Ambos Somos un Poco Extraños

Esto transcurre durante los eventos del capitulo 342 del manga
Si no estás al día con el mismo, la primera mitad será un resumen de aquel momento, por lo demás, aviso de spoiler.

Recien devuelto a sus residencias, el renegado heroe Deku, cuyo nombre es Izuku Midoriya, caminaba por su cuarto de la nueva fortaleza temporal, preparandose mentalmente para uno de los momentos mas importantes de la historia de Japón. Ya estaba atardeciendo, y el paisaje mostraba una ciudad completamente destruida, que probablemente tenía personas yaciendo inertes en el frío cemento, una realidad descorazonada que surgió a causa del retiro de All Might y de la caza por el chico que tenía el honor o desdicha de ser el sucesor del símbolo de la paz.

En aquel risco con vista a la ciudad en ruinas, estaba una castaña, la mejor amiga de Izuku Midoriya, Ochako Uraraka, quien observaba la ciudad con desaliento y seriedad, como si estuviera tratando de canalizar algo. Izuku se sobresaltó y pensó que esta sería la oportunidad perfecta para agradecerle por haberlo defendido en la entrada de U.A, no solo por haber hecho el gesto mas noble que alguien había hecho por el, sinó por ser una de tantas ocasiones en las que Uraraka lo ha salvado. Ya era tiempo de devolverle el favor a su mejor amiga.

El peliverde abrió cuidadosamente la ventana y saltó de esta misma, sin zapatos, aunque era inconsciente de este hecho, porque solo tenía en mente hablar con ella.

— Uraraka — Exclamó el peliverde al caer de pié en el húmedo césped.

— Oh, Deku — Se sobresaltó la castaña.

— ¿Ya terminaste de instalarte? — Preguntó Midoriya a la par que llegaba al lado de su mejor amiga.

— Si, aunque no traje muchas cosas — Respondió la castaña.

— Yo tampoco traje demasiado, asi que me instalé rápido — Dijo Midoriya.

Uraraka volvió a observar la ciudad, Midoriya la acompañó a observar la destrucción, los edificios caidos, las calles tapadas por los escombros, realmente era un paisaje desolador.

— Uraraka, te agradezco mucho lo que hiciste por mi, no tuve la oportunidad de agradecerte hasta ahora y... de verdad, gracias — Dijo el peliverde desde el corazón.

Uraraka sintió un relajante cosquilleo en el pecho, un tanto nerviosa ante el honesto afecto que su mejor amigo le brindaba, el no sabía de sus sentimientos, y aunque ahora ya los podía controlar de manera plena, esa forma de ser que tenía Midoriya seguía provocandole sentimientos cosquillosos en su interior, evitó un poco el contacto visual y se rascó la cabeza.

— Ah, ¿Eso?, Eso no fue nada Deku, no hace falta que te preocupes por esas tonterías — Replicó Uraraka con cierto nerviosismo.

Izuku hizo una leve mueca de molestia, ya que no compartía el pensamiento de que haberlo defendido ante la muchedumbre iracunda y asustada era una tontería, ella ahora sabe que nació sin particularidad pero nunca supo de lo marginado que se sentía respecto a esto, y el ver como lo había tomado de la mano para que no se fuera además de subir al techo de U.A y pedir explicitamente que lo dejaran regresar a las residencias, es algo que no se iba a permitir olvidar, Uraraka fue la única persona que logró hacer eso por el, y aunque ella lo considerara algo mínimo, era suficiente.

— ¿Y que haces aquí afuera? – Preguntó el peliverde al ver la extraña situación en la que se encontraban.

— Solo estaba observando la ciudad — Dijo Uraraka mientras su tono cambiaba al de uno dudoso.

Midoriya sabía que Uraraka no hacía las cosas sin una razón, casi tanto como el, incluso cuando anunció que fue a la caza de Shigaraki por su cuenta, había una razón tras su partida, asi que Uraraka no estaba viendo las ruinas de la ciudad porque si, pero antes de que siquiera le preguntara el por qué, ella habló.

— Sabes... soy un poco extraña — Comentó Uraraka.

Midoriya no quiso aceptar eso dicho, dado a que no era cierto, no era extraña y el peliverde se lo quería hacer saber.

— ¿Que?, no, eso no es cierto, tu eres fuerte, valiente, amable, tu cabello es hermoso y... — Murmuraba Midoriya pero con cada característica que describía, su tono de voz se suavizaba.

— Eh, n-no me refiero a eso — Dijo la castaña sonrojada hasta las orejas.

Eso me agarró desprevenida — Pensó la castaña gritando a sus interiores.

Ella respiró profundo y abrió los ojos.

— En ese instante, cuando estaba en el techo de U.A frente a la multitud... por un fugaz instante... pensé en Himiko Toga — Dijo Uraraka cambiando a una mirada seria.

Midoriya no respondió y solo puso atención a lo que quería añadir.

— Durante el avance de Gigantomachia, le respondí con algo que de verdad creía correcto, pero ella respondió con una expresión muy deprimente — Añadió Uraraka en un tono pensativo.

— Soy consciente de que ella es una villana, fue una de las responsables de la destrucción de esta ciudad, y ya no es algo sobre perder o no, soy consciente de ello pero...— Reflexionaba sobre sus acciones respecto a Toga.

— No se que es lo que ella considera normal o no... y ciertamente no tengo idea de nada sobre Himiko Toga — Ella estaba a punto de aceptar que la joven de cabellos claros no tenía salvación.

— Por eso estaba mirando la ciudad, porque no quiero olvidar lo que es ella, para evitar esos pensamientos ridículos — Dijo ahora viendo a Midoriya, quien estaba atento a lo que decía.

Este se acercó un poco mas a ella, por una razón, sabía lo que estaba sintiendo, el dilema de si cualquier persona es redimible, si en el fondo un villano en realidad es alguien que puede salvarse, era algo que conocía muy bien, y acompañaba en el sentimiento de su mejor amiga.

— Yo también he pensado en eso — Dijo Midoriya observando la ciudad, a lo que Uraraka volteó la mirada a su amigo en sorpresa.

— Cuando vi a Shigaraki, logre ver a un niño llorando dentro de el — Comentó el peliverde.

— Se que nuestro enfrentamiento es inevitable pero... no voy a ignorar lo que está dentro de el — Dijo mientras dejaba que el viento moviera su cabello escandalosamente.

Ella suspiró con una sonrisa y volvió a mirar el yermo que era la urbe que antes fue su hogar, ahora mas relajada sabiendo que no era la única que tenía esos pensamientos, ahora no los consideraba ridículos, sinó sensatos, era lógico que el chico que le gustaba tuviera ese efecto.

— Entonces creo que... ambos somos un poco extraños — Dijo Uraraka cerrando los ojos y dejandose atrapar por el viento.

Ambos se quedaron en silencio, contemplando la vista, disfrutando de los últimos momentos de paz que les quedaba, ya que mañana sería el día que se decida el destino del mundo, Shigaraki estaba cada vez mas cerca de lograr su cometido y ambos bandos estaban haciendo sus preparativos para la gran batalla. Uraraka y Midoriya ya tenían a un villano en el que enfocarse, solo era cuestión de esperar, practicar y lanzarse a la batalla.

Midoriya no solo buscaba a su mejor amiga para agradecerle, sinó para hacer algo que debió haber hecho desde el principio.

— También vine por otra cosa — Dijo Midoriya rascándose la nuca.

— ¿Eh?, ¿Por qué? — Dijo Uraraka confundida.

— Vine a disculparme contigo — Replicó Midoriya mirandola a los ojos.

Uraraka dió un pequeño salto, suavizó su mirada y trató de buscarle una explicación, a la afirmación de su amigo.

— ¿Disculparte?, ¿Por qué? — Preguntó la castaña.

— Por haberme ido de U.A, por haberte ocultado que nací sin particularidad y por... ser tan inepto — Respondió el peliverde bajando la mirada.

— Ay Deku... — Dijo Uraraka apenada.

Ella estaba de acuerdo con que Midoriya hizo mal, pero aceptó que hacía esto para protegerlos, a sus seres mas preciados, aun asi, esta batalla no la debía pelear el solo, aun tiene aliados y aunque arriesguen la vida, si se trata de proteger a los débiles y restablecer la paz, era un riesgo que debían correr. Uraraka acarició la mejilla de su apenado amigo y le sonrió.

— No hace falta que te disculpes, solo hiciste lo que tenías que hacer — Le habló con suavidad al apenado nuevo símbolo de la paz..

— Lo se, lo se, pero... aun así, perdon por todo — Dijo Midoriya aun sintiendo la pena que provocó su reacción al ver a Uraraka.

Ella ahora tenía un aura mucho mas seria, porque esta vez tenía que convencerlo de que no hizo nada malo, a pesar de ser alguien sumamente terco con sus ideales y que intimida a todos los villanos con los que se cruza, el niño tímido e incapaz de pensar que hace cosas buenas por el resto, así que esta vez, iba a tener las agallas de decirle sus verdades, aunque no en el mal sentido.

— Deku, nada de esto fue tu culpa, ¿Sabes?, pero no voy a negar que cuando me enteré de que te fuiste y lo único que dejaste fue una nota para cada uno de nosotros, me sentí muy enojada... osea, ¿Te vas sin avisarnos y lo único que dejas es una nota de aviso esperando que no te fueramos a buscar?, tu eres mas listo que eso — Dijo la castaña tocando el pecho de su peliverde amigo con el dedo índice.

— Si, ya lo sé, fue una mala decisión — Respondió Deku cruzando los brazos.

— Es mas, creo que hasta pasé por alto que no tenías particularidad — Comentó Uraraka con una pequeña risa.

El color de Midoriya paso a ser uno palido, como si un dibujo animado hubiera perdido su color, y no es para menos, ya que Midoriya encontró a una persona que no había reparado en el hecho de que el chico mas poderoso de la clase, en realidad tenía una particularidad heredada por el héroe numero uno, un secreto que estuvo ocultando por todo un año y recién ahora lo sacaban a colación.

— ¿En serio pasaste por alto algo tan importante? — Dijo Izuku relajando los brazos y con una gota de sudor en la frente.

— Hmmm, a medias, osea, si me sorprendió saber que el One For All no es tu particularidad de nacimiento pero... solo nos enfocamos en querer encontrarte — Añadió Uraraka suspirante.

— Entiendo... — Respondió el peliverde bajando la mirada.

— Oye Deku, está bien, no importa si tu particularidad no es de nacimiento, nunca dejarás de ser importante para mi — Dijo Uraraka, acercandose cada vez mas.

Pudo mirarla a los ojos por mas tiempo, la belleza de lo simple, ojos marrones como todo el mundo, pero complementados por una hermosa, redonda y tierna cara, el hecho de que está constantemente apoyandolo le hacía pensar que desde antes debió conocerla, tal vez sí hubiera aceptado ser su amiga aun cuando era un encle de niño sin poderes, marginado y siendo la burla social. Estaba aguantando las ganas de abrazarla, decirle lo mucho que la quería, pero ahora sentía otro pensamiento.

El pensar que no la merecía.

— Cuando ustedes me encontraron, yo... no pude verte a los ojos — Con pena, se dirigió a Uraraka.

— No me sentí capaz de hacerlo porque sabía que estarías enojada por lo que hice... no podía soportar el pensar que te decepcioné... — Dijo Midoriya irónicamente, mirando a los ojos de su amiga.

Uraraka podía ver que estaba decepcionado de si mismo, y era el único que lo estaba, ya que la castaña no sentía nada de decepción de su amigo, y se lo iba a dejar bien en claro. Así que respiró profundo, juntó sus manos y se las llevó a su cara con los índices en la nariz y los pulgares en la barbilla.

— Deku... Mi Deku en cristo... ¿Crees que si hubiera estado decepcionada de ti, te hubiera defendido ante toda esa multitud? — Preguntó Uraraka haciendo que el peliverde no tuviera una respuesta contundente.

— Emmm... supongo que no — Respondió el peliverde rascandose la cabeza.

— ¿Y sabes por qué lo hice? — Preguntó la castaña.

— ¿Por qué? — Tambien preguntó el peliverde.

— Porque supe que necesitabas ayuda, para que supieras que no estás solo en esta lucha y siempre estaremos para apoyarte... — Respondió la castaña desde el corazón.

— Además... no soportaría que te fueras de nuevo — Dijo Uraraka apoyando su cabeza en el pecho del peliverde.

Este no dudó y decidió abrazarla, puso su mano detras de la cabeza de la castaña y ella pasó de estar en el pecho de su mejor amigo al hombro de este, ella solo cerró los ojos y puso sus manos en la espalds del peliverde, aferrandose mas al abrazo y a la idea de que no iba a perderlo de nuevo, quiso por primera vez sentir el calor y la tranquilidad del peliverde de manera mas íntima.

Ambos suspiraron al mismo tiempo, sintiendose seguros con la compañía del otro, Midoriya acarició el cabello de su amiga, y aunque ella estaba calmada, le dedicó palabras de serenidad.

— Uraraka, no me iré de nuevo... lo prometo — Le susurró al oído con ternura.

— Mas te vale — Dijo la castaña aun con los ojos cerrados, disfrutando del momento que le brindaba su mejor amigo.

Ahora ambos se sentían ligeramente mas en calma, aun con la presión de tener que librar una guerra entre heroes y villanos, pero la compañía del otro les sirvió para saber que esta vez no estaban solos en esto, y Midoriya ya no iba a tener que ponerse al límite de sus capacidades físicas para cazar a los villanos. El viento ahora soplaba ligeramente, desde el horizonte, el ultimo retazo de la luz solar se posaba, ahora era momento de refugiarse ante el frío de la noche.

Se separaron del abrazo, Uraraka miró los ojos verdes de su mejor amigo que tanto le encantaban y sonrió, el de las pecas le devolvió la sonrisa con gusto, estaban en un punto de la amistad en donde no necesitaban palabras para demostrar su afecto, tal vez si había algo mas que sentía por ella en el corazón de Midoriya, y en el caso de Uraraka, tal vez no era buena idea tirar a un lado estos sentimientos, porque se estaría perdiendo de algo tan bonito como lo que tenían ellos.

— ¿Quieres entrar?, está haciendo frío, — Dijo Midoriya frotandose los brazos.

— Mmm, está bien, pero antes... — Dijo Uraraka con una sonrisa pícara.

De pronto, jaló del brazo a su mejor amigo y le dió un beso en la mejilla, una acción inesperada que pudo ir mas allá, pero se conformó con un pequeño besito en la mejilla. Midoriya tambaleó un poco, su rostro se tiñió de rojo y sintió un cosquilleo en todo su cuerpo, poco después hizo su típica pose de cubrirse cuando estaba tímido. Uraraka no podía dejar de sonreir, ya que no podía creer lo que acaba de hacer, pero se sentía satisfecha con el resultado.

— U-Uraraka... — Dijo el torpe niño de las pecas totalmente sonrojado y sonriente.

— Jiji, ya Deku, vamos adentro — Dijo Uraraka tomando del brazo a su mejor amigo.

Como si fueran una pareja, caminaron hacia adentro de la residencia temporal, mentalizados para la batalla de mañana, pero con su relación mas sólida que nunca, descubriendo que ambos estarían para el otro en buenas y malas, salvandose mutuamente de diversas situaciones de riesgo y empatizando con sus objetivos de salvar a dos villanos que por dentro, necesitaban ayuda. Ambos tenían muchas mas cosas en comun de las que pensaron.

Tal vez si eran un poco extraños


Hola
Al fin un oneshot corto
El manga ha estado intenso y lo quise rememorar con uno de mis momentos favoritos de estos dos soles en el manga

Gracias por leer y nos vemos a la próxima.

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