Beyond the screen, 14 febrero. (+)

Lizzie's pov:

—¡Rose, al auto!—Llamé a mi hija de catorce años.

La rubia corrió hasta el auto mientras Mason y Sophia la seguían apresurados. Scarlett traía al pequeño Ian en brazos. Melanie nos convenció de llamarlo Ian Luka, porque al parecer vio una película sobre un astronauta que... Oh, ni siquiera lo recuerdo, pero mi suegra es buena en convencer a las personas, y odiaba tanto el nombre que teníamos planeado que finalmente logramos que Ian fuese... Nuestro nombre adorado.

Grace caminaba junto a Scarlett y yo decidí ayudarla a subir al auto.

—Ven aquí, cariño.—Tomé a Grace y la subí al auto. Ajusté su cinturón y vi a Scarlett poner a Ian en su asiento.

Rose iba mensajeando a un muchacho. Enarqué una ceja y ella me dedicó una sonrisa idéntica a la que Scarlett pone cada vez que quiere convencerme de poner el canal de cocina y quitar animal planet.

Le propuse un viaje en auto por dos razones, el catorce de febrero es en unas horas, bueno, casi un día, lo que significa día del amor. No hemos pasado un día del amor en paz desde que nos casamos, antes cuando sólo éramos tres, por lo general Melanie se quedaba con Rose y yo me escapaba con Scarlett a un hotel en otra ciudad, pero desde que somos tantos en casa, no podemos dejarle a Kate a una adolescente y cuatro niños que parecen no saber caminar. Juro que no es mi culpa, pero todo el tiempo están en el suelo.

Scarlett se sentó en el lado del piloto y la observé molesta.

—Yo conduzco.—Dije y ella negó.—Scarlett sabes soy mala controlando a los niños.

—Yo conduciré, amorcito. Por favor, súbete y ajusta tu cinturón.

Giré los ojos y subí al auto. No quiero que ella conduzca.

—Yo debía conducir, yo sé a donde debemos ir.—Giré los ojos y ella sonrió.

—Deja de discutir, podrás elegir la música. —Murmuró y se giró hacia nuestros hijos. —¿Todos bien?

—Sí.

—No, pis, mami.—Dijo Sophie y yo me giré.

—Fuiste antes de salir.—Me quejé.

—No. No fui.—Insistió y Scarlett me observó fijamente.

—¿Yo debo llevarla?

—Elizabeth...—Murmuró y yo entendí que lo mejor era hacer caso.

—Vamos.—Bajé del auto y abrí la puerta para que Sophie corriera dentro de casa hasta el baño.

La pequeña de cinco años huyó dentro de casa, y me quedé esperando en la entrada. Odio retrasarme.

Hablé con Melanie, el viaje debería dejarnos a las doce en nuestro lugar, donde Melanie recogerá a los pequeños e irán a unas cabañas cerca de un campo de alpacas, ella y Karsten se encargarán de nuestros hijos mientras Scarlett y yo pasamos todo el catorce de febrero juntas. No hemos pasado un día sin niños desde hace... Desde que nos casamos, y eso ya hace bastante, Rose ya tiene quince años, bueno, casi quince.

—¡Listo!—Gritó Sophie corriendo mientras arreglaba su vestido. Ella adora los vestidos, casi tanto como Rose y Scarlett, por su parte Grace los odia, Scarlett dejó de intentar que use vestidos cuando Grace comenzó a llorar cada vez que los veía, los aborrece.

—¿Te lavaste las manos?—Preguntó levantándome y ella negó volviendo a correr hasta el baño.

—¡Lo siento, mami!—Gritó y suspiré.

—Yo te espero, amor. Ve con calma.—Murmuré y tomé el collar en mi cuello con cada inicial de mis hijos. En la parte trasera tenía grabada la fecha en que me casé con Scarlett y delante las iniciales, desde una "R" hasta una "I" por el pequeño Ian, Scarlett me lo regaló para mi cumpleaños. —¿Ya?—Llamé a Sophie y la vi volver con las manos empapadas en agua.—Bien, vamos.

La tomé en brazos y ella se aferró a mi cuello, fuimos hasta el auto donde Scarlett y Rose charlaban. Metí a Sophie en su asiento y me aseguré de que su cinturón estuviese puesto.

Los cachorros se quedaron en casa, Clayton vendrá a verlos más tarde.

—Todo listo, Mason si quieres ir al baño, hay una botella.—Dije rápidamente y observé a Scarlett quien se acercó hasta mí para besarme cortamente en los labios.—¿Y eso?—Pregunté.

—Es un besito de la suerte, así podré conducir tranquila.—Murmuró y sonreí.

Todavía me siento como la primera vez, eso jamás cambiará.

—Que asco.—Dijo Mason.—Los besos son sucios, porque pasan saliva, yo no quiero que nadie toque mi saliva.

—Nadie va a querer besarte.—Dijo Rose girando los ojos.—¿Lilly elegirá la música?—Preguntó y asentí. La rubia decidió ponerse los audífonos y la observé bastante ofendida.—Lo siento, Lilly. No me gusta la música de señoras.

—No soy una señora.—Me quejé y Scarlett comenzó a conducir.—¿Verdad, amor?

Scarlett me ignoró.

—¿Amor?

—Lizzie, estoy conduciendo y la carretera que debemos tomar está cerca.

—¿Crees que soy una señora?—Pregunté ofendida y ella giró los ojos.—No soy una...—¡No soy!—No soy una señora, no me veo como señora, tuve un bebé y ya, además...

—¿Qué tiene de malo haber tenido más bebés?—Dijo ella enarcando la ceja.—Yo tuve cuatro bebés y me veo bastante bien.

Mierda. ¡Juro que no me refería a su cuerpo! ¡Hablaba de mí!

—No me refería a eso, estás hermosa. Eres hermosa.—Aclaré.—Te amo, en serio, y sólo te haz puesto mejor con los años, eres una milf.—Hablé rápidamente y Rose comenzó a reír.

—Milf, que gracioso.—Dijo ella desde atrás. —Ya ves, mamá. Toda una milf, Lilly lo dijo.

—¿Cómo es que tú sabes que significa eso?—Me giré molesta.

—Tengo quince, Lilly. Ya crecí.—Murmuró y Scarlett dejó ir un suspiro.

—Ya van a empezar.

—Deja de recordarme que creciste, no me gusta.—Me quejé.

—Lilly, es lo que es, ya no tengo cinco años.

—¡Scarlett, Rose me está molestando!

—¡No le creas, ella miente, mamá! ¡Y se comió tus galletas!

Volví a girarme en dirección a Rose y la miré ofendida. Ni siquiera Judas se atrevió tanto.

—¿Qué galletas?—Preguntó Scarlett.

—¡Las que te ha enviado el tío Colin!—Gritó Rose. Mason y Sophie observaban la patrulla canina en la pantalla de atrás, ambos llevaban audífonos por lo que parecían no enterarse.

—¡También te las comiste!—Me quejé.—Y tenían mal sabor.

—Lizzie, dijiste que no te molestaba que Colin y yo trabajemos juntos.

—Las galletas no son parte del trabajo.—Murmuré inocente.

No me molesta que trabajen juntos, pero por Dios santo, mi esposa es Scarlett Johansson, y por razones que desconozco en algún momento Colin logró enamorarla, no me sorprendería que esas galletitas fuesen un intento de conquistarla, y ya sé que ella no me dejaría, pero... ¡Yo no le he regalado galletas! Y claro, he ido a terapia, sigo yendo ocasionalmente, de vez en cuando tengo aquellos temores de que llegaré a perder a Scarlett, y no es porque ella me haga sentir eso, es porque en ocasiones no me siento lo suficientemente buena esposa, la psicóloga dice que es porque soy demasiado ansiosa y sobrepienso todo, y claro, tengo etapas buenas y otras no tan buenas, y las galletas me dieron en una etapa no tan buena.

No es su culpa, ni la de Colin, ni la mía, la ansiedad no es algo que se irá tan fácil, y me gusta saber que no es mala... Debo soltarla poco a poco, a mi me costó más que a Scarlett, pero supongo que es cosa de procesos personales, no somos una copia de la otra.

—Cariño...

—¡Perdón!—Me disculpé y conecté mi móvil a la radio del auto.

The way i loved you de Taylor Swift comenzó a sonar en los altavoces mientras mi esposa conducía en silencio.

A veces cuando está así pienso que dije algo que ella odió.

Rose se puso los audífonos e Ian cayó dormido. Scarlett seguía en lo suyo y Mason estaba a punto de dormirse contra el hombro de su hermana quien estaba pendiente de las caricaturas.

—No deberías preocuparte por Colin.—Murmuró luego de una media hora en carretera.—Sabes que no tengo ojos para nadie más.

—Eso es extremista y falso, todos notamos a la gente atractiva.—Murmuré yo.—Angelina Jolie es atractiva, y la vi sólo dos veces.

Ella giró los ojos y una sonrisa se dibujó en su rostro.

—¿Estarías con ellas?—Preguntó y negué rápidamente.

—Jamás, yo te amo y eres la mejor esposita del mundo.

—Pues me pasa igual, gente atractiva hay en todos lados...—Se detuvo en el peaje.—Pero ninguna es mi Lizzie.

Sonreí.

—Ya sé que no me engañarías, pero... A veces creo que no soy lo suficientemente amorosa o...

—No te compares. —Murmuró.—Eres lo que me merezco, y yo espero a diario ser lo que tú mereces...—Tomó mi mano y besó mis nudillos.—Porque sino ésto no funcionaría, ya pasamos por una relación tóxica y lo sabes, mejoramos, tuvimos nuestro receso, ni tú ni yo estaríamos aquí si no fuésemos lo que merecemos.

Es verdad, cuando Scarlett y yo nos reencontramos, justo días antes de casarnos tuvimos aquella conversación que te cuestiona si estás tomando la decisión correcta, ambas sabíamos que nos amábamos, pero que el amor no sería suficiente si volvíamos a algo tóxico, el primer año de matrimonio fue hermoso, pero aún así tomamos terapia de pareja, la que nos faltó cuando nos dimos tiempo.

También logramos concluir que todo nuestro ambiente se volvió tóxico debido al ojo público, incluso ella y Brie actualmente son muy amigas. Yo de Robbie no puedo decir lo mismo, y Scarlett sigue sin soportarlo, pero ahora tiene claro que jamás podría verlo con otros ojos.

No sé que estaba pensando de cualquier forma... Debieron golpearme cuando volví a salir con un hombre.

Ha pasado tanto y, agradezco mucho la forma en que Scarlett mejoró, yo también pude mejorar, pero fue un año lleno de proyectos, también porque Scarlett estaba en sus cosas y yo decidí darme un año de trabajar desde casa, ya que Ian acababa de nacer y quería que Scarlett pudiese hacer lo suyo, pero eso hizo que el trabajo se me acumulara, y la ansiedad volvió, no es algo que pueda controlar, pero si es algo que no puedo permitir que me controle, tengo una esposa maravillosa que se quedó conmigo cada tarde sin importar que tan cansada llegaba de lo suyo, estuvo en cada casi ataque de pánico que me daba, me dejaba dormir con el rostro pegado a su pecho para oír sus latidos y relajarme, ella es asombrosa, tal vez por eso me da miedo no ser suficiente.

—Sí, oficial. Vamos al pequeño pueblo unos kilómetros más allá.—Murmuró mi esposa y noté que ya estábamos delante del peaje controlado por oficiales.

—Ya es bastante tarde, no creo que las atracciones estén abiertas, señorita.—Murmuró el joven oficial.

—Tenemos una cabaña.—Dijo ella.

La verdad es que la cabaña no existe como tal, he comprado una casa para vacaciones, pero que sea nuestro rinconcito de amor, sólo ella y yo. No hijos, amo a mis hijos, pero quiero a Scarlett sólo para mí, incluso si es una vez por año, quiero dormirme en su vientre agotada de tanto amarla... Sin preocuparme de tener criaturas lloronas pidiendo que les de amor, es decir, los amo... Pero quiero tener a Scarlett...

El policía nos dejó avanzar y Rose comenzó a reír.

—¡No descubrieron la droga!—Dijo con emoción y yo me sonrojé.

—¿Trae droga?—Preguntó el policía y yo negué rápidamente nerviosa.—Bajen del auto.

Me giré hacía Rose y Scarlett bajó para hablar con el oficial.

—Ahora llegaremos tarde.—Me quejé y Rose me miró nerviosa.

—¡No fue a propósito!

Miré como uno de los oficiales hablaba de forma extraña con Scarlett y mi esposa le pegaba una cachetada.

Abrí mis ojos espantada y me giré a Rose.

—Vigila a tus hermanos.

Bajé del auto rápidamente.

—¡No soy una cualquiera!—Gritó mi mujer y caminé hasta el oficial quien le puso unas esposas.

—¡Oiga, no!—Dije rápidamente. —¡¿Qué pasa?!—Pregunté.

—La señorita agredió a un oficial.

—¡Me ofreció tener sexo para perdonarnos algo que no tenemos!—Gritó.—¡Revisen el jodido auto, no hay droga!

—Oficial, por favor.—Murmuré y vi como sacaba las llaves de las esposas.

—Su esposa cometió una falta grave.

Scarlett giró los ojos.

—Usted es un imbecil.

—Y usted una estrecha.—Dijo el más joven.

—¡¿Qué te pasa?!—Dije molesta y empujando al sujeto.

Me devolvió el empujón.

Bien, no me deja otra opción.

[•••]

—No puedo creer que mi suegro haya tenido que hacer una llamada para que no me metan a la cárcel. —Se quejó Scarlett.—Estoy muy molesta contigo, Rose, y también contigo, Elizabeth.

—¿Y yo qué hice?—Me quejé.

—¡Llamaste a mi suegro! Sabes que no debieron enterarse, me verá como una desquiciada. Además la esposa de tu padre siempre dice que soy problemática.

—Me gustan las chicas malas.—Bromeé y Rose sonrió por el espejo retrovisor.

Scarlett se quedó en silencio molesta.

—Amor, no te enojes. —Pedí.—No me importa lo que la esposa de papá piense, mi madre, tu suegra, te ama.

Scarlett siguió ignorándome.

—Bebé...—Insistí y ella siguió ignorándome.

—¡Mason, quítate!—Se quejó Sophie mientras Mason se despertaba espantado y comenzaba a llorar, lo que provocaría el llanto de Ian.

—Me hice pis.—Admitió Grace.

Me giré y vi los pantalones de mi pequeña mojados. Sonreí nerviosa.

Scarlett detuvo el auto. Está completamente molesta.

Bajó del auto y tomó a Grace para llevarla a la parte trasera y ayudarla.

Rose acarició el cabello de Mason para ayudarlo a dormir nuevamente y le entregó un juguete a Ian quien comenzó a chuparlo.

—Ahora me odia. —Susurré molesta y Rose me observó en silencio.

—Nos queda media hora.

—Nos quedaría menos si no fuese porque casi se llevan a tu madre a la cárcel.

Rose comenzó a reír.

—Lo siento, lo siento. Sólo era una bromita.—Murnuró y dejé ir un suspiro.—Anda, Lilly. Perdóname.

Rose tomó mi rostro y comenzó a dejar besos en mi mejilla. No pude evitar sonreír. Rose siempre será mi absoluta debilidad.

—Esa es manipulación de la más baja, eh.—Sonreí y ella asintió.

—Es para que no dejes de amarme nunca, Lilly.

Acaricié su cabello rubio.

—Jamás podría dejar de hacerlo, cariño.

Scarlett subió al auto y lo puso en marcha luego de pedirle a Rose que acomode a su hermana.

Ni siquiera me miró.

Joder...

¿Le aburro? No... Basta, Elizabeth. Sólo está molesta, tienes que saber que te ama incluso cuando está molesta.

Tomé su mano con temor a ser rechazada y ella acarició mis nudillos sin abandonar su expresión seria, ni siquiera me miró, pero entrelazó nuestros dedos.

Así es Scarlett... Es mejor no molestarla, jamás.

Condujo en silencio la última media hora mientras que yo trataba de no pensar en que probablemente nuestra luna de miel estaba arruinada.

Tal vez la he cagado.

Ya es catorce de febrero hace más de una hora, creí que resultaría bien pero aparentemente no.

Llegamos al sitio y Scarlett notó que las luces estaban encendidas.

—Mamá esta esperando.—Murmuró Scarlett y bajó del auto soltando mi mano rápidamente.

Me encontré con Melanie quien salió de la casa y saludó a su hija con un fuerte abrazo. Luego me observó y vio a Scarlett entrar en casa bastante agotada.

—¿Pasó algo?

—¿Aparte de que casi se va a la cárcel porque Rose habla de drogas?—Pregunté de forma irónica. —No, sólo eso.

—¿Los niños siguen en el auto?—Preguntó y asentí.—Las llaves de mi auto están dentro, vete y consciente a tu esposa. Me llevo a mis nietos.

—Eres mi ángel.

—Cariño, eso lo sé desde que logré que se casaran, este matrimonio de tres no sería nada sin mi.—Bromeó y se alejó para subir al auto.

Caminé hasta dentro y vi a mi esposa masajear sus pies mientras dejaba sus tacones a un lado.

—¿Todo bien, amor?—Pregunté y ella me asintió sin observarme. Me acerqué hasta ella y me senté a su lado.

—¿Los niños?—Preguntó y moví su cabello para un costado dejando la zona de su cuello libre. Besé su hombro y ella insistió.—¿Los niños?

—Tu madre se los ha llevado.—Murmuré y volví a besar la zona de su cuello.—Y tenemos dos días para ti y para mí.

Ella cerró sus ojos ante mis besos en su cuello, subí mis manos por sus brazos acariciando con suavidad.

—¿Y eso por qué?—Preguntó ella girándose para besarme cortamente y volver a cerrar los ojos.

—Porque es el día del amor... Y yo te amo más que a nada...—Sonreí acariciando su mejilla. —Así que... Lamento haberte hecho enfadar en el auto, feliz día del amor... Tu regalo está en el cuarto.

Ella sonrió y abrió los ojos para observarme.

—¿Preparaste ésto solamente para que podamos estar juntas un día?

—Día y medio, pero sí.—Sonreí.—Llevamos mucho sin estar un día solas, ni siquiera recuerdo cuando fue la última vez que pudimos dormir hasta tarde.

—Antes de casarnos, porque Rose se acostaba con nosotras cuando se despertaba un poco más temprano...

—Recuerdo eso...—Murmuré con un aire nostálgico. —¿Quieres tu regalo?—Pregunté y ella asintió.

Me levanté, pero Scarlett tomó mi cintura haciendo que me siente sobre si regazo.

—No puedo darte tu regalo si no me dejas traerlo.

Ella me dedicó una sonrisa de medio lado antes de pasar sus manos por mis muslos provocandome.

—Mi regalo está justo aquí...—Ronroneó dejando un beso en mi cuello.—Sólo necesito desenvolverte.

Comencé a reír de forma nerviosa y me di media vuelta para sentarme a horcajadas en el regazo de Scarlett.

—¿Va a tomarme aquí, señora Olsen Johansson? —Susurré contra sus labios.

—¿Te molesta que sea aquí?—Preguntó mientras abría los botones de mi blusa.

Negué mientras mordía mi labio inferior.

(+18 CONTENIDO ADULTO)

—Aquí será entonces.—Dijo mi esposa.

Sentí las manos calientes de Scarlett tomar mi cintura y dejé caer mi blusa. Ella observó mi sujetador y mordió la tira más larga para jalarla con suavidad y soltó el broche de la parte trasera.

Lo dejé caer y ella observó mis senos mientras se relamía los labios.

—¿Todo eso es para mí?—Jugueteo con sus manos por mis costillas antes de tomarlos con suavidad.—Que lindos.

—Tú eres linda. —Murmuré acariciando su nuca con la yema de mis dedos.

Vi como la rubia tomaba un pezón con su boca y mantenía contacto visual conmigo. Lo succionó con suavidad y lo soltó en el preciso momento en el que enredé mis dedos en su cabello.

—Scarlett...—Gemí mientras cerraba los ojos sintiendo a mi esposa bajar mi bragueta.—No es justo si tu traes ropa.

—Tienes razón. —Asintió fingiendo que era algo muy serio.

Tomó mi espalda dejándome caer sobre el sofá y sacándose la camiseta rápidamente. Dejó caer sus jeans con facilidad y subió sobre mi cuerpo dejando ambas manos a cada lado de mi cabeza.

—¿Ahora si estamos bien?—Preguntó y yo asentí mientras me quitaba por completo los pantalones.

Scarlett volvió la mirada a mis senos y soltó su sujetador mientras me miraba fijamente. Tragué saliva e intenté manterle la mirada.

—Puedes verme, amorcito... —Susurró y mis ojos vagaron por su cuerpo.

Tomé los costados de su abdomen acariciando con mis pulgares sus tatuajes y lunares.

—Te amo.—Susurré y ella se acercó hasta mis labios uniendo su lengua con la mía de forma sonora.

Scarlett llevó una de sus manos hasta el borde de mi ropa interior y en un rápido movimiento se quitó lo suyo para pegarse a mí completamente desnuda.

El calor en la habitación iba aumentando mientras sus manos tocaban cada parte de mi carne, Scarlett era buena en las caricias.

Lleve mis manos hasta su trasero empujándola hasta mí para indicarle que se mueva. Lo bueno de llevar tantos años casadas, es que luego de pasar por juguetes que me incomodaban, posiciones que le daban vergüenza, y cosas que ambas disfrutamos, encontramos nuestro punto de encuentro, mucha redundancia, pero es verdad.

Su sexo rozó el mío de forma lenta y vi como Scarlett bajo su mano para masturbarse de forma suave mientras nos mirábamos fijamente a los ojos.

Llevó sus dedos empapados por su lubricacion hasta mi entrada, la sentí hundiéndose suavemente. Definitivamente voy a disfrutarlo.

—Ahí...—Susurré al sentir como tocaba en aquél punto que sabía que me encantaba.

Scarlett movió sus dedos de forma suave un par de minutos mientras se frotaba contra mi rodilla la cual yo mantenía rígida y trataba de acompañar con el movimiento de su pelvis.

—¿Te gusta, amor?—Sonrió ella de forma torcida antes de soltar un gemido debido la forma en que tomé su cintura para pegarla a mí.

—Olvida los dedos, pégate a mí.—Murmuré y ella me besó.

Me besó toda la noche mientras me hacía el amor de la forma en que lo había extrañado. Extrañaba ser su confidente.

Los gemidos de Scarlett en mi oído mientras sus caderas de pegaban a las mías, su sexo rozando el mío de la forma más brusca en la que encontrábamos placer, sus uñas clavadas en mi piel, el sudor que escurría entre sus senos y caía sobre mi cuerpo.

Acabó cayendo sobre mi pecho y yo acaricié sus lunares de la espalda.

—Te amo.—Murmuró.—Valió la pena el viaje en auto.

Solté una risita gastada. No debí gemir tanto.

—Bebé, tu voz.—Dijo preocupada y le resté importancia besándola y dejando su cuerpo bajo el mío. Bajé dejando un camino de besos por su abdomen.

Ella me dedicó una sonrisa felina. Sabe perfectamente lo que quiere, y yo también lo quiero.

Yo la quiero.

Nota de autor:

¡Hey!

Quizá el siguiente sea de desobediencia o disculpa.

Muchas gracias por los 3k, aún no me lo creo por completo, en serio, gracias por hacerme tan feliz<33

-Codex.

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