Desobediencia (NAVIDAD)

Scarly's pov:

Busqué con la mirada a mi esposa entre toda la gente del hotel. Mis hijos estaban junto a mi suegra en la parte del banquete.

Andrew de cinco y Will de cuatro estaban emocionados de pasar la navidad en el hotel de su tía Ashley.

—¿Me buscabas, pequeña?—Escuché la armoniosa voz de mi esposa tras de mí.

—Justamente.  —Murmuré con una sonrisa. Me giré y la vi sonreírme, llevaba un pantalón de vestir bastante elegante acompañado de una blusa blanca con las mangas hasta los codos.—Estás hermosa, Elizabeth.

—Lo mismo digo, cariño. ¿Todo en orden?—Preguntó tomando mi mano y besando mis nudillos.

Asentí y escuché a Ashley acabar su discurso siendo aplaudida por todos en la fiesta.

—¡Quedan tres! ¡Dos!

—¡Uno! —Gritó mi esposa tomando mi cintura.  Todos aplaudieron festejando la navidad, una canción navideña comenzó a sonar de fondo.

Last Christmas era lo que comencé a tararear al notar como sonaba.

—¿Un baile, señorita Johansson?—Preguntó mi esposa en mi oído. Asentí con una sonrisa.

—Será un placer.

Ella tomó mi cintura moviéndose al compás de la música. Su mano acarició la abertura de mi vestido en la espalda.

—Estás hermosa en ese vestido blanco. —Murmuró y sonreí sintiéndome realmente linda.

—¿Crees que me veo linda?—Pregunté y ella asintió.

—Creo que eres la mujer más hermosa en todo el jodido planeta tierra, pequeña. —Sonrió de forma encantadora. Elizabeth sabía como coquetear. —Y créeme, es un regalo que seas mi esposa, sólo mía.

—Que posesiva eres, Olsen. —Bromeé y ella asintió.

—Me gusta cuidar a mi señora.

Me giró levemente y al volver a atraparme entre sus brazos pegó su mejilla a la mía.

—Feliz navidad, mi amor. Eres el mejor regalo que la vida me dio.—Murmuró.

—Feliz navidad, Lizzie.—Sonreí pasando mis manos por su cuello dejando mi espalda y cintura libres para ella.

Lizzie me giró otro par de veces, ambas disfrutábamos de ésto sabiendo que mañana tendríamos que volver a preocuparnos de nuestros hijos, ambos son muy bien portados, sin embargo no tenemos citas hace mucho, hoy mi suegra ha hecho de niñera y eso nos ha facilitado las cosas para poder estar aquí, bailar, charlar con los conocidos y amigos sin mayor preocupación.

Uno de nuestros hijos tenía problemas para desenvolverse, le costaba comunicarse con la gente y eso generaba temor en nosotras, sin embargo hace unos meses comenzó a charlar con la gente, oraciones cortas, pero los eventos sociales lo animan.

—Disfruto tenerte para mí. —Admitió observandome fijamente. —Incluso si es sólo por hoy, quiero que sea eterno.

—También quiero que lo sea. —Murmuré uniendo nuestros labios veces  de forma lenta y repetitiva.

Elizabeth sonrió contra mi boca en cuanto la canción acabó, sus manos en mi piel desnuda me hacían suspirar, el calor de quien amas te envuelve tan profundamente que de pronto sólo éramos un alma danzando entre miradas cálidas de nuestros seres queridos, tal y como cuando nos casamos, fue el mejor baile de mi vida.

Me separé y besé su mejilla al notar que mi hermana me observaba con una sonrisa. Ella y su esposo han venido, saludé a mi cuñado con la mano y luego caminé hasta mi hermana.

—Vanessa. —Murmuré con una sonrisa. —Creí que no vendrías.

—Me mudé de ciudad, no de país. No es difícil venir, y por verte yo haría lo que sea. —Sonreí acercándome a abrazarla con fuerza. —¿Mis sobrinos?—Pregunté.

—En casa con mamá... Preguntó por ti.

Asentí lentamente.

—¿Ya lo dejó?—Pregunté.

—Están firmando el divorcio, luego mamá se irá a vivir conmigo, ya sabes... Para ayudarme con los niños y no estar sola.

Le sonreí algo nostálgica y quizá dolida, mi hermana se mudó hace un mes por comodidad y mamá se divorció, no me ha buscado, creí que lo haría.

—Me alegro de que esté mejor, creí que jamás se recuperaría del engaño y la golpiza de papá. —Murmuré.

—La gente cambia...

—Si... No creo que mamá lo haga. —Murmuré. —Sin embargo, me alegra mucho. Cuida de ella y de mis sobrinos.

Vanessa asintió y me entregó un sobre con una carta dentro. Pude notar la caligrafía de mamá.

—¿Se disculpa?—Pregunté y Vanessa negó.

—No precisamente... Ella quiere hacer un acuerdo para hablar y...

—¿Acuerdo?

—Quiere conocerlos y creyó que era buena idea darte un plan para que pudiesen verse sin Elizabeth. —Dijo Vanessa rápidamente. —No estuve de acuerdo, ella Insistió en que te lo traiga, sólo he cumplido.

—¿Por eso haz venido?—Pregunté dolida y ella negó.

—Te juro que no, vine a verlas. A saludar a mi cuñada y sobrinos, jamás vendría a enseñarte algo que te falta el respeto sólo porque mamá me lo pidió.

Suspiré más aliviada. No podría con una decepción sobre Vanessa,es la única hermana que me queda.

Tomé la carta y la rompí en pedacitos pequeños antes de lanzarla al basurero más cercano de todos.

—Hazme ser la mala, dile que al leerlo lo rompí, porque nadie va a separarme de mi esposa para una tonta visita sin relevancia. Mis hijos tienen cinco y cuatro años, de haberlo pensado antes ella ya sería una abuela presente en la vida de mis hijos, pero no quiere eso. Quiere llenar ese vacío y ver si logra aceptarlos, pero mis hijos no le deben nada. —Murmuré. —Nacieron libres y no tuvieron que cortar cadenas que los ataban a costumbres prehistóricas, no son sus juguetes.

Mi hermana asintió lentamente y me abrazó con fuerza.

—Eres fuerte.

—Me costó, pero sí. Lo soy.—Admití con una sonrisa. —Nos vemos luego, voy con mi esposa. —Murmuré girándome hasta llegar donde Lizzie quien le daba una gaseosa a Will.

—Hola, cariños míos.

Ambos me observaron con sus grandes ojos verdes y ahí fue que noté en el calor de su mirada que nunca más volvería a sentirme poco amada, nunca más me sentiría menos valiosa, nunca más volvería a ser la Scarlett que huyó de casa con miedo de que sus papás ya no la amen.

Hoy ya no tengo miedo.

Hoy tengo una familia en navidad, una que vale la pena.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top