Dedicado a: Aylu2002

Cada víspera de navidad, siempre hacíamos una fiesta en la ciudad, mis padres y otras familias se reunían como para celebrar el 24 de diciembre.

Chris, mi hermano mayor y yo visitamos el centro de la ciudad para festejar las navidades.

Ese día, yo había pedido a un chico en mi vida. Cada víspera de Navidad me encontraba con un chico pero al final, terminaba siendo un mujeriego, un amargado e incluso, un acosador, y en Barcelona sabía que en cualquier rincón había un chico esperando por mi.

Cuando me refiero a un chico en mi vida, es que escribí una larga carta a Santa Claus. Todos decían que ya estaba muy grande para la gracia, pero deseaba hacerla ya que Santa siempre me traía algo. ¿Que será ahora?

–Vamos ya, Aylenn –Grito Chris y baje corriendo–

Nos subimos al auto y condució hasta el lugar. Mi mejor Keila estaba bailando como una loca. Me uní a ella y la fiesta inicio. Ya habían sonado el timbre que representaba que las doce de la madrugada llegaron.

–Iré a la barra ¿si? –Asintio y me senté a esperar que me atendieran–

Ebria. Ebria fue la palabra que me represento en ese momento. Fue terrible, sentía que me marrana por todo y por eso el mesero me sentó cerca de él para estar más pendiente de mi.

–¡Hola! –Salude al primer chico que se me cruzo, era lindo, muy lindo diría yo–

–Hola, una pregunta ¿estas ebria?

–Pss claro que no, estoy sana –Le sonreí pero él sabía que era mentira– Vamos a bailar.

–¿B... Bailar? –Susurro y nos dirigimos a la pista–

2:34pm, ciudad de Barcelona

–¿Sabes que viene por ti?–Dice riendo, otro ebrio en la lista–

–Ni idea –Reí–

Después de tomar un poco más, decidimos irnos. Me llevo a su casa, poco a poco el efecto del alcohol disminuía.

Al entrar en la casa. Me tomo de la cintura y me giro para quedar frente a frente.

–Estas bien –Beso mi nariz en su puntilla y luego bajo a mis labios–

La danza de aquellos movimientos me causaba tanta emocion, me sentía excelente conmigo misma, me sentía a su lado, por una razón sin coherente, cómoda.

***
Al día siguiente. Me gire a ver a... Aún no sabía su nombre y él creo que tampoco sabía el mío.

–Buenos días –Su voz se hizo presente en la habitación– Aquí tienes tu desayuno.

–Gracias... –Lo mire para ver si mencionaba su nombre–

–Me llamo Javier, Javier Mascherano, pero me dicen Mascherano –Dice dibujando una sonrisa– ¿Y cuál es tu nombre?

–Me llamo Aylenn Martínez –Sonrei y él aparto el mechón que impedía ver mi perfil–

–Tienes un hermoso perfil... ¡Tengo una jaqueca horrible! –Exclamo y reí– No sé que tomar.

–Ten –Saque de mi bolso la píldora y él sonrió– Estudio medicina y esta es la mejor.

–Nunca pensé que me encontraría a una doctora muy hermosa en la fiesta de Navidad –Expreso con cierto ego– ¿Y en qué más te destacas?

–Me gusta bailar, es mi mundo... Estudio medicina ya que mis padres siempre quisieron tener una doctora en casa y además de que me encanta todo aquello que tenga que ver con un hospital y sus pacientes.

–Me parece bien.

Seguimos conversando y continuamos desayunando. Cada vez lo conocía más. De seguro Chris debe sufrir ahora mismo los regaños constantes de mis padres.

Después, Mascherano me llevo al parque. Si, ambos nos sentíamos pésimo y una toma de aire fresco no estaría para nada mal.

Caminamos durante un rato. Era un galán de primera. Era muy lindo.

Me puse a pensar aprovechando de que había ido a buscar algo en su auto.

¿Sería él mi regalo de navidad?

–Planeta llamando a Aylenn –Ríe– ¿Y... Tienes novio?

–No, soy un desastre en el amor.

–Podria jurar que tenías novio. Chicas como tú no se encuentran así de la nada, y mucho menos soltera –Le sonreí–

Sus labios se presionaron en los míos y mi instinto fue seguirle la corriente. Besaba como si estuviésemos en el cielo.

–Besas muy bien –Dice con voz agotada–

–¿A que no puedes atrapar estos labios? –Digo desafiante y comienzo a correr–

Él echo una carcajada y me persiguió todo lo posible.

Ambos brazos se encajaron en mis caderas y me tomo para besarme una vez más.

–Eres hermosa.

***
Ya había estaba en mi casa. A mis padres les encanto tener a Mascherano en la casa. Y se despedían de él.

–Adios, y gracias por todo... –Lo abracé–

–No hay de que. No podía dejarte sola cuando corrías el riesgo de cualquier situación –Sonrio– Oye, mañana a las siete de la noche, paso por ti.

–¿Que? –Reí–

–Es una cita, tonta –Dice Chris–

–Adios ebria hermosa –Rie y se suba a su auto–

Cerré la puerta y lo único que hice fue saltar de la emoción.

–Al fin tuviste el regalo de navidad que querías ¿no? –Todos reimos–

El amor debía ser encontrado de una manera imprevista, para así disfrutarlo de la mejor manera❤