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Advertencia: Fondue
¡Te la kreiste wexd! x2
¡Sí hay FONDUE!
Tomen sus precauciones.
Me coloco las zapatillas altas de color nude, para luego ir al tocador y colocarme el labial y un poco de perfume. Paseo nerviosa por la habitación intentando recordar si es que me falta algo, pero al parecer no; miro la hora en mi celular, a pesar de tener el reloj de pared frente a mí, faltan unos minutos. Como si estuviéramos sincronizados, escucho el timbre sonar y me apresuro hacia la puerta, dejo mi bolsa en el sillón para luego abrir la puerta, es él. Siento su mirada escanearme desde mis piernas hasta mi rostro, y eso que llevo un abrigo encima, me sonríe. Se acerca a mí y me besa con necesidad, agradezco la invención de labiales indelebles.
─Te ves preciosa ─afirma luego de saludarme, le sonrío en respuesta ─. ¿Estás lista?
─Sí, podemos irnos.
Entro de nuevo a mi departamento por mi bolsa y cierro la puerta con llave. Tomados de la mano nos dirigimos hacia su auto, el viaje transcurre en medio de una plática amena sobre nuestro día, apenas llegamos al lugar del evento, inexplicablemente me pongo nerviosa.
Luego de dos meses de ausencia, por las grabaciones, por fin estoy a su lado y qué mejor manera de reencontrarnos que con una cita en un evento al que ha sido invitado. Aunque hemos hablando casi todos los días, no puedo negar que no me hizo falta su compañía.
Nos toman algunas fotos cuando ingresamos, y desde ese momento, su brazo se encuentra firmemente rodeando mi cintura. Sus dedos se mueven con suavidad dando pequeñas caricias que me estremecen, al llegar al salón principal, varias miradas se posan en nosotros, saludamos con una sonrisa y se acerca lo suficiente para susurrar algo en mi oído.
─Los chicos están allá ─murmura con voz ronca, cierro mis puños para contener el mar de sensaciones que me ha invadido, su cercanía tiene efectos secundarios en mí.
Caminamos hacia la mesa donde dos sillas nos esperan, ahí ya se encuentra Renner, Lizzie, Robert y su esposa, Sebastian, Mackie, Hemsworth y su esposa; nos saludan efusivamente y luego comenzamos a charlas, me entretengo hablando con las chicas, mientras ellos bromean. La cena transcurre con normalidad, ahora esperamos a que comience un pequeño espectáculo, el brazo de Chris se encuentra sobre el respaldo de mi silla, pero a medio show, lo quita y coloca su mano sobre mi pierna, inmediatamente me sobresalto, lo veo sonreír sin apartar la mirada del escenario.
Minutos más tarde las parejas comienzan a levantarse para bailar, y nuestra mesa no es la excepción, y ante mi sorpresa, él y yo también bailamos. Sus manos se aferran a mis caderas y en otras veces recorren mi espalda, sus movimientos están causando estragos en mí. Por su mirada, puedo adivinar que ha notado mis reacciones y parece divertirle.
─¿Nerviosa, cariño? ─dice con voz suave cerca de mi oído, por la fuerte música, y aún con sus manos en mis caderas.
─¿Yo? No, claro que no, estoy bien ─afirmo con deliberado sarcasmo.
Los minutos pasan y con ellos crece esta agonía. Cada caricia o beso que recibo por parte de Chris me dejan más indefensa, intento mantenerme firme para al menos pasar desapercibida ante nuestras amistades y milagrosamente lo logro hasta que nos retiramos. De camino a mi departamento, Chris me lanza miradas con sonrisas que me derriten, aunque alcanzo el punto máximo cuando su mano se coloca sobre mi rodilla y comienza a subirla en dirección a mi muslo, jadeo y luego internamente me reprimo, noto que contiene soltar una risa llena de burla, por mi estado.
Una vez que llegamos, no me espero a que me abra la puerta, como es su costumbre, sino que la abro yo misma y choco con él, no lo pienso demasiado y me lanzo a sus labios en un voraz beso. Está sorprendido, sin embargo, inmediatamente me responde, cierra la puerta del auto y me acorrala entre este y su cuerpo. Sus manos pasean por mi espalda con libre albedrio, es sólo cuando aprieta mi trasero, que me doy cuenta de lo que estamos haciendo en el estacionamiento.
Me separo de sus labios y suelto un suspiro, tomo su mano en dirección al elevador, escucho que le pone la alarma al carro mientras trato que calmarme un poco. En el elevador puede sentirse la tensión sexual que emerge de nosotros, Chris permanece de pie en la esquina interna del pequeño cuarto, no habla, pero su respiración se escucha fuerte y pausada. El timbre suena indicando que llegamos al piso indicado, camino mientras saco las llaves de mi bolsa, pero Chris me las arrebata con singular galantería y se adelanta a abrir la puerta, deja que yo entre primero para luego él hacer lo mismo, y cerrar la puerta detrás. Enciende sólo una de las luces, dejando una tenue iluminación, lo suficiente para aquella parte de la casa.
Sus manos toman mi cuello, incitando a que levante el rostro para poder besarme, de nuevo me acorrala entre la puerta y su cuerpo,inmediatamente mis manos pasean por su amplía espalda. Lucho hasta quitarle el saco y él hace lo mismo con el mío, ahora sus manos me acaricias por encima de la tela liviana del vestido, estoy en plena agonía. Con destreza le quito la corbata y comienzo a desabotonar su camisa, él me ayuda con los botones de sus muñecas; pero cuando llego a la parte inferior de la prenda, la desesperación me vuelve a invadir y jalo la tela haciendo que tres pequeños botones caigan en el piso, se queja sobre mis labios y sonrío.
Le saco la camisa y me permito acariciar cada parte de su torso, recorro sus tatuajes con la yema de mis dedos y ahora él jadea; hasta ahora me percato que la falda de mi vestido se encuentra enrollada a la altura de mis caderas pero lo olvido cuando siento sus labios recorrer mi pecho con lentitud, sumiéndome en una profunda ansiedad por tener más de él.
Sé que no llegaremos a mi habitación, a ese punto se encuentra nuestra desesperación y ganas por tenernos, así que me escabullo de sus brazos pero su mano me detiene, le sonrío de manera coqueta y él camina siguiéndome. Causa muchas cosas en mí verlo despeinado y con el torso descubierto, sin contar la gran erección que crece debajo de sus pantalones.
Hago que se siente en el sillón y entiende mis intenciones, busca en su cartera un condón y me lo entrega, no me sorprende que ya viniera preparado. Levanto mi vestido para poder sentarme sobre él, me apoyo sobre sus rodillas mientras lentamente desabrocho su cinturón y el botón del pantalón, bajo el cierre rosando su erección de manera deliberada. Sus manos acarician mis muslos, mientras le coloco el condón encuentra el borde de mis bragas y con un movimiento rápido oigo la tela romperse.
─¡Oye! ─lo reprimo con falsa molestia.
─Eso es por los botones de mi camisa ─explica con una sonrisa burlona.
─Pero pensaba arreglarlo, esto no tiene compostura ─señalo el pedazo de tela ahora en el piso.
─Te compraré otras, aunque terminarán de la misma manera ─suelto una carcajada antes de besarlo. No puedo creer que hasta en situaciones así me haga reír.
Sin apartarme de sus labios, tomo su miembro conduciéndolo en dirección a mi entrada, aprieta su agarre en mis caderas como señal de desesperación mientras conduce sus labios por mi cuello, muerde mi hombro, ahogando un gemido, cuando me dejo caer sobre su miembro, yo no puedo contenerme y gimo su nombre. De manera suave y rítmica comienzo a subir y bajar sobre él; sus ojos se cierran y echa su cabeza hacia atrás, disfrutando el momento, me limito a moverme y acariciar su pecho y abdomen.
Se incorpora para buscar en mi espalda el cierre de mi vestido, yo continúo llevando el ritmo mientras baja la parte superior de mi prenda la cual no requirió uso de bra, por lo que mis pechos quedan libres ante su rostro. Mis gemidos aumentan ante la especial atención que recibe esta parte de mi cuerpo por parte de sus labios y manos, trato de acelerar mis movimientos, pero estoy siendo consumida por sus caricias y la fuerza que ejerzo no es la misma, él lo nota y baja de nuevo sus manos a mi cadera, ayudándome a aumentar el ritmo. Conforme más cerca estamos del orgasmo, nuestros gemidos suben de volumen e inundan todo el apartamento, llego antes que Chris, pero mi orgasmo se prolonga al él continuar los movimientos en busca del suyo.
Me dejo caer jadeante sobre él, estoy exhausta y sé que él también. Dejo un suave beso sobre su hombro y me incorporo hasta tenerlo de frente, me sonríe para luego besarme con ternura, pasamos así varios minutos. Bostezo y me levanto con pesadez, tomo su ropa y los restos de la mía, y camino en dirección a mi habitación, me quito el vestido para colocarme mis bragas y un camisón que llega a mis rodillas. Él entra sólo en boxer a la habitación, deja sus pertenencias sobre la mesa de noche y se arroja al a cama, me hace señas para que me acueste a su lado y lo hago, doy un beso en su pectoral.
─Me gustan este tipo de bienvenidas ─admite con una sonrisa de satisfacción en su rostro ─. Debería irme más seguido.
─No digas eso, Evans, no soporto mucho tiempo sin ti ─le reprocho levantando mi cabeza para poder besarlo ─. No tienes idea de cuánto te extrañé.
─Lo noté, no pasamos del sofá de la sala ─se burla y golpeo juguetonamente su brazo, pero él me abraza.
─No te quejaste al respecto ─le reprocho.
─No tuve opción, te aprovechaste de esta alma débil ─dice con fingida inocencia, lo miro intentando parecer molesta pero me roba un beso.
─Agradece que pude contenerme hasta llegar al departamento o al menos al estacionamiento.
─No te creas, Robert lo notó y no dejaba de molestar, por eso nos venimos antes ─me sonrojo inmediatamente, Robert no dejará de molestarme hasta que algo aún más incómodo me suceda. Chris comienza a reír a carcajadas ─. No es cierto, amor, sólo yo lo noté, pero debiste ver tu cara.
─¡Te odio, Chris! ─grito y luego me uno a su risa, nos volvemos a besar antes de que nos separemos e inmediatamente bostece.
─Descansa princesa, estás cansada, mañana será otro día y podremos tener una segunda ronda ─afirma con una sonrisa y besa mi frente.
─Sueña bonito, amor ─murmuro.
─Lo haré, soñaré contigo ─responde y apaga la luz.
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Esto es raro. Pero en fin, ya lo hecho, hecho está.
¿Qué les pareció? Sé que está algo raro y no es tan "dulce" como en otros OS que han leído, pero así llegó a mi loca imaginación. Ahora sí me gustaría ver sus comentarios (¡Chisme!).
Tómenlo como regalo de navidad atrasado, de año nuevo atrasado y de Reyes; también de cumpleaños y todas las festividades próximas. No creo escribir más de esto, no por ahora, o no lo sé, depende de lo que pase con este, es como un piloto para próximos OS (no prometo muchos).
¡Hasta la próxima! :D
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