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—¡Eso es todo! —gritas con lágrimas en los ojos.

—¡¿Si eso es lo que quieres?! ¡Entonces así será! —responde él con enojo.

—¡Pues se acabó!

—¡Bien!

Diciendo esto, Chris sale de tu departamento dando un fuerte portazo. Apenas lo hace, te derrumbas en el piso al borde de las lágrimas. Adiós a 3 años de una maravillosa relación, de momentos inolvidables y de creer, que él era el hombre con quien compartirías el resto de tu vida.

1 mes después.

Scott camina de un lado a otro por la habitación, tú te encuentras sentada en la cama mirando el dispositivo sobre la mesa de noche. La alarma de su celular suena, miras con temor a tu amigo y él se acerca con la prueba entre sus manos.

—Mierda, seré tío —dice serio y sin emoción, debido a su sorpresa. Mira la prueba de embarazo en tus manos y luego a ti, lo repite varias veces hasta que una enorme sonrisa aparece en su rostro y con ello un par de lágrimas de felicidad bajan por su mejilla.

—¿Estás seguro? —cuestionas con un hilo de voz.

—Demasiado, además tus síntomas no creo que sean por otra cosa, pero si quieres mañana vamos al hospital o algo, para que te chequen —murmura y se sienta a tu lado.

Asientes con la cabeza y comienzas a llorar. Con tus brazos cubres tu vientre a modo de abrazo, hay un pequeño ser creciendo dentro de ti. Él se acerca y te abraza y pone su mano sobre las tuyas.

—Todo saldrá bien, serás la mejor mamá del mundo y yo seré el tío más consentidor y sexy de todo el universo—dice agregando un poco de ligereza a la situación.

Sonríes pero tus lágrimas no cesan.

—Tengo miedo, Scott —admites.

—Debes decirle —murmura y pasa su brazo sobre tus hombros.

—No, él ahora está grabando en Inglaterra y no quiero distraerlo. Nuestra relación terminó.

—Tal vez, pero no del todo. Ahora hay alguien que es parte de los dos y que los va a necesitar.

—No puedo hablarle y decirle: "Chris, se que lo nuestro terminó, pero ¡oh, sorpresa! Tuviste tan buena puntería y posiblemente también un condón roto, que ahora estamos esperando un hijo". No es tan fácil.

—Como lo dijiste así sonó —dice riendo.

—No lo sé, por ahora quiero esperar.

Pasan 4 meses más, la familia de Chris está al tanto del embarazo al igual que la tuya, sin embargo, todos se lo han escondido porque así lo pediste. La madre de Chris se siente mal al mentirle a su hijo, pero apenas empieza a hablar de ti, él cambia el tema o se molesta. 

Te encuentras ahora llegando a la mitad del sexto mes, tu vientre es muy notorio, pero con ello también crece tu ilusión y la de todos.

—¿Ya sabes lo que será? —te pregunta la madre de Chris con emoción mientras te ofrece un poco de jugo.

—Sí, será niño —respondes y ella se lleva las manos a su rostro completamente emocionada.

—Será tan guapo como yo —afirma Scott que se sienta al lado de su madre.

La puerta de la casa se abre y Chris entra con una radiante sonrisa. Quería darle una sorpresa a su mamá llegando a la casa días antes de lo esperado, y quien se ha llevado la sorpresa es él, al verte ahí con un abultado vientre.

—Hijo —murmura su madre con temor.

—¿Cuántos meses tienes? —ignora a todos y se dirige a ti. Está enojado.

—Chris, yo... —dices pero te interrumpe.

—Sólo contesta. ¿Cuántos meses tienes de embarazo? —alza la voz y el brazo de Scott te rodea porque das un paso hacia atrás y chocas con la mesa de centro.

—Seis y 12 días —dices con voz muy baja.

Sus ojos reflejan furia y decepción, no sólo tú le has ocultado tu embarazo, sino su familia, su propia madre. Deja caer su maleta y sale de la casa, escuchan el auto y Scott va en busca de las llaves del suyo.

—Debo alcanzarlo —dice y besa la mejilla de su mamá.

Te sientas con cuidado en el sillón mientras comienzas a llorar. La abuela de tu bebé te abraza, ella igual llora. No puedes creer lo que causaste.

—Lo lamento tanto —logras decir.

—No te preocupes, hija. Chris lo entenderá apenas vuelva, vamos a darle un poco de tiempo para que lo acepte —dice con toda la serenidad que queda dentro de ella —. Tranquila, hazlo por mi nieto, nos necesita calmadas.

Es cerca de media noche, todos se encuentran reunidos en la sala, salvo los pequeños que han sido llevados a dormir.

La puerta vuelve a abrirse de pronto y los hermanos Evans aparecen, Chris viene con los ojos rojos e hinchados, señal clara de que ha llorado. Scott les hace señas a todos para que los dejen solos, y así lo hacen.

—No te levantes —murmura con frialdad.

A pasos lentos camina hacia ti, se sienta a tu lado y viéndote a los ojos, lleva su mano hacia el vientre. Comienza a acariciarlo con mucha delicadeza, como si fuera una pieza frágil que pudiera romperse en cualquier momento. Suelta un suspiro y se acacha para besarlo.

—Lo siento, Chris —comenzaste a hablar, él mantuvo la cabeza inclinada hacia donde crecía su hijo y continua acariciándolo —. Me enteré un mes después de que termináramos, Scott me ayudó, yo tuve miedo. Me negué a que te avisaran, no qué como logré que me apoyaran. Pero, estabas muy ocupado, con nueva película, no quise distraerte o darte problemas. Espero me perdones.

—Scott me explicó todo —su voz sigue sonando dura —. ¿Sabes qué será?

—Niño —respondes con lágrimas en los ojos. Duele más su indiferencia y frialdad, que una posible discusión.

Él sonríe ante tu respuesta y vuelve a besarlo. Mantiene su oído pegado a tu piel, en espera de escuchar algo o sentirlo.

—¿Me odias? —cuestionas.

—No lo creo. Pero me siento tan herido y decepcionado, no sólo por ti, sino por todos —suspira y se incorpora para verte a los ojos —. Quiero que sepas que me haré cargo de todo, registraremos a ese pequeño y ambos lo cuidaremos. Buenas noches —se levanta, toma su maleta y va a su habitación, dejándote sola y confundida.

Lo has lastimado.


***


Un mes después, te encuentras en tu departamento mientras ves televisión.

"¡Scott! Tu sobrino quiere helado de mango" le envías un mensaje. Él responde inmediatamente que pasará por el bote y vendrá a verte.

Veinte minutos después llaman a la puerta, te levantas con pesadez y abres. Chris está frente a ti con el bote de helado. Lo haces pasar y lo deja sobre la mesa de centro, te apresuras por cucharas y copas. Sirves para ambos y te acomodas de nuevo en el sillón.

—Pensé que vendría Scott —murmuras.

—Lo iba a hacer pero, yo quería verte —dice —. Nada ha cambiado —dice refiriéndose al lugar, o al menos eso crees.

—Me gusta así, me trae buenos recuerdos —respondes y comienzas a comer pequeñas cucharadas.

—A mi también —admite.

Diriges toda tu atención a la televisión y a tu helado, justo lo que necesitabas. Estás a punto de reír cuando el bebé comienza a patear, te quejas un poco.

—¿Estás bien? —pregunta Chris alarmado, quita el helado de tu lado.

—Sí —sonríes y tomas su mano, al principio se tensa, pero se deja llevar cuando la conduces hacia tu vientre. Siente los movimientos del pequeño y te mira a los ojos totalmente emocionado.

Permanecen varios minutos en esa posición, él ha recargado su cabeza en ti, el bebé ha dejado de patear hace unos momentos. Mantienes tus ojos cerrados. En un momento, dejas de sentir la ligera presión de la cabeza de Chris sobre tu vientre, pero casi inmediatamente, sientes sus labios sobre los tuyos.

—Te amo —dice apenas se separan.

—¿No me odias?

—¿Cómo podría odiarte? Todos estos meses te evité porque sabía que si hablaba de ti, querría regresar. Pero, nunca dejé de amarte.

—Lamento mucho todas las mentiras —susurras —. Yo también te amo, Chris —bajas la mirada. Él de nuevo te besa.

—Vamos a empezar de cero, no vamos a forzar las cosas. Nos amamos y también al pequeño que viene en camino, quiero volver a estar a tu lado, no sólo como el padre del bebé, sino como siempre lo soñamos, como una familia.

—Sí, Chris. Yo también lo quiero —estás a punto de llorar.

—Entonces así será.

Y sellan el trato con un nuevo beso.

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Love, love, love. ♥ 

¡Gracias por las 100 lecturas! Espero les guste, no encontré a quien dedicar esto, así que si alguien quiere, no dude en decirme. :D Gracias por leer y comentar. ♥ ♥ 

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