Capítulo 23

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Ha pasado un tiempo considerable desde que las dos personas más importantes en mi vida despertaron. Ya me dieron de alta en el hospital, mi hermano desapareció y mi padre parece mejorar cada día. El señor Robert está en tratamiento psiquiátrico después de la muerte de su esposa, pero en cierta forma está luchando por estar al lado de su hijo.

Los negocios han ido de maravilla, he solucionado todos los problemas satisfactoriamente y he puesto una clave a todas las cuentas para que Leonardo no vuelva a cagarla.

- ¡mami! – gritó mi pequeña Annie - ¿sabes que día es mañana? – sonreí

- ¡claro que si mi pequeña! – dije y se le iluminaron sus ojos grises - ¡es cuando te dan de alta! – ella hizo un puchero y negó. -¿no es así? ¿entonces que día es? – sonreí y ella sonrió igual, tiene la misma sonrisa que su padre.

- ¡mi cumpleaños! – hace tres años que Annie nació, es increíble cómo pasa el tiempo.

- ¿ah sí? Recuérdame cuantos años cumples – ella contó con sus deditos y me los mostró.- ¿Qué número es ese Annie?

- Tres – reí ligeramente y la alcé.

- Bravo señorita Grey, es usted una niña muy inteligente.

- Lo sé – abrí mis ojos y la vi fijamente, parecía una misma diva.

- ¿Dónde aprendiste esa palabra?

- Papá me dijo que siempre la decías- Annie es muy inteligente para una niña de su edad, tengo una genio.

- Entonces papá está loco – le empecé a hacer cosquillas y Annie reia.

- ¡n-n-no mami! – gritaba entre risas. Me separé de su delicada pancita y la puse de nuevo en la camilla.

- Tres años, estás anciana ¿lo sabias? – hizo un puchero y negó

- Tú estás vieja – reí, y ella rio igual.

Pasé el resto de la tarde con mi bebé hasta que llegó Sebastian para hacerle la transfusión.

- Cuídala muy bien Michaelis – amenacé, el asintió y me dio un beso en la mejilla, ¿Qué le pasa? Le di una última mirada a Sebastian y un beso a Annie.

Subí al piso de arriba y entré a la habitación de Franz.

- Muy buenas tardes señor, Emmm, Grey, me dirá usted como ha pasado la tarde de hoy.- el sonrió.

- Muy abandonado por mi esposa – dijo dramáticamente.

- Oh, lamento mucho eso. Si quiere... podría yo ayudarle – exclamé mientras me quitaba la bata.

- Lo siento mucha doctora, pero tengo una hermosa esposa y una hermosa bebé.

- Temiblemente – reímos y me acosté a su lado delicadamente. – ¿te sientes mejor?

- Ahora si... ¿cómo esta Annie?

- Está en este momento en su transfusión mensual.

- ¿Cómo estás papá? – sonreí, y acaricie su cabello.

- Hoy lo llevé a la terapia y ha tenido un gran avance Franz, ya aceptó que Diane ya no está. quiere verte y abrazarte. Te extraña mucho, así que pretende mejorarte rápido señor, tanto por tu padre como por Annie, y también por mí, no he tenido sexo desde hace muchísimo tiempo.

- ¿solo me quieres por sexo?

- ¿lo dudabas? – ambos reímos y nos abrazamos – te amo Franz...

- Yo a ti...

Sebastian

- Deberías recuperarla Michaelis – dijo Leonardo.

- A mí no me vengas a dar consejos Leonardo, así que por favor, deja de martirizarme la vida.

- ¿estás con el periodo Michaelis? – cuenta hasta diez Sebastian, solo hazlo. – eres un cobarde de mierda.

Estampé a Leonardo contra la pared y lo agarré por el cuello – escúchame muy bien Leonardo, si lograron salvarte la pierna yo haré que no vuelvas a correr con la misma suerte bastardo infeliz – el sonrió.

- Ojala aplicaras la misma fuerza que utilizas para amenazarme para conquistar a ______ - lo solté y salí del apartamento de Leonardo. En primer lugar ni siquiera sé que hago aquí.

Bajaba por las escaleras cuando sentí que mi celular vibró. Lo contesté.

- Michaelis.

- S-Sebastian, ven rápido por favor – la voz llorosa de ______ hizo que mi corazón palpitase descontroladamente

- V-voy para allá.

Corrí lo más rápido posible.

Llegué al hospital y vi a una _____ rodeada por enfermeras.

- Debe calmarse señorita Grey – ella sollozaba descontroladamente.

- ¿Qué sucedió? – pregunté mientras me hacía pasó entre el grupo de enfermeras

- Annie ha sufrido una convulsión y el señor Grey está rechazando el corazón - ______ estaba destrozada ella trataba de respirar pero entre más lo intentaba más aire e faltaba.

Me acerqué y la besé. ¿Qué hubiesen hecho en mi caso? Todos quedaron perplejos y _____ se calmó, pero se enojó.

- ¡¿Qué mierdas crees que haces?!

- Besarte ¿no es obvio? – no sé si estaba roja porque la había sorprendido o porque estaba enojada, espero que sea la primera

- ¡no! No es momento para que juegues conmigo Michaelis, mi hija...

- Nuestra

- ¡cállate y escucha bastardo!- todos parpadearon y la vieron algo temerosos.- Annie está nuevamente en coma y Franz está rechazando el trasplante y el Señor Robert fue internado en el hospital psiquiátrico porque tuvo una recaída y llegas tú con tus mamadas.- creo que está realmente enojada.

- S-señora Grey necesitamos que se calme, está asustando a los pacientes- miró cortantemente a las enfermeras y me jaló del brazo.

Salimos de la clínica y rompió nuevamente en llanto.

- ¿Que hice mal? – preguntó.- ellos no merecen lo que está sucediendo, ellos merecen ser felices.- sollozó. La rodeé con mis brazos y ella lloró aún más fuerte.- cuanto daría porque lo que les sucede a ellos me sucediera a mi

- No digas eso – murmuré, sentí que mi voz se quebraría en cualquier momento- no soportaría verte de esa manera. – ella levantó su mirada y la fijó en la mía.

- ¿por qué? – sonreí

- Porque te amo, creí que nunca lo preguntarías – no la besé, tampoco la abracé, solo y simplemente nos miramos, era lo único que podíamos hacer en esta situación.

______

A la mañana siguiente, entré a la habitación de Annie junto a Franz en una silla de ruedas y conectado a un monitor, y junto a mí también estaba Sebastian.

Dejé las flores favoritas de Annie en la mesa contigua a su camilla. Vi que el respirador estuviese funcionando bien y volví a mi sitio.

- F-feliz cumpleaños mi pequeña – unas cuantas lagrimas rodaron por mi mejilla, Fran agarró mi mano derecha y Sebastian la izquierda.

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