Yelena, escribe cartas.

[Esto es una especie de "What if...? De Yelena de CAB y GMHM estuviese viva, en un inicio pensaba en hacer cambios, ya que claramente el hecho de que Yelena muriera, afectó en el destino de las protagonistas, sin embargo, decidí mantener todo tal cual exceptuando la muerte de Yelena y Erik, sin más que decir. ¡Disfruten de ésta despedida!]

Natasha.

—Estoy de aniversario con Kate. ¿Cómo no voy a estar asustada? Llevo los últimos diez años haciendo cartas para ella como si no fuese más allá. Probablemente me odia y va a dejarme en cualquier momento. ¿Qué haré si me deja?—Preguntó Yelena paseando de un lado a otro mientras mi pequeña la observaba y yo también. Charlie está en el jardín con Wanda, Kate y los padres de mi esposa. —¡Nat, estoy hablando contigo!

—Uh. —Me quejé.—¿Sabes? No debes gritarme. Estoy oyendo tus llantos de bebé.—Gruñí. Ella sonrió.

—Al fin la alumna superó al maestro.—Dijo fingiendo secar lágrimas de sus ojos.

—No me gusta la palabra alumno. Viene del latín y significa sin luz. Es mejor decir estudiantes. Yelena, serás maestra de arte, no seas tonta. No seas más tonta de lo que ya eres. Llámalos alumnos.

Mi hermana asintió lentamente y se sentó delante mío cruzándose de piernas mientras le hacía caras a mi hija pequeña quien reía al verla. A mi también me daría risa Yelena. Es boba y fea.

—¿Por qué no darle una carta por cada año que han estado juntas?—Pregunté.

—Eso hago cada año. Le escribo una carta y...

—No, Yelena. No seas tonta. Una carta por cada año, sería muchas más cartas, no sólo una, y que abra una cada mes que va pasando, no lo sé, o una cada día. Ya está, no es tan difícil.

Mi hermana pareció meditarlo y asintió rápidamente anotando aquello en una de sus libretas.

—Es una buena idea, creo que me interesa. Bien, gracias, Nat. En ocasiones eres una adulta y ya no una bebé llorona.

La miré con los ojos entrecerrados mientras mi esposa entraba en casa con Charlie quien venía charlando con su abuelo bastante animado.

Kate entró en la sala.

—Amor.—Habló y observé su abdomen abultado. Ya se le notan mucho los seis meses de embarazo. Los gemelos parecen que estallaran en su abdomen en algún momento. Es inmenso, como una sandía... Oh, no, como un melón de la luna, sí, eso.—Wanda ha dicho que veremos una película.

Sonreí. Me gustan las películas. Yelena asintió y ambas comenzaron a charlar mientras Kate se sentaba junto a mi hermana y ella acomodaba almohadas alrededor de su esposa. Ambas se casaron al salir de la universidad. Al igual que Wanda y yo, no esperaron absolutamente nada, sin embargo esperaron bastante para tener un bebé. Supongo que eso es debido a nuestra diferencia generacional.

Mi esposa se sentó a mi lado luego de que la viese bajar las escaleras. ¡Uh! ¿A dónde había ido?

Se sentó a mi lado. ¡Eh, mis hijos!

—¿Y los niños?—Pregunté y ella se pegó a mi pecho.

—Han ido a dormir, cariño. Ya es tarde, y comieron su cena antes, así nosotros disfrutaremos de la película sin que ellos se espanten.

—¿Uh? ¿Es de terror?—Pregunté y ella asintió. Cool.

—La elegí pensando en que te gustaría.

—Cool.

Mis suegros se sentaron en el costado, ambos tomando la mano del otro y yo observé a mi hermana acomodar sus manos alrededor de las piernas de su esposa. Cool, ¿qué le toco a Wanda?

—Uh. Wanda.—Susurré y ella me observó en silencio.—¿Qué te toco?—Pregunté. La vi reír y yo sonreí.

—Lo que quieras...—Susurró sobre mis labios mientras la película comenzaba.

Una almohada gruesa golpeó mi rostro. Me quejé y vi a Yelena comer palomitas.

—Consiganse un cuarto.—Se quejó.—No delante de sus invitados, por favor.

Wanda giró los ojos y me abrazó en silencio.

—¡Eh, hay comida!—Dije emocionada al ver la pizza y coca cola en un vaso con cubierta para mi. Grandioso. Así no mojaré mi camiseta, Wanda siempre piensa en todo, por eso me he casado con ella, es la verdad.—Grandioso, sabroso y delicioso.

Besé a mi esposa y comencé a meditar que comer.

Me gusta la sensación de hogar, me gusta tener a toda mi familia, de no ser porque mamá y papá están en un crucero que Yelena y yo hemos pagado debido al zoológico que compramos hace unos años... Nos ha dado buenos resultados y decidimos regalar un viaje a nuestros padres. Se lo merecían por soportar nuestras peleas y discusiones desde pequeñas, pero también por enseñarnos que siempre seríamos la mejor amiga de la otra, ella está para mí y yo para ella, y aunque es boba, tonta, fea, huele feo, no se baña, y todo eso, es honrada y trabajadora, además de mi hermana...

—Quiero pizza. Por favor y gracias.

Mi esposa asintió dándome un pedazo bastante sabroso de pizza. Mucha carne y queso, mi favorita definitivamente. Mi esposa me conoce más que nadie.

—Te amo, Wanda. Gracias por ser mi esposita que me da pizza y coca cola.—Sonreí al verla recostarse en mi pancita. Uh, quiero un bebé.—¿Wanda?—Susurré nuevamente y Erik me lanzó algunas palomitas.

—Erik, deja a la niña y concéntrate en la película.—Regañó mi suegra.—No le tomes atención, cariño.

Sonreí.

Natasha uno, suegrito cero.

—Quiero un bebé.—Pedí. Mi esposa levantó la mirada.

—¿Tu, qué?

—Un bebé. En mi pancita. De esos que me diste tú.—Susurré. Ella sonrió y asintió mientras mordía su labio inferior.—¿Quieres o no?—Me quejé.

—¡Claro que quiero otro bebé contigo,  cariño!—Dijo emocionada.

—¿Abuelo otra vez?—Preguntó un emocionado papá suegrito.

—¡Al fin!—Festejó mi suegra y ambos se levantaron. La película pasó a segundo plano. Uh, creo que Wanda ha hecho un gran alboroto, pero uh, sí, quiero otro bebé.

—¡Felicidades!—Dijo Yelena desde el sofá y se robó mi trozo de pizza.

—¡Uh, Yelena!—Me quejé.

—¿Qué? ¡No lo estabas comiendo!

Tonta Yelena.

—¡Es mío!

—¡No trae tu nombre! No lo escribieron.

—¡Claro, porque sólo tú escribes tus cartas como todos los años!—Me quejé. Ella entrecerró los ojos y me ladró. —¡Wanda!—Dije asustada. Ella comenzó a reír.

Tonta Yelena, que escribe cartas.

Nota de autor:

One shot corto y especie de what if...

¡Gracias por leer!

Codi.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top