CAPITULO 9
CAPITULO 9
Al finalizar las clases Aurora y Jim se fueron a sus respectivas casas, el azabache a recoger algunos libros y sobre todo avisándole a su madre en donde estaría.
-¿Ya estás en casa? –pregunto Alexander desde el celular de Aurora.
Cada vez que les tocaba irse separados, Alex siempre llamaba para ver si ya había llegado y Aurora hacia lo mismo cada vez que él se iba solo.
-Desde hace como 15 minutos, genio –dijo divertida a la vez que abría el refrigerador.
-Háblame con respeto que no se te olvide que soy mayor por 7 minutos –soltó el pelinegro fingiendo la voz seria.
Aurora rodo los ojos, estaba a punto de contestarle, pero el sonido del timbre la hizo voltear hacia la puerta y caminar hacia ella.
-Avisa cuando vengas de regreso –pidió antes de colgar.
No pudo evitar soltar un pequeño suspiro, había querido hablar con Jim desde el inicio de clases, pero al ver como lo había torturado Janeth decidió mejor esperar una oportunidad para charlar y tuvo suerte de poder invitarlo a su casa. Claro, eso no quitaba el hecho de que estaba un poco nerviosa por la visita del azabache puesto que, era la primera vez que invitaba un chico a su casa.
-Bienvenido –saludo Aurora dándole el pase a Jim a la vez que tomaba su mochila para colgarla.
-Bonito hogar –dijo Lake algo nervioso, tenía que admitir que era la primera vez que estaría a solar con la peli azul y eso le causaba demasiados nervios, no podía arruinar esta ¿cita? Se podría decir.
-Puedes ponerte cómodo, traeré algunas botanas –dijo antes de irse a la cocina.
Jim camino hacia el sofá notando como algunas fotografías familiares se encontraban colgadas en las paredes, parecían ser de cuando Aurora vivía en su antiguo hogar al ver una imagen de ella y hermano de niños frente a un gran pastel que parecía faltarle la mitad que se encontraba embarrado por el rostro de ambos hermanos Anderson que estaban abrazados con alegría, eso le causo un poco de gracia al azabache. Sin duda era lindo ver aquellas imágenes de la peli azul.
-¡Ta-da! ¡Guacamole! –exclamo Aurora dejando el gran tazón en la mesa de la sala.
-Nunca había visto una bañera así de guacamole –dijo Jim con sorpresa al ver el gran tazón.
-Receta secreta de Clara, le tuve que rogar para que me la pudiera dar.
-¿Crees que podrías compartirla? –pregunto divertido.
-A menos que quiera no volver a pisar la casa de Clara –bromeo-pero anda, prueba un poco te juro que esta delicioso.
Jim rio al ver la actitud de la peli azul, llevando un bocado a su boca.
-Esta es la mejor cosa que he probado –admitió el azabache gustoso.
-¿Verdad? –dijo con una sonrisa- dije lo mismo cuando lo probé por primera vez.
-¿Te digo algo? En verdad me quito el sombrero ante Clara, es una maestra del guacamole y pienso decírselo cuando la vea-dijo Jim haciendo que ambos soltaran a reír.
Por primera vez después de un tiempo, Jim podía permitirse tener un día libre y que mejor que pasarlo a lado de Aurora, podía sentir un poco de paz al estar junto a ella, además que había logrado por fin tener un tiempo a solas y eso ya era un gran avance. Al pasar de dos horas, ambos se encontraban estudiando las ecuaciones que le habían encargado de tarea al azabache.
-Mira, la ecuación solo contiene potencias de x que son enteros no negativos –explico Aurora apuntando hacia el problema en pantalla, sin percatarse de la sonrisa encantado que le dedicaba el azabache sin perderse de la explicación- ¿tiene sentido? –pregunto volteando hacia él, Jim con nerviosismo volteo hacia la pantalla.
-¿Debería tenerlo? –pregunto dudoso.
Aurora soltó una pequeña risa divertida.
-Para nada, por eso se llama algebra –respondió divertida haciendo reír al azabache.
-Muchas gracias por esto de nuevo –agradeció- y... de verdad que a un me siento muy mal por lo que paso con la obra, el balón que te lance, lo del museo, bueno...por todo lo malo.
Jim al recordar todo aquello lo hizo sentirse mal, sin duda parecían ser cosas más malas que buenas que ha compartido con la peli azul desde que comenzaron hablar más y eso lo hizo bajar la mirada apenado. Aurora volteo a verlo, sin duda veía el arrepentimiento en su mirada y decidió que era el momento de hablarlo, cerro la computadora al igual que el libro.
-¿Sabes? No estaba enojada, solo un poco molesta por ello –confeso subiendo sus pies al sillón para cruzarlos y voltear completamente hacia el- pero luego supe que lidias con más de lo que las personas creen.
-Es cierto –soltó Jim sin pensarlo, pero rápidamente volteo hacia ella sorprendido- ¿es cierto?
-Vamos Jim, no pensaste que te invite solo para estudiar algebra ¿cierto? –Pregunto expectante- no puedes escribir una carta así y no esperar una conversación sobre ello.
-Bueno, es que...sobre eso, veras... –balbuceo nervioso ¿Cómo podría explicárselo sin tener que contar todo?
-¿Una gran responsabilidad en tus hombros? ¿Muchos dependen de ti? –pregunto preocupada- ¿Cuál esa responsabilidad que tienes, Jim? Digo, todos tenemos dificultades, pero ¿acaso estas metido en problemas?
-He... he estado en exploración sin éxito –se excusó rápidamente con una sonrisa nerviosa.
Aunque el azabache luchaba para ser convincente, algo le decía a Aurora que no era del todo verdad, pero decidió confiar en sus palabras.
-Tus palabras fueron muy lindas, Jim –dijo con una sonrisa de lado- que nadie te diga otra cosa –desvió la mirada por unos momentos antes de continuar- y no lo sé, hay algo sentimental al inicio de la carta que me pareció algo dulce.
Al admitir eso, no pudo evitar que un sonrojo apareciera en sus orejas, agradeció internamente que esta vez no tenía puesta su diadema logrando que su cabello las ocultara, en cambio Jim, al escucharla decir aquello una gran sonrisa apareció en su rostro.
-¿En serio?
-Si necesitas hablar sobre ello, no dudes en hablarme –dijo volviendo a dirigirle la mirada- será nuestro secreto.
-Eso...eso sería genial –hablo nervioso Jim, al parecer ante lo dicho por Aurora se encontraba más nervioso que hace unos momentos- ¿Vamos al problema 42? –pregunto rápidamente acercándose al libro.
Aurora sonrió ante el gesto del de ojos azules, no era sencillo hablar sobre los problemas a la primera así que, creía fielmente que poco a poco el azabache se soltaría con ella para hablar sobre ello y si eso sucedía, ella sería capaz de también hablar sobre lo que estaba ocurriendo con ella.
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Después de seguir estudiando por un rato más al fin habían logrado terminar los deberes, así que ambos comenzaron a charlar nuevamente.
-¿Y has pensando en decirle a la señorita Janeth sobre lo que te está pasando? –Pregunto Aurora abrazando sus piernas- puede que te reinstale como Romeo si lo sabe, por supuesto, Clara y yo te apoyaríamos en eso.
-Puede ser... -dijo considerándolo, pero rápidamente negó ante la idea- es muy difícil de explicar.
Ambos se dedicaron a verse por unos minutos, Aurora estaba indecisa sobre decirle lo de ella, tal vez así él pueda soltarse un poco, pero no pensaba presionarlo. Cuando estaba a punto de hablar, el celular de la peli azul comenzó a sonar.
-Un momento –pidió antes de contestar su teléfono- ¿Hola?-pregunto al no reconocer el número, pero lo único que podía escuchar a través del aparato fueron risas extrañas junto a unos balbuceos poco entendibles que al parecer provenían del castaño- creo que es para ti.
Jim la miro extrañado tomando el celular ¿Quién lo buscaría por el celular de Aurora?
-¿Hola? –pregunto recibiendo nuevamente balbuceos por parte del castaño, logrando que lo único que entendiera el azabache es que al parecer se encontraba en peligro. Colgó rápidamente para luego devolver el celular- me tengo que ir.
Aurora miraba confundida como Jim comenzó a recoger sus cosas y caminaba hacia la puerta con prisa.
-Gracias por la ayuda y el guacamole –agradeció rápidamente saliendo de la casa de la peli azul.
-¿Peleando con aquella responsabilidad otra vez? –Preguntó en voz alta- ¿Qué escondes Jim Lake?
Sin duda le consternaba el cambio de actitud que tuvo el azabache después de la llamada ¿Qué es lo que estaba ocurriendo?
-¿Qué le ocurre a tu amiguito? –Pregunto Alexander recién llegando- lo vi irse a toda prisa en su bicicleta ¿paso algo?
-Tenía algo importante que hacer....-dijo algo dudosa.
Alex volteo a ver su hermana y pudo notar como esta no dejaba de fruncir el ceño.
-¿Te ocurre algo?
-No, no. Estoy bien –se levantó comenzando a recoger sus cosas para subir a su habitación- apagas las luces cuando te vayas acostar.
-¿Aurora? –volvió a preguntar extrañado, pero la peli azul no logro escucharlo.
Cuando estaba a mitad de la escalera su atención se desvió al sentir un hormigueo extraño en su espalda, rápidamente corrió hacia su cuarto para levantarse un poco la blusa y lograr ver con más claridad. Una expresión de sorpresa no se hizo esperar.
-Definitivamente esto va más allá de lo lógico.
Los símbolos que habían aparecido en su espalda hasta sus hombros, ahora irradiaban una extraña luz azul, pero justo cuando estaba punto de tocarlos estos dejaron de emitir ese brillo.
-Extraño...
¿Acaso está ocurriendo algo en estos momentos? Pensó sin dejar de ver aquellas marcas.
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A la mañana siguiente después de a ver combatido contra una cambiante en el consultorio del dentista, Jim había jurado a ver visto a un goblin cargando a un bebe, lo habían perseguido a unas cuadras, pero lastimosamente le perdieron el rastro, la única evidencia era un conejo de peluche que al parecer el infante había dejado caer.
-¿Sigues cargando esa cosa infestada de gérmenes? –pregunto Toby con una mueca de asco mientras agarraba su bicicleta.
-Voy averiguar a quien le pertenece –hablo con decisión mirando el muñeco en sus manos- y cuando lo haga...
-Tal vez viste lo que creíste que viste –trato de justificar- has pasado tanto tiempo en mercado troll que tal vez tu mente empieza a engañarte.
Tenía que admitir que Toby tenía un punto, tal vez ya se encontraba demasiado cansando y ahora creía ver cosas cuando no era así. No pudo evitar soltar un suspiro.
-Tal vez tengas razón...
-¿Tú tienes a Suzie siestas?
La voz repentina de Clara los hizo voltear, encontrándose a la castaña acercándose a ellos junto a Aurora.
-¿Tu estabas buscando esto? –pregunto Jim entregándole el peluche.
-Sí, se está comportando raro sin el –respondió la de mechón azul inspeccionando el juguete.
-¿Dónde lo encontraste? –cuestiono Aurora.
-¿Cómo que no es el mismo? –dijo rápidamente- ¿Cómo ha estado actuando?
Una idea estaba pasando por la cabeza de Jim y quería creer que fuera imposible.
-Sereno Jim –calmo Toby al azabache tomándolo por el hombro- siempre preocupado por los niños, pero solo como una aclaración ¿estas súper segura de que es suyo? Porque tal vez podría comprarse en cualquier tienda ¿verdad?
Aurora miro al castaño extrañada.
-Creo que conozco el conejito con el que crecí –respondió Clara.
La repentina llegada de alguien más las hizo voltear a ambas chicas.
-Aurora, Clara lo siento –se disculpó Mary rápidamente al llegar- pero no puedo cuidarlo esta noche. No puedo de verdad que no puedo.
-Lo prometiste, mis padres deben trabajar y Papa Skull tocara esta noche ¡Papa Skull! yo uso su camiseta todos los días –bufo la de mechón azul- además, Aurora por fin podrá ir a uno de sus conciertos ¡no se lo puede perder!
-¡Lo siento! –volvió a disculparse la de ojos rasgados- pero Dean al fin me invito al cine y luego Hank me invito a un helado. El amor no elige chicas –les comento encantada.
-¿Y si lo cuido yo? Así podrías ir tú y grabarías el concierto por mí –opino Aurora.
-Hemos esperado meses para ir a su concierto, no puede ir solo una...
Fue entonces que comenzó un pequeño debate entre las dos sobre quien era o de si irán. Sin embargo, Jim miraba a las chicas estupefacto.
-¿Acaso puedes creer esto?
-Lo se... ¿Mary Wang es vampiresa? –contesto incrédulo Toby.
-¡No! –frunció el ceño el azabache volteándolo a ver- no sabe que su hermano no está porque, el hermano de Clara es un cambiante –explico- ¡Yo lo puedo cuidar!
Ambas voltearon hacia el de ojos azules.
-¿Esta noche? ¿En serio? ¿Lo harías? –pregunto con emoción Clara.
-Espera... ¿si has cuidado bebés antes? –cuestiono la peli azul.
-¡Por supuesto! De hecho me llaman...me llaman "Jim el cuida bebés" –dijo con una sonrisa nerviosa.
-¡No puede ser! Nos salvaste la vida –agradeció Clara abrazando al azabache para luego separarse- llega a mi casa a las 7, no antes y gracias de nuevo Jim.
-Te debemos una realmente, podría besarte –hablo sin pensar la peli azul abrazando con emoción al de ojos azules que, al escucharla no pudo evitar sonrojarse.
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-¿Confían de verdad en ese amiguito suyo? –pregunto Alexander recargado en el marco de la sala.
Los hermanos Anderson ya se encontraban en la casa Núñez, esperando la hora en que se apareciera el azabache.
-Es el novio de Aurora, así que podemos confiar en el –respondió Clara divertida mientras le daba de comer a su hermanito.
-No me apoyes amiga–contesto cruzándose de brazos con un sonrojo en sus mejillas.
-Sigo sin confiar en él.
-Alex, relájate. Se que podemos confiar en Jim –trato de relajar a su hermano, ya que desde que se entero que fue el quien le lanzo el balón en la cara, el azabache cayo de su gracia, pero según él, solo lo toleraba por ser el chico que le gusta a su hermana.
El sonido del timbre llamo atención de los tres.
-¡Pasa Jim! –grito Clara.
Jim abrió la puerta encontrándose primero con ambos hermanos.
-Hola Aurora –saludo el azabache.
-Hola –devolvió el saludo colocando su mechón de su cabello detrás de su oreja.
Alexander solamente mantenía la mirada fija en medio de ambos, al parecer su hermana y el de ojos azules habían olvidado su presencia, si no es que finge toser podría jurar que ambos lo olvidarían por completo.
-Oh hola, Alex –saludo al pelinegro.
-Uhm... -Aurora le dio un leve golpe de codo hacia su hermano- Hola.
El azabache tenía que admitir que jamás había logrado tener una conversación con Alexander, debido a que no estaba en su curso al lograr saltarse dos grados debido a su gran inteligencia que fue vista cuando recién llegaron a la escuela. Envidiaba en cierto modo eso.
-Puse su rutina en el refri, después de jugar solo tienes que acostarlo –comento Clara comenzando a recoger sus cosas- se duerme rápido.
-En el refri, no hay problema –anotó Jim.
-Aquí están los números de emergencias –la castaña le extendió un papel- y hagas lo que hagas, no llames a mis padres primero –advirtió antes de entregárselo.
-¿Por qué no saben qué vas al concierto? –pregunto divertido.
-No eres el único que tiene secretos, Lake –contesto la castaña con una sonrisa- así que, si tu secreto es que comes bebés, es el momento de decirlo.
Jim solo rio divertido contagiando a ambas chicas, luego de eso, Clara comenzó a darle algunas indicaciones extras sobre cómo cuidarlo o como jugar con él para lograr dormirlo. El sonido de una moto llegando se hizo presente.
-Yo me encargo –dijo seguro tranquilizando a la castaña antes de que abrieran la puerta- disfruten del concierto.
-Y sírvete lo que quieras del refri –hablo por ultimo Clara antes de salir con Alexander detrás de ella- con esto, considérate perdonado por todo –comento en voz alta desde afuera.
Jim y Aurora rieron ante el comentario de Núñez.
-Gracias nuevamente, Jim. Te debemos una –agradeció dándole un beso rápido en la mejilla, Jim solamente pudo sonreír ante el gesto, pero por dentro estaba que gritando de emoción por ello. El sonido de un claxon interrumpió el comento- ¡Ya voy! Que desesperados –bufo comenzando a salir de la casa con Jim detrás de ella.
El azabache se quedó estupefacto al ver al rubio con una sonrisa burlona en su dirección.
-¡¿Van a ir con Steve?!
-El y Alex compraron las últimas entradas –respondió Clara desde la moto del pelinegro.
-¿Te gusta mi moto, renacuajo? –pregunto con superioridad a la vez que Aurora se colocaba el casco y se subía a la moto del rubio.
-Muchas gracias, Jim –agradeció Clara- ¡Eres nuestro héroe!
El azabache vio como ambas se fueron sin evitar sentirse miserable al ver como el rubio se había ido con Aurora. Con un suspiro de resignación se metió a la casa nuevamente.
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Las cosas se habían salido por completo de control en la casa de Clara, el azabache había logrado descubrir que Enrique si era en verdad un cambiante, pero para eso había necesitado la ayuda de Toby logrando que ambos estuvieran persiguiendo al pequeño monstruo verde por toda la casa sin evitar hacer un desastre por esta.
-¡¿Dónde está el Enrique real?! ¡Mocoso asqueroso! –grito el azabache evitando los objetos que este le lanzaba.
-¡Hasta crees que voy a decírtelo!
Sin duda estaban teniendo dificultades para lograr atrapar el cambiante, era demasiado escurridizo y el hecho de que podía trepar las paredes y el techo no ayudaba en la captura de este. Jim no le quedo de otra que tratar de atacarlo con su espada.
-No me obligues a usar esto –amenazo.
-¡No puedes tocarme! Soy el hermano bebé –exclamo con burla- ¿Qué supones que va a pasar cuando lleguen a casa y ven que algo le paso a su tesoro? –Pregunto con ironía escalando un poco el refrigerador- soy intocable, bebé.
El cambiante tenía razón en eso, no podía hacerle algún daño y de hacerlo, lo más probable es que los padres de Clara y ella lo cuestionarían al respecto. No le quedo más opción que hacer desaparecer su espada, tenía que atraparlo sin hacerle ningún rasguño. Pero las cosas se volvieron a poner difíciles mientras que Jim trataba de detener a un Toby que no podía dejar de brincar al a ver atrapado al cambiante con una hoya de cocina. El tono de su celular lo hizo detenerse para contestar nervioso al ver quien era.
-¡Hola Aurora! ¿Cómo va el concierto? Jaja –pregunto tratando de ocultar su nerviosismo.
-¡Jim! Cambio de planes, los padres de Clara regresaran temprano. Vamos en camino –contesto la peli azul en voz alta al no poder escuchar muy bien con la música tan alto.
La noticia hizo preocupar más al azabache al ver el gran desastre que había hecho en la casa sin prestar atención al alboroto que estaba haciendo el castaño junto con el cambiante.
-¿Qué es ese ruido? –Cuestiono la peli azul mientras trataba de alcanzar a Clara- ¿Hiciste una fiesta? –dijo alarmada.
El azabache reacciono volviendo al celular.
-No, no es una fiesta, pero debo colgar –finalizo la llamada.
Un estruendo hizo voltear a Jim notando como la puerta trasera se encontraba abajo.
-¡Su puerta! –exclamó preocupado- ¿Qué le hicieron a esa puerta?
El azabache podía ver que sin duda, Clara lo mataría al ver todo el desastre.
-¡No recuerdo a ver invitado a esos dos a cenar!
Sin avisar, el cambiante comenzó a lanzarles guisantes congelados al grupo cazatrolles, dejando a un Blinky casi ciego al a verle dado en sus seis ojos. Sin embargo, Toby y AAARRRGGHH idearon un plan que termino con éxito con la captura del pequeño monstruo verde.
-¡Así se hace copiloto! –festejo Toby emocionado chocando los cinco.
-Suficiente ¿Dónde está el puente? –pregunto Jim hacia el cambiante.
-¿Qué puente? ¿El de Londres? Supe que se está cayendo –contesto divertido ganándose un apretón de AAARRRGGHH- aahhg bolsas de carne sin sentido del humor.
-¿Dónde está el puente? –volvió a cuestionar el azabache sin paciencia.
-Déjenme en paz ¡Yo no sé nada! ¡Es mi primer día!
-Presiónalo hasta que explote –ordeno Blinky.
AAARRRGGHH comenzó a presionarlo con más fuerza haciendo que el cambiante comenzara a soltar quejidos de dolor.
-¡Esta bien! No pueden culparme por cuidar de mí mismo –dijo volviendo agarrar aire- tengo un buen trato en esto y si mi jefe se entera que lo delate ¡me dará de comer a Bular!
-¿Bular trabaja con alguien más? –pregunto extrañado el de seis ojos.
-¿Con quién está trabajando Bular? –cuestiono nuevamente Jim acercándose.
El pequeño cambiante comenzó a ponerse nervioso había revelado algo que no debería a verlo hecho, pero todo se vio interrumpido al escuchar el sonido de un auto llegando. Blinky tomo al cambiante para lograr salir de ahí antes de que alguien los viera, pero el azabache se lo quito.
-Se supone que lo estoy cuidando –exclamo Jim comenzó a jalonearlo.
-¡Y yo necesito la prueba para Vendel! –respondió Blinky.
-Y yo necesito no ser dividido en dos –interrumpió el de piel verde a ver cómo era jaloneado por el de seis ojos y el cazatroles. Después de convérselos de que se fueran la puerta fue abierta.
-¡Clara! Llegamos –la voz del señor Núñez se escuchó por la sala para después escuchar como los pasos de ellos se acercaban hasta la cocina.
Una exclamación de sorpresa soltaron ambos adultos al ver el gran desastre que había en su cocina y en medio de todo eso, se encontraba Jim.
-Hola señores Núñez –saludo- Soy Jim...el niñero –se presentó nervioso.
Después de unos segundos Clara, Aurora y Alexander hicieron aparición. El pelinegro al ver la escena no pudo evitar soltar una mueca, en cambio la de mechón azul, se tuvo que sostener se la pared para no caer al suelo al ver todo. Aurora simplemente estaba estupefacta con todo lo que estaba viendo ¿pero qué había pasado? Fue una de las preguntas que cruzaron por su mente.
-Caracoles...-soltó Aurora.
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