Dedicado a BaleKing

Todo comenzó en el estudio de Ballet.
Mientras dirigía al pequeño grupo de niñas que apenas comenzaban con esto llamado más que un hobbie.

–Ya pueden ir a tomar agua, niñas –Digo y todas corren emocionadas por tomar un poco–

Alba, estaba enamorada de esa niña, era la más pequeña del grupo y a la vez era la más pacífica. No llamaba mucho la atención y lograba hacer cada uno de los pasos excelente.

–Profesora –Escuche su vocecita al terminar de anotar la asistencia de las niñas– Él es mi papá.

Y su papá era todo lo mejor. Era el clon de ella en versión hombre. Sus ojos eran unas esmeraldas azules y tenía una sonrisa que volvía loca a cualquiera. Su cabello causaba tanta emoción al verlo, super ordenado y hermoso, sin llamar mucho la atención.

–Buenas tardes –Salude y él estrecho su mano– Espero que Alba pueda seguir aquí, es una buena niña, y le encanta mucho el ballet.

–Si, siempre me habla de usted. Dice que es la mejor maestra que ha tenido –Solo pude sonreír al verla penosa diciendo su padre aquellas palabras–

Al irse todas las niñas, espere a Isabella quien era mi mejor amiga y la co-dueña.

–El padre de Alba es... –Suspire enamorada, pues esto me pasaba muy poco con los padres, en realidad, no me sucedió antes–

–Paula... Sabes que no puedes estar pensando de esa manera en un chico que ni conoces, tienes novio –Ríe–

–Un novio que ya me tiene al borde –Bufé–

Lucas Hernández. Él y yo llevamos ya tres meses en una relación, aunque para mi, no habían sido unas buenas semanas.

¿Dos palabras con la que describirá porque no quiero estar con Hernández más?: Celoso y sobreprotector. A veces sentía que mi relación con él se desvanecía más y más, ya no podía seguir soportando sus celos, seguir soportando sus humillaciones públicas.

Hago todo eso porque te quiero Decía una y otra vez en el auto cada vez que salíamos.

No quería ni verlo a veces.

Algunos días ni nos veíamos, le enviaba mensajes pero no me contestaba.
Hasta que recibí unas fotos de Lucas, con una chica, saliendo juntos.

–¿Estas bien? –Dice Isabella quien tomó asiento para hacerme sentir mejor–

–Creo que... Me parece igual, aunque me haya puesto los cuernos, lo bueno de todo esto sería que ya no estamos juntos, que ni se acerque a esta casa
–Rodé los ojos e Isabella aplaudió–

***
Al día siguiente recurrí a mi rutina diaria. Fuí al gimnasio en la mañana, acomode mi casa y luego, a las dos de la tarde, me dirigí a la clase de Ballet pautada para hoy.

Alba había llegado de primera y adelanto sus tareas. Conversaba conmigo sobre su vida, me dolió un poco saber que sus padres se divorciaron y a ella le causo mucha tristeza.

Comenzamos la clase, primero hablabamos de cuáles eran los pasos que más le gustaban a ella y luego nos dirigimos a la práctica.

Hasta que ese marco la hora de finalizada la clase. Espere durante unos minutos y Gareth no aparecía por Alba.

Estaba enojada, y se veía tan tierna de tal manera.

–Hola –Saludo Gareth quien venía con su voz un poco agitada– Disculpa la tardanza, estaba en el entrenamiento.

–No se preocupe.

–Ahora llevaremos a la maestra a comer –Dice Alba con voz autoritaria–

–No, no esta bien, Alba –Digo y ella se negó y tomo mi mano–

–Solo acepte, no se detendrá hasta que no se acepte –Sonrie y tome mi bolso–

–¡Yei! A comer.

Nos subimos al auto y Gareth manejo hasta un restaurante cercano.
Gareth y yo conversábamos mientras que Alba opinaba de vez en cuando.
Pedimos la cena y Gareth estaba fijado en su pequeña, quien tenía un poco de gripe.

–¿Puedo ir a jugar? –Gareth asintió y guió su mirada hasta ver que se metía en los juegos–

–Desde que Sofía se alejó, me ha costado mucho estar con Alba, por eso quise meterla en las clases de Ballet y al parecer le gusta. Quiero pasar más tiempo con ella, no pienso hacerla sentir mal... –Suspiro– ¿Quiere venir a un juego del Real Madrid? E-Es decir, Alba me comentó para invitarla y que vaya con ella.

–¿En serio? ¿No cree que su madre se moleste?

–No lo creo, no le ha importado la existencia de Alba desde que nació, no creo que le importe que Alba haya encontrado a una mejor madre...

Le sonreí y cenamos juntos. Gareth me comentó que las entradas serían mías mañana, de seguro que si.

Después, me llevo a mi casa y me despedí de su alumna y padre.
Me han caído mejor de lo que pensé.

***
Ya era día sábado, y a las dos de la tarde deberíamos estar en el Santiago Bernabéu. Tres entradas en total y entonces invite a Isabella.

Era un partido contra el Atlético de Madrid, el derbi madrileño.
Nos allegamos al estadio junto Alba. Nos sentamos en las gradas, un poco cerca de la cancha.

–¿Como están? –Dice Gareth–

–Estamos bien –Sonreí–

–Cualquier cosa, le avisan a mi representante ¿si? –Asentimos y nos tiramos a ver al chico de traje–

Seguí conversando con Isabella mientras que Alba jugaba con mi celular, hasta que Isabella miró hacia la cancha.

–¿Que haces aquí? –Dice Lucas furioso– ¿Por que estás con la hija del estúpido gales?

–Disculpe, querrá decir que usted es estúpido, y su nombre es Gareth Bale
–Dice Alba en el mismo tono que Lucas sólo que con más autoridad–

–Como digas, enana. Ahora te olvidaste de mí y te fuiste con Bale.

–No fui yo quien andaba con otra chica cuando tenía pareja –Digo y lo miro con ironía–

Sólo gruñó y se fue.
Alba no le gustó para nada su comentario, estaba enojada.

El pitazo inicial, el RM estaba jugando bien, buena defensa y la parte ofensiva, un poco.

¡FALTA! El árbitro pito y Gareth estaba en el suelo, Lucas piso su pie con todas sus fuerzas y el gales quedó tendido en el suelo con dolor.

Roja para Hernández y fue el primer sacado de cancha con apenas siete minutos de juego.

Alba estaba triste y quería ver a su padre, pero el gales se quedó en cancha, no pensaba salirse en ese momento cuando quería dar todo por su equipo.

¡Gol de Morata! Abriendo el marcador ante los diecisiete minutos del primer tiempo.

***
Pasaron las semanas y Gareth y yo comenzamos a salir juntos. Alba le encantaba la idea de que estuviese con su padre, pues no quería verlo tan estresado por ella.

Un día, me sentía muy terrible e incluso no presente clases con las niñas. Alba quien estaba a mi cuidado me acompaño al médico, nos sentamos en la sala de espera y toco mi turno.

–¿Y que tengo doctor?

–Señorita... Usted tiene Lupus –Lo mire impresionada– Está enfermedad se puede combatir y lo bueno ha sido que es detectada con tiempo, tiempo para mejorar. Afectará tus tejidos y algunas células. Debes tener preocupación al sol,   algunas veces se meterá con la piel o con las articulaciones.

Seguí conversando, nunca pensé que padecería lo mismo que mi abuela. Ella murió al tener sesenta y nueve años.

–Gracias doctor.

Mi vida no sería la misma. Tendría que tomar algunas pastillas, y las compraría ahora.

–¿Que te dijo? –Dice Alba tomando mi mano–

–Estoy bien.

Le sonreí pero quería llorar, no lo haría en ese momento. Le compré un helado y fui a la farmacia en busca de mis medicinas.

–Hola –Saludo Gareth al vernos entrar en la casa– ¿Como están?

–Bien, Paula debe estar bien –Dice la pequeña, de seguro sospechaba que no estaba bien– Aunque no lo creo.

Gareth me llevo a la cocina.

–¿Que te dijo el doctor? –Murmuro–

–No es algo de lo que quiero hablar ahora –Baje la cabeza–

–Dime la verdad, te ayudaré en todo lo que pueda, Paula.

–Tengo Lupus... –Susurre y él me abrazo–

–Me tienes a mí y a Isabella ¿si? –Coloco sus ojos en los míos–

***
Meses después...

Gareth Bale

–Hoy... hoy es el día más triste de mi vida... No quiero, ver todo esto, estar así, sin verla más nunca en mi vida. Me aniquila más de lo normal. Será el primer amor y la unica que me hizo sentir de una manera extraordinaria, de sentir una buena persona, un buen padre. Paula, espero que escuches esto, nunca me canse de ayudarte, de animarte, de amarte con todo mi corazón, con toda mi alma. A veces la vida nos golpea de tal manera pero hay que levantarnos, vendré cada mes a verte y a contarte cada detalle de mi vida. Mi confidente infinito, el amor más grande que he tenido. Hiciste sentir a Alba como si tuviese a la mejor madre del mundo. Tengo que agradecerte demasiado, te amo Paula, te amo más de lo que te imaginas. Espero que Dios te reciba con los brazos abiertos.