Capítulo 7


Capítulo 7

- ¡te diré que mierdas pasa conmigo Keelar! ¡estoy jodidamente enamorado de ti! Eso es lo que pasa. Y es algo que me mata porque sé que tú nunca me veras más que un amigo o peor aún como tu maldito mejor amigo. Has ignorado todas las malditas señales que te he dado, y tú solamente te encuentras en un mundo donde no hay espacio para mí. Solo soy tu mejor amigo ¿crees que un mejor amigo común y corriente dejaría toda su maldita vida atrás por irse a vivir con su mejor amiga en otro país? ¡¿en otro jodido continente?! Muchas veces me dijeron que tu solo me querías como un maldito amigo, no les quería creer.

- S-Sebastian y-yo – mierda no creí que el pensase eso.

- ¡cállate y escúchame! Estoy cansado de que no te des cuenta de lo mucho que te quiero.- Sebastian caminaba de un lado a otro se veía demasiado enojado- no entiendes que odio cuando alguien se te acerca y odio cuan especialmente ese tal Under se te acerca. ¿y sabes por qué? no, no lo sabes, así que te lo repito, ¡por qué te quiero! – Sebastian se sentó y se tapó su rostro con sus manos - ¿Cómo te lo digo para que me puedas entender? – se incorporó de la silla y agarró mi rostro entre sus manos – te quiero preciosa. ¿Por qué no lo entiendes? – miré fijamente su rostro y simplemente lo besé.

Nos estamos haciendo daño ambos, yo a él, por no tener claro lo que siento y el a mí por... creo que solamente soy yo la que está haciendo daño. Aunque hace años...el me hizo daño a mi...

Flashback

Estoy tan nerviosa. Corrí por el pasillo hasta llegar al lugar de encuentro con Sebastian. Por fin le diré cuanto le quiero y que me gusta demasiado y...y... ¿y si me rechaza?

Fui disminuyendo el paso y sin esperarlo estaba frente a frente con Sebastian Michaelis.

- Que sea rápido – tragué saliva y su mirada era severa –no tengo mucho tiempo – traté de formular mi declaración pero no fui capaz. Soltó un suspiro desesperado - ¿me citaste para declararte como todas las chicas del instituto? – seguía con la vista pegada al suelo – así que es eso. Supongo que resta decirte que no me interesas...la mujeres son tan predecibles... - estoy enojada. No puedo creer que ese chico que tanto admiraba que tanto quería estuviese diciendo estas cosas. – si es así...me voy.

Se estaba yendo.

No podía quedarme con este enojo.

- E-escúchame muy bien- él se volvió y otra vez me puse nerviosa.

- Como pretendes que lo haga si estás hablando muy enredado. – demasiado enojada.

Siento un calor en mi pecho y bajar hasta la boca de mi estómago - ¡si crees que todas las putas son iguales que las chicas que se te declaran! ¡Este jodidamente equivocado aborto de extraterrestre! Si crees que solo quiero una popularidad estúpida estando contigo...estas muy equivocado, y si crees que es mentira que te quiero... ahí si estas bastante equivocado. Porque te conozco desde hace más tiempo que todas estas zorras sifilíticas. ¡Qué asco! Me siento asquerosa, creí que eras diferente a todos estos chicos ¡pero eres la misma mierda pero de diferente color imbécil!

Fin del flashback

Seguíamos con nuestro beso, pero el recuerdo no me dejaba seguir.

- Sebastian, te hago más daño. No quiero lastimarte mas.- yo no soy como tú.

- No me importa – no lo hagas más difícil

- Yo... - el timbre sonó estrepitosamente. Me separé y Sebastian estaba con su mirada puesta en el vacío.

Abrí la puerta y vi a mi queridísimo hermano mayor.

- ¿Qué mierdas quieres?

- Vengo por ti hermanita

- Vete al infierno Leonardo. – cerré la puerta y vi a Sebastian apoyado contra la pared.

- Hay que pagar unas facturas. Mañana las pagaré.

- Yo iré a pagarlas. No te preocupes. – me iba a retirar a mi habitación, pero...Sebastian se interpuso en mi camino. - ¿necesitas algo?

Sebastian me pegó en la pared y sus brazos me inmovilizaron.

- Inténtemelo, quizás nos estamos equivocando y realmente estamos hechos para ser más que simples mejores amigos. – su cara estaba a pocos centímetros de la mía.

- Me da miedo Sebastian.

- No más que a mi... - y como una forma de sellar nuestro pacto...nos besamos.

No importaba si ambos teníamos miedo. Ninguno de los dos conocía el tamaño de nuestros temores. Solo quedaba...esperar.

ideo'H r


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top

Tags: