Capítulo 21
Capítulo 21
Sebastian.
No sé cómo lograron comunicarse conmigo, pero estoy muy agradecido de que lo hayan hecho. Ver a mi linda _______ en una camilla me duele en el pecho.
Leonardo, a pesar de que traía el cinturón puesto perdió un brazo, pero lograron salvarle la pierna.
No quiero ni pensar cómo fue que ocurrió, no creo que ______ sea de beber alcohol. Ella no es así.
- Señor Michaelis, podría venir un segundo por favor. – asentí y abandoné a ______, como siempre.
El doctor que me había llamado traía unas carpetas, pude lograr ver que en una decía el nombre de mi hija, en la otra el de Franz y la última era Diane.
- Su hija, ha tenido un gran avance – dijo retirándose las gafas – le desconectamos el respirador, es algo muy bueno, ya que en cualquier momento puede despertar. Sin embargo, también hay una alta probabilidad de que vuelva al inicio.
- Entiendo. – el doctor se despidió con una reverencia y se fue.
Entré nuevamente a la habitación de _____, y alguien me siguió.
- ¿así que tú también estás aquí hermanita? – Leonardo traía una bata azul cielo, tenía diversas heridas en el rostro. Al ver su muñón, me corrió un escalofrío. Se estaba acercando a _______ - por tu maldita culpa estoy así. – empezó a llorar. Su mano izquierda apretaba con fuerza la de ella, le estaba haciendo daño. – siempre lo supe, ni siquiera somos hermanos. Tu madre o más bien nuestra mami, ¡siempre fue una maldita zorra! Siempre te prefirieron a ti, claro, eras la maldita hija legítima del maldito y podrido matrimonio, una experta en finanzas y en negocios. Heredaste lo único bueno de tu padre, el me aceptó solo porque mamá era una mujer considerablemente bonita, y porque cuando tenía unos dos años más o menos, esa zorra estaba embarazada de ti. Te he odiado desde siempre, hasta que mi psiquiatra me hizo caer en cuenta de que tú no tienes la maldita culpa, me negué claro está, pero eso no significa que no odia a la zorra de nuestra mamá, era preferible que me hubiese abortado cuando pudo, no estaría en esta maldita situación. Ninguno de los dos. – tenía un bisturí en su mano. Corrí hasta él y lo estampé contra la pared.
No lo golpeé, pero si le di uno que otro puño.
- Escúchame muy bien Leonardo, si vuelves a acercarte a esta maldita habitación si quiera unos centímetros de la puerta, te mato.
- Yo no voy a rebajarme por culpa de un hombre que no lucha ni luchará por la mujer que supuestamente ama. Eres ridículamente débil, aunque no lo sepas, me parecías mejor partido para mi hermana que ese tal Franz, pero él se ganó el corazón de _______ casi sin intentarlo. – lo solté. El caminó y sonrió. – buenos días hermanita.
Me volví y vi a _______ con sus ojos casi abiertos.
- ¿D-dónde estoy? – me acerqué y la abracé
- En la clínica, tuviste un accidente, tu hermano perdió un brazo y lograron salvarle la pierna. Cuatro costillas están fracturadas y tuvieron que someterte a cirugía por la hemorragia que eso causó y...
- D-disculpa, pero ¿Quién eres?
¡Hola! Quiero hacerles unas preguntas y espero que sean completamente sinceros conmigo.
¿Creen que esta es una de las novelas más dramáticas que he escrito?
¿Creen que la novela está muy trágica?
¿DEBERIA MATAR A SEBBY? Ok, esa no, pero si la responden, lo tomaré en consideración.
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