31
Me encuentro, en compañía de varios amigos, en una fiesta en un salón que tiene más pinta de casa; un amigo está celebrando el cumpleaños de su novia e invitó a muchas personas, y no miento, realmente es mucha gente. Estamos sentados en unos sillones cerca de una esquina de todo el lugar, platicamos de temas aleatorios. Me río de un chiste que ha dicho mi amigo David, no tanto por lo que cuenta, sino porque lo arruinó al contarlo. Termino mi bebida y dudo acerca de ir por otra, pero al final termino disculpándome para levantarme e ir por algo a la barra.
Acomodo mi vestido un poco y camino hacia el lugar, encuentro un banco libre, me siento y pido lo mismo que la última vez. Leo algunos mensajes que tengo en mi celular y por una extraña razón, siento la necesidad de dirigir mi vista hacia la entrada, y así lo hago. Gran error.
Distingo su singular barba y sobresale entre las personas por su altura, lleva una camisa oscura, pantalones y saco negros, su cabello se encuentra intencionalmente desordenado haciendo que se vea aún más guapo. Mi interior me pide dejar de verlo, pero mi cuerpo no parece querer reaccionar, y cuando lo hace, es demasiado tarde, hemos hecho contacto visual.
Me giro rápidamente y el barman pone mi bebida en la barra. Sé que Chris viene hacia mí o al menos, notará si salgo huyendo, por más discreta que fuese. Tomo un largo trago para tranquilizarme, justo cuando vuelvo a poner el vaso sobre la barra siento una mano que se coloca con suavidad en mi hombro, deja un pequeño apretón sobre este y me hace estremecer, me nombra haciendo que yo gire para verlo de frente.
─Hola, Chris, qué sorpresa ─digo.
─Lo sé, no pensaba encontrarte aquí ─admite.
─Yo menos, ¿cómo te va?
─Bien, trabajando, ¿y tú? ─dice sentándose a mi lado mientras pide una bebida.
─Muy bien ─intento sonreír, pero opto por bajar la mirada.
Entra un silencio incómodo, en el que opto por tomar otro trago del contenido de mi vaso, pero me arrepiento cuando siento su mirada sobre mí.
─Cortaste tu cabello ─afirma y toma uno de los mechones sueltos entre sus dedos ─, me gusta cómo te queda.
Aún no puedo creer que notara ese cambio, puesto que muchas personas apenas si lo hicieron; aunque me sorprende más que lo notada a pesar de que llevo la mayor parte recogida. Le sonrío en puesta y hace lo mismo.
Hablamos algunos minutos más, los cuales son suficientes para que me dé cuenta lo mucho que lo extraño. Sus palabras siguen siendo dulces y su voz me continúa cautivando, los roces discretos y las sonrisas furtivas, todo me hipnotiza. Sigue causando el mismo efecto en mí.
Hace más de 2 meses, para exactos, 71 días, dimos por terminada nuestra relación, fue un común acuerdo. Nuestras agendas chocaban demasiado y apenas si podíamos vernos, pero ciertamente, no recuerdo una razón más poderosa para terminar algo de casi 3 años. En este tiempo salí con una persona que conocí, sólo fueron dos citas, pero nos alejamos. No me sentí bien con él, a pesar de que es un maravilloso hombre, siempre lo comparé con Chris, que no sólo fue mi pareja por tantos años, sino, era mi mejor amigo, consejero, cómplice y novio.
Y ahora está aquí, sentado a mi lado luciendo tan perfecto como siempre, con una sonrisa dulce y una mirada que me derrite; lo conozco, sé que está coqueteando, porque cada uno de sus movimientos lo delatan.
Me siento abrumada, le sonrío a manera de disculpa y me levanto, camino en dirección hacia uno de los balcones que se encuentra desocupado. El frío aire me hace tener escalofríos, pero trato de ignorar las bajas temperaturas. De mi mente no puede borrarse la imagen de sus hermosos ojos, me siento frustrada, no pensé reaccionar de esa manera la primera vez que lo viera después de terminar.
Pasan como 5 minutos antes de que ahora sienta sus dos manos sobre mis hombros, estas descienden lentamente por mis brazos hasta detenerse sobre mis codos, pega un poco su pecho a mi espalda y deja un beso sobre mi cabello.
─Estás helada ─murmura y me suelta, sólo pasan unos segundos antes de sentir de nuevo su tacto, pero esta vez coloca su saco sobre mis hombros.
Me resigno y volteo, me encuentro entre su cuerpo y la barda del balcón, se ha encorvado un poco para acercar su rostro al mío, lo siento peligrosamente cerca. Suelto un suspiro e intento hablar, pero sólo se queda en eso, un intento, porque me besa.
Inmediatamente rodeo su cuello con mis brazos y el con los suyos me toma por la cintura, el saco se mueve, pero ya no siento frío, tenerlo así de cerca es suficiente para hacerme olvidar el frío. Ninguno de los dos da señales de querer terminar el beso, porque apenas si nos separamos para tomar un poco de aire y continuar.
─Fue un error ─musita rozando sus labios con los míos.
─¿Qué? ─pregunto asombrada y dolida.
─No, yo no me refería esto ─me aclara cuando se da cuenta del rumbo que tomaron mis pensamientos ─, yo decía que fue un error separarnos, me haces mucha falta, te necesito a mi lado ─afirma y me vuelve a besar.
─Te extrañado mucho ─le confieso y sonreímos.
─No hay día que no piense en ti, te sigo amando con la misma intensidad o más; puedo afirmar que eres el amor de mi vida.
─Y tú el mío, Chris.
─Entonces, ¿te gustaría volver a intentarlo?
─Sí, por siempre ─le digo.
─Así será ─responde antes de volver a besarnos.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Espero les guste. Gracias por leer, votar y comentar.
¡Hasta la próxima!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top