73*
Advertencia: Sí (soy bien tonta para esto, pero tomen sus precauciones)
El cuerpo de Chris me aprisiona contra el asiento del copiloto, sus labios me besan con pasión y sus manos acarician mi cintura. Mis brazos se encuentran enrollados en su cuello, de un momento a otro lo suelto y abro la portezuela del auto para salir rápidamente y dejar a Chris confundido dentro del auto. Comienzo a correr hacia mi departamento mientras río por su cara de frustración.
No sé cómo llegué a esto.
Bueno sí, pero es lo que menos importa.
Luego de un par de meses sin vernos, hoy coincidí con Chris en una pequeña reunión en casa de un amigo en común. Comenzamos a platicar, tomamos algunos (varios) tragos, bailamos un poco, salimos a "tomar aire", y de un momento a otro terminamos besándonos en algún rincón de la casa.
Así que decidimos salir de ahí.
Camino con rapidez con el pasillo, buscando de manera apresurada mis llaves, tomando un poco de ventaja a Chris, quien se ha quedado poniendo la alarma al auto. Cuando encuentro las llaves, soy empujada hacia una pared y los labios de él toman los míos con posesividad, no puedo evitar soltar un suspiro por lo agresivo y pasional del beso.
Sus manos acarician mi espalda hasta que baja lo suficiente para dar un apretón en mi trasero que me hace sobresaltar, lo siento reír contra mi cuello, que es donde ahora repartía sus besos. Lo empujo levemente y me intento girar para abrir la puerta del departamento para dejar de dar este espectáculo a medio pasillo. Me abraza por atrás y continúa besando mi cuello, sus manos acarician mi abdomen y aprieta mis senos por encima de la ropa, jadeo.
Logro abrir la puerta y de inmediato me empuja, él de una patada cierra y me levanta para llevarme a mi habitación, camino que conoce de memoria. Cuando llegamos, ambos hemos dejado tiradas nuestras chaquetas en el pasillo y de inmediato le quito su camisa. Extrañaba el maravilloso espectáculo que es su abdomen marcado frente a mis ojos, y manos.
─¿Te gusta la vista? ─cuestiona con voz divertida cuando nota que me he quedado pasmada viendo su perfecto abdomen.
─Cállate ─le digo y comienzo a reír. Esto es una de las cosas que más me gusta de él, me hace reír en momento así.
Él también ríe y me atrae hacia su cuerpo. Nos vemos a los ojos por algunos segundos, que probablemente se sientan como horas, me gusta la tonalidad que toman sus ojos en este tipo de situaciones. No espero más y vuelvo a besarlo.
Sus manos expertas encuentran el cierre de mi vestido y quita el segurito para luego comenzar a bajarlo con lentitud, tiene la palma de su mano abierta, por lo que deja una suave caricia en mi espalda conforme la va descubriendo.
El vestido cae alrededor de mis pies y de una patada lo quito, su mirada me recorre de pies a cabeza, lo noto remojarse los labios.
─¿Sabías que me gusta mucho el color rojo? ─cuestiona con la voz agitada, haciendo alusión al conjunto de ropa interior que llevo.
─¿De verdad? Dices lo mismo con cada color ─le burlo mientras desabrocho su cinturón.
─Es que todos se ven perfectos en ti ─afirma acariciando mi cuerpo.
Lo hago girar y sentarse en la cama, me coloco encima de él y comienzo a besar su cuello. Sus manos acarician mi espalda hasta que se decide por quitar el broche de mi sujetador, me lo retira con rapidez y me coloca ahora debajo de él, voy a reclamarle aquel cambio, pero me quedo con la palabra en la boca porque siento sus labios y lengua juguetear con mis pechos.
─¡Chris! ─exclamo cuando deja una pequeña mordida.
No responde, al menos no verbalmente, sus besos se intensifican al igual que sus caricias. Sabe lo que hace, el maldito sabe lo que hace y la manera en que mi cuerpo reacciona a todas y cada una de sus caricias; es consciente de que él es mi perdición.
Sus manos ágilmente quitan mis bragas y las arroja a alguna parte de mi habitación, besa la parte interna de mis muslos y reprimo un grito cuando abre mis piernas para acomodarse entre ellas.
─Chris ─le digo en tono de advertencia, aunque suena más como una súplica.
Comienza a estimular mi centro y enloquezco que placer. Es todo un experto en lo que hace y soy afortunada de poder disfrutarlo. Me pierdo entre el juego de los dedos y labios, las caricias que realiza me llevan a un ansiado orgasmo.
Cuando abro mis ojos, él está observándome con una sonrisa, le devuelvo el gesto y lo atraigo para besarlo. Lo empujo para que de nuevo quede encima de él y tomo de un cajón de mi mesa de noche un condón. Le quito el bóxer con desespero y sonrío con timidez antes de colocarle el preservativo, no sin antes estimularlo un poco más.
Me acomodo y lo alineo hacia mí, para luego comenzar a descender haciéndonos jadear. Él me mira con una sonrisa en espera de que sea yo quien comience a moverse. Y no puedo evitarlo, lo hago, comienzo con un suave vaivén de mis caderas que va tomando mayor velocidad conforme pasan los instantes, él se incorpora hasta quedar sentado y me toma de la cintura para ayudarme, aunque de inmediato me besa y comienza de nuevo un juego de caricias y besos.
Siento de nuevo venir un orgasmo y sé que él también está cerca, lo conozco demasiado bien, así que aumento el movimiento de mis caderas haciendo que sus jadeos se intensifiquen. Mientras yo disfruto de mi orgasmo, él llega al suyo y termina mordiendo mi hombro para reprimir el volumen de sus gemidos.
─Extrañaba esto ─afirma besándome una vez más.
Me dejo caer en la cama y él se levanta para retirarse el condón e ir a dejarlo al bote de basura en el baño, vuelve con una toalla levemente húmeda para limpiarnos; me estiro un poco para tomar su camisa y colocármela, él sólo se pone su bóxer y luego se acomoda de nuevo a mi lado.
─Te extrañé ─repite rodeándome con su brazo, haciendo que termine recargada en su pecho.
─También yo, Chris ─afirmo y beso su pectoral izquierdo.
─He pensado mucho en lo que tenemos ─comienza a decir y yo lo interrumpo.
─¿En serio hablaremos sobre esto luego de tener sexo? ─cuestiono.
─Sabes que no es sólo sexo, dejamos de tener sólo sexo hace varios meses, al menos así lo he sentido. Nena, sé que comenzamos esto como una relación de amigos con derechos, pero eres maravillosa y no pude evitar enamorarme ─me confiesa.
Esas palabras son las que estuve deseando escuchar desde meses atrás, no es lo mejor luego de un momento tan intenso como el que hemos pasado, pero estoy conforme con ello.
─También estoy enamorada de ti ─murmuro y escondo mi rostro en su pecho.
Con su mano me toma del mentón y hace que levante mi mirada hacia él. Sus ojos se ven diferentes, pero muy lindos, me encantan; son demasiado expresivos, definitivamente son la ventana de su alma.
─Entonces, ¿estamos juntos en esto? ─cuestiona y suelto una carcajada.
─¿Acabas de citar a High school musical? ¿De verdad? ¿Justo ahora? ─le interrogo y él se deja caer en la cama riendo, llevando su mano hacia su pectoral izquierdo.
─No era mi intensión, lo juro ─afirma sin dejar de reír.
─No te creo, Capitán Referencias ─le digo en tono de burla ─. Pero sí, estamos juntos.
─¿Sellamos el trato? ─sugiere ahora con un semblante serio.
─Sellémoslo ─le digo y de inmediato se lanza a mis labios.
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¡1-2-3 por otro final hilarante!
Igual ya me siento oxidada en este tipo de escritura. En fin, espero que les guste, voten y comenten qué les pareció :D
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