Capitulo 8: Un último deseo
“El único consuelo que le queda a mi existencia es el saber que en algún lugar del mundo tú eres feliz… Aunque no estés cerca y mucho menos lo seas conmigo”
*** UN ÚLTIMO DESEO ***
El sol comenzó a filtrarse a través de las cortinas, de modo que Taehyung se removió sobre la cama. No quería abrir los ojos, de modo que tanteó la superficie a su lado, pero la encontró fría y vacía, justo como lo temiá Jungkook ya no estaba.
—Jungkookie... —susurró con tristeza. —Abrió los ojos y se sentó sobre la cama para enfrentar su realidad: ahí estaba de nuevo en su elegante y lujoso departamento, de gran tamaño y piso alfombrado, con un televisor enorme y un estéreo moderno. Sin embargo, nada de eso se comparaba a despertar en una pequeña y sencilla habitación con un pequeño televisor, un ropero, una mesita y, lo mejor de todo, un hombre de brillantes y hermosos ojos a su lado.
—Así que el sueño terminó —apretó un puño... —Y estoy de nuevo en la pesadilla.
En el mueble junto a la cama estaba su celular, lo tomó para ver la fecha, eran las siete de la mañana del 31 de diciembre, un día después de su cumpleaños veintisiete. El día anterior (un año atrás) fue cuando conoció a aquél misterioso anciano en el parque y pidió su deseo.
—Lo que significa que hoy moriré.
Sonrió de manera triste. No le preocupaba el hecho de que ese sería el último día de su vida; era más doloroso saber que si no hubiese sido tan estúpido cuando joven, en ese momento podría gozar de una humilde pero maravillosa vida junto a Jungkook.
Se levantó, tomó una ducha, se vistió y agarró las llaves de su automóvil. Había ciertas cosas que necesitaba hacer, puntos que aclarar y ciclos por terminar, todo antes de abandonar ese mundo, así que se encaminó a la empresa de su familia, la misma por la que un día dejó a la persona más importante de su vida.
Taesol se extrañó al ver a su hermano tan relajado, pues generalmente llegaba de mal humor luego de una fiesta organizada por su madre. Es más, ya no recordaba hace cuántos años fue la última vez que su hermano mayor lucía de aquella manera. Era como si hubiera encontrado algo que le hacía falta.
—Taehyung, ¿te sientes bien? —le preguntó.
—Perfectamente.
—¿Seguro? Porque luces... raro. No sé cómo expresarlo.
Taehyung rió ligeramente, desconcertando más a su hermano. En definitiva algo sucedió con él, pero no parecía ser malo, sino todo lo contrario.
—Oye, Taesol, quisiera preguntarte algo.
—Dime, soy todo oídos.
—Si en lugar de la familia hubiese elegido a Jungkook... ¿me hubieses apoyado?
—¿Eh? —se puso serio —Hace mucho tiempo que no te escuchaba pronunciar ese nombre.
—Contéstame por favor, hermano.
—Me hubiese enfadado —admitió, —pero sólo al inicio. Yo te quiero mucho, y él siempre me cayó bien, así que a pesar de todo habría intentado comprenderlos y... eventualmente, ayudarlos. Aunque no hubiese sido algo fácil.
—Lo imagino —sonrió un poco. —Gracias, eso era lo que quería escuchar —se puso de pie para encaminarse hacia la puerta.
—¿A dónde vas?
—Tengo que hablar con nuestro padre.
—... Realmente actúas raro y estás sonriendo mucho.
—Digamos que tuve un agradable sueño.
—¿En serio?, ¿y de qué se trató?
—Bueno —amplió su sonrisa... —soñé que tenía un pequeño restaurante de ramen.
Kim Taeyeon se encontraba en su oficina revisando unos documentos, como presidente de su compañía era un hombre realmente ocupado. Se extrañó cuando vio entrar a su hijo sin siquiera haber tocado la puerta, resultaba demasiado raro que él actuara así.
—¿Qué sucede? —le preguntó.
—Lamento interrumpirte, pero necesito decirte algo, seré breve —vio al hombre ponerse más serio de lo usual, —aún después de todos estos años, sigo perdidamente enamorado de Jeon Jungkook.
—¿Q-Qué?
—Como oíste, él sigue siendo lo mejor que me ha pasado en la vida —inclinó la cabeza y dio media vuelta. —Sólo quería que lo supieras.
—Un momento, Taehyung —se puso de pie. —¿Por qué me dices esta... tontería ahora? —bufó con enojo. —Hace años negaste tal... relación e incluso te alejaste de él.
—Así es, perdí mi oportunidad de estar con Jungkook —contestó todavía de espaldas. —Pero si pudiese regresar el tiempo, te aseguro que mi decisión no volvería a ser la equivocada.
—¿Tienes idea de lo que puedo hacerte por decir todos estos disparates?
—Eso es algo que ya no me interesa. Adiós, padre.
Salió del edificio tratando de contener su enojo, quiso gritarle por la forma en que se expresó de los sentimientos que él tenía por Jungkook; realmente su padre no tenía idea de nada. Llegó hasta su vehículo y lo abordó, ahora conduciría rumbo a su casa natal. Ahí encontraría a su madre, la mujer con la que también necesitaba hablar.
La mansión Kim era un lugar sumamente grande, hermoso y elegante, pero frío. Desde generaciones atrás su familia se preocupaba más por guardar las apariencias que por profundizar los lazos entre los miembros de la familia. Kim Yerin era la más accesible de todos, sin embargo el vivir en un ambiente como ese la convirtió en una mujer dispuesta a todo por proteger el prestigio de su apellido.
—¡Taehyung! —su madre lo recibió con alegría. —Pensaba que me evitarías al menos una semana por haberte organizado una fiesta de cumpleaños.
—Lo hubiera hecho —admitió él, —pero deseaba preguntarte algo.
—¿Qué es, hijo?
—Mamá... ¿quieres que sea feliz?
—Vaya, pregunta, cariño —le acarició la mejilla. —Toda madre quiere que sus hijos sean felices.
—Siendo así... ¿por qué tú también insististe para que dejara a Jungkook?
—¿Q-Qué?
—Tú sabías bien la clase de persona que él era: alegre, hiperactivo, amable, simpático, algo tonto, despistado, pero muy responsable y leal. Mejor que nadie viste lo feliz que yo era a su lado.
—Basta, Taehyung —suplicó. —Todo lo que has dicho es cierto, pero es un hombre igual que tú, las cosas que estaban haciendo no eran correctas. Esa relación los habría hecho sufrir con el tiempo —lo sujetó de las manos. —Si él fuese una chica, a pesar de ser pobre, yo los habría apoyado para que siguieran juntos.
—Pero no lo es, madre, es un hombre y yo me dejé llevar por todo lo que me dijeron y le rompí el corazón. Sin embargo, míranos ahora, él ha hecho una nueva vida y es feliz, en cambio yo no puedo dejar de pensar en cómo sería mi mundo con él a mi lado.
—Taehyung...
—No te estoy reprochando nada —aclaró con amargura, —porque la decisión a final de cuentas la tomé yo, sólo quería que supieras cuán arrepentido me siento.
—¡Espera, hijo!
Sin escuchar a su madre salió del lugar a toda prisa mientras se sujetaba el pecho, su corazón comenzó a dolerle, lo cual debía significar que el tiempo se le estaba acabando, justo como ya suponía que iba a ocurrir.
—... Aguarda sólo un poco más.
Con el dolor aumentando, manejó a toda velocidad rumbo al Hospital Privado Konoha, lugar donde trabaja el Doctor Jeon Jungkook. Si su tiempo iba a terminar, si tendría que desaparecer de este mundo, al menos quería verlo... una última vez.
Llegó al hospital y se encaminó a la recepción, no estaba seguro de qué pretexto pondría para que se lo dejaran ver, pero no pensaba irse sin antes decirle cuánto lo amaba, se desconcertó un poco al ver un moño negro en las instalaciones, las enfermeras y los doctores también traían puestas unas cintas negras amarradas a los brazos.
—Disculpe —llamó a la recepcionista.
—¿En qué puedo ayudarlo? —preguntó ella sonriendo con coquetería.
—Uhm... Necesito hablar con el doctor Jeon Jungkook. Es sobre un... asunto privado.
—¿Qué? ¿N-No lo sabe?
Taehyung negó con la cabeza, confundido, y más cuando los ojos de esa mujer se llenaron de lágrimas, ella tragó saliva e intentó recomponerse, sin embargo podía sentirse la tristeza que de pronto la había embargado.
—El doctor Jeon... falleció ayer.
—¿Perdón? —los ojos de Taehyung se abrieron de sobremanera. —Tiene que estar bromeando.
—Lo lamento, pero no —reprimió un sollozo. —La noche de ayer... tuvo un ataque al corazón —se tapó la boca con dolor y se giró para secar sus lágrimas. —Disculpe...
Taehyung dio varios pasos hacia atrás y luego salió corriendo de ese lugar. ¡Tenía que ser una mentira! ¡Nada de eso podía estar pasando!... Jungkook no... ¡Él sólo tenía veintiséis años! Era una persona maravillosa, ¡nada de eso merecía pasarle a él!
—¡Maldición! —gritó golpeando el cofre de su auto ya sin poder contener el llanto —¿Por qué...? ¡¿Por qué le pasó eso?! ¡Se supone que soy yo quien...!
Dejó de gritar y se sujetó el pecho, el dolor se estaba volviendo más insoportable a cada minuto, sin embargo nada podría dolerle más que saber sobre la muerte de Jungkook. Ese era sin duda el dolor más grande que podría experimentar.
Con dificultad se encaminó hacia el parque donde todo aquello comenzó, no quedaba muy lejos de ahí. Le estaba costando trabajo respirar, pero nada le impediría llegar al parque, necesitaba una explicación lógica para todo lo que estaba sucediendo.
Un anciano se encontraba pidiendo limosna en el parque, pero la mayoría de la gente lo pasaba de largo, el hombre sonrió levemente al ver que Taehyung, respirando agitadamente, llegaba ante él.
—Ese deseo era lo que realmente te hacía falta —aseguró amablemente.
—Sí —contestó con dificultad y agachó la cabeza-. Pero quiero saber qué ocurrió. ¿Por qué Jungkook...? —ni siquiera pudo decirlo.
—Él también pidió un deseo.
—¿Q-Qué?
—Ayer, en tu otro mundo, ese chico me pidió que tomara todo su tiempo de vida y te lo entregara a ti para que no murieras, pero no lo hice —aclaró al ver su expresión de pánico. No podía, ya que el verdadero Jeon Jungkook, el de este mundo, ya había pedido un último deseo antes de morir.
—Él... ¿también?
—Aparte de ti fue el único que me dio unas monedas, incluso se disculpó por no traer más dinero —sonrió un poco. —Él me dijo que tenía una vida feliz y que estaba con una buena persona, sin embargo... seguía amando profundamente a su ex novio.
Taehyung quedó impactado por sus palabras y lo observó fijamente esperando que continuara.
—También dijo que su pareja actual lo había ayudado mucho y que no merecía que lo hiciera sufrir por seguir recordando a alguien que no podía tener, estaba cansado de aparentar un amor que no sentía por él, de modo que ofreció darme todo su tiempo de vida a cambio de que la próxima vez que renaciera en este mundo pudiese estar de nuevo, sin impedimentos, junto a la persona que de verdad amaba. Es decir, junto a ti. Tuve que esperar un año para que tu deseo fuera concedido primero, pero seguro que eso también lo hizo feliz a él.
Una solitaria lágrima se deslizó por la mejilla izquierda de Taehyung y una diminuta sonrisa asomó de sus labios. Sintió en el pecho la punzada más fuerte hasta el momento y cayó al suelo; el oxígeno también le faltaba, a pesar de eso, no podía borrar su sonrisa mientras contemplaba el cielo lleno de estrellas... como los ojos brillantes de su Jungkookie.
—Sabes lo que pasará ahora, ¿cierto? —preguntó el anciano de pie, mirándolo.
—Sí —jadeó... Pero como te dije hace un año... jamás podría arrepentirme... Fui muy feliz por vivir con él otra vez. Además... Él siempre fue y será el amor de mi vida —su sonrisa se amplió y comenzó a cerrar los ojos... —pero al menos sé... que no importa cómo ni cuándo nos encontremos de nuevo... Él volverá a ser "mi" Jungkookie... El amor de mi eternidad.
El anciano se agachó al ver cómo la respiración de Taehyung se detenía, con cariño le acarició la cabeza al tiempo que le sonreía con ternura, su apariencia cambio a la de un joven de no más de 20 años, ahora gracias a Taehyung y Jungkook tendría un total de 120 años más para vivir.
—Buen chico —dijo. —Tanto tú como él resistieron el dolor y la distancia, y a pesar de eso —rió... —No cabe duda de que estaban hechos el uno para el otro. Les deseo suerte, Kim Taehyung y Jeon Jungkook y gracias por sus años de vida, fue un buen trato.
Después de aquella noche se correría la noticia de que el joven empresario Kim Taehyung había muerto de un infarto, sin embargo, cuando encontraran su cuerpo, él seguía sonriendo. Su familia lloraría y se sorprendería bastante al saber que el día anterior el Doctor Jeon Jungkook murió por la misma causa.
Muchos lo considerarían una casualidad, pero ellos no, solo se preguntaban qué tan fuertes eran los sentimientos de Taehyung para que persiguiera a Jungkook hasta la muerte. Incluso trataron de redimir sus culpas un poco sepultándolos juntos, quizá la leyenda del hilo rojo era cierta y así podrían encontrarse en su próxima vida, o al menos era lo que esperaban y que al final Jungkook estuviera a su lado.
Y si se preguntan si el deseo de Jungkook fue concedido y realmente volvieron a encontrarse en una próxima vida... Creo que eso es algo que no necesita respuesta, en esta y en todas sus vidas Jeon Jungkook y Kim Taehyung se amaran por toda la eternidad.
Cómo dice la letra de la canción:
If You Star to like someone else
(Si empieza a gustarte alguien más)
🎶If I get used to no being With You
(Si me acostumbro a no estar contigo)
When that time comes
(Cuando llegue ese momento)
When is that time
(Cuando sea ese momento)
Only Then we can break up
(Solo entonces podemos romper)🎶
Y eso... Eso nunca pasará... Ellos siempre se amaran.
“No todas las historias tienen finales felices… Pero eso no significa que el resto de la historia tampoco haya sido feliz…”
FIN
THE END
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