Un día más en la clase de Entrenamiento Heroico Básico para los alumnos de 2A. Se encontraban en el Gimnasio Gamma con sus uniformes de educación física, junto con su profesor y un hombre desconocido.

- Como ya habréis podido notar, hoy contamos con un invitado especial para la clase - anunció el profesor - Este es Nightmare, un ex-villano reformado, condenado por delitos leves, que ha rehecho su vida y ayuda a los héroes cuando es solicitado.

- Buenos días a todos - saludó el ex-villano - Ahora que ya sabéis quién soy, os explicaré mi kosei: este es "Pesadilla", puede hacer que estas bolas de fango que formo se conviertan en los miedos de las personas que tienen delante. Estos son tangibles, aunque no hacen más que unos rasguños en caso de que ataquen.

- Por orden de lista iréis pasando adelante y enfrentándoos a vuestro miedo particular - explicó el profesor - El primero es Shota Aizawa.

Uno tras otro todos los alumnos pasaron por la prueba, mejor o peor, hasta llegar al final de la lista.

- Y ahora el último, Hizashi Yamada - anunció el profesor.

El rubio se separó del grupo y el invitado creó otra bola de fango; la bola empezó a dividirse en un gran número de bolas más pequeñas a las que empezaron a salirles patas. Decenas de bichos empezaron a subir por las piernas de Hizashi, que no pudo evitar gritar haciendo uso de su kosei. Los alumnos se taparon los oídos, en un vano intento de amortiguar el continuo chillido.

- ¡Sensei! - exclamó Shota, mirando hacia su profesor.

- ¡Sí, páralo! - asintió el adulto.

Shota usó su kosei para borrar los del ex-villano y su compañero, que cayó de rodillas al suelo.

- ¡Hizashi! - exclamó, acercándose a él - Ya está, se ha acabado, ya no hay más bichos.

El moreno desactivó su don y el rubio lo miró, notando como un pequeño reguero de sangre caía de una de las orejas de su amigo.

- ¿Q-qué ha-? ¿Qué he hecho...? - preguntó Hizashi con la voz temblorosa.

- Joder, ¡cállate de una vez! - masculló una chica.

- ¡A ver si aprendes a controlar tu kosei de una puta vez, Yamada! - gruñó otro chico.

Hizashi se tapó la boca, empezando a llorar.

- ¡Callaos vosotros, imbéciles! ¡Vosotros os hubierais meado encima si tantos bichos reptaran por vuestras piernas! - masculló Shota, y miró al profesor - Sensei, me voy a la enfermería, me llevo a Yamada.

- Sí, idos de aquí, las clases se han acabado por hoy - asintió el profesor.

Shota ayudó a Hizashi a levantarse y fueron ambos hacia la enfermería.

- L-lo siento, lo s-siento mucho... - trató de disculparse Hizashi entre lloros - No e-era mi int-tención...

- Ey, está bien, no es culpa tuya... - respondió Shota, tomando la mano de su amigo.

- P-pero tu oreja...

- No es nada, no te preocupes.

- E-es todo culp-pa de mi maldito kosei... Todos est-tarían más contentos si tuviera ot-tro...

Shota paró de caminar en seco.

- Ni se te ocurra repetir eso, ¿vale? - le dijo, tomando el rostro del otro entre sus manos - Tu kosei es maravilloso, tanto como tú, y NO te cambiaría por nada en el mundo.

Ambos se sonrojaron de repente, y Shota soltó el rostro de Hizashi.

- M-mejor vamos a la enfermería... - dijo Shota, apartando la mirada.

- S-sí - respondió Hizashi, con una sonrisa nerviosa.

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¡Gracias por leer!

Siento haber tardado tanto en actualizar.

Planteándome muy seriamente una continuación un año después en que el miedo de Aizawa sea ese edificio. Para echar sal a la herida, ¿sabéis? En fin, decidme si os parece bien.