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La bella joven Priya abre los ojos con pesadez, después de una extenuante semana de exámenes que redujeron sus horas habituales de sueño, sin embargo aún es temprano para la mayoría de las personas; se queda algunos minutos acostada pero despierta y con entusiasmo comienza su día.

Justo hoy, comienza la famosa fiesta de la India: El Holi, también conocido como la Fiesta de los colores. Se esmera en su arreglo personal, el día lo amerita y se siente muy emocionada de recordar y honrar sus raíces. Se coloca su mejor atuendo, de un vibrante color que contrasta con su delicada piel y sus bellos ojos.

—Buen día, hermano —saluda la chica al entrar a la habitación principal.

—Buen día, Priya —le responde de manera amable.

El joven también pasó una semana ajetreada, sin embargo, hoy parecen olvidar todo ese estrés que Nueva York les ha contagiado y se dejan envolver por la emoción de la gran fiesta. Desayunan en una amena plática, recordando los buenos momentos en su ciudad natal, Bombay, y el cambio que experimentaron al mudarse a la Gran Manzana.

Los hermanos con mucho entusiasmo emprenden camino hacia el lugar donde se llevará a cabo la Fiesta de los colores, se trata ni más ni menos, de un pequeño bosque a las orillas de la ciudad, sitio que contrasta con los grandes edificios y el ruido de la famosa urbe.

Algo dentro del corazón de Priya parece decirle que hoy será un gran día, es un sentimiento inexplicable el que la invade, pero la mantiene feliz y con la incertidumbre de lo que pasará a lo largo de su día.

***


El afamado actor Chris Evans se encuentra en NY, se encuentra aburrido recostado sobre el sofá mientras busca alguna buena película para ver, sin embargo fracasa. Pasa de medio día, toma un ligero bocadillo, se quita el pijama para tomar algo más casual y cómodo; mientras sale hacia la calle, se va colocando una gorra y lentes oscuros.

Pasea de manera tranquila por las calles de NY, usar barba y poder desaparecerla en unos minutos le resulta ventajoso. Debido a que la noche anterior asistió a una fiesta con su crecida barba, ahora nadie sospecha de que aquel hombre sea él, ya que por la mañana despertó con el deseo de deshacerse de su particular barba.

Compra un café y lo degusta mientras camina con tranquilidad por las calles llenas de gente, algunos chocan con él y siguen su paso, nadie parece reconocerlo. El hambre lo hace detenerse en una pequeña cafetería donde degusta algunas cosas y descansa de su caminata, pero apenas termina, continúa con su camino sin una dirección específica.

Se deja guiar por su instinto, no hay un trayecto definido dentro de su cabeza, sólo gira donde cree que es buena idea hacerlo y donde no, sigue derecho. Pierde la noción del tiempo en este juego, hasta que choca con una persona de similar complexión y esto hace que sus lentes caigan al piso.

Su reacción parece muy lenta y algunas personas, la mayoría de ellas son chicas, descubren su identidad, sus ojos lo delatan. Rápidamente se agacha y toma sus gafas, mientras aquellas muchachas corren hacia él, Chris las imita pero lo hace para huir. Corre una cuadra y encuentra que hay una multitud de personas caminando hacia un pequeño bosque, se une a ellos y mientras camina voltea su chaqueta, ya que esta tenía doble vista, ahora ya no era de color roja sino negra. Coloca su gorra hacia atrás y se acomoda sus lentes.

Se deja llevar por la multitud, pero luego lo hace guiado por la atracción que le causan los variados adornos que cuelgan y embellecen aquel bosque. Es conducido hacia donde una multitud con vestimenta blanca baila entre polvos de infinitos colores, lo hace con extremada alegría. Por la música que la gente sigue, reconoce que se trata de una fiesta de la India lo cual le parece aún más interesante.

Sus ojos pasean por las personas que tienen en una especie de hipnosis a los asistentes y curiosos, porque la belleza con que ejecutan cada paso parece mágica. Sin embargo, hay una chica que sobresale entre todos, una mujer bella como ninguna otra que parece atraparlo en una burbuja donde sólo existen ellos.

El cuerpo de la chica es su instrumento para interpretar las singulares piezas musicales de Bollywood, la manera en que sus extremidades superiores se mueven con gracia y elegancia, sus pies llevando el compás de cada canción y su mirada que representa la alegría y el orgullo que siente al mostrarles a todos su grandiosa cultura.

Chris no está seguro de cómo ha llegado hasta delante de todo el público, pero justo frente a él se encuentra danzando aquella chica que lo cautivó desde hace varios minutos. Cuando sus ojos hacen contacto por un segundo Evans parece aguantar la respiración y evita cualquier movimiento, aunque a decir verdad, ese rose de miradas lo dejó helado.

Un joven un poco mayor aquella mujer se acerca a ella, la chica baila con él y ambos mantienen una amplia sonrisa, sus movimientos lo hacen pensar que ellos ya se conocen, ya que tienen sincronía. Chris no puede evitar sentirse celoso de aquel chico, ya que él es el causante de esa radiante sonrisa en el rostro de la enigmática mujer.

Aquella pieza finaliza y esa multitud se dispersa dando paso a otra, Evans en un abrir y cerrar de ojos pierde de vista a la chica que lo ha cautivado, así que decide buscarla y conocerla. Se da cuenta que él ahora también está cubierto de muchos colores, le parece divertido encontrarse así. Se abre paso entre la gente, tarda algunos minutos, pero al fin la encuentra charlando con el mismo joven y algunas personas más.

A lo lejos puede observar la manera en que aquel chico la procura, mejor dicho, ambos lo hacen, lo hacen con demasiado cariño. ¿Será su novio? La duda no le dura mucho, ya que esa chica es muy bonita para no tener a alguien a su lado, lo que hace que se desanime y piense si es correcto hablarle. Disimuladamente permanece cerca, en espera del momento indicado para acercarse y este no tarda demasiado, las personas y el chico se alejan dejándola sola.

—Hola —saluda él con timidez, se siente como adolescente al acercarse a ella.

La chica gira hacia él y su impresión es inmensa, ¡es más bella de lo que imaginó! A pesar de estar cubierta de colores brillantes, sigue hermosa.

—Hola —le responde, su acento es marcado.

—Eh...yo quería felicitarte por tu baile, fue estupendo —su voz parece temblar, esa chica ha logrado derrumbar su confianza.

—Muchas gracias—le brinda una linda sonrisa, lo cual lo desarma más —. Me alegra que le gustara ¿señor?

—Soy Chris, ¿y usted señorita? —le ofrece la mano y ella la toma.

—Soy Priya, un placer —le devuelve el gesto.

—Yo me preguntaba si le gustaría dar un pequeño paseo por el lugar o simplemente hablar—la chica ha notado su nerviosismo.

—Yo debo consultarlo con... —Chris está en espera de escuchar la palabra "novio", pero Priya es interrumpida por el chico que la acompaña.

—Priya —la llama Sooraj.

Chris inmediatamente se tensa, ya que la mirada de la chica cambia y una sonrisa diferente aparece en su rostro, la familiaridad con la que se mira hace que su estómago se retuersa, posiblemente sea su novio o prometido, lo cual lo deja como un tonto hablándole.

—Hola, soy Chris —se apresura a ofrecerle su mano.

—Sooraj —le responde y se dirige a la chica —. Pensé que me seguirías, me preocupé.

—Es que Chris se acercó a saludar, y justo ahora me pedía dar un paseo por el festival —le avisa, al tenerse uno al otro en esta inmensa ciudad, consultan varias cosas entre ellos.

—Está bien, Capitán —le dice Sooraj con una sonrisa divertida —. Cuida a mi hermana, no tarden mucho porque vivimos un poco lejos de aquí.

El joven no espera respuesta y se marcha, dejando a Evans confundido. La chica comienza a caminar y él la sigue.

—¿Capitán? —le cuestiona Priya confundida, pero luego ella reacciona —. ¿Capitán América? —susurra.

—Sí, no sé como tu hermano pudo reconocerme —dice una vez que se sientan una banca varios metros alejados de las multitudes, se quita las gafas y la gorra —. Pensé que este disfraz serviría.

—Supongo que sí sirve, yo no te reconocí, pocas personas aquí podrían hacerlo y como no te tienen de frente, les es imposible reconocerte. Pero mi hermano se ha vuelto muy fan de esas películas, creo que eres tu favorito —le afirma.

—Eso fue bueno, porque así tu hermano confió dejar que me acompañaras —le responde, parece que poco a poco la confianza vuelve a él y se siente menos intimidado por aquella mujer.

—¿Y qué te trae por aquí? —le cuestiona Priya.

—¿La verdad? —ella asiente —. Las fans.

—¿Las fans?

—Unas veinte chicas me siguieron hasta que encontré este festival y me perdí entre la gente, ahora parezco una pintura abstracta y aquí estoy, sentado con la chica más bella y la mejor bailarina de todas —le confiesa. Priya se sonroja, pero agradece que su rostro tenga ya manchas rojas que lo esconden.

—Gracias por eso.

—No lo agradezcas, es un verdadero honor verte bailar, lo haces con demasiada gracia —sigue llenándola de cumplidos —, además que eres muy hermosa, nunca había conocido a alguien así.

—Pues tienes los ojos azules más bonitos de todos lo que he visto —se atreve a decirle Priya, pero luego se siente extraña por aquel atrevimiento, aunque la dulce mirada que le dedica Chris le devuelve la seguridad —. Tus ojos sobresalen en toda la pintura abstracta que representas.

—Es algo grande viniendo de semejante belleza, por cierto, ¿de qué parte de India eres? —pregunta.

—Bombay —él la mira sorprendido —. Vine con mi hermano, Sooraj, a la universidad, estudio Filología Inglesa.

—Una chica lista, aún más perfecta —murmura, pero Priya lo logra escuchar.

Como si se conocieran desde hace mucho tiempo, Chris y Priya platican de manera muy amena, contando anécdotas de su infancia y algunos actuales, no pueden negar lo bien que se sienten uno con el otro. Ella le cuenta la historia del festival que se está celebrando y él muy atento escucha y aclara varias de sus dudas, está fascinado. El tiempo se les pasa volando, y de pronto comienza a oscurecer, lo que la hace reaccionar, debió participar en otras danzas pero en cambio se quedó con Chris, aunque se le hace extraño que su hermano no la fuera a buscar.

—¿Pasa algo? —le cuestiona Evans al ver su cambio de actitud.

—Yo debería buscar a mi hermano —dice y se levanta, Chris la imita.

—Déjame acompañarte, por favor.

Ella asiente y ambos emprenden el camino de regreso, ya hay pocas personas y todas ellas ignoran al singular acompañante de Priya, la chica puede ver a su hermano conversando con algunas otras personas, ella se siente aliviada de encontrarlo y se gira hacia Chris.

—Creo que ya me voy —le dice y su rostro se transforma.

—Es algo muy lamentable —admite —. Realmente disfruté tu compañía, lamento distraerte de esto, no era mi intención, aunque debo confesarte que no me arrepiento.

—Ni yo —musita —. Gracias por todo, Chris.

—Gracias a ti, preciosa, ¿te volveré a ver?

—Eso espero, vivo aquí —le dice y él ríe.

Intercambian números, pero al momento que sus manos chocan, esta vez sin querer, lo que hace que se sientan nerviosos, pero emocionados por aquel contacto.

—Debo irme, mi hermano me espera —le dice apenada Priya, mientras gira para ver a Sooraj solo de espaldas a ellos.

Chris tiene ganas de darle un beso en la mejilla cubierta por color carmesí, pero no sabe cómo reaccionará Priya, sin embargo, ella tiene la misma intensión y se siente insegura de sentir ese instinto. Pero se llena de valentía y levantándose sobre las puntas de sus pies se acerca a la mejilla de Chris, pero él gira el rostro confundido, logrando que por un instante las comisuras de sus labios choquen. Se separan totalmente nerviosos, ahora Chris tiene un poco de ese color rojo en su rostro.

—Hasta luego, Chris —le dice la chica con una sonrisa dulce.

—Hasta pronto, hermosa Priya.

La chica camina en dirección a su hermano, quien voltea para despedirse de Chris agitando su mano y él le responde de la misma manera. Durante todo el viaje los hermanos permanecen en silencio, Priya aún continúa procesando todo lo que sintió durante el tiempo que compartió con Chris, es un sentimiento indescriptible.

—¿Por qué no le pediste una foto a Chris? —se atreve a preguntarle a Sooraj una vez que llegan a su pequeño departamento.

—Porque algo me dice que volveré a verlo —responde con una sonrisa con toques de burla —. ¿Acaso me equivoco?

—No, Sooraj, no lo haces.

Minutos después la chica se va a su habitación para descansar, mientras se prepara para ir a la cama a su celular llega un mensaje que le vuelve mágica su noche, cuyo remitente es nada menos que Chris Evans.

"Descansa bella princesa".

Después de todo la corazonada que tuvo por la mañana fue cierta, tuvo un grandioso día.

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Carmen, espero te guste este OS, me costó un poco, aunque una vez que le tomé la idea lo terminé rápido. Aunque no lo creas, lo tengo escrito desde el domingo, pero no podía publicarlo.

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