CAPITULO 3









CAPÍTULO 3




-Aurora...

La de blusa rosa volteo hacia la persona que la habia llamado.

-No olvides...

-¿Hola?

No sabía cómo había terminado en el bosque, pero tenía una sensación de que no era el que ella conocía. Busco por todos lados a la persona que le estaba hablando mas solo veía ramas y hojas, no había nadie ahí a excepción de ella.

-Jamás olvides...

-¿Quién está ahí? –grito con desespero.

A lo lejos pudo divisar una silueta de luz así que, sin dudarlo, corrió hacia ella. Parecía estarla estirando ocasionando que acelerara su paso, su respiración agitada y el crujir de las ramas al compás de sus pasos era lo único que podía escucharse en ese bosque, sentí que tenía que salir de ahí a toda prisa y eso solo le genero una gran Desesperacion en su pecho. Justo cuando aquella luz se detuvo, ella también.

-Aurora...

La voz se hizo más cercana cuando estuvo frente a frente aquella extraña luz, tenía dudas en si acercarse era algo bueno, pero sintió que debía hacerlo y sin más, comenzó a acercarse a un paso lento.

-¿Quién eres?... –pregunto apenas audible.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, noto como aquella luz tenia destellos verdes y algunos blancos, parecieron tratar de mezclarse, pero aun que pareciera una locura total, sabia una cosa y era que esa luz era quien la estaba llamando. Y por alguna extraña razón, aquel destello flotante la hizo sentir una gran melancolía.

¿Por qué? Se preguntó.

Sin pensarlo, le dio un fuerte abrazo. Podía sentir una calidez tan agradable de aquella luz que la hacía sentirse reconfortada, pero para su sorpresa una lágrima comenzó a resbalar por su mejilla.

-¿Estoy llorando? Pero...si no estoy triste –se dijo así misma confundida.

Una fuerte tristeza la invadió por completo, no sabía el por qué, pero las lágrimas y los sollozos no se hicieron esperar haciendo eco por todo el bosque.



















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-¿Segura que estas bien?

A la mañana siguiente, Aurora no pudo evitar soltar pequeños bostezos durante las primeras clases, acción que no pasó desapercibida por Núñez que la interceptó cuando llegó al gimnasio para ensayar la obra.

-Solamente viví una mala noche –soltó en un bostezo.

-¿Pesadillas?

La blusa rosa negó.

-Yo no lo diría de ese modo, pero... -hizo una pausa- por alguna extraña razón desperté llorando.

-¿Eso no sería una pesadilla? –pregunto a Clara extrañada.

-Puede ser o a lo mejor le estoy tomando demasiada importancia –alzo ambos hombros- O tal vez soñé con aquel libro del caballero y la bruja.

-¡La escena del final alternativo! –Soltó con emoción la castaña-. Fue demasiado triste y trágico, te juro que hasta llore mientras le daba vueltas a la página.

-¡Romeo y Julieta! Los quiero en el escenario ahora mismo –grito la profesora con impaciencia.

Ambas chicas se despidieron para colocarse en sus respectivos lugares. A pesar de querer ignorarlo, Aurora no podía sentirse algo extraña desde esa mañana, pero tenía que concentrarse ahora mismo, así que puso de lado aquellos pensamientos. Ya después descubriría lo que tuviese.

-Señorita Anderson ¿y su romeo?

La peli azul volteo hacia todos lados, al subir no había logrado notar que Jim no se encontraba en esos momentos.

¿Dónde estás, Jim?

-¿Señorita Anderson? ¿Señorita Núñez?

Ambas chicas se voltearon a ver sin palabras. Por la mente de Clara se arrepentía de a ver invitado a la profesora al primer ensayo general.

-No lo sé, profesora. Tal vez...

-¡Aquí estoy!

Todas voltearon hacia la puerta del gimnasio donde un agitado Jim acababa de llegar cansado.

-¡Lamento la demora! Es que tuve algunas dificultades en casa y ... -comenzó a excusarse con voz nerviosa a la vez que caminaba rápidamente hacia el escenario con su libreto en mano.

-Sin excusas, señor Lake –regaño dejando sin palabras al azabache- Ya que llego podemos comenzar.

Jim soltó un suspiro resignado, había llegado tarde en el primer ensayo y con eso se ganó un poco del enojo de la maestra para empeorar las cosas, no había logrado aprenderse nada de sus líneas o al menos darse una idea de que pensaba decir. Un ligero silbido lo hizo voltear hacia Aurora.

-Tranquilo, todo estará bien –animo la peli azul con una sonrisa.

Las mejillas del azabache no se hicieron esperar en tornarse de un color rojizo, había pensado que al a ver llegado tarde tal vez Aurora se encontraría un poco molesta, pero se sintió mejor al ver cómo le estaba tratando de animar. Le dio un asentimiento para que así ambos volvieran su vista a Clara que había comenzando a recitar.

-Niega y reúsa, pero no puede hacerlo por que Romeo no puede ser un Montesco ósea que Julieta...-comenzó a decir Clara para luego esperar que Aurora terminara la oración.

-Dejare de ser yo una Capuleto –concluyo la peli azul con un mano en el pecho.

-¡Exacto! –alabo la de mechón azul con gusto- ¿Jim? –Volteo hacia él con cara seria- O si no quieres, júrame que me amas –relato con voz suave.

-Sí, sí, si –exclamo nervioso ojeando su libreto- Lo tengo. Amor. Negar. Rehusar ¡Lo tengo!

La profesora le dedico una mirada poco convencida y Clara solamente lo miro seriamente.

-Muy bien. Entonces, empecemos por "porque eres tú" –volteo hacia su libreto esperando que ambos comenzaran.

Aurora al ver la distracción de su amiga, se acercó a Jim.

-¿Estas bien?

-¡Muy bien! –exclamo nervioso- p-perfectamente jeje.

-Tendrás que ser un poco más convincente si quieres interpretar a Romeo, Jim –trato de animarlo. Jim solamente bajo la mirada- ¿Seguro que estas bien?

El azabache volteo a verla, para luego soltar un suspiro cansado.

-Es solo que...tengo muchas cosas en la cabeza.

-Sé que no nos conocemos mucho y casi no hemos hablado desde que llegue aquí, pero...-hizo una pausa antes de dar un paso más cercas de él- con esta obra estaremos viéndonos más seguido, así que... no sé, tal vez podamos...

El corazón de Jim comenzó a latir con fuerza al escuchar las palabras de Aurora, había esperado por tres años algún momento o una interacción que lo hiciera acercarse aunque sea un poco a ella y no podía creer que ahora mismo estuviera pasando. Aurora en cambio, no podía evitarse sentirse atraída por el brillo que mostraban aquellos ojos azules del azabache, parecía que estuviera viendo algo hermoso y eso la hizo sentir un cosquilleo en el estómago. Sin siquiera darse cuenta, ambos se encontraban acercándose poco a poco, pero el llamado de la castaña los hizo reaccionar y se alejaron rápidamente.

-¡Escuchen! Acto dos, escena dos, línea 33 –exclamo en voz alta apuntando hacia la peli azul.

-Claro –reacciono Aurora mirando rápidamente su libreto, recuperando nuevamente la postura- ¿Por qué eres tú, Romeo?...

La de blusa rosa comenzó a relatar sus líneas sin trabarse o cometer algún error. En cambio, Jim no podía apartar la mirada de ella, no podía creer que después de tres años, ahora podían compartir unos momentos juntos, aunque solo fuese en la obra, para el azabache le era suficiente, era el primer paso y eso lo motivaba bastante.


























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-Veo que avanza tu relación con Jim –canturreo Clara con una sonrisa.

-No tenemos ninguna relación –negó avergonzada- pero si la tuviéramos... ¿de verdad se nota?

La castaña no pudo evitar soltar una risa y darle un ligero golpe en el brazo de la peli azul.

-Aunque no me agrade mucho, puedo ver que no estarás sola en san Valentín.

- Ja ja muy graciosa –dijo con sarcasmo para luego reír un poco.

Clara sabía más que nadie la pequeña atracción que sentía Aurora por Jim. Aunque para ella solamente era un chico demasiado extraño, podía notar como hace dos años la de blusa rosa comenzó a buscar con la mirada a cierto azabache, aunque nunca lograron entablar una conversación tan larga, puesto que Jim siempre tartamudeaba o decía cosas sin sentido en presencia de Aurora y la obra de teatro al parecer fue el gran empujón que necesitaban ellos dos.

El sonido de alguien golpeando el casillero llamo la atención de ambas, notaron como Jim comenzaba arrodillarse frente al rubio que no podía quitar su sonrisa de superioridad.

-Sin duda no esperaba que prefirieras acobardarte –soltó con burla.

Jim tenía que admitir que esto era la única solución, no quería meterse en más problemas y quería acabar con todo esto de una vez para irse, pero cuando levanto un poco la mirada observo como Aurora había llegado a la multitud y ambos lograron conectar su vista.

-Jim... -susurro con preocupación.

El azabache rápidamente aparto la mirada de la peli azul. Ya no podía huir más, tenía que enfrentar sus problemas de una vez por todas.

Si no es ahora ¿entonces cuando? Pensó

Dejando el miedo de lado se levantó con decisión y le hizo frente al rubio. Era momento de hacerle frente al miedo aunque aún lo tuviera. De un momento a otro, el rubio lo empujo contra el casillero dispuesto a golpearlo, pero Jim rápidamente lo esquivo comenzando a huir de el aumentado el enojo de Steve.

-¡Jim cuidado! –grito Aurora al ver como Jim estaba de espaldas justo cuando Steve lo iba a golpear en la cabeza, pero el de suéter azul volteo hacia el recibiendo el golpe en su mejilla mandándolo al suelo adolorido.

Las cosas parecían ir mal, Jim se había quedado en el suelo y Steve parecía darle el último golpe de gracia. Sin pensarlo, Aurora se colocó frente al azabache.

-¡Es suficiente, Steve! –exclamo con molestia.

-Tú no te metas –la aparto de un empujón ocasionando que terminara en el suelo.

-¡Aurora! –grito Jim.

Clara y Toby se acercaron a Anderson rápidamente. La de blusa rosa quiso levantarse, pero un dolor en su rodilla la hizo soltar un quejido, se había raspado. Jim solo podía ver con preocupación la herida que se había hecho Aurora, ella al ver como miraba su herida solamente le dedico una pequeña sonrisa, no quería transmitirle que estaba bien, pero el rostro de angustia no desapareció en la cara de Jim.

-Qué bueno que tu mamá es enfermera –dijo Steve comenzando acercarse.

Un pequeño brillo extraño del amuleto comenzó a salir de su mochila y Jim pudo sentir lo que tenía que hacer. Se levantó nuevamente con manos hechas puños sin decir una palabra, acción que hizo enfurecer más al rubio para lanzarse de una vez hacia el dispuesto a golpearlo, pero todos en la multitud se sorprendieron al ver como el de ojos azules le había proporcionado un fuerte golpe en el mentón que lo hizo caer al suelo de espaldas.

-Es doctora -le recordó.

-¡Jim le gano a Steve!

-¡Lo hiciste, Jim! –exclamo con alegría Aurora corriendo hacia él.

Todos comenzaron aplaudir y a celebrar la gran victoria de Lake. Por primera vez alguien le había hecho frente al rubio y le había ganado al fin. La multitud comenzó a rodear a Jim felicitándolo por su gran victoria.






















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Varios días después.

-Durante siglos, los mundos de los troles y humanos, estaban separados y en paz divididos por puentes que actuaban como portales entre nuestros reírnos, pero los grumm-grumms querían devorar a toda la raza humana, eran dirigidos por Gunmar "el negro", el resto de la raza troll peleo contra el culminando en la gran batalla del puente muertenfrente, portal a las tierras de Gunmar, después de muchas lunas, el bien triunfo sobre el mal y nuestro gran cazatroles, Deya "la libertadora", encerro a Gunmar exiliándolo a las tierras oscuras y sello el puente muertenfrente con el amuleto sagrado y después lo derribamos piedra por piedra, dejamos el viejo mundo en busca de paz. Nos escondimos en un barco llamado Mayflayer, solo un puñado de nosotros y unos gnomos que trajimos como compañía...y como alimento. Finalmente arribamos a un reino extraño y exótico –relataba Blinky desde su libro.

-Nueva Jersey –exclamo AAARRRGGHH.

-Seguimos caminando hasta que finalmente encontramos una nueva piedra corazón y cuando nos dimos cuenta, habíamos encontrado un nuevo hogar bajo Arcadia –finalizo el de 4 brazos a la vez que baja el libro para ver a los demás. Notando como Domzalski y AAARRRGGHH estaban tan atentos a su narración a excepción de cierto joven de suéter azul que se encontraba roncando tan plácidamente y en un profundo sueño.

Con el ceño fruncido, Blinky cerró su gran libro de un golpe frente al azabache, espantándolo por completo.

-Disculpad señor Draal, no me matéis –soltó en un grito despertando asustado.

-Estudiar historia troll puede parecer un deber menor Maese Jim, pero...-iba a continuar, pero fue interrumpido por el de ojos azules.

-Lo siento. Pase toda la noche estudiando para mi examen de compresión de español y mi cerebro esta lento –explico Jim con voz cansada a la vez que abría su libro nuevamente- no sé, creí que si enfrentaría a Draal en una semana mi entrenamiento sería un poco más...activo –dijo poniéndose de pie mientras soltaba un gran bostezo.

A los segundos el grito de una troll se escuchó por todo el lugar hasta que llego con el cazatroles, informándole de un gran problema que tiene con unos gnomos. Así que de un momento a otro ya se encontraba en la tienda de Bagdewella viendo como aquellas pequeñas criaturas molestas corrían de un lado para otro tirando y robando cosas creando un completo caos. Justo cuando Jim estaba por protestar un poco, se le fue informado que de no importa que, un cazatroles siempre debe responder un llamado.

-Hubiera sido mejor informarme sobre ello antes –bufo Jim en un suspiro.

Ahora el azabache no sabía cómo lidiar con el problema de los gnomos, ellos apenas median 5cm y él era demasiado grande como para ir al escondite de ellos y atraparlos con su estatura normal. No fue hasta que Blinky le hablo sobre una maquina un tanto extraña, pero que de alguna manera, no le daba buena espina al par de humanos.

-No se preocupe por nada, Maese Jim –trato de animarlo- siga con sus estudios, vigilaremos el agujero. Mañana regresara fresco a lidiar con este...-vacilo un poco viendo la situación-pequeño problema.

Aunque Jim no quería decirlo, pero en verdad no le causaba un buen presentimiento todo esto.



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