Only you|Francisco Alarcón
Dedicado a: Alexia_Pique3
Mi madre me decía que conocería el amor de mi vida de una manera especial. Y fue así.
Desde pequeño, me gustaba ir a los partidos del Real Madrid, en donde podía disfrutar de la magia en vivo y directo.
Un día, en un sorteo logré ganarme una entrada VIP a un clásico en el Santiago Bernabeu, pero no iría solo, si no con una chica quien también logró ganarse una entrada.
Aún puedo recordar su hermoso nombre: Alexia. Tenía la sonrisa más preciosa del mundo y su cabello era una cascada de amor, suave y hermoso.
Creía que la ilusión de formar parte de la plantilla del grande de Europa sería imposible hasta que lo logré: había sido fichado por el Real Madrid Fútbol Club.
Años más tarde. Día de partido; día de clásico. Me gustaba marcar en estos partidos.
Todos nos acomodabamos para poder salir y darle inicio al encuentro.
–¡Vamos Isco! –Exclamó Morata–
–Voy si voy –Digo mientras ataba mis zapatos–
Salí corriendo y al salir del túnel fuimos a la cancha.
El pito del arbitro y ya era suficiente para mover la pelota en el cesped.
(...)
El partido estaba empatado a un gol ya por el minuto treinta del segundo tiempo. Y el RM ansiaba por marcar el gol de la victoria.
Centro de Kroos a través del corner y nadie pudo cabecear, y yo la tomé y empujé la esfera hacía la arquería y ¡Goool! Grité como pude ese gol emocionante.
Una chica a la cual pude notar su enojo al respecto rodó sus ojos al verme y solo pude sonreir y guiñarle el ojo.
Pitido del arbitro y el RM había ganado el último juego de temporada contra el Barça.
Al salir de Camp Nou se escuchaban los típicos insultos.
Y estaba la misma chica de la que les hablé.
–¡Apestas! ¡Eres un gilipollas!
–Ten querida –Le sonreí estrechándole mi camiseta–
Ella gritó algo pero no pude escuchar bie y no le presté total atención.
–Esa chica te estaba llamando...
–¿Que?
–Te buscaba con urgencia –Dice Alvaro quien subía al autobus–
–¡Detengase!
–Ya comencé a conducir y una chica no me detendrá –Rodee los ojos pero moría por saber la razón de que está chica me buscaba–
(...)
–Hola mamá –Salude a mi queridisima madre quien se disponía en tejer un sueter para su “futuro nieto”– Ma, haz hecho ya como diez sueteres y aún no sabes si serás abuela.
–¡Já! No perderé las esperanzas de serlo... Ya encontrarás al amor de tu vida y a quien pueda soportar tus gruñidos en las noches.
–¡Mamá!
–Lo siento, solo digo... Pobre chica que duerma contigo y tenga que soportar eso tan incómodo...
–¡Mamá, por Dios!
(...)
Al día siguiente, debía ir al entrenamiento. Ya el reloj marcaba las doce del medio día y Zidane me llamó.
–Tienes visitas –Dice, la misma chica que me abucheó ayer estaba allí–
Al verme me abrazó con todas sus fuerzas.
–Te extrañé mucho...
–¿T...Te conozco?
Ella me miró impresionado pero no me acordaba de nadie con aquel físico pero su voz me hacía reconocida.
–El Real Madrid siempre será mejor que el Barça, perdedora –Imitó mi voz de pequeño– Hola soy yo, Alexia.
Y recordé todo y le sonreí para después abrazarla.
Sus labios se unieron a los míos.
–Desde que te conocí quise hacer esto –Suspiro–
Solo reí.
–Quedate hasta que se acabe el entrenamiento –Ella asintió y la dirigí hacia las gradas–
Y a la chica que me volvió loco a mis doce años había vuelto sin razones ni explicaciones.
–¿Quien es ella? –Dice Casemiro y todos se me acercaron–
–Nadie que les importe.
Todos abuchearon a mi reacción. Sonó como si estuviese lleno de celos, aunque si lo estaba.
La recordaba como la única chica que me descontroló por completo, a quien soporté durante unos años y a quien amé con toda mi alma.
Sabía que sería imposible que nos encontráramos una vez más. Pero todo cambió y para bien.
Después de acabar con el entrenamiento, la llevé a almorzar, de seguro moría de hambre. Antes le presenté a todo el equipo, y el idiota de Casemiro no dejaba de hacerme molestar.
–Tengo una familia, no la cambiaría por nadie, Isco, no te celes...
–No estoy celoso –Digo mientras recogía mis cosas–
–Ajá si, y yo soy Pelé.
Reí y abandoné Ciudad Valdebebas.
–¿Y le sigues yendo al Barça?
–Culé desde nacimiento y será hasta la muerte, te lo aseguro... –Sonrio emocionada– Nunca pensé que serías el chico del sorteo.
–Y yo nunca pensé que la chica que me agradaba me rodearía los ojos tan feo –Ambos reimos–
–Soy Culé, tengo suponer odiarlos pero no puedo, mi corazón no permite algo así.
–Claro porque me amas...
–Te extraño, que es muy diferente.
¡Auch! Eso si que dolió.
–No, no mentira –Rei mientras me abrazaba– Si que te amo.
Y me robó otro beso. Este si que fue encantador.
Nos dirigimos a mi casa. Y pasamos la tarde viendo películas.
–Ya me debo ir –Dijo después de ver su celular– Me vinieron a buscar...
–¿Y...Y q-quien te vino a buscar?
–André.
–¿Tu novio?
–Algo así, nos vemos después Isco.
Se despidió de mi con un abrazo y solo pude dibujar una falsa sonrisa en mi rostro
Me había besado más de una vez hoy, y un chico que se llama André es su “novio” y la viene a buscar.
¿Qué?
Me acosté sumamente temprano pues no tenía sueño.
Lo de André debo contartelo mejor... No te enojes, por favor –Alexia.
Y no le contesté porque pagaría toda mi rabia con ella y no debía ser así.
(...)
Ya era día viernes y no pudimos ver entrenamiento por lluvia.
Así que Alexia y yo nos reunimos a eso de las dos de la tarde. Todo había sido tan raro. Porque... Me besó y fueron unas cuantas veces.
–André, es... Mi novio –Suspiro arruinada, inconforme consigo misma–
–¿Y por qué actuaste así conmigo?
–Porque fuiste quien... Cambió mi vida ¿entiendes? –Bufó– No tiene sentido estar así. No lo tiene.
Observe como miraba su mano y en ella había un anillo, y lo sacó tirándolo en su bolso.
–Me casaré con él. Mis padres lo quieren en mi vida... Detesto esto –Enojada limpió sus lágrimas–
–¿Por qué nunca me dijiste nada?
–No pensé que volvería a ver al chico que me hizo sentir en las nubes sin tanto que hacer... Y mis padres nunca se enteraron de lo que sentía por aquel madridista. Ellos quieren que me case con un futbolista y mucho más culé.
–¿Y tú quieres eso?
–No, rotundamente no, quiero casarme contigo –Dijo de golpe y ella me miró apenada con lo que dijo–
–Yo también quiero casarme contigo, pero esta no es la manera indicada de pedirte matrimonio –Murmure– Encontraré la manera de pedirte matrimonio.
(...)
Pude conseguir la dirección de donde vivía Alexia. Y eso era mucho mejor para mi.
Conseguí que los chicos me ayudarán, serían la música de fondo del momento. Le pediría matrimonio enfrente de sus padres, no me interesaba lo que pensarán, me interesaba la opinión de Alexia y quería verla feliz con o sin mi.
Comenzaron a tocar como en unas baladas, y al ver que Alexia abría la puerta de la terraza, inicie mi discurso.
Te conocí a los 13 años exactamente y nos llevamos mal desde el primer instante, competíamos por el mejor equipo del mundo. Y el fútbol me regaló dos cosas muy hermosas: conocer al amor de mi vida y estar en el club merengue, pertenecía al mejor club...
Y observé a sus padres entrar a ver que sucedía.
Si, debía ser la primera vez que a su hija le pedían matrimonio a las once de la noche.
Eres lo más lindo que me han dado, Alexia. Eres mi mundo entero. Era imposible volver a ver a la chica que me volvió añicos a esa edad, y en la edad en donde el amor es pasajero pero cambiaste la definición de “amor de pasajero” para ese entonces. Quiero verte feliz, y no llorando por sufrir en una situación tan incómoda. Ha sido un honor conocerte, porque me cambiaste y me hiciste mejor persona con solo tu mirada y una linda sonrisa. No puedo pedir más. Solo te pido que me acompañes a este viaje que se llama “vida” hasta la eternidad ¿Te atreverías a vivir conmigo?
Salió corriendo y al verla me abrazó con todas sus fuerzas y me besó.
–Si, si que quiero quedarme contigo hasta la eternidad, Francisco Alarcón –Me sonrio y besó una vez más mis labios– Solo tú, tenlo por seguro.
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