvieran ofreciendo. Mientras él estaba ahí, Kyojuro movería a su gente para un asalto a los demonios, casi poniéndole sus espadas en el cuello al Hashira con tal de que le prometiera que no iba a salir detrás de él porque no lo necesitaba. Kyojuro estaba recién recuperándose, todavía no era prudente involucrarse en peleas donde pudiera desequilibrarse, menos si en dichas peleas estaban las Lunas Superiores, requería de un poco más de tiempo para sanar y así se lo hizo ver.

-Pretendes que me quede de brazos cruzados cuando vas al territorio de esos peligrosos hermanos, no me parece justo, Tengen.

-A mí tampoco me parece justo que estés sufriendo por mantener la imagen impecable de Koyuki, pero, hey, así lo has decidido ¿no?

El Alfa se quedó serio, cerrando sus ojos por unos segundos que Uzui aprovechó para acercarse y robarle un corto beso.

-Yo puedo hacer esto, entrenamos para esto en mi Clan, tú pasa unos días con el cachorro, te extraña además que te iría bien.

-No hay remedio, estás decidiendo por los dos.

-Me gusta como suena eso.

-Tengen...

-¿No confías en mí?

Kyojuro abrió sus ojos, toda su esencia alborotándose al haber tocado un punto sensible.

-Yo no dudaría de ti, lo sabes.

-Entonces está decidido, no rompas nada en mi ausencia.

No quiso despedirse apropiadamente de nadie, ni de Senjuro o el cachorro iba a menguar su voluntad que armó esa noche junto con su plan. Claro que había sido una idea estúpida que el patrón no conocía porque no la aprobaría aunque luego se reiría de sus locuras. Tenía que hacerlo así o esos idiotas iban a adelantarse todavía más, un lujo que ya no podían darse. Bien preparado en su disfraz, con las armas ocultas y una dosis de Supresores necesarios, Tengen partió hacia el Distrito Rojo a colarse entre sus habitantes antes de que llegara la mañana, mezclándose con esa marea de aromas apestando a deseo, lujuria, malicia... perversiones sugiriéndose en cada esquina, cuerpos soltando feromonas que excitaran a los transeúntes.

Consiguió una habitación en una de las casas de placer donde alquilaría la supuesta mercancía, si la información de su Clan era la correcta, esas chicas que trabajaban dentro pertenecían a la colección de los hermanos, igual que Koyuki perteneciera. El solo recuerdo lo hizo gruñir, no iba a pasarle tan pronto todo el dolor infligido en su Alfa. La mañana llegó con el catálogo en la puerta de Tengen mostrando desnudas a las jóvenes que compraría, y también tres idiotas haciéndose pasar por mozos de carga. El Hashira del Sonido estuvo a punto de tomar sus espadas para cortarlos en trocitos al verlos llegar a su habitación entregando un paquete, tirando de sus orejas al meterlos.

-¡¿Qué carajos hacen aquí?!

Tanjiro, Inosuke y Zenitsu lo miraron asustados, más firmes en sus palabras. -Él nos envió.

-Kyojuro Rengoku, me las vas a pagar.

-No estará tranquilo sabiendo que se enfrenta solo al peligro, señor -opinó Tanjiro- Por eso nos ha enviado con la consigna de no permitir que le hagan daño.

-Genial, no hay más por hacer, tenemos que seguir, pero donde me estorben los mato.

Usando lo que la joven Nezuko les había compartido, les tomó dos días exactos el dar con el escondite de los hermanos. Era una casa no muy lejos de donde Tengen con los chicos Alfa estaban alojándose. Estaban lo suficientemente cerca para ser asesinados en un pestañeo, por lo que envió a esos muchachos a los alrededores para evitar desastres cuando se coló a la casa buscando primero a Gyutaro, preparado ya para un ataque frontal.

-Diría que estoy sorprendido, pero no, me halaga esto -sonrió al ver docenas de demonios listos con sus espadas para atacarlo.

Los estaban esperando, Gyutaro estaba detrás de aquel grupo de sicarios, Daki haría lo mismo con los tres jóvenes. Se hubiera sentido insultado si las cosas hubiesen sido tan simples como llegar a atacarlo tan fácil siendo una Luna Superior, que intentaran emboscarlos estuvo más a la altura de su rango como Hashira, haciendo bailar sus espadas entre gritos de alegría que perturbaron a los demonios que no creyeron que un solo Alfa aunque fuese el líder de un Clan estuviera tan contento de pelear con todos ellos. Pronto vieron el por qué, cuando la sangre comenzó a llenar los pulidos pisos de madera, las paredes se rompieron y los gritos llenaron todo el sitio.

-¡TENGEN UZUI! -bramó Gyutaro, preparando sus armas- ¡Trata de acercarte a mí!

-¡Tú lo has pedido!

Seguramente aquella Luna se preguntó cómo era posible que no se intimidara ante su dominio tan irritante y agresivo, Tengen manteniendo un aroma calmado todo el tiempo que no permitía adivinar cuál sería su siguiente movimiento, evadiendo las balas entre las columnas que fueron hechas trizas, arrojando pedazos de muebles u objetos hasta llegar hasta Gyutaro a quien con mucho gustó cortó en brazos y piernas, sabiendo que ese monstruo se había alterado quirúrgicamente para no sentir dolor como todas las Lunas Superiores, haciendo que peleara aun con heridas graves.

-¡Vas a morir aquí!

-Quisiera diferir de esa idea.

Las balas se terminaron, así que el encuentro fue más parejo con las cuchillas que el demonio tomó, a tiempo antes de que el Hashira del Sonido le cortara el cuello, siempre canturreando y riéndose escandaloso para sacarlo de quicio. Hasta el momento, Tengen no había sufrido una herida grave, apenas unos cortes, raspones y moretones, no se confió porque su rival era de trucos sucios que jamás estaría solo para pelear. Otra oleada de sicarios vino al rescate de su amo, quien se permitió huir cual cobarde seguramente a alcanzar a su hermana quien estaba en las mismas con esos tres chicos que quizá no conocían el fino arte ninja, más siendo entrenados por un Rengoku darían una pelea honorable.

-¡Vengan a mí, entre más, mejor me divertiré!

La alarma se dio, esa intrusión de un Hashira aparentemente solo con tres muchachos Alfas pronto se dio a conocer. Tengen había esperado un contraataque feroz, no la retirada de las fuerzas de los dos hermanos con ellos por delante, desapareciendo entre las filas de demonios que dieron sus vidas para que ellos lograran escapar.

-¡Señor Uzui! ¡Señor Uzui! ¿Los seguimos?

Estaban ya afuera, en la calle principal del distrito que estaba vaciándose entre miradas asustadas de las personas buscando ponerse a salvo.

-¿Señor Uzui?

-Están moviéndose, debemos avisar, atacarán con fuerza en otra parte.

-¿El Clan Rengoku?

-No, uno de nuestros puntos clave. Los hermanos son rencorosos.

Un contingente de su Clan llegó para el apoyo, enviado por Makio, cubriendo las salidas del Distrito Rojo, que estaba casi vacío para entonces. Gyutaro y Daki habían abandonado su base de operaciones y no le pareció que fuese un movimiento apresurado, ordenando que todos salieran de ahí justo a tiempo cuando empezaron las explosiones debajo de cada casa. Tanjiro y los demás lo ayudaron con los pocos heridos por los incendios y material que salió despedido por las bombas, escuchando a sus hombres informarle del movimiento de los hermanos rumbo a un muelle que le pertenecía al patrón.

-Tan predecibles -bufó, sujetando sus espadas- ¡Ustedes! Vienen conmigo, vamos a cazar unos cuantos demonios y no descansaremos hasta que esos hermanos estén en nuestro poder. Recuerden, los quiero vivos.

-¡Sí, Señor Uzui!

-Tengan cuidado, porque esta persecución será peligrosa, no solo estén atentos a los demonios, habrá otros obstáculos.

Pidió unas motocicletas, mejores para colarse por todas las calles, callejones, avenidas y autopistas que necesitaron para seguirle el paso a los convoyes de esos dos hermanos que muy sospechosamente tuvieron el paso libre contrario a ellos. Algunas patrullas, como bloqueos les salieron en el mismo camino que las camionetas enemigas, que hicieron a un lado no siempre de buen modo. Tengen no tenía tiempo para amabilidades, si se les escapaban costaría el doble volver a ubicarlos. Su celular vibró cuando los tenían ya en la mira, acercándose más a ellos a distancia prudente del muelle.

Akaza está moviéndose hacia la mansión.

El mensaje fue de Hinatsuru, deteniendo al Hashira con los tres muchachos casi de golpe, estacionándose a un lado de un puente para llamarla y verificar la información con el corazón acelerándose. Para que Akaza quisiera incursionar en su territorio es que iba con ánimos de tapizar las calles con sangre y cadáveres. Lo que escuchó no le gustó en lo absoluto.

-El Señor Rengoku fue a interceptarlo.

-¡¿QUÉ?! ¡¿POR QUÉ NO LO DETUVIERON?!

-No tuvimos tiempo, le pidió a Suma que no se despegara del señorito Senjuro.

Tengen maldijo, mirando hacia la larga hilera de camionetas que se perdían ya rumbo al distrito que rodeaba ese muelle. Si seguía su persecución, Kyojuro tendría que enfrentar solo a Akaza, lo cual no era muy prudente en su estado ni aunque estuviera sano. Esa Luna era de las más peligrosas, demasiado. Un solo Hashira no era suficiente para vencerlo.

-¿No hay alguien que lo apoye? -preguntó Tanjiro, cuando les dijo de aquel demonio.

-Vuelvan con él, ¡aprisa! Intentaré contactar al resto de los Hashiras.

-¡Señor Uzui, tenga cuidado! -pidió Zenitsu.

-Niños, si la pelea es demasiado, saquen a Kyojuro de ahí ¿entendido? No importa qué les diga o con qué los amenace... ¡DEBEN SACARLO DE AHÍ!

Con esa inquietud en su pecho, el Hashira continuó su persecución, buscando contactar a otro de sus pares en busca de apoyo para su Alfa, el mal presentimiento solo crecía conforme los minutos pasaban, el viento silbando en sus oídos, aumentando su adrenalina que usaría para abrirse camino hacia Gyutaro y Daki así tuviera que medio desangrarse. Solo necesitaba atraparlos, eso era todo y al mismo tiempo era ya como una misión imposible. Otro convoy apareció, que le trajo cierto alivio al ver que se trataba del raro aunque amable Tomioka Giyu quien se enteró de las explosiones en el Distrito Rojo como de ese grupo de demonios pisando sus territorios.

-¿Necesitas una mano, Uzui?

-Es raro decir esto, pero me alegra verte.

-Digo lo mismo.

La locura comenzó, los hermanos siguieron adelante, dejando a sus sicarios atrás para estorbarles, mismos que se repartieron en grupos por las diferentes calles. Un pequeño infierno se desató, Tengen dejó que Tomioka se encargara de esos demonios mientras él iba por el premio gordo, evadiendo disparos, autos saliéndole de improviso, patrullas persiguiéndolo o bloqueos inesperados. En su mente solo estaba la imagen de Kyojuro peleando solo contra Akaza. Preparó sus espadas apenas tuvo a la vista el vehículo donde escapaban los hermanos, listo para saltarle encima.

-¡HEY, IDIOTA! -gritó Daki, apareciendo en una motocicleta que le lanzó encima.

Fuese por la necesidad de proteger a su Alfa, porque ya no tuvo más paciencia para esos dos, o que el aroma muerte estaba siendo más persistente alterando su paz interior Omega, el Hashira del Sonido no reparó en nada, dejándose caer de la moto corriendo directo hacia la mujer disparando con sus armas, lanzándole pequeñas granadas e incluso cuchillas ninja. Con un movimiento calculado, Tengen le lanzó sus espadas, una volando por los aires al ser desviada de un golpe, otra acertando en el hombro de Daki, arrojándola al suelo. Sus sicarios la rodearon, convirtiéndose en una alfombra a los pies de Tengen, lanzando unos lejos de él, caminando hacia la mujer gritando por el ardor provocado en su herida.

-Mis espadas contienen un tipo de veneno muy bueno que irrita y paraliza el músculo que toca.

-¡MALDITO BASTARDO!

-Difiero, nací en un matrimonio legítimo -sacó su espada del hombro de Daki quien aulló de dolor, buscando patearlo, solo recibiendo un golpe que la dejó quieta- Suelo ser un caballero, pero tú mereces una excepción.

-No son diferentes a nosotros, solo son unos hipócritas que fingen ser buenos.

-Somos los buenos.

Daki escupió, sujetándose el hombro entrecerrando sus ojos. -¿Crees que mi hermano te consentirá esto, Hashira?

-Estoy contando con que no -la mano de Tengen voló a la herida, enterrando sus dedos en ella para hacerla gritar de dolor- Lo necesito descontrolado.

-¡USTEDES SON LOS QUE VAN A MORIR! -Daki pataleó, arañando sus brazos- ¡Y LO HARÁN CON MUCHO DOLOR TE LO PUEDO PROMETER!

-Promesas, promesas.

Evadió justo a tiempo la bala que pasó peligrosamente cerca de su cabeza, mirando a lo lejos a un furioso Gyutaro. Con una sonrisa burlona, Tengen sujetó a su hermana a quien noqueó, dejándola caer sobre el suelo así nada más, complacido de olfatear el inconfundible aroma de un Alfa que prometía muerte y tortura. Los demás sicarios se hicieron a un lado por orden de su amo, quien pidió la cabeza de ese Hashira que había lastimado a su Daki.

-Esto te va a doler tanto que olvidarás tu propio nombre.

-Cómo les gusta decir cosas que no cumplirán.

Gyutaro lanzó sus armas, tomando esas cuchillas curvas entrecerrando sus ojos, ofreciendo una sonrisa macabra a Uzui al reírse bajito.

-¿Crees que me interesa el muelle de tu patrón? ¿O que tú me atrapes? ¿Crees que has ganado algo para tus amigos Hashiras solo por entretenerme aquí? Oh, ingenuo Tengen Uzui, tú mejor que nadie sabes que mi especialidad es... ofrecer venganza.

-Hablas mucho.

La Luna Superior se carcajeó, caminando otro poco hacia él haciendo danzar sus cuchillas.

-Veamos quién es el que se altera de los dos. Has herido a mi hermosa hermanita, y eso en verdad que me ha hecho enojar, pero me pregunto ¿tú cómo vas a reaccionar cuando te diga que todo este circo solo fue para alejarte de los hermanos Rengoku?

-Buen intento.

El Alfa alzó un dedo, sacando de su saco un teléfono cuya pantalla acercó a Tengen para que viera la fotografía en ella. No hubo más sonidos, más aromas agresivos o planes armándose en su cabeza, ni siquiera estuvo seguro si estaba respirando o no, o si su corazón latía.



La fotografía era de Senjuro.

Sujeto por Akaza.



-Jamás dejaré de agradecerle al detective Raybito por su valiosa cooperación -se burló Gyutaro- Por fin cortaremos de tajo esa apestosa línea de sangre.

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