I want to be with you

Me quedo mirando la televisión mientras siento como su mano acaricia mi cabello, es bastante relajante sobre todo después de ducharnos, claro por separado, me siento mucho mejor aunque la verdad es que tengo un poco de sueño, he estado sin dormir muy bien en estos días y la verdad es que es un poco estresante, el trabajo se hace cada vez más pesado, el estar tanto tiempo metida en mis asuntos ha hecho que este aislada de miles de cosas que me gustan y de la sociedad en si, ahora es que estoy más o menos volviendo a una vida que se podría decir que es normal.

— ¿tienes sueño? —, niego con la cabeza y acomodo a su lado,— parece que si, tus ojos se están cerrando solos —, vuelvo a negar y suelto un gruñido cuando la veo, mi ropa le queda ajustada y el short se sube de una manera en la que me da una vista perfecta de sus muslos, lo único que quiero es hundir la cabeza en ellos.

— y si vamos a la cama —, sus ojos se abren y puedo ver cómo se sonroja, eso era lo que estaba buscando, quiero que  vayamos y podamos dormir un poco las dos,— si quieres hacerlo si no pues no —, bostezo y asiente, así que me levanto y la tomo de la mano para jalarla a la habitación, agradezco el haber limpiado porque la verdad es que el venir para acá fue de imprevisto, inflo las mejillas y dirijo la mirada hacia la ventana de la habitación, no es una extraordinaria vista pero si que es linda, no me puedo quejar, no ahora que estoy en mi habitación con la chica que me gusta, esto está yendo de maravilla.

Me siento en la cama y acuesto en mi lado, izquierdo para ser exactos, ella me mira y con una pequeña sonrisa se acuesta en el derecho, ambas quedamos frente a frente, nuestros ojos se conectan y siento que explotan miles de fuegos artificiales, es la chica más linda con la que me he topado en toda mi vida, sonrío para mis adentros cuando me mira de arriba hacia abajo, es que hasta haciendo eso se ve perfecta, tanto que mi corazón se acelera, es demasiado perfecta, trago saliva y suspiro, me tengo que concentrar y relajar, porque si luzco como que me va a dar un infarto entonces se va a alarmar.

En todo el tiempo que llevo con chicas nunca me había pasado esto, no se por que siento tantos nervios sí lo único que estamos haciendo es estar acostadas una frente a la otra, aprieto con cuidado y suavidad mis labios antes de sonreír un poco, acercó la mano a su cintura y aunque dudo varías veces termino tomándola de esta y acercándola, quiero que estamos cerca, nuestras caderas chocan y respiraciones se mezclan, todo esto pasa y no hemos roto el contacto visual, sus ojos color miel se oscurecen un poco y sonríe.

No se por qué lo hace pero me contagia enseguida, tiene una gran capacidad para hacerme feliz con cosas simples, suspiro y vuelvo a acercarme, cuando sus labios rozan los míos es cuando me doy cuenta de lo real que está siendo todo esto, que por más que parezca que lo estoy soñando no es así, todo es real, más que nunca,— ¿Te he dicho lo hermosa que eres? —, pregunto, mi voz sale como un suspiro entrecortado por la cercanía de nuestros cuerpos los cuales emanan calor, estamos hirviendo y sé lo que significa.

— no, no me lo has dicho —, me muerdo el labio inferior,— oh, vamos Sana, ¿que esperas? —, justo cuando lo dice me abalanzo hacia sus labios y los ataco con los míos, doy una leve mordida para atraerla y sus labios se entre abren lo suficiente para profundizar el beso, subo la mano izquierda a su mejilla para dar leves caricias sé que eso la relaja y no quiero que esté tensa o algo por el estilo, siento como su mano baja por mi abdomen y la tomo de la muñeca, se separa del beso y me mira confundida, en un rápido movimiento me acomodo entre sus piernas y la vuelvo a besar.

Creo que con ese movimiento ya ha entendido lo que quiero hacer.

Jadeo sobre sus labios y me acomodo mejor apoyando las manos a cada lado de su cabeza sosteniendo todo mi peso ya que no le quiero hacer daño, sus ojos brillan y se conectan con los míos, si, verla sonrosada, jadeante y expectante fue suficiente para bajar y besarle el cuello, voy suave, mi aliento chocando con su piel caliente y suave, con cuidado arrastro los dientes y toco con mi lengua, una corriente traspasa todo mi cuerpo al hacerlo.

— ¿Te encuentras bien? —, la escucho a lo lejos, ni siquiera puedo escuchar, algo está pasando y no sé que es, suelto un largo suspiro y me escondo en su cuello,— sí no quieres hacerlo, está bien —, niego con la cabeza, es de las primeras veces en las que he sido la que da no la que recibe y se siente extraño,— ¿quieres que te ayude? —, asiento apenada, suelta una risita y me sienta frente a ella, a los pocos segundos la camisa que le había prestado está en el suelo, me quedo boquiabierta al verla así, es tan jodidamente perfecta,— ¿Tanto te gusta lo que ves? —, me muerdo el labio inferior.

— me encantas —, me acerco y la beso, bajo la mano por sus hombros y llego a la parte trasera de su sujetador, justo en donde tengo que desabrochar, arrastro las uñas por su espalda y la arquea, si, sé que es sensible, lo desabrocho y dejo caer por sus brazos, mis ojos se clavan en sus pechos, son tan hermosos, nunca me cansaré de verlos, bajo mis besos desde su cuello hasta el pecho izquierda y enrosco la lengua en su pezón antes de chasquearla y chupar suave, no quiero hacerle daño además de que sé que le gusta suave.

— Dios —, gime y me acerca, quiero fundirme en su cuerpo y demostrarle lo mucho que quiero estar con ella, porque la quiero y porque la necesito en mi vida, deseo que esto se repita siempre, el estar así, el besarnos, el saber que estará conmigo y todo en general, lo quiero para toda la vida.

— Que hermosa eres —, también espero hacerla especial en cada uno de los toques que proporciono en su perfecto cuerpo y que sepa que estoy muy agradecida de ser quien lo está haciendo, con cuidado acaricio su abdomen con la yema de los dedos hasta llegar a la ropa interior, juego con el filo de esta por unos instantes, sintiendo como su piel quema contra la mía y sus gemidos se intensifican, es como un recital para mis oídos, inclino un poco la cabeza y beso su abdomen, es tan suave como toda su cuerpo, tenso los muslos batallando con todo este revoltijo se sensaciones que hay en mi ser y engancho los dientes en las bragas, con cuidado las voy quitando sin dejar de hacer contacto visual, suelto una pequeña risita al verla jadear.

— quiero que me... —, se queda callada y quito por completo las bragas, al tener una amplia visión de su intimidad trago saliva, se me dificulta respirar y mi corazón va desbocado, esto es más de lo que alguna vez pensé que iba a sentir,— vamos Sana —, suelto una risita y con malicia suspiro muy cerca, un gemido ronco interrumpe el silencio y es justo en ese momento que saco un poco la lengua y presiono su clítoris deleitándome con el sabor de sus abundantes fluidos, gimo por lo dulce que son y lo bien que saben, la muevo en círculos lentamente y succiono con cuidado.

No le quiero hacer daño pero tampoco es que desee que todo sea así de lento, desplazo la lengua por sus pliegues y succiono con algo de fuerza, me gusta el sentir como palpita y se moja más, acaricia mi cabello y yo solo aguanto las ganas de hacerlo con toda la fuerza que deseo, suspiro y acaricio sus muslos, sonrío al escuchar como gruñe y mueve las caderas contra mi cara,— bebé, si te mueves así será imposible —, jadea y asiente, vuelvo al mismo lugar y hundo mi lengua provocando que la aprieta, gimo ante la sensación suave y húmeda de su intimidad apretándome.

— Sana —, aprieto los ojos al escuchar como gime mi nombre y mi cuerpo se sacude, esto está siendo mucho para mí,— Más rápido —, clavo los dedos en sus muslos y me separo, me acerco y la beso, su lengua se enrosca con la mía y jadeo, siento sus uñas arañar mi espalda y buscar más contacto, sonrío sobre sus labios y atrapo su labio inferior para tirarlo hacia atrás, al sentir el sabor metálico de la sangre de estos en la punta de la lengua es que meto dos dedos con cuidado.

Solo me dedico a mirarla, a apreciar cada una de sus facciones y escuchar sus gemidos atrapados en el beso que seguimos manteniendo, gruño y arqueo los dedos, está palpitando contra mi mano, me aprieta como si estuviera buscando algún tipo de liberación y empapa mis dedos al punto en el que se me hace sumarme fácil entrar y salir, no quiero lastimarla, tampoco quiero hacerla sentir incómoda así que bajo mis besos a su cuello y dejo de ir tan fuerte, no porque a mí me guste significa que a otras también les va a gustar, paso la lengua con lentitud por su cuello, suelto un suspiro y presiono la lengua en la finalización de este.

Me separo y la miro a los ojos, sonrío, no puedo estar más feliz y acelero, apoyando la mano izquierda al igual que todo mi peso a un costado, abro levemente los dedos y voy lo más profundo que puedo, al verla me percato que en sus ojos se forma una capa de lágrimas y gime con más regularidad, ya sé lo que significa, me acomodo mejor abriendo más sus piernas y ejerzo presión en su vientre antes de embestirla con algo de fuerza.

Arquea la espalda y clava las uñas en mis brazos, gruño por el exquisito dolor que proporciona su agarre,— Tienes un cuerpo espectacular —, me muerdo el labio y elevo sus caderas para ir más profundo,— Tengo que admitir que nunca pensé que succionarias mis dedos de esta manera —, jadeo al ver hacia abajo y tener una hermosa vista de sus fluidos impactando contra mi mano, chorrean por esta y caen en la cama,— ¿Por qué te estás aguantando? —, muevo los dedos en círculos y cuando suelta un gemido ronco es que encuentro el lugar perfecto.

Doy leves golpecitos y la veo estremecer,— Sa-Sana —, balbucea e intenta abrir los ojos para verme pero no puede, eso era lo que estaba buscando, aceleró las embestidas a tal punto en el que no siento la mano y duele, gimo aguantando el dolor que es casi insoportable,— Voy a ter-

Antes de que pueda decirlo un chorro impacta contra mi abdomen y su cuerpo se sacude, me inclino y la abrazo sin dejar de embestirla,— Tranquila —, le lleno de besos el cuello y sonrío, nos quedamos un largo rato así, solo escuchando nuestras respiraciones y latidos del corazón hasta que algo en mi nace,— Tzuyu... —, bostezo y me acurruco.

— Sana —, dice en un suspiro.

— Te amo —.

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