C17. Vidas miserables.
Mis ojos se posan en la pequeña fotografía que descansa sobre mi mesa de noche. Marge y Ben sonriéndome es la única imagen que ocupa mi cabeza. No puedo parar de verlos de la misma manera en la que no puedo parar de llorar.
Han pasado tres días desde la última vez que vi a Ben y desde la última vez que vi a Christopher y mi rutina se basa en despertar, llorar y volver a dormir para no seguir llorando pero incluso en mis sueños lo hago porque por alguna jodida razón los recuerdos han comenzado a visitarme haciéndolos parecer tan reales que me hacen estremecer.
—¿Dan…?—me llama Aarón.
—Pasa.
—Que…—comienza tomando asiento a mi lado pero después se queda en total silencio.—No puedes seguir así…—anuncia finalmente.—Mira…estoy totalmente seguro que Ben está en un lugar mejor. Está con Marge. No sienten dolor ni sufren ninguno de los dos y creo que esa es la mejor parte de todo ¿no? Saber que ellos ahora están juntos. Disfrutándose…
—Supongo que sí.—admito en voz baja.
—Gabbe se está volviendo, Danna.—agrega.—No puedes simplemente desaparecer y dejar botado todo tu trabajo. Tu álbum salió y ha estado rompiéndola y Gabbe ha estado trabajando como una demente sin descanso prácticamente…
—Tengo que volver a Los Ángeles…—murmuro mirándolo un momento.
—Sí, tienes que hacerlo.—decide.—Mira…sé que entre la muerte de Ben y tu ruptura con Christopher todo esto no es más que una mierda pero con el tiempo esta mierda irá doliendo menos…
—Lo sé.—admito en un hilo de voz.
—¿Entonces…?—cuestiona.
—¿Sabes…? Nunca se me ocurrió pensar que mi relación con Christopher iba a terminar así…lo amo con toda mi alma, Aarón y perderlo así ha sido uno de los golpes más duros de mi vida…al mismo tiempo que perdí a Ben…
—Bueno…las cosas pasan por algo ¿no?—ofrece.—Dan. Si te soy sincero creo que tu relación con Christopher se puede arreglar hablando como dos personas civilizadas. Dejando que él te explique todo con lujo de detalles y después de eso tú podrás encontrar una solución para esto…yo sé que el amor que tú sientes por Christopher es real. Lo sé porque si no fuese real nunca te habrías tatuado algo con él…y lo hiciste. Y son tan cursis los dos que se prometieron amor eterno con esas jodidas mariposas.—hace una pausa.—A lo que quiero llegar es que a todo esto creo que es un gran mal entendido…porque sí, entiendo a Christopher, Danna…pasó de ser un futbolista a ser un futbolista famoso reconocido en todo el jodido país que además es el novio de una de las cantantes más famosas del planeta Tierra, Dan…eso es abrumador. Abruma demasiado y lo sabes. No lo culpo por querer huir…no lo justifico porque te haya lastimado pero sé que Christopher te ama aunque él mismo piense que ha dejado de hacerlo…
—Aarón…
—Y tú no puedes lanzar un increíble álbum y después encerrarte en tu propio mundo. Tienes que seguir de la misma manera que hacen todos…—me espeta poniéndose de pie.—Demuéstrale al mundo entero que estas cosas que te están pasando no terminaron contigo…pero para que hagas esto, Danna…tienes que poner de tu parte…—hace una pausa.—Entiendo que tengas el corazón hecho mierda pero no puedes dejar botado todo tu trabajo…estás en medio de la filmación de tu película…de tu primera película, Danna y no puedes simplemente desaparecerte…
—Supongo que tienes razón…—murmuro simplemente.
—Gabbe ha estado haciendo un trabajo increíble…pero tienes que ayudarla.—anuncia.—No puedes deslindarte de esto… ¿entiendes?—suspira.—Así que si te parece bien entonces vamos, vayamos juntos a Los Ángeles para que sigas con tu vida…porque estoy completamente seguro que a Ben eso es lo que le habría gustado…no verte encerrada en tu habitación llorando…
Inspiro con fuerza antes de dejar salir todo el aire por mi boca al tiempo que me pongo de pie.—¿Sabes algo, Aarón…? El día en el que Ben murió la cadena que él me obsequió se rompió…y ese mismo día cuando desperté sentía un mal presentimiento, algo extraño…no sé cómo explicarlo pero te juro que estaba ahí…
—Era pura intuición…—responde en voz baja.—A muchas personas les pasa, Dan…
—Supongo.
—Vamos…esta misma tarde tenemos que estar en Los Ángeles para que mañana a primera hora vuelvas a trabajar ¿de acuerdo?
—De acuerdo.
(…)
Me acomodo las gafas de sol y camino junto a Aarón por la sala de espera del aeropuerto. No estoy mirándolo directamente pero puedo sentir de vez en cuando la mirada de mi hermano sobre mí, aun así él no dice demasiado y yo lo agradezco en silencio.
Pero cuando finalmente llego a mi departamento: en mi habitación no hay un solo rastro de Christopher, es como si él nunca hubiese estado ahí. Como si nunca hubiese pasado días y noches completas en este lugar. Me encuentro sola en compañía de Teenie –y la realidad me golpea otra vez- las lágrimas comienzan a brotar de mis ojos a raudales. Quiero gritar hasta quedarme sin voz. Quiero llorar hasta que no tenga una sola lágrima más. Teenie me observa con atención como si sintiera pena por mí y puedo entenderla porque yo también siento pena por mí pero solo es el primer día.
Solo me permito llorar por él un día.
—¡Buenos días, Dan!—saluda Axel entrando en mi camerino. Una pequeña sonrisa que no llega a sus ojos se abre paso en sus labios antes de tenderme un café.—Traje un café de vainilla para ti porque sé que es tu favorito…
—Gracias.—respondo mientras él se sienta a mi lado.
—Belenn me contó lo que pasó con el señor Ben…—asiento un poco.—En verdad lo siento mucho…
—Yo lo siento más, créeme.—susurro dejando escapar un pequeño suspiro.
—También he escuchado tu nuevo álbum y probablemente no es un buen momento para decírtelo pero te has lucido…—anuncia.—Cada canción es más que bella y sí, tardaste un poco en darnos material nuevo a todos tus fanáticos pero cuando lo hiciste ¡Dios mío! Es fantástico.—sus ojos se encuentran con los míos mientras asiento débilmente.—Probablemente quieres estar sola así que creo que mejor me voy…
—No, Axel. Está bien, quédate.—respondo.—De todas maneras tener algo de compañía me viene bien, ya he estado varios días en soledad…
—Christopher…—comienza.
—Nosotros terminamos.—anuncio y sus ojos se abren con total sorpresa.—Bien en realidad ninguno de los dos nos atrevimos a decirlo como tal pero ambos sabemos que eso fue lo que pasó. Nosotros terminamos…
—Lo siento mucho, Danna.—murmura tomando mi mano.—¿Sabes que puedes contar conmigo para todo, verdad?—asiento.—Que aunque hayamos estado lejos un buen tiempo nosotros seguimos siendo equipo…
—Gracias, Axel…—respondo sincera.—Supongo que tener un buen amigo es lo que necesito en estos momentos…
Dos golpes se hacen presentes en la puerta y un segundo después Levi se asoma con una pequeña sonrisa tirando de sus labios rosados.—la puerta estaba abierta…—anuncia.—Así que espero no estar interrumpiendo nada importante…
—Está bien, de todos modos yo tengo que ir a maquillaje.—anuncia Axel poniéndose de pie mientras deja un beso sobre mi frente.—Disfruta tu café, Danna y no pienses mucho en ello…
—Claro…—susurro. Axel sale mientras Levi se acerca a mí con pasos pequeños. Toma asiento a mi lado y luego nuestros ojos se encuentran.—¿Y bien…?
—Lamento lo de tu abuelo.—comienza.—Gabrielle vino para hablar con los directores y les dijo que tu ausencia se debía a una perdida familiar…
—Gracias, Levi…
—¿Podemos hablar de Only You…?—cuestiona.—No sé qué se metió cuando escribiste esas canciones pero sin duda alguna da la impresión de que tenías el corazón roto cuando lo has hecho…Dios, Danna…tienes una creatividad tremenda…
—Pues gracias, supongo.—respondo en voz baja.—Mira no quiero parecer grosera o algo que se le parezca pero creo que en este momento no soy tan buena compañía que digamos…
—Lo sé.—susurra.—Pero aislarte del resto de las personas no es la solución.—anuncia.—Y realmente uno no puede aislarse de más de cien millones de personas, Danna. Puedes intentarlo pero eso no significa que vaya a funcionar; además en este momento necesitas amor. Y ese amor puedes encontrarlo en tus fanáticos…solo tienes que pedirlo…
—No sé cómo pedirlo…—admito.
—Interactúa con ellos.—decide.—No como tal pero encuentra la manera…—inquiere ofreciéndome una pequeña sonrisa.—Eres creativa, Danna…solo tienes que encontrar la forma; supongo que conoces la regla de oro de la industria ¿no?
—El show siempre debe continuar…—adivino.
—Exactamente.—asiente.—Y encontrar la manera de que el show continúe es lo tuyo…
Llevo mis ojos al frente mientras la música sigue reproduciéndose en mi celular y cuando me encuentro con la mirada de Erick y me hace una pequeña señal con su mano; saco los auriculares de mis oídos y lo contemplo fijamente.
—¿Por qué no la llamas?—cuestiona secándose el cabello con su toalla.
—¿Qué?
—Por qué no la llamas.—repite.—A Danna. En lugar de estar escuchando sus canciones todo el día como un fan más ¿Por qué no la llamas y hablas con ella? Esa sería la solución a todo ¿Verdad?—sus ojos esmeraldas me ofrecen una mirada de obviedad y niega un poco.
—No es una buena idea.—respondo sin más.—Danna ya tuvo suficiente de mi daño, no necesita más…y yo estoy bien con su decisión…
—Pues pareces bastante miserable.—replica de inmediato.—Por el amor de Dios, Christopher… ¿Terminaron?—cuestiona.
—No.—niego.—Solo nos estamos dando un tiempo.
—Entonces sí terminaron.—decide haciendo un ademán con su mano mientras se coloca una camiseta limpia.—Cuando las parejas se piden un tiempo el uno del otro es una forma linda de decir que terminaron.—me espeta sin más.—Y ustedes lo hicieron…—me quedo en silencio un momento mientras la voz de Danna sale de mis auriculares y mi mente viaja muy lejos de los vestidores del estadio donde me encuentro sentado. Mi cuerpo está aquí, sí. Pero mis pensamientos, mi alma y todo lo que soy está en Westfield. En el mirador. Con Danna mientras me mira a los ojos y me pide que le dé una explicación. Una explicación que en su momento no sabía cómo darle. Y ahora todavía no lo sé. La única diferencia es que Danna parece perseguirme y eso solo hace que mis días sean miserables porque la echo de menos. La escucho en la radio mientras conduzco. En el televisor. En los anuncios de internet. Danna está en todos lados. Y ahora también soy adicto a su voz.—¿La echas de menos?—cuestiona trayéndome de regreso a la realidad.
Inspiro con fuerza y aparta mis ojos un momento.—Sí.
—Ahí está la solución entonces.—anuncia.
—Erick, basta…
—Basta, tú, Christopher.—se queja.—Entiendo que digas que no sientes amor por Danna pero…
—Siento amor por ella…
—Pero no como antes…—exclama.—Y se entiende. Lo que ustedes vivieron fue intenso en todas sus malditas formas. Pasaste de ser un residente de Westfield que nadie conocía a ser un futbolista profesional que juega para un equipo famoso y a ser el novio de una chica que el mundo entero la conoce… ¿verdad? Eso asusta a todo el mundo, lo quieras admitir o no…pero ahora Danna está fuera de tu radar y cuando todo el mundo vea que ustedes han terminado su relación irás quedando en el olvido de sus fanáticos de la misma manera en la que todas las exparejas de los famosos hacen…la gente te conocerá por tu trabajo, no por tu relación amorosa…
—¿Por qué estás diciéndome esto…?—pregunto.
—Porque ya tienes lo que querías, Christopher.—responde.—Ya tienes lo que siempre ansiaste.
—Er…
—¿Y se siente bien?—cuestiona.—¿Renunciar a Danna se siente bien, quiero decir?
Largo un suspiro y niego un poco.—No se siente bien de ninguna manera…
—Pues entonces nada de lo que pasó valió la pena.—anuncia.—Porque ahora no hay una persona miserable y con el corazón roto. Hay dos con la única diferencia de que ella no puede llorar porque cien millones de pares de ojos están encima suyo… ¿Quién es más miserable de los dos, Vélez?—Erick toma sus cosas y las guarda dentro de su bolso antes de colgarlo en su hombro derecho.—Y Christopher…
—¿Sí?
—Venir al evento de caridad que organiza el club como figura del año es lo menos que puedes hacer...ellos cuentan contigo…
—¿Estás jugando conmigo, no?—cuestiono.
—¿Tengo cara de que estoy jugando…?
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