Green to green

Elizabeth's pov:

Llevo años sin pisar un teatro, al menos luego de la inauguración de la academia y de las demás sucursales.

Despeiné mi cabello castaño, creo que el flequillo me sienta bien. Scarlett lo ama. Observé mi traje en el espejo, es lindo.

Color gris y un cuello de tortuga negro bajo éste. Scarlett lo ha elegido, me gusta que combine mi ropa. Ella sabe hacerlo bien, también eligió la ropa de nuestros hijos.

Cosmo y Rose presentarán dos clásicos. No me dieron el programa y tampoco me han dicho, así que supongo que será sorpresa ya que saben que no participo de ésto hace mucho.

Observé la prótesis, moví los dedos lentamente. Sonreí.

Ya llevo dos años con la prótesis y creo que no me arrepentiría nunca de haber tomado la decisión de usarla. Realmente es lindo, me hace feliz abrazar a mi familia sin preocupaciones.

—¿Mamá?—Escuché la voz de Wanda irrumpiendo en la paz de mi oficina. Levanté la mirada y la castaña me dedicó una sonrisa.

Es la mezcla perfecta entre su madre y yo.

—¿Sí, cariño?—Pregunté y ella se acercó en silencio.

—Mamá me ha enviado a buscarte. Te ves muy linda.—Me levanté y sonreí.

—Humildemente.—Bromeé y me di media vuelta para que me observe.—Tu madre ha elegido el traje, ¿te gusta?

—Mucho. Estás hermosa.

Abracé a mi pequeña y dejé mi mentón reposar en su hombro. Es pequeña, mide lo mismo que su madre, por lo que debo encovarme para  abrazarlas a ambas, pero mientras pueda abrazarlas, esos son detalles.

—Tú también estás hermosa, bebé.

Besé su cabello y ella me rodeó con sus brazos.

—Mis amores.—Dijo Scarlett entrando en el despacho.—¿Ya están listas? Tenemos que estar en media hora dentro del teatro, Cosmo está algo ansioso. Quiero llegar para calmarlo antes de la presentación.

Asentí tomando mis gafas y dejándolas en el bolsillo de mi saco. Pasé junto a Scarlett y tomé su cintura, nuestra hija salió delante nuestra y la seguimos no sin antes activar las cámaras y la alarma de casa.

Después de lo ocurrido con sus suegros era mejor prevenir, y yo no iba a escatimar en poner a salvo a mi familia, y aunque Scarlett renegó y renegó, una vez tras otra, instalé toda la seguridad necesaria y jamás en ningún momento mis hijos están solos en casa, incluso cuando ella y yo nos ausentábamos por alguna escapada romántica de fin de semana. Siempre hay seguridad.

—¿Quién conduce?—Pregunté y Scarlett enseñó las llaves.—Pues vámonos.—Murmuré y ella asintió.

Subimos al auto y Wanda se sentó en la parte trasera a textear, como cualquier adolescente de quince años, adora su móvil, Scarlett y yo le damos su privacidad y espacio, también tenemos la confianza suficiente como para que nos diga lo que pasa en su mundo, en vez de sacarla de su zona de comfort y traerla hasta la nuestra, nosotras entramos en la suya y le permitimos conectarnos con la actualidad.

—¿Quieren oír algo de música?—Preguntó Scarlett y asentí. Wanda eligió una canción de algún cantante actual que seguramente no conozco.

Mi esposa puso en marcha el auto y yo dejé mi mano en su muslo. Me gusta poner mi mano allí cuando ella conduce, y ella disfruta de mis caricias suaves en su rodilla y muslo.

Scarlett y yo estamos ocupadas todo el tiempo, si no es en la academia, es firmando algunas cosas. La serie se estrenó hace... Dos años, y sinceramente ha sido una locura todo lo bien que ha funcionado. Han sido entrevistas, firmas y mucho ajetreo en la primera academia, mucha gente llegando a conocerla, y el doble de inscripciones.

Nos va bien, pero hemos perdido el poco tiempo en el que podíamos ser sólo ella y yo sobre una cama, en la ducha o simplemente cobijandonos en el sofá, por lo que estas simples demostraciones de afecto logran que no nos quedemos sin ser lo que fuimos.

—¿Saben que piezas tocarán?—Pregunté y Scarlett sonrió de costado.—Sonrisa de gatito, eso significa que...

—No te diré, mi amor. Rose y Cosmo no ensayaron fuera de casa dos meses enteros para que yo venga y arruine la sorpresa.

—Amor, una pista.—Supliqué y vi por el espejo retrovisor a Wanda reír.

—No, y ahora silencio, debo concentrarme en la ruta hasta el teatro, relájate y disfrute de su viaje, señora Olsen—Johansson.

[•••]

Al llegar al teatro observé la entrada, las butacas de color burdeo, el escenario adornado en colores dorados y los diferentes palcos con decoraciones bastante estilizadas y elegantes.

Aspiré el aroma a teatro. Algo absurdo para cualquiera que viene una vez, pero para quienes hemos pasado una vida entrando y saliendo de allí... Realmente es algo que se extraña, el aroma a los asientos limpios luego de aquella maquinilla olor a limón que pasa cada dos días encargándose del aseo del lugar.

Observé los asientos, Scarlett tomó mi mano y comenzamos a caminar en dirección a nuestra fila. Estábamos delante de todo, en la misma fila de las autoridades.

—¿Por qué aquí?—Pregunté y ella sonrió.

—Aquí nos toca estar.

Asentí y me senté a su lado, Wanda se sentó junto a su madre y me crucé de piernas. Giré mi rostro y tomé el mentón de mi esposa para besarla.

Necesitaba hacerlo, no pueden culparme por amar a una mujer tan maravillosa.

—¿Y eso?

—Oh, extraño cuando nos besabamos todo el tiempo.—Aclaré avergonzada, casi sintiéndome una chiquilla en medio de un reclamo.

—Mi amor...—Susurró ella antes de unir nuevamente nuestros besos.—La próxima semana la tenemos libre, podríamos escaparnos... Tú y yo, un viaje corto o largo... Tu elige.—Sonrió y yo lamí mis labios tratando de ocultar una sonrisa pícara que quería aparecer en mi rostro.

—Me gusta eso. ¿Yo elijo?

—Así es.

—Nada de playa.—Aclaré y ella comenzó a reír.—Una casa en el campo, una cabaña cualquiera, con leña y... Solas tu y yo... Cuatro días.

Ella asintió y acomodó mi traje antes de textear en su móvil.

—Le he pedido a Sarah que se encargue.—Murmuró y sonreí burlona.

—Estás muy engreída desde que tienes una asistente, eh.—Dije risueña. Mi mejor amiga era la asistente de Scarlett y la rubia se manejaba mejor así desde que comenzamos a generar mas ingresos.

Mi esposa es tan sencilla como siempre, la única ampliación que hemos hecho ha sido un baño en la habitación de Wanda y arreglos necesarios por comodidad, ni siquiera quiso cambiarse a una casa más grande o cambiar de auto, tenemos uno sólo e incluso la veo regañarse mentalmente cada que compra un par de zapatos nuevo, conozco las muecas de mi amada, ella se castiga simplemente por mimarse.

Y en su simpleza, sigue estando intacto su encanto, y gracias a Dios, nuestros tres hijos son así... Como ella, dichosos en la simpleza, cero materialistas y muy trabajadores.

Una vez al año cuando todos tenemos tiempo libre y nos calza bien, elegimos una actividad por bondad, y participamos, sabemos que una sola actividad no ayuda demasiado, pero hacemos nuestro esfuerzo en tener tiempo y además donamos dinero a aquellas fundaciones con la esperanza de ser de ayuda para quienes más lo necesiten. Me avergüenza decirlo, porque no quiero que la gente crea que es una burla para quienes más lo necesitan, al contrario, yo quiero ayudar... Scarlett me conoció siendo alguien con ganas de ayudarla cuando ella la pasó mal económicamente y no lo sé, ¿cuál sería el propósito de darme tanto dinero y éxito si no es para ayudar a quienes más lo necesiten?

Pasaron un par de directores, viejos amigos y diversos músicos saludándome, agradeciéndome estar allí y mencionando que es un honor tocar delante de mí.

Siento totalmente sincera, eso elevó mi ego.

Mi esposa me observaba con total orgullo mientras yo recibía apretones de mano antes de que las luces se apagaran y el presentador partiese saludando con agrado.

Todos aplaudimos en cuanto mencionaron a los primeros interpretes, era una composición en la que llevaban trabajando meses, pude notar influencias de los más grandes autores y ese sentimiento de nostalgia musical no abandonaba mi cuerpo.

Le dediqué veinticinco años de mi vida a la música, y esa pasión me fue arrebatada sin más, aún es algo que me acompaña en mis días más oscuros.

Vi al pianista, tan lleno de ilusión, acompañado de una chelista, por supuesto que tan talentosa como todos allí, pero mis ojos se paseaban por el rostro del chico del piano, notaba muecas de dolor en su rostro en la medida que sus manos debían abarcar una octava o un poco más.

—¿Todo bien?—Preguntó Scarlett y aparté mis pensamientos rápidamente. Asentí algo abrumada.—Tus ojos de cachorro triste no me engañan...—Susurró y observé mi prótesis. Uní nuestros dedos y suspiré.

—Nostalgia.

Ella asintió y acaricio los dedos de mi prótesis antes de apoyar su cabeza en mi hombro. Trae un traje de color negro bastante lindo, me gusta como se ve. Solíamos combinarlos.

La interpretación cesó y los aplausos no se hicieron esperar, cerré los ojos y los recuerdos no dejaban de atormentar mi cabeza.

Los flashes, los gritos, las firmas, los excesos, el trabajo, la presión, el estrés, la ansiedad, el alcohol... El accidente.

—Ya regreso.—Dije poniéndome en pie. Salí del teatro. Observé el clima, el cielo parecía querer romper en llanto en cualquier momento. —Relájate, Elizabeth.

Un teatro no puede provocarme tanta ansiedad. Son sólo recuerdos, no pueden lastimarte. Respira, Elizabeth.

—¿Todo bien, señora?—Preguntó un joven que pasaba tras de mí. Asentí y me ofreció un cigarillo.—¿Quiere uno?

Lo observé con tentación. Cuando Scarlett y yo comenzamos nuestra relación prometí no más excesos y eso incluía alejarme de lo que sabía perjudicaría mi resilente salud.

—No, no, gracias.—Susurré y observé mis manos.—Ten buen día.

Entré al teatro y pude sentir una interpretación suave de la traviata. Esa pieza está en todos lados.

Caminé hasta mi asiento y mi esposa me observó preocupada.

—Hueles a cigarrillo.—Susurró.—No estoy molesta, sólo quiero saber si... Vas a caer nuevamente en cosas que te hagan daño sabiendo que existen más formas de superar lo que sea que te atormente...—Dijo mientras aplaudiamos.—Y tal vez hablo desde mi privilegio "mental" de alguna forma, porque yo no estoy pasando por lo mismo que tú, y no siento lo que sientes, pero me preocupas, y me importa que estés en paz. Eres mi esposa.—Susurró.—Estoy aquí para levantarte cada vez que necesites que lo haga, incluso si no quieres que te levante y sólo quieres a alguien que te permita descansar, estaré descansando de tu lado.

Sonreí y tomé su mejilla para acercarla a mí y besar su cabello.

—Te amo.—Susurré.—Gracias por ser mi apoyo siempre, estoy bien. Había alguien fumando, yo no lo hice, sólo salí a respirar.

Ella asintió. Me creyó de inmediato y eso es algo que adoraba de nuestra relación. La confianza jamás era innecesaria.

—Okay, amor.—Susurró ella y nos sonreímos.  El presentador anunció los nombres de nuestros hijos y aplaudimos mientras ingresaban al escenario.

—Hola, buenas noches.—Dijo Rose con una sonrisa.—Hoy les presentaremos una pieza clásica. Claro de Luna de Ludwig Van Beethoven, entre tantas obras, elegimos esta, ya que... Nos recuerda muchísimo a alguien muy especial para nosotros... Está en el público.

Scarlett me observó con una sonrisa.

—Mamá Lizzie.—Dijo Cosmo.—¿Puedes ponerte de pie?

Me levanté y saludé mientras la gente aplaudía.

—Si no fuese por ella, tal vez nosotros no estaríamos aquí a punto de tocar para ustedes. Gracias por tanto. Fue un honor aprender de una de las mejores pianistas de tu generación.

Los aplausos nuevamente se oyeron en todo el teatro, uní mis manos en gesto de gratitud y le sonreí a mis pequeños con orgullo y emoción.

Se sentaron uno junto al otro en dos pianos diferentes, cada uno tocaría cierta parte, algo que no se acostumbra, pero bien hecho puede generar un ambiente maravilloso.

Mientras ellos interpretaban la pieza mis recuerdos se tornaban más dulces, menos toscos, menos apagados, menos dolorosos... De pronto el piano y yo tal vez podríamos ser amigos, por los viejos tiempos... Y por los nuevos que vendrán.

Cerré los ojos recordando cada una de las notas de aquella obra, mi mano sobre la pierna de Scarlett, movía los dedos haciendo memoria de como se sentía estar tocando el piano.

Me vi allí, arriba, interpretando. Un guiño al pasado y mis pies en el presente.

Sonreí.

Nostalgia pura.

Nota de autor:

¡Feliz cumpleaños mxmffrmnff!
Espero que tengas un día increíble, disfruta mucho. <3 digan feliz cumpleaños a avam

-Codi.

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