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Sólo agregas un toque de perfume y estás lista. Das un par de pasos para mirarte en el espejo de cuerpo completo que tienes en tu habitación. Aquella falda suelta, con esa blusa y los tacones, no fue mala elección. Te sientes conforme con lo que llevas y no crees que sea ni mucho ni poco, para la fiesta a la que asistirás.
Le celebrarán la fiesta a la esposa de RDJ, y como si fuera el mismísimo Tony Stark, ha preparado una enorme celebración, pero nada formal. Irás en compañía de Chris, lo conociste hace cerca de 6 meses, ya que Robert los presentó; luego se perdieron la pista, pero casualmente lo encontraste mientras salías de visitar a Susan y él llegaba con el esposo de esta, intercambiaron números, y desde ese día no dejaron de hablar.
Han salido en plan de cita el último mes, y realmente es un gran hombre, que además de ser muy guapo, es divertido y todo un caballero. No puedes negar que sientes algo por él, pero tu timidez a expresar tus sentimientos es mayor.
Llaman a la puerta y caminas lo más tranquila que puedes hacia ella, abres y te encuentras con Chris y su enorme sonrisa.
—Hola —saluda y se acerca a besar tu mejilla.
—Hola, Chris —le respondes.
—Te vez bellísima —afirma.
—Muchas gracias, también te ves muy guapo.
—¿Nos vamos? —asientes y, entras por tu bolso.
Caminan hacia el elevador y cuando entran, él toma tu mano, ambos sonríen de una manera tonta por lo que ahora sienten. Salen y se dirigen hacia su auto, como siempre, te abre la puerta del copiloto, para luego entrar también.
Ya en la fiesta, las risas, la música y las bebidas no se hacen esperar. Susan se ve hermosa y muy feliz por la fiesta organizada por Robert, quien como el hombre de hierro es el alma de la reunión. Encuentras a otros actores de Avengers, quienes no dejan de preguntar acerca de la relación que tienes con Chris.
Él se mantiene cerca de ti, su brazo rodeando tu espalda o tu cintura, siempre atento y tratándote con cariño. No dudas en responderle de la misma manera; acaricias con delicadeza su mejilla o te recargas en su hombro o pecho. Parecen unos jóvenes indecisos coqueteando. Bailan un poco y no puedes negar que te sentías abrumada por la cercanía de su cuerpo, a pesar del tiempo que llevaban saliendo, de que él te tomara de la mano o te abrazara, no pasaban.
Ya de madrugada, él se ha ofrecido a llevarte, ambos, fueron los más sobrios de toda la fiesta. La temperatura ha descendido y tratas, con tus brazos, de entrar en calor. No es necesario cuando sientes la chaqueta de Chris sobre tus hombros, seguidamente su brazo te rodea. Así caminan hasta llegar al vehículo.
Antes de subir, te giras hacia él, dispuesta a agradecerle el detalle. Pero apenas lo haces, su mirada dulce de hipnotiza y simplemente se sonríen como si no supieran hacer otra cosa. Él levanta sus manos y las dirige hacia donde queda el cuello de su chaqueta que ahora llevas puesta, al parecer quedó torcida y Chris trata de arreglarla. Cuando lo hace, no quita sus manos, en cambio, jala un poco de ellas, haciendo que la parte superior de tu cuerpo se abalance hacia él y pueda unir sus labios con los tuyos.
Es el tercer beso que se dan en todo el tiempo que llevan saliendo, y por la intensidad que este tiene, parece que fuera el primero en muchos años. Te rodea con sus brazos y tu colocas los tuyos sobre su pecho, te dejas envolver por la embriagadora sensación de estar en contacto con sus labios y aprisionada por su cuerpo. El frio que hace unos minutos de invadía, ahora desaparece y es remplazado por una calidez que te brindan sus brazos.
Se separan después de varios minutos llenos de besos y caricias sutiles, abre la puerta del copiloto y espera a que entres. Permanecen callados durante el viaje, pero no es incómodo, sino relajante, además les permite seguir viviendo el grato momento que hace unos minutos pasaron.
Ya enfrente a tu departamento, antes de abrir, te giras para encontrarte con sus intentos ojos azules observándote con intensidad. Te sonríe y le respondes el gesto.
—¿Qué? ¿Estoy despeinada o algo?
—Estás perfecta, siempre —responde sonriendo.
Bajas la mirada por unos segundos, pero al levantarla, llevas tu mano hacia su mejilla. La barba que hace una semana desapareció, está comenzando a crecer, y se siente un poco rasposa, pero te gusta. Él cierra los ojos ante tu tacto, e inmediatamente en puntas, acercas tu rostro al suyo para besarlo. Él no duda en responderte y se acerca más a ti, hasta que sientes chocar tu cuerpo con la puerta. Chris mete sus manos por debajo de la chaqueta que te cubre y rodea tu cintura, sientes como sus dedos rozan la piel que esta deja expuesta.
Parece que una adicción se ha creado uno a los labios del otro, ya que apenas si pueden separar sus labios por unos instantes e inmediatamente se vuelven a besar.
—He dejado pasar este tiempo, sin besarte. No porque no quisiera hacerlo, pero, simplemente quería esperar. No tienes idea de cuánto te quiero, ese sentimiento que ha pasado de una simple simpatía hasta quererte —ante tales palabras lo miras sorprendida —. Te quiero, porque nunca buscaste al actor, sino al chico detrás de los reflectores. No te daba pena reírte a carcajadas, burlarte de mí o mostrarte en tu pijama de ositos, esa eres tú, así te quiero a mi lado.
—Yo también te quiero, Chris —murmuras conmovida por sus palabras.
—Me gusta saber, que después de un mal día o uno lleno de estrés, puedo hablarte o mandarte un mensaje, y siempre estarás para mí.
—También siento lo mismo. La protección que siento cuando me abrazas, y la emoción que me invade cuando me llamas o me envías un mensaje. Parezco una niña en plena navidad cuando me avisas que llegaste a la ciudad y que pronto vendrás a verme. Todo esto porque te quiero.
—Aprovechando este momento, me gustaría pedirte formalmente que seas mi novia, que me permitas pasar momentos buenos y malos a tu lado, y quien sabe, en un futuro permanecer juntos, y de verdad espero que esto pase —admite tomando tus manos con las suyas.
—Yo también lo espero, y claro que acepto ser tu novia.
De nuevo se besan, pero ahora de manera lenta en donde expresan su felicidad y cariño. Un suspiro, ajeno al los de ustedes, los sorprende.
—¿JARVIS, grabaste eso? ¿Lo tienes? ¿JARVIS? —la voz de Robert a sus espaldas hace que se separen.
—¡Robert! —exclamas sorprendida por la presencia de su amigo.
—Hola, pequeña —te saluda y sigue viendo hacia el techo —. ¿JARVIS, por qué no me respondes? —se encuentra ebrio, pero esto se ha intensificado con el antecedente de un par de noches de vigilia por la preparación de la fiesta y unos días llenos de estrés.
—Robert, ¿buscas a JARVIS? —le cuestiona Chris a punto de reír.
—Sí, él debía grabar toda esta cursilería, pero al parecer se ha ido a dormir. Bien, iré al auto, ahí te espero, Evans —dice y comienza a caminar con un poco de dificultad hacia el elevador.
—¿Cómo rayos llegaste hasta aquí? —le cuestiona tu ahora novio.
—¿Recuerdan que comencé a jugar a las escondidas con Jeremy, Anthony y otros sujetos? —ustedes asienten —. Creo que gané, los idiotas nunca me encontraron, ¿quién iba a imaginar que me quedé dormido en la parte trasera de tu coche? —comienza a reír —. Por cierto, deberías checar la seguridad de tu cacharro, fue muy fácil entrar.
Ustedes se carcajean por la confesión de su amigo, Chris se despide de ti y se va con Robert al auto, para llevarlo de vuelta a su casa.
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¡1.200 lecturas y contando! Mi semana fue realmente estresante pero esto lo mejoró. ♥ ¡Gracias por leer y comentar! ♥ Y si les gusta, no duden en seguir haciéndolo.
Qué tengan un buen fin de semana. ♥
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