Los Regalos Perfectos


Aun cuando queda mucho por decir, puedes resumirlo en una acción.

San Valentín tiene la particularidad de ser una fecha tan bonita como tensa, el lado mas rosa era que el amor florecía en la juventud, con regalos, muestras de amor genuinas, y una que se conocían todos, los chocolates. Aquel dichoso manjar, famoso alrededor del mundo, con un sabor tan dificil de replicar por lo delicioso que era, tenía un significado especial para el catorce de febrero, un regalo especial para compartir con tu pareja y por supuesto, con tus amigos.

Dos jovenes tenían sentimientos retraidos uno hacia el otro, bueno, uno de los tantos, Izuku Midoriya no sabía como poder declarar su amor a alguien, ya que nunca lo había hecho y nadie ha querido hacerlo con el, Ochako Uraraka tampoco era muy adepta a enamorarse, era muy torpe para esconder sus sentimientos. Ambos tenían sentimientos bien claros, y el día catorce, que correspondería a mañana, iban a dar un paso mas allá, pero por ahora, el trece de febrero iba a ser un día agitado.

Un día para los regalos de San Valentín, y Ochako tenía algo preparado, el chocolate estaba listo, uno especial para su enamorado de pelo verde, y ahora iba por un segundo regalo, a pesar de que iba con lo justo y necesario para dos cosas, el chocolate y un regalo que le gustaría a su crush, estaba en el centro comercial, miró a sus alrededores, notando entre la gente a muchos jovenes en su misma situación, asi como adultos que pasaban para comprar o ver a través de las vitrinas.

— Vamos a ver... un regalo perfecto para Deku sería algo que tenga que ver con All Might, pero... no, es demasiado sencillo, seguro pensará que no me esforcé y Deku valora a los que se esfuerzan... — Se decía Ochako sentada cerca de la fuente y pensando en que hacer.

Vió de reojo una tienda de videojuegos, figuras y demás, las cosas ahí no eran baratas precisamente, pero al menos querría intentar ver que había, pero entonces vió para el otro lado, y vió una tienda de utiles artísticos, perfectos para épocas de regreso a clases, entonces a Uraraka se le ocurrió una grandiosa idea, el otro día había visto como estaba el cuaderno de anotaciones de Deku, arrugado, magullado y quemado, segun el contaba, fue por una discusión que tuvo con Bakugo.

Asi que se le ocurrió una idea brillante, un cuadernillo nuevo, con temática de All Might de ser posible.

— Pero que lista que sos, Ochakito — Dijo la castaña en celebración e imitando un cantado acento argentino.

La castaña fue con entusiasmo a la tienda de utiles artísticos, emocionada porque sabía que era un regalo que le gustaría a su enamorado, algo que ella y todas las mujeres que conocía sabían, es que a los hombres los puedes conquistar con la cosa mas simple. Aun con esas, no era la única en ese mall que estaba buscando un regalo perfecto, y como el mundo es un pañuelo, cierto peliverde salía de la tienda de videojuegos y figuras de acción con un peluche de la Pro-Heroe N°13, aquella que parecía una robot y se especializaba en el rescate.

— Bien, tengo el peluche, otra cosa a tachar en la lista — Dijo Midoriya poniendo un ticket en el recuadro que decía "peluche de la pro-heroe favorita de Ochako", pero como la hoja estaba desprolija y aspera, parte de la hoja se rompió.

Midoriya se llevó el cuaderno a la cara y resopló frustrado.

— Necesito un cuaderno nuevo — susurró el peliverde.

El hecho de que su cuaderno estuviera así le jodía un poco los planes, debido a que quería pegar una pequeña nota en uno de los brazos de 13, simulando que le entregaba una cartita, en la que declaraba sus sentimientos en una manera mucho mas especial y bonita, y usaría una de sus hojas para escribir la nota, pero al ver que su cuaderno era un desastre, era mejor no hacerlo, parecía incluso una falta de respeto hacia una chica que adoraba con locura.

El peliverde ya tenía un lapiz a mano, un bolígrafo azul que tenía desde hace unos cuantos meses, lo único que necesitaba era una hoja, caminando un poco mas por el centro comercial, encontró un puesto de tarjetas de San Valentín, mejor aún, ese puesto tenía un letrero que decía "Haz tu propia tarjeta de San Valentín", algo perfecto para su perfecto plan.

— Hola, ¿Aun les quedan hojas para crear tu propia tarjeta? — Dijo Deku a la encargada del puesto.

— Tienes suerte, nos queda una hoja especial para la persona a la que quieres declararte — respondió amablemente la encargada dandole la última hoja a Midoriya.

Izuku se puso en posición para escribir, normalmente el escribiría un texto largo, pero considerando el tamaño de la carta y su caligrafía, prefería escribir poco, y por suerte, al igual que como sabía sobrepensar, sabía resumir, asi que dejo la carta en un texto de dos parrafos, le pagó a la encargada el yen que valía esa tarjeta, prácticamente un regalo, entonces tomó la tarjeta y la guardó.

Ochako paseaba con una bolsa en su mano, la cual tenía el cuaderno, se detuvo y se sentó en una banca cercana, aprovechó de guardar el chocolate, revisó lo que le que quedaba, era suficiente para un último regalo, y hace rato había visto un puesto de tarjetas en los pasillos, cerca de las decoraciones naturales, ella prefirió la opción de gastar un yen en crear tu propia tarjeta de San Valentín.

— Hola, buenas tardes, ¿Aun les quedan hojas para crear tu tarjeta de San Valentin? — Preguntó Ochako con buenos ánimos.

— Ay, lo lamento, pero se nos acabaron recién — respondió la encargada amablemente.

— Oh... gracias de todas formas — dijo la castaña por educación y se fue de nuevo a la misma banca de antes.

Uraraka no se desmotivó, pero tenía que pensar en un plan de respaldo, la tarjeta era lo normal en un regalo de este estilo, pero ya no tenía uno y necesitaba pensar en algo.

En eso, vió a un chico de cabello rojo puro, vestido con una camiseta sin mangas, pantalones deportivos y zapatos grises de atleta, sosteniendo dos ganchos especiales para alpinismo, Kirishima parecía satisfecho con lo que compró, entonces Uraraka le sonrió y se acercó al de la particularidad de endurecimiento.

— Hola Kirishima — saludó la castaña a su amigo.

— Hola Uraraka, ¿Que haces aquí? — Preguntó Kirishima ocultando los ganchos.

— Ah pues pues, de compras jajaja — dijo un tanto sonrojada y sosteniendo la bolsa.

— ¿Le vas a regalar cosas para San Valentín a Midobro? — Preguntó Kirishima en confianza.

— ... si — respondió Ochako poniendo sus ojos como puntos e inflando sus mejillas.

— Ah, pues, no eres la unica que se atrevió — dijo Kirishima mostrando los ganchos.

— ¿Y esto para quien es?, ¿Ashido? — Preguntó la chica de mejillas rosadas alzando una ceja.

— ¿Mina?, no, no, ella no, es para... Bakugo — dijo Kirishima un tanto avergonzado, le gustaba su mejor amigo y tenía planeado declararsele de una manera que mas le gustara.

— Oh... ¡Oh! — Exclamó sorprendida la castaña, sonriendo y llevando sus manos a la boca, para que no se escape un grito de emoción.

— Si, y le compré estos ganchos de alpinista, a el le gusta escalar montañas — dijo Kirishima seguro de lo que estaba haciendo.

— ¿Porque asi tiene paz y no tiene que aguantar a extras que están por debajo de el? — Ironizó Ochako sobre la actitud del rubio.

— Exacto, he visto tambien cosas sobre alpinismo para nuestra salida — Dijo Kirishima, aunque lo de "salida" era algo que había que tomar con pinzas, ya que era claro que era una cita.

— ¿Y que tal? — Preguntó la chica de mejillas rosadas.

— Hay mucho en que tener en cuenta, altura, equilibrio, equipamiento, zonas de escalada legal, en pocas palabras, mucho texto — Dijo el pelirrojo teñido.

Esas ultlmas dos palabras resonaron en su cabeza

— Repite eso que último dijiste — Pidió Ochako.

— Mucho texto — Replicó Eijiro

La mente de Ochako se iluminó, era demasiado lógico, ¿Quien no amaría una carta de amor?, o mejor, ¿Quien mas sería capaz de leerse una carta extensa de amor incondicional y puro?, el mismo que analiza cada heroe, aquel que escribe cada mínimo detalle de sus compañeros, aquel que es una enciclopedia de héroes profesionales.

— Kirishima, eres un genio — le dijo la castaña dandole un pequeño golpe optimista en el hombro.

— Oh... gracias, creo, no se — respondió el pelirrojo teñido confundido.

En el segundo piso del centro comercial, justo encima de la tienda deportiva, estaba la tienda de chocolates, había una debido a la alta demanda de este alimento y Midoriya estaba por entrar a esa tienda, pero lamentablemente, encontró un pequeño cartel en la puerta de cristal.

— "Cerrado por Almuerzo, volvemos a las 15:00" — Leyó Midoriya y suspiró moviendose hacia atras, chocandose con el barandal y apoyandose en el.

Por suerte, tenía un plan b, tendría que conformarse con un chocolate de supermercado, aun cuando quería darle algo mucho mas especial, era la unica tienda que conocía que tuviera mochis de chocolate, a sabiendas de que a su chica le encantaban esos dulces oriundos de su patria. Era algo especial para saber ya que quería darle algo a su gusto, facilmente costeable y que sea posible verla sonreír.

Izuku dejó de apoyarse en el barandal por detrás y caminó hacia las escaleras, bajando hasta encontrar la entrada del supermercado, pasando la fuente y llegando al dicho lugar. El peliverde se metió, buscó el pasillo de los dulces, aquel donde tambien se encontraban los chocolates y tomó uno simple, el de toda la vida, aquel alimento que simbolizaba el amor, estaba a tan solo cinco yenes.

Despues de pagar el chocolate, se fue del supermercado y cerca de una tienda de ropa, estaba saliendo un chico de pelo bicolor, con una expresión neutra y vestido con una camisa azul, pantalones del mismo color y zapatos negros, con una bolsa plastica con el nombre de la tienda. Shoto Todoroki salía de comprar ropa, y asumía que no era para él.

— Hola Todoroki — saludó el peliverde acercandose al bicolor.

— Midoriya... — dijo con cierto grado de sorpresa la presencia la del chico de cabellos verdes.

— ¿Estás comprando un regalo para Yaoyorozu? — dijo Midoriya.

— Si, aunque tengo la duda de si le gustará — dijo Todoroki algo dudoso.

— Probablemente le vaya a gustar, tu sabes que nuestra sub-delegada es alguien muy apasionada a la moda — decía Midoriya para alentarlo a confiar mas en las posibilidades.

— Mañana lo sabré... ¿Y en esa bolsa estan tus regalos para Uraraka? — Preguntó el bicolor señalando la bolsa pequeña.

— ¿Como sabes que es para Uraraka? — Respondió nervioso el peliverde.

Todoroki solo lo miró, porque sabía que Midoriya era incapaz de ser sutil de guardar un secreto así.

— Si, es para ella... aunque lo de los chocolates no me salió como lo esperaba — confesó Midoriya.

— ¿Cerrado? — Preguntó el de la quemadura en el ojo.

— Si, no vuelven hasta dentro de... media hora, asi que tuve que improvisar — decía el de las pecas mientras mostraba el rectangulo de chocolate que compró.

— ¿Y que tenías en mente? — Cuestionó Todoroki.

— Mochis de chocolate, y ahí era donde los vendían — dijo el peliverde.

— Bueno, es media hora, puedes esperar un rato — dijo Todoroki dando una solución sensata.

— Bueno, si... creo que le daré dos chocolates jeje — comentó con humor el peliverde.

— Yo tengo el vestido perfecto para Yaoyorozu, creo que una mujer como ella merece algo hermoso — aseguró Todoroki, sonriendo con timidez.

— Tu puedes amigo, que seguro la conquistas — le dió un pequeño golpe en el hombro.

— Espero hacerlo, te veo en las residencias — dijo Todoroki y se fue.

Midoriya se sentó en una de las mesas cercanas y esperó una media hora, en ese tiempo pensaba varias cosas sobre que sucedería mañana, lo especial que era Ochako para Izuku era algo inconmensurable, innegable, la primera chica que le habló y la primera que fue su amiga real, aquella mujer castaña que lo salvó de caerse en el primer día y que vió su potencial desde siempre, nunca perdió su confianza y cada vez que la veía sonreir, sentía que tenía un motivo para continuar su camino.

Era prácticamente la chica mas importante en su vida, junto a su madre, Midoriya quería darle algo digno de lo que era Uraraka para él, una chica genial, optimista y siempre dispuesta a darlo todo por sus metas, incluso creía que se merecía a alguien mejor. Su mirada se dirigió al segundo piso, habían pasado ocho minutos desde que leyó el cartel de "cerrado", sacó su teléfono, abrió una aplicación que era un juego con temática de All Might que le gustaba jugar para pasar el rato, se puso los audifonos para no molestar y se puso a jugar para pasar el rato.

Un pilar estaba detrás de él, pero detrás de ese pilar estaba Ochako, con la parte de arriba del lapiz en sus labios, pensando en como empezar a escribir, sin saber que su tan amado peliverde estaba del otro lado. La castaña pensaba en un texto bonito para el chico que la volvía loca, tenía que ser algo especial, extenso y dedicado, con buenos detalles, despues de todo, ella sentía que lo merecía.

— Hmmm... vamos a ver, ¿Que puede ser perfecto para una carta de amor? — Se preguntó Uraraka sin saber que su enamorado estaba atras de ella, aunque no podía escucharla.

— Deku merece algo bonito como el, lindo, amable, inteligente y dedicado — describió la castaña, por poco y empezaba a sobrepensar como su amor platónico.

Ochako pensaba en como iniciar una carta, no era mucho de escribir como lo era Midoriya, pero si tenía la intención, una buena forma de halago es la imitación, y tratar de imitar lo que hace el peliverde no era tan facil como pensó. Incluso en la descripción que el tenía de ella, habían varios detalles, señalas sus fortalezas, sus debilidades, su aspecto físico y como el hecho de que fuera su amiga, cambió su vida para siempre, despues de todo, que alguien haya hecho una revolución copernica ante un apodo que lo molestaba, es algo que era dificil de no valorar y olvidar.

La sonrisa de la castaña se hizo notar, lo que sentía por el peliverde era único, no creía que iba a repetirse el sentimiento con alguien mas y como si de un toque mágico se tratara, la inspiración le llegó.

— ¡Ya se! — Exclamó Ochako, Midoriya no pudo escuchar porque estaba con audífonos.

Sin percatarse todavía de que su amado estaba detrás de ella, se puso a escribir, la inspiración de una joven enamorada fue calcada en una carta de amor, romantica, hermosa y quizás hasta empalagosa, pero que demostraba la sinceridad con la que la tinta rozaba el papel. Ochako cerró el cuaderno, se lo llevó al pecho, con una sonrisa, respiró y suspiró con nerviosismo y alegría hasta las nubes, esta era la actitud de una joven ilusionada por un evento futuro.

Mientras la castaña ponía el cuaderno en la bolsa y se iba a las residencias con un optimismo asegurado, Midoriya aun jugaba en su celular, revisó la hora, faltaban dos minutos para las tres, había escuchado unos cuantos chillidos atrás, revisó y solo contempló una mesa vacía y una silla desocupada, probablemente era una niña jugando. El peliverde subió la escalera, guardando el celular y entrando a la tienda de chocolates recién abierta.

El peliverde tomó una bolsa con mochis de chocolates, la cual tenía siete de estos dulces nipones y con una envoltura rosada, el color favorito de su mejor amiga, perfecto para el día de mañana, Midoriya pagó lo que costaba y abandonó la tienda, eran solamente doce segundos los que estuvo, nada relevante.

— Bien, todo salió como lo esperaba, ahora, a casa — dijo y se dirigió a la salida, directo a tomar el tren.

Al llegar a la estación de trenes, esperó un rato, respetando las normas de seguridad y manteniendose detrás de la linea amarilla que separaba la estación de las vías del tren. En cuanto llegó, se subió al metro y se sentó, una vez dentro, revisó su bolsa, tenía el peluche y los chocolates, aun así sentía que faltaba algo, entonces sacó su cuaderno y con solo ver la tapa arrugada, se dió cuenta que no compró el cuaderno de reemplazo, este suspiró por un momento, pero luego alzó los hombros y se relajó.

— Bueno, otro día será — se conformó el peliverde.

El metro llegó a la estación mas cercana a U.A, Izuku caminó con tranquilidad hasta las residencias, donde al entrar, lo primero que vió es a cierta castaña, de espaldas y por instinto, puso sus manos con la bolsa detrás de su espalda, ella se volteó y se dió cuenta de la presencia del peliverde, intercambiaron miradas unos segundos antes de apartarlas y quedar levemente sonrojados, con timidez en sus expresiones.

— Hola Deku — saludó Ochako con una sonrisa torpe

— U-Uraraka, hola... jeje — Correspondió Izuku nervioso.

— ¿Donde estabas? — Preguntó la de mejillas rosadas con curiosidad

— Ah pues... por ahí... haciendo... cosas — inventaba el peliverde, puesto que no quería que se enterara de que fue al centro comercial.

— Ya veo... ammm, oye Deku, mañana... ¿Quieres ir al parque cerca del río? — Ofreció la castaña con la sensación de que hacía un concurso de miradas contra el abismo.

— Oh, pues, eso mismo te quería preguntar... — respondió el peliverde con sobresaltos.

— Ah, pues, si, si, me gustaría, digo, ¿Por que te rechazaría?, es decir, no es como que lo tuviera planeado, bueno... si, si me gustaría ir — contestaba con nervisosismo la castaña, ni siquiera se daba cuenta de que estaba flotando a pocos centimetros del suelo.

— Bueno, pues, mañana vamos — dijo Izuku mirando hacia arriba, donde estaba Ochako.

— C-claro — respondió Ochako.

Los dos jovenes se sonrieron, sabiendo que tenían la confianza de que los dos estarían, el peliverde ayudó a la castaña a bajar, tomandola de la mano, al soltarse, hubo un pequeño silencio, seguido de risitas silenciosas y sonrisas tímidas, interrumpidas por un Bakugo alegre, caminando confiado y con un buen ánimo, muy propio de él.

Ando, caminando, con un flow violento, con un piquete cabrrron — Cantaba Bakugo mientras iba en dirección a los ascensores.

— Hola Kacchan, ¿Por qué tan feliz? — Preguntó Midoriya.

— Normalmente les diría a los dos que se callen el hocico, pero porque estoy de buenas, les diré: mañana voy a ir de escalada a la montaña — dijo el rubio con confianza.

— Uy, ¿Con quién? — Ironizó la castaña.

— Con el pelo de mierda, raro, lo se, especialmente en el día de los empalagosos, pero eh, no se puede rechazar una oferta así — aseguró Bakugo, sin saber las intenciones de Kirishima.

— Mucha suerte mañana Kacchan — dijo Midoriya con amabilidad.

— Pff, tengo suerte — dijo el de los mechones erizados para despues irse a su cuarto en el ascensor.

Midoriya y Uraraka se miraron y rieron al entender que Kirishima se le declararía a Bakugo en la montaña, una relación entendible sabiendo lo inexplicablemente unidos que eran esos dos, pero no serían los unicos que se reunirian el 14 de Febrero con intenciones romanticas.

Día de San Valentín

Estaba el cielo anaranjado por el ocaso, Izuku estaba en un banquillo mirando al río, con una caja en su mano derecha y los chocolates en la izquierda, esperando a su chica especial, escuchó unos pasos agitados acercarse, el sonrió al verla llegar con un regalo en la mano, apurada y tratando de señalizar con su mano la llegada de la castaña.

— ¡Deku!, Perdón por tardar, es que no pasaba ningún autobús, asi que tuve que usar mi particularidad — explicó Ochako nerviosa con una mano detrás de su nuca.

— Está bien Uraraka, no hay problema, ya había llegado recién — dijo Midoriya, aunque llegó quince minutos temprano.

Los dos estaban parados uno al frente del otro, con el viento mostrando la belleza de la chica con particularidad espacial y el brillo del sol complementando la presencia del chico con siete particularidades, ambos teniendo la visión perfecta, para ser enmarcada para toda la vida, aunque solo era el inicio.

— Primero que todo, Uraraka... yo, quiero darte un regalo por este día, jamás he dado un regalo a una chica, pero para mi tu eres especial por ser la primera, en... bueno, todo, tu eres alguien importante para mi, asi que pensé que merecías algo bueno — recitó Midoriya dandole la caja envuelta en papel de regalo con decoración de planetas.

Ochako contempló el regalo un poco, no podía contener la emoción al ver que el chico que le gustaba le estaba dando un regalo, lo abrió y dentro de una caja, estaba un peluche de la heroina N°13, la idola de Ochako, la pro-heroe que admiraba por su eficiencia al rescate y por su encanto, en forma de peluche, con unos mochis de chocolate y con una pequeña tarjetita en la mano.

"Un pequeño regalo para la mejor chica que he conocido en mi vida, y no solo eso, tambien te regalo mi corazón y mi alma, te amo, Ochako Uraraka

- Deku"

Leyó la carta, Ochako tenía los ojos cristalizados, con lágrimas decorando sus parpados y al pestañear, una pequeña gota bajó por su mejilla rosada, el peliverde recibió una mirada ilusionada, luego de una sonrisa sincera y que denotaba un solo sentimiento, amor. Ochako no se contuvo y abrazó a Izuku, hundiendose en su pecho, había encontrado al hombre perfecto y este tambien sentía lo mismo, no podía estar mas feliz.

Izuku besó la frente de la castaña, acariciando su corto pero hermoso cabello, al separarse, se miraron, ambos sonrientes.

— Eso fue hermoso Deku... de verdad, eres un chico increible y... bueno, tambien... tambien te amo — dijo Uraraka tras darle el regalo, esperando a que le gustara.

Midoriya vió el regalo, envuelto en papel de regalo con temática de All Might, se notaba mucho que esta chica antigravedad conocía bien a su chico, lo abrió, su expresión pasó a una de asombro, al ver que era un cuaderno de All Might, y uno que tenía lapiz del mismo héroe, miró a Uraraka, hojeó el cuaderno y se quedó completamente atónito, obtuvo algo que quería y fue por parte de la chica que amaba.

— Ochako, esto es... increible... — Decía aun en su estado de asombro.

— Lee la primera página — dijo la de las mejillas rosadas.

Izuku obedeció y empezó a leer

"Desde el día que te conocí, supe que eras alguien especial, alguien destacable, ese día que me salvaste de ser aplastada por un robot gigante, supe que eras un chico de buen corazón, un valiente héroe que da la vida por los que están en peligro, cuando supe de tu apodo, lo quise cambiar porque me recordaba a "Puedes Hacerlo" y es que es cierto, tu puedes hacerlo, Deku, tu puedes ser el héroe numero uno y yo siempre estaré orgullosa de ti, orgullosa de ser tu amiga.
Orgullosa de haberme enamorado del chico mas bueno, tierno, gentil y amable que he conocido nunca
Te amo Deku

- Ochako Uraraka"

Todo lo que leyó Midoriya, con la caligrafía mas bonita que jamás había visto, con su voz tan hermosa resonando en su cabeza, le llegaron hasta lo mas fondo de su corazón. Ella tambien correspondía sus sentimientos, lo había dicho recién y con este regalo, supo que a quien tenía en frente, no era simplemente Ochako Uraraka, era una chica a quien iba a proteger por toda su vida, no importaba que se pusiera en su camino, siempre iba a velar por la seguridad de la chica de quien estaba enamorado.

Con ojos llorosos, vió a Uraraka, guardó su cuaderno detrás de sus pantalones, se acercó a ella y no pudo hacer mejor cosa, que besar sus labios, un beso intenso, lleno de amor y con unas evidentes ganas de darlo. Uraraka al principio se sorprendió, pero no tardó en corresponder ese beso, el primero que compartían, el primero que daban y por sobretodo, el primero de muchos, hoy el atardecer era de Japón pero el amanecer, era el de una relación.

Al separarse del beso, sonrieron, aun con los ojos en lágrimas, al parecer, ahora eran novios, su amor ya no era un secreto. Izuku Midoriya y Ochako Uraraka están enamorados.

— Ochako... — dijo Midoriya en un hilo de voz, nervioso pero adorable.

— ¿Si, Deku? — Preguntó la castaña.

— Compré tambien este chocolate para ti... — dijo el peliverde a su novia, dandole el rectángulo entero.

Ochako vió el rectángulo, y como no podía ser de otra forma, ella lo partió por la mitad y le dió una mitad del chocolate a su novio. Este lo recibió con gusto, la primera actividad de novios era compartir un chocolate el día de San Valentín, no había nada mejor.

— ¿Vamos, Deku? — dijo Ochako ofreciendole la mano a su novio.

— Si, Ochako — dijo Izuku sonriendo y tomando de la mano a su novia.

Con regalos nuevos en una mano y las otras sosteniendose, partieron de regreso a U.A, no como amigos, como pareja, un destino inevitable para dos jovenes enamorados.

Ambos consiguieron los regalos perfectos, uno para el otro


Feliz dia de San Valentín mi gente

Primero que todo, muchas gracias por leer, logré terminar este Oneshot a tiempo, fue duro pero lo conseguí, y en realidad hice este oneshot por una razón, no solo porque me encanta este ship tan bello, sino por otra persona

Eclipsa_Loxar
Mi novia
Es lindo que tengamos este ship en comun como gusto, y este oneshot te lo quería dedicar a ti, es mi regalo en este día de San Valentín, gracias por estar conmigo durante mas de un año y espero algún día verte y quedarme contigo para siempre
Te amo, mucho 😘

Gracias por leer, y nos vemos, en otra <3

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