Starving|André-Pierre Gignac
Dedicado a: @magiczlatan
Mi vestido estaba listo, mi maquillaje estaba perfecto, mis accesorios en su lugar, estaba bien.
Excepto conmigo misma. Mis emociones estaban encontradas en este momento.
André había pedido ser su esposa ayer. Él no tenía idea de que me casaría con alguien, con alguien que él conocía.
Ismael Sosa. Quien no tenía idea de como me sentía.
Todo por un contrato y por beneficiarse uno con el otro. Por dinero. Por tener fama. Por ser alguien en este mundo.
–Vamos –Sonrie mi representante pero estaba estática enfrente del espejo– Dulce, Dulce, Dulce... Te casarás con Ismael porque...
–No digas que es porque lo amo.
No sentía nada por Sosa. Absolutamente nada, mis sentimientos se dirigían a André, quien amaba con toda mi alma.
–Sé que esto te incómoda, tu vida cambiará por completo cuando digas si –Monica solo se negó, esta mujer le había hecho tanto daño a mi vida que sería capaz de despedirla en este momento, pero un contrato cambiaba todo– pero estarás bien, serás rica en muchas aspectos.
–¡Puedo serlo por mi misma! –Grite y ella se asustó–¿crees que necesito a un hombre en mi vida? –Suspire– Mónica, alejate de mi, alejate de mi ahora mismo.
–¡Já! ¿Supones que me iré ahora mismo? ¡Pues no, estás loca querida, ahora mismo te subirás a ese auto y nos iremos a la iglesia, quieras o no! Te espero afuera.
Al verla salir. Quite toda mi ropa e incluso el peinado que tenía.
–Dulce –Escuche su voz, estaba allí mismo– larguemonos ahora mismo. No te casarás, estarás llena de discordia, sufrimiento, desamor, Ismael no te merece.
–¿Ahora es que me vienes a decir eso? –Comence a pensar y desde hace unos días atrás André no tenía idea de que me casaría– Espera. Un momento. ¿Como sabes que me casaré?
–Ismael me comentó esta mañana, me dijo que podría venir.
–Dios mío... –Enojada me senté en el suelo a llorar. Esto arruinaría mi vida–
–Deja de llorar. Lloraré yo si sigues así. Te amo, te amo, y sé que este momento no es la ocasión como para que te diga esto. Sabes que no soy valiente, soy un cobarde –Sus ojos se cristalizar– pero te amo, te amo más de lo que te imaginas y no sería capaz de dejarte aquí sola, cuando más necesitas un amigo. No necesitas de mí, ni de Ismael ni nadie más como para salir adelante. ¡Tienes una voz hermosa, puedes lograr objetivos infinitos con eso! –Me tomo del rostro y mi mirada se junto con la suya– eres perfecta, así, como eres, eres la indicada, Dulce.
Quedamos en un silencio eterno. Esto hacía que me enamorará más de él, de su manera de tratarme, de su manera de comprender. De todo en él.
–.–Tomo mi vestido y todo lo que me pertenecía– vístete y vámonos de aquí.
–André... –Bufe rendida– Ismael no es tonto, sabrá al final todo lo que estamos haciendo.
–No me interesa su opinión al respecto. Si ese imbécil quiere saber que estás bien, quiere verte feliz, pues debe tener las consecuencias. Así que vamonos de aquí, Dulcecita.
Dulcecita me decía así cuando quería tratarme especialmente.
–Está bien, vamos.
Me coloque una camisa junto a jean y unos zapatos deportivos. Y salimos, suplicando con que nadie nos viera.
–¿A donde van? –Esa voz preguntona se escucho a nuestras espaldas. Mi mejor amiga, Leila–vayanse de una buena vez y nadie sabrá ¿si?
El auto de André estaba cerca de la entrada de la iglesia. Corrimos hacia este, y creo que nadie había visto ya que Leila comenzó a cantar y a bailar sin pena alguna.
***
André había manejado durante unas horas. Caí dormida al ver que ya estábamos saliendo de la ciudad, así que mis esperanzas de tener que soportar a Mónica y a Ismael eran muy probables.
–Buenas noches, bella durmiente –Sonrio y beso mis labios–
Bajo a mi cuello, a jugar con este. Sabía que las cosquillas allí me volvía loca.
–André... André... André... –Repetia una y otra vez controlando mis emociones. No podía pasar algo más de aquí, en este momento quería todo con él pero a la vez debíamos esperar–
–Dejate llevar.
Y si, debía obedecer y dejarme llevar solo una vez. En la primera vez que estaría con quién amo hasta en sus defectos.
Sus labios se unieron a los míos. El movimiento que mantenían estos se convertía en una danza.
Me senté en su regazo y comencé a jugar con su cabello, mientras desabrochaba mi sostén, baje a su camisa e inmediatamente quite su camiseta.
–Vamos a disfrutar de la mejor noche juntos ¿si?
Me abalancé y sonreí a lo que me esperaba.
***
Años después
–¡Mami! –Grito Valentina quien no dejaba de tocar los adornos de Navidad para ver con que podía combinar a su barbie– tengo hambre.
–Tu padre debe venir en unos minutos.
–¡La cena! –La castaña al ver la caja de pizza sonrió e inmediatamente corrió a sentarse en la mesa–
Esa tarde, me comencé a debatir en qué momento André me pediría matrimonio. Ya teníamos cuatro años juntos y obtuvimos un fruto de amor como Valentina. Pensaba que había perdido el gran amor que me demostró hace años cuando me pidió y me ayudó a no casarme y cometer un error fatal.
–¿Que tienes? –Pregunto y me negué–
–Nada, estoy bien –Él sabía que le mentía así que no pregunto más–
Cenamos juntos, en mi caso, no estaba de humor, no quería hablar mucho con André. Debe ser que encontró a una mejor persona y se enamoró de esta, o qué sé yo.
Me senté en la patio de la casa para proseguir con la lectura aprovechando que tenía enfrente de mi a Valentina jugando con André.
–Mami –Dice Valentina tomandome de la mano para caminar a la piscina–
Con pétalos de flores, se podía enunciar ¿Te casarías conmigo?
–¿Que? –Reí y rodé sus brazos en su cuello–
–¿Eso es un si?
Asentí y lo bese.
No podía pedir menos. Conocí al ser humano que llego con un propósito de hacerme mejor persona, y lo logro y aún no se ha ido.
Quería de todo con él, ahora si, podía ser Dulcecita de Pierre Gignac.
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