ESPECIAL: Sebastian Stan

OS especial de Sebastian Stan, si no es de tu agrado, ignora esto y espera un nuevo OS :) 









Espero pacientemente a que mi mejor amigo termine de grabar, hoy es el último día de filmar la película y todos parecen emocionados. En uno de los salones, han dejado bocadillos y llevado varias bebidas, se están preparando para un convivio. Observo todo entretenida hasta que siento que alguien pone sus manos sobre mis hombros.

─Estás aburrida ─afirma y me giro hacia él, aún no se ha cambiado.

─No, soldado, sólo que me impresiona la coordinación de todos ─le explico y él me sonríe.

─¿Te vas a quedar conmigo a la fiesta, verdad?

─Supongo que sí, tú me trajiste y debo esperarte ─bromeo.

─Entonces acompáñame a cambiarme.

Toma mi mano y me conduce en dirección a su tráiler, está al fondo, como el de los demás actores. Apenas entramos, lo ayudo a quitarse los aditamentos para su brazo metálico, es demasiado fácil en comparación a cuando se lo colocan. Me deja esperando, mientras él se cambia en la pequeña habitación.

He sacado una botella de agua del pequeño refrigerador y me siento en el cómodo sillón a esperarlo, varios minutos después abre la puerta y sale sonriente. ¡Se ve tan guapo! Lleva unos jeans y botas, una camisa blanca con los primeros botones sueltos y su chaqueta de cuero, pero lo que más me deja sin palabras, es que se ha recogido su cabello en un moño mal hecho que descansa en su nuca.

─¿Qué tal? ─me pregunta y gira con los brazos extendidos.

─Feo ─le miento.

─¿Feo, yo? ─dice con burla y luego sonríe con malicia, se abalanza sobre mí y comienza a hacerme cosquillas, hasta que termino pidiendo una tregua ─. Retira lo dicho y di que soy el hombre más guapo.

─Eres el hombre más guapo y ardiente del mundo, y lo retiro ─apenas si puedo hablar porque vuelve a hacerme cosquillas ─. ¡Seb, basta! ─grito.

─Está bien, sólo porque me das pena ─se levanta y acomoda su cabello ─. Vamos, tengo hambre.

Enrosco mi brazo al suyo y caminamos en dirección a la pequeña fiesta, me presenta a muchas personas y saludo a varias que ya conocía. En todo momento estamos juntos, pero lo puedo notar más apegado a mí, lo cual me parece extraño. No me deja sola y siempre está abrazándome, me susurra cosas al oído y parece más atento. No puedo negarlo, que se comporte así me agrada, y verdaderamente lo disfruto, es imposible negar que él me gusta.

─Me gusta tu cabello ─el alcohol en mi sangre me hace hablar de más ─, es muy lindo y sexy.

─Gracias ─me dice sonrojado y río por su reacción.

─Aunque te ves mejor con el cabello corto, porque con ese largo que tienes me dan ganas de llenarte de trencitas ─acaricio los mechones sueltos y lo escucho suspirar. Me vuelvo a reír y opto por alejarme con el pretexto de saludar a Scarlett.

Es más de media noche cuando estamos frente a la puerta de mi departamento, cuando abro la puerta me giro hacia él y le devuelvo su chaqueta que me ha prestado.

─¿No vas a pasar? ─pregunto.

─No, será otro día. Estoy cansado.

─Pero si otras veces si pasaste, hasta te quedaste a dormir, ¿por qué ahora no? ─le cuestiono y lo tomo del brazo.

─Porque no puedo, pero paso mañana para ir a comer ─con su mano libre acaricia mi mejilla, lo que hace que sienta un escalofrío.

Sólo asiento con la cabeza y Sebastian se acerca para besar mi mejilla, pero su beso lo deja en la comisura de mis labios, para luego girarse e irse.

Me deja totalmente confundida, porque antes sí tuvimos momentos donde parecía que coqueteábamos, pero ahora es diferente, y causa mucho en mí. Tal vez sea el alcohol que bebimos, pero pensándolo bien hemos bebido más y nunca llegamos a esto.

La mañana siguiente continúo confundida, pero intento mantener mi cabeza ocupada hasta que llega el momento de que él pase por mí. Guardo unas cosas en mi bolsa cuando él llega, apenas abro la puerta quedo sorprendida que ya traiga su cabello corto y bien peinado, me dedica una sonrisa tímida.

Nuestro saludo es un simple beso en la mejilla y luego tomamos distancia, durante el viaje en su auto apenas si hablamos, ambos parecemos distraídos. Me sorprende cuando tomamos el camino que conduce a la salida de la ciudad.

─¿A dónde vamos? ─pregunto.

─Es una sorpresa.

─¿Sabes? Así comienzan varias historias de terror que he visto ─le comento y lo escucho reír.

─Tranquila, ya casi llegamos.

Se desvía y entramos a una especie de parque campestre, se estaciona y me abre la puerta para que baje; de la cajuela saca una canasta de picnic y una cobija amplia, las coloca en el pasto y luego regresa por mí, que me he quedado sin poder moverme.

─¿Qué es esto, Sebastian? ─pregunto anonadada.

─Es un día de campo ─explica con obviedad.

─Lo sé, pero, ¿a qué se debe?

─Sólo se me ocurrió ─me hace sentarnos en la manta y puedo notarlo ansioso, lo conozco.

─Estás mintiendo, dime.

─Es una cita.

─¿Estamos teniendo una cita? ─él asiente con la cabeza, intento levantarme, pero su mano toma la mía para detenerme ─. ¿Cuándo pensabas decirme eso?

─No pensaba hacerlo, sólo yo lo sabría ─está nervioso y tal vez triste, sus ojos no se ven tan brillantes.

─¿Por qué?

─Soy un miembro fundador de la Friendzone, lo dejaste claro desde el principio, no puedo aspirar a más.

─No te entiendo, ¿cuándo dije eso? ─lo suelto y cruzo mis brazos sobre mi pecho.

─Tu manera de tratarme, nuestras salidas, todo, hasta el día que me llamaste "hermano mayor". No tengo oportunidad contigo.

─¡Por favor! La que no tiene oportunidad soy yo ─sus ojos se encuentran con los míos y observo su sorpresa ─. Eres famoso, muy guapo, un caballero y un hombre muy simpático, básicamente puedes salir con cualquier chica, ¿qué tengo yo que no tengan ellas? ─exclamo frustrada.

─Mi corazón ─susurra y toma mis manos entre las suyas ─. Tú tienes mi corazón y eres la protagonista de mis pensamientos, la causa de mis sonrisas genuinas y a quien espero ver al final del día. Te amo y no pienso ocultarlo más.

Tardo algunos segundos en digerir sus palabras, pero luego me dejo guiar por mi instinto y lo beso. Sus labios son más de lo que esperaba, suelta mis manos para abrazarme y lo imito, me permito acariciar su suave cabello y él se acuesta sobre mí en la cobija, nos besamos por varios minutos separándonos sólo para tomar aire y continuar.

─Pueden vernos ─susurro cuando siento su mano acariciar mi vientre por debajo de mi blusa, él se disculpa y luego de esto deja un beso en la punta de mi nariz, para después ayudarme a sentarme de nuevo.

─Te amo, Seb ─confieso y él me roba un casto beso, entrelaza nuestros dedos.

─También te amo, pequeña ─contesta y con su mano desocupada comienza a sacar los diversos bocadillos y bebidas dentro de la canasta, pasamos el resto de la tarde inmersos en nuestras amenas pláticas y disfrutando de la comida, con dulces y juguetones besos de por medio.

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¡Por fin! El OS de Sebastian está aquí. Sé que mencioné que estaría aparte pero, mejor aquí, es más práctico para mí . Espero les guste, comenten qué les pareció. Gracias por leer, votar, comentar y agregar esto a sus listas de lectura, ¡Ya son más de 28,000 lecturas! *se desmaya* 

El próximo OS ya es de Chris <3

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