43.2

Juego nerviosa con el sobre que llevo en mis manos mientras observo de manera intermitente el reloj de pared y la puerta. He recibido un mensaje de Chris anunciando que ya venía en camino hace cerca de 20 minutos, si mis cálculos no fallan, debe estar por llegar. Veo su auto estacionarse y me dan ganas de ponerme a saltar por la emoción que me invade, pero me contengo. La puerta no tara mucho en abrirse y me lanzo hacia sus brazos en un efusivo abrazo que nos lleva a un apasionado beso.

─¿Me extrañaste? ─susurra acariciando mi mejilla con el dorso de su mano.

─No mucho, te vi por la mañana, pero los resultados han llegado hace cerca de una hora ─respondo mostrándole el sobre del laboratorio.

Decidimos que fuera así, en esta ocasión ambos sentíamos que estaba pasando, que yo estaba embarazada. Así que acudimos a un laboratorio para que me hicieran los exámenes sanguíneos y pedimos que nos enviaran los resultados a la casa, queríamos mantener la tensión.

─¿Estás lista? ─cuestiona devolviéndome el sobre y conduciéndome hacia los sillones para que nos sentemos uno junto al otro.

─Sí, aunque estoy muy nerviosa ─afirmo con cierto temor ─, ¿qué pasa si no es lo que esperamos?

─Volveremos a intentar, cielo ─responde y deja un corto beso en mis labios.

Soltamos un largo suspiro sincronizado que nos causa risa por la coincidencia, le entrego de nuevo el sobre y él lo abre con sumo cuidado, me da un última mira antes de que lo desdoble para que lo podamos leer.

Positivo, se le en el centro de la hoja.

Una intensa emoción me invade de pies a cabeza, mi corazón inmediatamente se acelera y siento unas inmensas ganas de llorar de felicidad. Los brazos de Chris me rodean con un poco de fuerza y casi inmediatamente sus labios se estampan con los míos en un intenso beso. Le devuelvo el beso con la misma efusividad, pero luego me besa con delicadeza y cuidado, sus labios brindan una suave caricia a los míos que hace que un escalofrío me recorra.

Apenas nos separamos, notamos que estamos llorando, pero nuestros ojos no se ven tristes, sino que tienen un brillo excepcional.

─¡Vamos a ser padres! ─exclama Chris con emoción y con la voz entrecortada.

─Lo seremos, amor ─respondo ahora siendo yo quien lo besa recostándome sobre él en el sillón.

─Te amo, cariño ─murmura en medio de los besos que reparte por mi rostro.

─Te amo, Chris ─le digo mientras comienzo a desabotonar su camisa.

*4 meses después*

Abro los ojos con pesadez y por inercia acaricio mi vientre que ha aumentado su tamaño en las últimas semanas. Cuento ahora con 5 meses de embarazo y lo cambios en mi cuerpo son evidentes, sin embargo, el cambio más radical lo ha tenido mi estilo de vida y la culpa es de Chris.

Desde que supimos que estábamos esperando un hijo, Chris adoptó un papel sobreprotector conmigo. Tomó una pausa en su carrera para dedicarse de tiempo completo a nuestro cuidado, aunque ciertamente es demasiado. Es cierto que en el primer trimestre no podía comer y oler algún tipo de alimento porque inmediatamente sentía nauseas, pero ahora me siento mucho mejor. Sin embargo, él se encarga de cuidarme 24/7.

Todo lo que necesito, por muy cerca que se encuentre, él se apresura para dármelo en la mano y que yo no realice ningún tipo de esfuerzo. Creo que actualmente lo más pesado que he cargado es mi laptop. Me ha contratado una nutrióloga para que planee cada una de mis comidas, pero sólo la soporté los primeros dos meses y luego volví a mi alimentación normal, no es que sólo sea comida chatarra, pero tiene de todo un poco y lo principal, me gusta.

Chris teme dejarme sola por mucho tiempo y a eso me refiero a varias horas, cuando tiene que salir por alguna razón, le pide a sus hermanas o hermano que me acompañen, o invita a mis hermanas a quedarse conmigo. De no ser posible, llama a alguno de nuestros amigos para que me hagan compañía. Pero eso no es todo, me llama o mensajea cada hora, me interroga de todo, sólo le falta cuestionarme acerca de mi temperatura corporal o presión arterial.

Me parece tierno todas las atenciones que tiene hacia mí, pero al mismo tiempo, llega a abrumarme su sobreprotección. Estaremos bien, nuestro pequeño bebé y yo, no hay necesidad de medidas tan extremas. Sin embargo, tampoco quiero quitarle su momento, tal vez es así como canaliza su felicidad y emoción por el embarazo.

Me levanto acomodando mi pijama antes de salir de la habitación, lo encuentro en la cocina preparando el desayuno y al verme se sobresalta.

─Pensé que dormirías un poco más y te llevaría el desayuno a la cama ─murmura luego de darme un cálido beso.

─Te lo agradezco pero no es muy divertido desayunar, comer y almorzar casi todos los días semirecostada en la cama o en un sofá ─respondo y tomo un poco de la fruta que ha picado.

─Amor, no quiero que nada les pase ─dice con un puchero que me hace querer volver a besarlo.

─Pero nosotros necesitamos salir y caminar, por favor ─me acerco a él y rodeo su cuello con mis brazos, mi crecido vientre inmediatamente choca con su abdomen. Lo noto dudar un poco, pero luego de unos minutos, termina aceptando.

Llego a la sala con mi chaqueta en la mano y puedo observar que junto a él hay una mochila similar a las que usan los excursionistas. Lo miro fingiendo molestia, aunque en el fondo quiero reír por su paranoia.

─¿Qué llevas ahí? ─cuestiono poniendo mis manos sobre mi cintura.

─Lo necesario para tu comodidad ─afirma con aires de satisfacción.

─¡Chris! ─exclamo como una niña pequeña en pleno berrinche ─. No necesitamos todo eso. Sólo las llaves, el auto y un poco de dinero para comer fuera.

─¿Estás segura? Puedo llevar bocadillos, ropa limpia, material de curación... ─comienza a enumerar, pero lo interrumpo.

─Basta, sólo toma las llaves y tu chaqueta ─digo con seriedad.

Inesperadamente me hace caso y vamos a un parque que queda a media hora de distancia en auto, estaciona y bajamos para caminar tranquilamente. Entrelaza su mano con la mía mientras hablamos de temas variados. Conforme pasa el tiempo se tranquiliza y puedo notarlo disfrutar nuestro paseo, sigue siendo cuidadoso más no parece aterrado, me sugiere sentarnos en una banca libre.

─¿No tienes frío? ─cuestiona acariciando mi mano con suavidad.

─No amor, estoy bien ─respondo con una sonrisa.

─¿Segura? Creo que tengo un termómetro en el auto, si quieres puedo ir por el... ─de nuevo tengo que interrumpirlo.

─Chris, basta ─digo con seriedad ─. Amo las atenciones que tienes, me parece muy dulce que te preocupemos, pero no es necesario. Confío en que todo va a salir bien y mientras no presente algún signo de alarma como lo que mencionó el médico, no hay de qué preocuparse. Debemos disfrutar esta etapa y no pasarla con preocupaciones, quiero poder decirte que el bebé está pateando sin que sufras un ataque de pánico. Hazlo por nosotros, por favor ─pido con una sonrisa.

Lo siguiente que siento son los labios de Chris sobre los míos en un delicado beso, siento todo su amor transmitiéndose dentro de esa suave caricia. Le correspondo de la misma manera, sin embargo, mis hormonas se alborotan rápidamente, haciendo que suelte un gemido involuntario. Llevo mis manos hacia su abdomen y lo acaricio con suavidad deseando no estar en un lugar público.

─¿Podemos volver a casa? ─cuestiono en forma de suspiro.

─¿No quieres caminar un poco más?

─No, quiero estar contigo, te necesito Chris ─confieso sonrojada por mi descaro y él suelta una risa al entender el sentido de mis palabras.

─Tus deseos son órdenes, cariño ─responde tomando mi mano y conduciéndome hacia el auto.



.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Gracias al a chica que sugirió esto, a ella va dedicado esta continuación del OS. En próximos días pondré la 3er parte, ya se imaginarán de qué trata :D



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top