Navidad. #2

Fanfic: Teacher's pet.
Etapa: Después del epílogo.
Especial navidad.

Wanda.

—¿Nat? — hablé metiendo mi cabeza por la entrada de casa. Silencio total. — Genial. Yelena, trae eso.

Mi cuñada tomó una de las cajas que bajamos de la camioneta.

—¿Sólo esta? Nutella no tardará en llegar. Dijo que tenía que buscar un par de exámenes de rutina.

—¿Fue al doctor? No me lo ha dicho. Creí que vería si tu madre vendrá para año nuevo con Christine.

Yelena me observó fijamente.

—Quiero preguntarte algo.

Fingí demencia y seguí avanzando con otra caja hasta la cocina.

—Debemos decorar esto antes de que llegue Natasha, quiero darle una sorpresa. Para que no esté triste por no ver a Melina esta navidad.

—Wanda. Quiero preguntar algo. Es que... Creo tener noción de algunas cosas y...

—¿Quieres gaseosa antes de empezar o después?

—¿Por qué me evitas? — insistió la rubia. Suspiré.

—¿De qué? ¿Qué quieres saber, peque? Estoy algo estresada con decorar todo en media hora.

—Comencemos ya mismo, de paso me contestas lo que quiero saber. ¿Por qué te has vuelto tan complicada? Te mimetizaste con Nutella. Ambas están podridas.

Sonreí.

Yelena jamás dejaría de ser mi pequeña de insultos ocurrentes. La extrañaba mucho más a ella que a Natasha. No voy a mentir.

—¿Y bien? —pregunté tomando las decoraciones para el techo. Ambas salimos fuera con la escalera lista para que yo suba.

Yelena me ayudó entregando varios renos para el techo, también un par de santas.

—¿Desde cuándo Nat ama tanto la navidad?

—Esto es sólo una parte de las cosas que ha comprado en años anteriores. Si vieses como tiene mi ex departamento. Está lleno de material navideño, creo que tiene un problema.

—¿Son aburridas las navidades aquí o por qué se obsesiona tanto?

—Te diría que son aburridas, pero las disfrutamos bastante. Cenamos, vemos películas, hacemos karaoke... Los regalos, y al día siguiente jugamos en la nieve o tomamos chocolate caliente y comemos algo de pastel mientras vemos películas otra vez.

—¿Entonces qué?

— Simplemente le gusta decorar. No la juzgues.

—No lo hago, pero creo que tiene un problema de compras compulsivas.

Sonreí. Es verdad, puede tener razón en aquello.

—Ya, pero es linda, debemos dejárselo pasar.

—Claro, no está mal que te buscaras a la chica más desequilibrada de la tierra, porque tiene linda cara y cabello. Por supuesto.

Reí de forma suave.

—Hey. Nat no es desequilibrada. Sólo obsesiva a veces, pero en serio es linda. Por eso le pedí que nos casemos el próximo año.

—¡Wow! ¿Qué?

—¿No te ha dicho?

—No, no dijo nada en la llamada antes de decirme que me pagaría un avión hasta aquí.

—Pues nos casamos en enero. Llevamos dos años y medio juntas, cumplimos tres en enero y sinceramente, ya no puedo seguir esperando. La quiero conmigo para toda la vida.

—Wow. Eso es... Lindo. Nada obsesivo como Natasha, pero.... ¿No te genera problemas?

—No, Nat es el amor de mi vida. Creo que la vida nos ha unido tantas veces por una razón.

La rubia sonrió.

—Lindo, pero no me refería a eso, Wanda.

—¿Entonces a qué te referías?

—Bueno, ya sabes, a lo que ocurrió antes.

—¿Las idas y venidas? Éramos adolescentes, Nat y yo no somos las mismas niñas pequeñas que fuimos en la escuela. Crecimos, somos un gran equipo.

—¿Es lindo?

—Claro que sí. ¿No has encontrado a nadie que te haga sentir de esa manera, peque?

—Creo que soy asexual.

La observé en silencio.

—No me atrae nadie. Simple.

—Oh, entiendo. Si eso funciona para ti, está genial, cariño. ¿Y qué tal con eso?

—Me gusta, mamá dice que está bien mientras yo esté cómoda.

—¿Cómo está Melina? Supe que tiene diabetes, ¿no?

—Sí, pero está bien. Christine es doctora, la controla bastante. Funcionan bien, se cuidan entre ambas.

—Eso es lindo. ¿Ethan?

—Está gigante. Matt irá a verlo esta navidad, ya que mamá no podrá venir por los vuelos cerrados, Matt estaba cerca, tomó un tren.

—Grandioso. Me alegra que su relación mejorara con el paso de los años.

—Ethan tiene tres padres. Tiene suerte.

—¿Y tú con Alexei? Es decir, sé que Nat ya no habla con él, pero...

—Hablamos cada tanto. Siempre pregunta por ella, luego desaparece y vuelve muchos meses más tarde.

—Oh... No es constante.

—No, para nada.

Seguí acomodando cosas hasta que vi el techo lo suficientemente lindo.

—Bien, dentro Nat ha decorado, sólo debo decorar el jardín y...

—¿Te acostabas con mi madre en la escuela?

Mis manos se resbalaron de la escalera y caí, dos metros hacía abajo sobre mi auto.

La alarma comenzó a sonar. He roto el cristal y me duele la cadera. Mierda.

—Auch... — susurré y la rubia quién se encontraba en el techo gritó espantada.

—¡Llamaré a Nat! ¡Oh, Dios! ¡¿Te encuentras bien?!

No contesté. Me duele todo.

[•••]

Ni en el camino, ni en el hospital dije algo. No sé por donde se ha enterado Yelena, y tampoco deseo preguntarle.

No he hablado con Melina en años, el psicólogo me hizo avanzar demasiado con eso, a día de hoy son cosas que ya no me duelen y que hasta cierto punto dejaron cicatrices que siempre me recordarán que cometí errores, que cometieron errores conmigo y que me dañaron, pero la perdoné.

Fue mi proceso, elegí perdonarla, aunque si hubiese elegido no hacerlo, habría sanado de todas formas, pero es la madre de mi novia, y aunque fue una mujer cuestionable en su momento, también es buena madre. Cuida de mi chica incluso estando lejos, y eso es algo digno de admirar, además ella me ha dedicado pisos de disculpas, está arrepentida, hizo terapia, entendió lo que iba mal con ella, con lo que pasó y con Alexei.

Supongo que al final ella fue víctima y repitió el proceso... Triste, pero cierto. Al menos mejoró y ya no volverá a hacérselo a nadie. Ella está feliz y yo también, ¿por qué justo ahora Yelena toca el tema? ¿Cómo lo supo? ¡Es imposible que lo supiera!

—¡Wanda!

Mi prometida entró corriendo a la habitación y tomó mi rostro.

—¿Te encuentras bien, cariño?

—Sí, amor. Estoy bien, lo juro.

—Mírame.

—Amor, lo prometo. Me encuentro bien. Estoy excelente, sólo me...

—¡Wanda, te has roto el brazo en navidad!

Sonreí. Sí, me pasé un poco.

—Ya, pero... Las risas no faltaron.

—Yelena está espantada. Creyó que habías muerto.

—¿Acaso te ha dicho lo que preguntó? — ella negó. — Que si me tiraba a tu madre en la escuela.

Natasha abrió los ojos espantada.

—¿Y qué has dicho?

—Me he resbalado antes de contestarle por suerte, de no ser por eso.

—Wanda, pasarás todo el verano con terapia y si tu hueso no se pega...

—No fue una fractura expuesta al menos.

—¡Pudiste morir!

—¡Pero no morí, dame un besito!

Mi novia suspiró, se acercó a besarme y cerré los ojos disfrutando de sus labios. La había extrañado demasiado durante la tarde y la mañana.

—¿Le diremos a Yelena?

Mi novia ató su cabello en una cola.

—Es un secreto que nos perseguirá toda la vida, no sé... ¿Qué prefieres? Es algo que te pasó...

—Yelena no tiene la culpa de lo ocurrido, no debería verse involucrada en ello... No me gusta eso.

—Pero también sería un secreto para cuando tengamos bebés. — murmuró ella.

Sonreí.

—¿Bebés?

Las campanadas indicaban que ya son las doce.

—Bienvenida navidad... — murmuré. Mi novia y yo nos observamos. — Feliz navidad, amor.

—Feliz navidad, cariño... — murmuró antes de besarme. Cerré los ojos mientras sentía su mano acariciar mi nuca. — Te amo.

—Yo más. — noté sus ojos llorosos.

—¿Qué? ¿Qué ocurre? ¿Es por tu madre? Lo siento mucho, cielo. Tratábamos de dejar la casa bonita para que no sientas tanto la ausencia de tu madre, no resultó, y sé que parece que he arruinado la navidad.

Ella negó.

—Me hice unos exámenes. — secó sus lágrimas. — me dieron los resultados.

Un sudor frío me recorrió la espalda. Oh, Dios...

—¿Okay?

—Podemos iniciar un tratamiento si es que deseamos tener bebés, ahora mismo puedo hacerlo. ¿No quieres que tengamos un pequeño?

Abrí mi boca sorprendida y no supe que contestar, ella simplemente sonrió. ¡¿Un bebé?!

—¿Tú y yo? ¿Un bebé?

—Sí, amor. Un bebé. Que tú y yo elijamos cuando, y de qué...

La callé con un beso mientras algunas lágrimas también caían por mis mejillas.

¡Claro que quiero ser madre! Es algo que en serio me gustaría sentir.

—Te amo, te amo, te amo, te amo... Claro que quiero, quiero que sea niño y llamarlo Greg, o que sea niña y llamarla...

Natasha me besó mientras reía.

—Estás emocionada.

—Sí, mucho. Claro que quiero ser la madre de tus hijos, de todos los que quieras tener...

—Te amo, Wanda. Siempre vas a ser tú... — susurró. — lo único que hago es comprobarlo siempre.

Mi pecho se llenó de orgullo. Siempre seré yo, y siempre será ella. Ella quiere ser la madre de mis hijos también, no es algo que hubiésemos charlado antes. Ni siquiera lo de los exámenes, sé que ella deseaba ser madre desde hace unos meses, y siempre ha sido uno de mis sueños, bueno, al menos desde que dejé la terapia.

—Gracias por elegirme. — susurré y la besé nuevamente.

—Ya separense. — dijo Yelena entrando a la habitación. — ¡Feliz navidad!

Enseñó una caja de pizza y gaseosas en su otra mano. Sonreí.

—¡Bendita navidad!

—Lamento lo de tu brazo. —murmuró antes de abrazarme. Luego abrazó a su hermana quien se veía bastante pequeña junto a Yelena.

Es tierno como Nat siempre será la más pequeña de los grupos. Me gusta mucho. ¿Mis bebés serán pequeños?

—No te preocupes, creo que... Debo decirte algo.

—Wanda, no, sobre lo que pregunté, olvídalo. No quiero incomodarte con eso, ha sido estúpido de mi parte. Lo he oído en...

—¿Ha sido papá?

Yelena asintió lentamente. Natasha suspiró.

—Lo que ocurrió es algo muy doloroso, Yelena. No es algo que charlemos a diario...— comenzó Natasha.

—¿Mamá te hizo daño? — preguntó Yelena.

Oh, Dios. Es noche buena...

—Peque, son cosas que pasaron cuando todos éramos menos estables que ahora. Tu madre y yo alguna vez seremos buenas amigas, yo lo sé. Estuvo mal, pero eso no significa que sea una mala persona. Ella mejoró.

Yelena asintió lentamente y Natasha la abrazó.

—Mamá siempre va a ser una buena madre. Lo sabes, es una gran mujer, ha cambiado mucho...

—Ya, es que...

—No le hagas caso a papá, lo importante aquí es que todos estamos mejor hoy.

—Y todos te amamos mucho. — dije yo.

Yelena sonrió, me abrazó con fuerza y acaricié su cabello, mi novia sonrió.

—Yels. Dejando esto de lado, y esperando que no debamos charlarlo otra vez... ¿Te gustaría ser tía?

Ella se separó de mí rápidamente.

—No inventes. ¡¿Tendrán un bebé?!

—Empezaremos el proceso. — dije yo.

—¡No inventes!

—Lo juro.

—¡Nutella!

—Yelena...

—¡Nutella!

Mi cuñada abrazó con fuerza a mi novia, aproveché de robarme un pedazo de pizza mientras las veía girar emocionadas.

Sabía que las noticias tomarían de sorpresa a Yelena y sabía que tal vez la habrían dañado un poco...

Pero ha pasado tanta agua bajo el puente, me casaré con Natasha, tendrá a mis hijos...

Sé que la veré en mi boda, es su madre, Charles y papá tendrán que verla también...

¿Por qué no arreglar las cosas totalmente?

Creo que ya es hora.

Es mi propósito del nuevo año.

—¡Seré tía! ¡Seré tía! ¡Seré tía! ¡Le enseñaré todo lo que sé!

—No creo que sea demasiado. — contestó Nat.

La rubia detuvo su celebración y se cruzó de brazos.

Comenzamos a reír.

Es una navidad extraña, pero no deja de ser increíble. Están dos de mis personas favoritas en el mundo. Sólo me hacen falta tres homosexuales a los que veré para año nuevo.

No puedo esperar.

Nota de autor:

¡Heeeey! Decidí subirlo antes, porque así tienen tiempo de leerlo. ¡Feliz navidad a todos quiénes lean esto! Gracias por acompañarme otra vez, les deseo lo mejor para estas fechas, tengan una noche increíble, se les quiere. Y nuevamente feliz navidad de mi parte y de las wandanat <3

—Codito de Jesús.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top