Capítulo tres

Light comienza a sospechar que la vida está aprovechando a reírse de él. Todo el día no ha querido pensar en "la cita" que acordaron con L la noche anterior pero es lo único que ha tenido en la cabeza. Para empezar sus amigos estuvieron más calientes de lo normal, no es ningún secreto que Mello, Near y Matt adoran morrearse sin importar quién esté en frente, no obstante en un punto le pareció que en nada se tumbarían sobre lo que estuviera más cerca e iniciarían un trío digno de una película porno, ¿o será que su imaginación lo hizo ver el cachondeo más grande de lo que realmente fue? No, porque... ok, se sabe que esos tres piensan con la de abajo todo el tiempo, pero Kiyomi también estuvo con ellos en un rato que las horas libres coincidieron y parecía que no encontró más asiento que no fueran las piernas de Teru, a quien le realizó un examen de tráquea con la lengua. Si solo porque su amigo es más pudoroso las cosas no llegaron a más. Todo mientras él era el único en la mesa comiéndose un sándwich mientras los demás se comían entre ellos, porque ya lo dijo antes, la vida busca burlarse de él.

Por suerte las últimas horas estuvo muy ocupado con un trabajo grupal. Sin embargo, ahora en casa y con la hora acordada bastante cerca, está comenzando a sentirse ansioso.

Decide darse una ducha para relajarse, y porque por algún motivo lo que tiene entre las piernas va en ascenso cuando L ni siquiera le dijo de qué iban a hablar. De todas formas lo intuye, el mismo L le dijo que la gente busca sexo en ese chat, y no tiene necesidad de hacerse el mojigato, él entró buscando lo mismo. Aunque claro, no lo buscaba con un hombre; prefiere no pensar en ello porque pese a que le da un poco de temor la reacción social, él en lo personal no está cerrado a nada, solo quiere a alguien con quien se sienta cómodo, sea hombre o mujer, y la verdad es que L lo intriga mientras que el misterio y el tabú de lo que está haciendo lo excitan.

Sale con una toalla rodeándole la cintura, es entonces que se da cuenta que algo parpadea en la pantalla de su laptop. La dejó encendida y abierta antes de meterse al baño, claro, con la puerta de la habitación bien cerrada para evitar visitas inoportunas.

Corre al escritorio y efectivamente es un mensaje de L.

>«¿Me das un segundo? Acabo de ducharme, solo me pongo el pijamas y vuelvo»

>«O mejor te quedas así» Light se relame los labios al leer esas líneas «Después de todo, supongo que ya te imaginas cuáles son mis intenciones esta noche, ¿verdad?»

El castaño retrocede casi por acto reflejo y de inmediato un escalofrío le recorre la espalda. En otro caso sus sentidos de alerta deberían activarse, pero al agachar la cabeza ve una tensa carpa formada en la toalla, algo de lo que ya se había deshecho en la ducha.

Pese a que la curiosidad lo tiene con el corazón acelerado, igual se toma unos segundos para responder porque el leve pudor que aún mantiene lo frenan un poco. Pero... ¿de qué le sirve el pudor en este punto? Quizá le ha hecho falta ser más aventado en la vida, de otra forma no se explica cómo sigue siendo el único virgen del grupo. Además se siente cómodo con L y si a él todo le comienza a parecer muy raro, siempre tiene opción de bloquearlo, ¿no?

>«Está bien.» se atreve a teclear. En su mente había pensado en una respuesta que delatara menos su nerviosismo.

>«¿Te puedo llamar?»

Vuelve a sostener el aliento, y aunque intenta pensar en una respuesta diferente, sus dedos fríos vuelven a presionar las mismas teclas. Seguido de sus palabras la pantalla muestra el teléfono sonando, por suerte había dejado los audífonos conectados, así no despertaba a los demás en su casa. ¿Inconscientemente ya sabía lo que le esperaba?

—Hola, bebé.

El tener los auriculares puestos provoca que esa voz grave se deslice por todos los rincones de su canal auditivo, haciéndolo temblar.

—¿Por qué insistes en llamarme así? —Pregunta con una voz más baja de la que hubiese querido.

—Oh, no sé, me gusta, pero si te molesta puedo dejar de hacerlo.

—No, no me molesta... — murmura, humedeciéndose los labios.

—Me alegra escuchar eso, porque me gusta llamarte así, es... de cariño. ¿Y cómo estuvo tu día?

Light frunce el ceño ante la pregunta, porque si es honesto pensó que se iban a saltar todo eso. No le molesta que le pregunte, de hecho lo ayuda a relajarse.

—Bien, estuve trabajando con unos compañeros hasta tarde, ¿tú que hiciste?

—Trabajar, terminé hace poco. —El castaño tiene curiosidad por preguntarle por su trabajo, sin embargo el otro continúa:— ¿Y pensaste en mí?

—¿Eh...? Uhm... —vuelve a morderse los labios, sintiendo las mejillas calientes— Sí... ¿y tú?

—Bastante —responde sin una pizca de vergüenza—, me atrevería a decir que pensé mucho más en ti de lo que tú pensaste en mí.

Silencio. Light no sabe que responder y lo único que confirma que sigue ahí es su respiración agitada.

—¿Estás desde tu celular? —Pregunta Elle, sin mostrarse afectado por el mutismo que se generó tras sus últimas palabras.

—¿Eh? N-No —balbucea—, estoy desde una laptop.

—¿Y puedes llevarla contigo a la cama?

—¿A la cama? —Abre los ojos de par en par, su corazón latiendo más rápido a cada segundo.

—Ayer te dije que probaríamos algo nuevo, ¿quisieras que lo intentáramos? —Pese a ser directo, tampoco piensa forzar nada. Ante todo le parece muy importante el consentimiento.

El castaño se queda callado, mil ideas pasando por su mente. La mayor cantidad de sangre está siendo dirigida a la cabeza pero a la de abajo, tiene el pene duro, no lo va a negar, pero a la vez la inexperiencia y lo desconocido lo hacen dudar. Sin embargo recuerda el pensamiento que tuvo antes de iniciar la conversación, sobre ser más aventado. Después de todo se hizo un perfil ahí buscando algo.

—Puedo llevarla a mi cama —murmura—, pero quizá sería más cómodo si descargo la app en el celular.

—Ok, ¿gustarías que te espere o me llamas cuando estés listo?

—Te llamo cuando la haya descargado. —Responde sin dudarlo, así al menos aprovecha esos minutos para relajarse.

Descargar la aplicación e ir a su cama no le toma mucho tiempo, el reto es presionar ese botoncito para iniciar la llamada de nuevo.

—Eso fue rápido. —Comenta Elle, soltando una risa corta que con esa voz suena sexy.

—Sí, la aplicación no tardó en descargarse. —Respira hondo, acomodándose los auriculares tras tomar asiento en la orilla del colchón.

—Quisiera dejar claro algunos detalles antes de empezar...

—Cuánto formalismo. —Bromea riendo, sacando valor de quien sabe dónde, quizá de los mismos nervios.

—Es porque no quisiera asustarte, bebé —le parece que L emplea una voz mucho más grave y hasta lo imagina sonriendo de lado, haciéndolo temblar al saber que está entrando a un mundo que desconoce, en el cual L parece desenvolverse bastante bien—. Antes que nada quiero que tengas claro que todo será con tu consentimiento. Si en algún momento te sientes incómodo o algo de lo que digo te sienta mal, dímelo y yo me detengo. Prefiero eso a que me bloquees. Estoy más que dispuesto a que experimentemos juntos, no solo por teléfono, te seré claro y mis intenciones es que concretemos algún encuentro más pronto de lo que piensas, pero tampoco quiero que accedas solo por la presión de algo tan tonto como dejar de ser virgen, ¿estamos?

—Estamos. —Responde sin dudarlo, porque a pesar de lo directo que el otro es, lo hace sentir un poco tranquilo el saber que se detendrá si se llega a sentir incómodo.

—Bien, antes de empezar me gustaría saber si quieres continuar porque de verdad lo deseas o solo por el asunto de la virginidad —Light frunce el ceño, para él ambos temas van de la mano—. Me explico —continúa, como si le hubiera leído la mente—, estoy a favor de que quieras iniciar tu vida sexual y no te voy a mentir, si da morbo ser el primero, pero lo ideal es que de verdad desees a la otra persona, alguien que te excite solo de verlo, claramente yo busco ser esa persona.

El castaño traga saliva al escuchar lo último y por un segundo se queda inerte, hasta que la voz de Elle lo saca de su trance.

—¿Y entonces?

—Yo... quiero seguir porque... porque lo deseo... —Balbucea, su rostro poniéndose más rojo que un tomate.

Del otro lado se escucha una risilla traviesa.

—Perfecto. También quisiera preguntarte, ¿te sentirías cómodo si te pido que me mandes una fotografía tuya?

—Uhm... —aprieta los labios. Si es sincero, se ha preguntado todo el día qué aspecto puede tener L, sin embargo le da nervios ser el primero en dar ese paso, ¿que tal si del otro lado se encuentra alguien de la universidad? Se moriría de vergüenza— Solo si tú mandas una tuya primero. ¡Y con un papel! —agrega al instante alzando un poco la voz— Algo que confirme que sí eres tú.

—No esperaba menos de ti. Está bien, dame un segundo —el castaño lo escucha moverse y rasgando una página—. Acabo de mandarla, de antemano perdón por las fachas.

Light toma el celular y abre la fotografía, en ella Elle sale sin camisa, piel pálida, delgado pero definido, cabello negro y abundante, un poco despeinado, una sonrisa ladina, ojos profundos y sosteniendo con una mano un pedazo de papel con la letra L al medio.

—Me gusta el hoyuelo que se te forma en la mejilla. —Comenta con una sonrisa. Le agrada haberle puesto un rostro al extraño de Internet.

—Te toca a ti.

El castaño abre la cámara de su celular y así sentado como se encuentra, intenta buscar su mejor ángulo. El problema es que está solo en toalla, por lo que alcanzan a verse sus hombros desnudos, lo único que procura es no mostrar demasiado, dentro de lo posible enfocar solo su rostro porque a diferencia del otro, a él sí le da un poco de vergüenza.

—Ya está. Oh, aunque olvidé el detalle del papel... ¿me tomo otra?

—No importa, confiaré en ti. Espera, ¿en serio eres tú?

—Uhm, sí... —responde sonrojado, sin saber cómo interpretar esas palabras, ¿acaso le pareció feo?

—Vaya, ahora no sabré si creerte el asunto de la virginidad, eh. No hay manera en que nadie haya intentado nada con un hombre tan guapo.

Light ríe, una risa corta llena de nervios.

—Uhm, gracias, ¿supongo?

Elle también ríe, solo que la suya es jovial.

—Dijiste que acababas de ducharte, ¿sigues en toalla? —Pregunta, no queriendo darle más largas. Solo necesitaba ponerle una carita a esa voz, y no esperaba que fuera una tan linda.

—Sí... —Responde en voz baja, aunque su miembro recobra firmeza con esa pregunta.

—¿Y estás en tu cama?

—Uhm... Tecnicamente sí. Sentado a la orilla.

—¿Y por qué no te recuestas para estar más cómodo?

—Es que... estoy nervioso...

—No deberías estarlo, vamos a hablar primero, ¿te parece? Recuéstate para que platiquemos.

—Está bien... —Susurra, acostándose despacio.

—Dime, Light, ¿sueles masturbarte?

El aludido traga saliva, pero respira buscando calmarse. Ya está en esto, debería dejar de lado la vergüenza y... experimentar.

—Uhm, sí... como todos, supongo.

—¿Qué tan seguido?

—Diría que... bastante. —Murmura porque le da un poco de pena admitirlo. Ni siquiera en la adolescencia lo hacía tanto y se supone que a esa edad se tiene la hormona alborotada.

—¿Y en qué piensas cuando lo haces?

—¿Eh? Pues... nada en concreto, solo lo hago y ya.

—¿No ves pornografía?

—Nope, a veces alguna revista pero siempre prometen más de lo que ofrecen.

—¿Y conoces tus zonas sensibles?

—Uhm... ¿te refieres a mi...

—No hablo de lo obvio. Me refiero a si alguna vez has tenido una erección porque alguien te habla al oído, ¿un beso en el cuello? ¿Tus pezones, por ejemplo?

—Mis pe... —el castaño frunce el ceño y voltea hacia su pecho, sobre el cual pasa la palma de la mano, sin ninguna reacción— ¿Por qué tendría que sentir algo en mis pezones?

—Aunque no lo creas a muchos hombres les gusta que jueguen con ellos, a mí por ejemplo me encanta —Light se sonroja, le parece un dato tan íntimo y sin darse cuenta vuelve a pasar los dedos por sobre su pecho, invirtiendo un par de segundos más en esta ocasión, lo cual esta vez sí le provoca un cosquilleo pero muy leve—. Si tú no eres de esos, no hay problema, tiene arreglo —dice con un tono malicioso—. Pero ¿qué me dices de lo demás?

—Bueno... es que... en la secundaria sí me besé con algunas chicas, muy pocas la verdad, pero no pasaban de ser... pues eso, besos nada más.

—Pero antes has dicho que te masturbas seguido, ¿solo lo haces con movimientos rítmicos sobre tu pene? ¿No sueles autoexplorarte?

—¿Sabes? Estoy comenzando a sentirme incómodo... —La palabra más bien sería "avergonzado".

—Está bien. Tenemos un largo camino por recorrer, bebé, pero no tengo prisa. ¿Si te pido que te toques pensando en mí, lo harías?

—¿¡Eh!?

—Si eres diestro usa tu mano izquierda, y si eres zurdo usa la derecha mientras lo haces, por favor.

—Es que... no estoy seguro...

—Dime, ¿acaso no la tienes dura? Accediste a ir a tu cama usando solo una toalla, eso me dice que sí quieres, solo deja el pudor de lado y déjate llevar. ¿Podrías hacer eso por mí?

Light se relame los labios y pega el mentón al pecho para tener una vista hacia abajo, confirmando de nuevo que la toalla a la altura de su entrepierna sigue tensa.

—Está bien... —murmura, tragando saliva.

—Entonces.... cierra los ojos, bebé. —Pide con una risita traviesa.

Elle no pretende acelerar las cosas, comienza describiéndose a sí mismo pero de una forma sensual, empleando un tono de voz más grabe al describir lo largo que son sus dedos y las maravillas que puede hacer con ellos mientras le pide a Light que se ponga la mano sobre el cuello, de forma delicada mientras despacio baja hasta su pecho. El castaño suspira, manteniendo los ojos cerrados a la vez que con la punta de las uñas comienza a trazar círculos por su abdomen, bajo órdenes de Elle.

—¿Aún tienes la toalla puesta?

—Sí... —Murmura con un hilo de voz necesitado.

—¿Podrías quitártela para mí, bebé?

El que Elle se lo pida con esas palabras y en ese tono provocan que todos los vellos de Light se ericen y que su miembro dé un respingo al retirarse la toalla.

Sin embargo las intenciones del otro no están cerca de darle atención a esa zona. Le pide que arañe suave y lento lo más que alcance de sus piernas, que vuelva a subir a su pecho, que de un leve apretón al pezón derecho y trazando una línea con un par de dedos, le pide que los lleve hasta sus labios.

—Lame la punta, humedece tus labios con ellos, ¿sientes lo suaves que son?

El castaño permanece con los ojos cerrados, de repente se siente avergonzado por lo que está haciendo pero en general intenta mantener la mente en blanco. Vuelve a descender despacio y por fin se dirige a esa parte de su cuerpo que le ha estado exigiendo atención desde hace mucho. Pasa la palma completa pero de forma muy superficial sobre el glande, soltando un suave gemido involuntario.

—Gime más para mí, bebé.

Elle le indica que tome con el pulgar toda la humedad que tenga en la punta y que la esparza despacio, ejerciendo leve presión. Sin embargo, también tiene otras cosas en mente.

—¿Alguna vez... —jadea. En este momento a Light le prende escucharlo gemir e intentando continuar con una voz mucho más ronca —... has intentado tú solito jugar por detrás?

La pregunta provoca que el castaño abra de golpe los ojos, deteniendo sus movimientos mientras un sudor frío se le acumula en la punta de la nariz. No obstante, al ver hacia abajo confirma que su miembro sigue erecto y húmedo.

—N-No... eso...

—¿Y lo harías por mí? —Interrumpe agitado, empleando un tono coqueto.

—Es que... me da pena... —Murmura, mordiéndose los labios.

—Solo un poquito. Estamos para experimentar, ¿no?

—Sí, pero... es que, no es... ¿un lugar sucio? —Está sonrojado, sin embargo una mano sobre su miembro continúa moviéndose despacio.

—Es tu cuerpo, bebé, no es sucio. Además, acabas de ducharte, ¿cierto? Anda, solo un poquito. No sabes lo dura que me la has puesto, ¿quieres ver?

El contrario casi se atraganta con su propia saliva. Se queda en silencio, sin saber qué decir, solamente respirando agitado.

—Interpretaré tu falta de respuesta como un sí —continúa Elle—. Te mande una foto temporal, si no quieres verla, no la abras.

No está obligado a verla, el mismo Elle se lo acaba de decir, sin embargo sus manos tiemblan al tomar el celular que había dejado a un lado del colchón. Desbloquea la imagen y ante sus ojos aparece la parte baja del abdomen que vio antes, bastante angosto pero marcado, gotas de sudor esparcidas por su piel blanca, pero la mayor atracción es un miembro de buen tamaño, siendo rodeado por una mano en el tronco, dejando visible aún una parte del pene sin cubrir, coronado por un glande rojizo que contrasta con la palidez del resto. Su reacción es un jadeo que lo delata.

—¿Te gusta lo que ves? —Pregunta Elle con galantería.

Light se relame los labios por inercia, ¿nervios o algo más? Honestamente nunca le había prestado atención a los miembros masculinos, al menos no por tanto tiempo, aún así no puede apartar la mirada.

—¿Te abrirías para mí, bebé? —Pese a no recibir respuesta de nuevo, L intuye que su petición es cumplida— Lleva tres dedos hasta tu boca y lámelos, usa abundante saliva y con ella lubrica tu hermosa entrada.

El castaño no puede evitar sentir vergüenza al hacerlo, sobre todo al verse a sí mismo con las piernas abiertas y llevando una mano hacia... ahí.

—Continúa estimulando tu pene, bebé.

Light cierra los ojos para no pensar en nada, concentrarse solo en lo que está sintiendo. Una mano continúa subiendo y bajando sobre su miembro mientras con los dedos de la otra explora por detrás, sin penetrar. Elle le pide que dibuje el orificio con la yema de un dedo, que el pulgar de la misma mano arañe el perineo y que de vez en cuando ejerza presión con los dedos juntos sobre su entrada, simular un vaivén sin llegar a la penetración. Elle prefiere ir despacio para no asustarlo.

E-Elle... —gime, arqueando la espalda de forma inesperada.

—Si-Sigue, Light... —su voz también suena ronca y su respiración agitada.

Light escucha todo el movimiento que el pelinegro tiene al otro lado y lo puede imaginar estimulando ese miembro que vio antes a través de la fotografía. Por algún motivo no puede quitarse esa imagen de la cabeza y su pene vibra ansioso. No sabe si jugar con su ano hace alguna diferencia pero no puede dejar de mover los dedos sobre él, porque al menos debe admitir que cada vez que hace presión provoca chispazos que suben por la longitud de su hombría, sin mencionar que jamás había producido tanto presemen, su glande está empapado y buena parte le cubre la mano que sube y baja, cada vez más rápido hasta que una corriente eléctrica lo invade por completo, haciéndolo convulsionar por pocos segundos mientras sus jadeos le confirmar al otro su culminación.

—¿Acabaste rico, bebé?

La respiración de ambos interfiere en la línea, sin embargo no les molesta.

—S-Sí... —Admite apenas audible, sin ningún pudor al tener la mente en blanco, aún temblando sudoroso sobre el colchón.

Elle sonríe ante esa respuesta, acto seguido voltea hacia su propio torso, viendo una considerable cantidad de semen espeso sobre su abdomen. Si es honesto, no esperaba que esto ocurriera. Por supuesto, él ayer tiró el anzuelo esperando que Light lo atrapara, pero tomando en cuenta su inexperiencia pensó que le costaría un poco más hacerlo ceder, pero le queda claro de qué ganas son lo más le sobran al nene. Aún no se explica cómo alguien tan hermoso no ha intimado con nadie, de todas formas él encantado si es el primero, y aunque no fuera el primero, él encantado de llevarse a la cama a alguien tan guapo. Sin embargo, no tiene prisas, pese a que Light accedió, puede asustarse si le propone ya que se vean para concretar lo que acaban de hablar. Pueden seguir jugando un poco más, además lo que realmente quiere es que Light lo desee tanto que sea casi él mismo quien le pida que se vean. 

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