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La tormenta empieza de manera tan repentina que me quedo atrapada dentro de aquella pequeña cafetería. Miro en los bolsillos de mi chaqueta y luego en los de mi pantalón, y no hay rastro de mi teléfono. Observo mi reloj y marca que faltan quince minutos para las diez de la noche, la hora en que cierra el establecimiento.
Pago con el billete que traía entre mi ropa y hasta alcanzo algo de cambio. Sé que puedo pedir el teléfono prestado, pero no quiero hablarle, no después de todo lo que nos dijimos esta tarde. Mi orgullo es demasiado fuerte.
Cuando noto que la lluvia comienza a disminuir, me apresuro a salir de la cafetería. Subo el gorro de mi sudadera y emprendo la caminata hacia nuestro departamento, no está a más de 15 minutos, pero antes de llegar a la mitad del camino, la tormenta regresa.
Corro para atajarme fuera de un local cerrado, pero a ciencia cierta, estoy totalmente bañada y he comenzado a sentir frío, no será buena idea permanecer fuera en espera de que la lluvia vuelva a disminuir. Además, la hora no ayuda demasiado.
Me abrazo en busca de darme calor, mientras lo hago, comienzo a recordar la causa de este problema: Chris simplemente olvidó nuestra cita.
Él tuvo una entrevista por la mañana que estaba prevista terminar cerca de medio día, desde hace un par de semanas habíamos planeado que él volvería a casa, tendríamos una romántica comida y saldríamos por la tarde. Todo era perfecto, me tomé el tiempo de hacer la comida, preparar la casa y ponerme un bonito vestido.
Él no llegó.
Si hubiera sido por un improvisto de su trabajo, no tendría problema, pero simplemente le pareció buena idea irse a comer con unos amigos, olvidando por completo nuestros planes o al menos avisarme, puesto que estuve esperándolo con una gran sonrisa que a media tarde se transformó en tristeza.
Me llamó cerca de las 8pm, se escuchaba la risa de sus amistades y música de fondo, me preguntó si quería acompañarlo, lo que menos deseaba era verlo, así que colgué y me fui a cambiar. Mientras lo hacía, un mensaje llegó a mi teléfono: "¡Nuestra cita! Lo lamento cielo, lo olvidé por completo, voy para allá". No lo esperé y me salí, así que ahora llegamos a mi situación actual: molesta, empapada y con frío.
Un auto negro se acerca con lentitud, apenas leo el número de placas, sé que es él. Quiero ignorarlo, pero tengo frío. Él se detiene y baja de inmediato con un paraguas en mano.
─Estás empapada ─me dice, tengo ganas de responderle con sarcasmo, pero me contengo.
Él me cubre con la sombrilla para que suba al asiento del copiloto. Mientras él sube, me permito observar lo solitaria que se nota la calle y las enormes gotas que caen de las nubes.
─Quítate eso, te vas a enfermar ─me dice con preocupación.
Se estira para alcanzar una muda de ropa den asiento trasero y me la entrega. Es una camiseta de él que suelo utilizar en casa, unos pantalones de gimnasio y otra sudadera. No pierdo tiempo y primero me despojo del pantalón mojado dejándolo en el piso, me coloco de inmediato el que está seco, y así hago con el resto de la ropa. Chris disminuye la iluminación para evitar que alguien pueda ver desde fuera, pero nadie pasa.
Apenas tengo la ropa exterior seca, me acurruco en el asiento, subiendo los pies y abrazando mis rodillas.
─Es mi culpa ─me dice una vez que pone el auto en marcha.
─Lo es ─respondo mirando por la ventana.
─Arruiné la cita que planeamos desde hace varias semanas, lo lamento ─menciona.
─Está bien ─digo molesta.
─¿Está bien? ¿Sólo vas a responderme eso? ─cuestiona incrédulo.
─¿Qué quieres que te diga? No me molesta que salgas con tus amigos, no me molesta cenar sola, es decir, no voy a controlar tu vida. Pero esto lo habíamos planeado, estuve toda la maldita mañana cocinando tu platillo favorito, adornando la casa para que fuera perfecto y esmerándome para verme bonita, y simplemente dices que lo olvidaste, ¿te das cuenta de eso?
─Cielo...
─Una llamada, Chris, ¿qué hubieras perdido con una llamada? ─le interrogo con las lágrimas amenazando por salir ─, pudiste haberme dicho que encontraste a unos amigos y quedaste en comer con ellos, no hay problema, lo entiendo, pero me tuviste esperándote con muchas ilusiones ─le digo, ahora ya llorando.
─Eso me convierte en el peor novio del mundo, ¿no? ─cuestiona.
─En el más olvidadizo y poco considerado, mejor dicho ─respondo mientras seco mis lágrimas.
Él entra al estacionamiento y yo desciendo apenas quita los seguros, subimos por el elevador en silencio y apenas abre, entro directo hacia el baño, pasando de largo junto al bonito ramo de flores que descansa sobre la mesa. Me meto bajo el chorro de agua caliente en búsqueda de templar mi cuerpo, inconscientemente las lágrimas me traicionan y dejo que estas se confundan con la misma agua que me baña.
Luego de unos minutos salgo envuelta en el albornoz y camino hacia el guardarropa en donde me visto. Quito la humedad de mi cabello y lo seco, Chris no se aparece en la habitación en ningún momento.
Apenas estoy lista para dormir, me meto en la cama, de espaldas hacia su lado. Me arropo hasta el cuello y cierro los ojos, pero no me puedo quedar dormida. Alrededor de cinco minutos después él entra en la habitación, lo escucho desvestirse y entrar en la cama, cierro los ojos y finjo dormir.
El se mete debajo de las sábanas y con mucho cuidado coloca su pecho lo más pegado que puede a mi espalda, uno de sus brazos me rodea y besa mi espalda. Siento los pequeños besos que deja y juro que traspasan la tela que me cubre, me remuevo incomoda.
─Lo lamento, de verdad lo hago ─murmura con voz ronca sin dejar de besar mi espalda.
No respondo, pero dejo que pase su otro brazo debajo de mi cuerpo para que pueda abrazarme. Sus besos se trasladan a la parte trasera de mi cuello, probablemente en busca de darme consuelo.
─A veces pienso que no te merezco, no mereces este tipo de vida ─musita.
─No digas eso ─respondo ─. Estoy molesta, pero no para pensar en esas cosas.
─No merezco ser la causa de tus lágrimas, te amo como a nadie y me duele verte así ─dice.
─A veces eres un idiota, pero así te amo. Hoy no te niego me que dolió lo que pasó, no quería escuchar tus explicaciones y quería alejarme un poco de ti ─le explico ─, no porque te odiara, simplemente estaba molesta y no quería discutir, pensé en irme a tomar un café y volver más tarde, no pensé que llovería y que olvidaría aquí mi teléfono.
─No es necesario que me lo expliques ─me dice y yo me giro para tenerlo de frente, es hasta este momento que me percato que lleva el torso desnudo ─. Quiero saber que me has perdonado por ser demasiado olvidadizo ─murmura.
─Te amo, Chris y aunque eres un idiota, te seguiré amando ─respondo con una pequeña sonrisa.
Él me sonríe también, suelta un suspiro y me besa. Aquel beso pasa de ser algo tierno a tomar mayor intensidad, hasta que termino con medio cuerpo encima de él. Cuando nos separamos, acomodo mi cabeza en su pecho y él me abraza de nuevo.
─Tengo la siguiente semana completamente libre ─me dice acariciando mi espalda ─, pensé que podríamos tomarnos unas pequeñas vacaciones.
─¿Solamente nosotros? ─cuestiono.
─Tú y yo, alejados de todo esto y disfrutando de la compañía del otro ─sugiere.
─Quiero ir a la playa ─le comunico y beso su pecho.
─A la playa, será ─responde y vuelve a suspirar.
─¿Qué pasa? ─pregunto por aquel suspiro.
─No olvidé nuestra cita, simplemente estaba demasiado nervioso que evadí lo que iba a pasar ─explica, me incorporo para quedar sentada en la cama y girarme hacia él.
─¿De qué estás hablando, Chris?
Vuelve a soltar un suspiro y se estira un poco para alcanzar su pantalón, de donde saca un precioso anillo.
─Pensaba en proponértelo esta tarde, sería una enorme sorpresa, pero nada me salió bien, así que me quedé sin ideas y preferí fingir que había olvidado nuestra cita ─murmura mirando el anillo ─. Sé que no habrá fuegos artificiales o algún flashmob de tu musical favorito, pero aquí me tienes, sin todo lo que planee hacer, pero totalmente dispuesto a entregarte mi vida porque te amo y deseo, con todo mi corazón, compartir el resto de mis días contigo, así que, ¿te casarías conmigo?
Estoy llorando cuando ha terminado de hablar. Estamos en pijama, sobre nuestra cama y él tiene un anillo de compromiso entre sus manos, tal vez no es lo que él planeó, pero me encanta.
─Sí ─respondo en voz baja y asiento con la cabeza, él sonríe y me coloca la preciosa sortija.
─Te amo ─murmura acercándose a mí y acariciando mi rostro con sus manos.
─También te amo, Chris ─respondo y lo beso.
Nos acomodamos en la cama y seguimos besándonos varios minutos más, hasta que vuelvo a acurrucarme en su pecho dispuesta a dormir, él besa mi frente y comienza a acariciar mi cabello hasta que me quedo dormida.
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Espero que les guste el OS, lamento que quedara medio raro, pero ando un tanto ocupada. Gracias por leer y no se olviden de votar y comentar :D
Nope, no hay segunda parte :D Pronto entenderán la razón :)
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